sábado, 10 de mayo de 2025

El lobo en la zona del Garbí

La Serra Calderona ha sido un espacio natural, históricamente con presencia de lobos a lo largo del territorio por el que se extiende. Esto es algo que se recoge tanto en fuentes históricas, como en la misma toponimia que todavía se conserva en diversos puntos de la zona.

Al respecto, sabemos que antaño el lobo se extendía por multitud de lugares de nuestra geografía, hasta que las políticas severas de caza hacia la especie condujeron a su extinción en la mayoría de enclaves del país. Esto es algo que también ocurrió en el bonito paraje del Garbí, una zona rica en flora y fauna mediterranea, cuyo entorno es un espacio donde se sabe de la presencia de este cánido hasta hace menos de 150 años atrás.

Vistas desde el Garbí

El lobo como veremos llega a ser mencionado en algunos de los nombres de la zona, hecho que apreciamos en la localidad de Nàquera, donde todavía existe un punto montañoso denominado como el “Collado dels llops”. 

Otras especies que resultaban dañinas para los campesinos eran los zorros, una criatura que también será reflejada en la toponimia a través de la “Cova de les raboses”. Estas referencias de cánidos se plasman en algunos sitios por donde discurre la Serra Calderona, siendo el caso de un barranco perteneciente a la localidad de Gilet.

Vistas desde el Garbí

Seguiremos viendo en esta área montañosa especies de plantas que popularmente se han vinculado bien por su aspecto u otras creencias con algunos de los animales de este tipo de hábitats, hecho que demuestra la riqueza etnobotánica de entornos naturales donde desarrollaban antaño sus quehaceres diarios nuestros antepasados, a través de esa vida dedicada al sector primario, en la que la explotación ganadera, así como el trabajo de la tierra, marcaban unas pautas rutinarias.

Flora del Garbí

Tanto el zorro, como especialmente el lobo, eran vistos como competidores para aquella sociedad labriega, la cual practicaba la caza y mantenía a raya su explotación, en lugar de ver a este como un simple animal con el que compartir un espacio de convivencia.

La disponibilidad de un amplio corredor natural, que en lugares como el Garbí, ofrecía espacios de cobijo, así como disponibilidad de fauna en abundancia, y la ausencia de entornos con elevada presión demográfica, explicarán la resistencia del lobo hasta hace poco más de un siglo.

David Gómez de Mora