lunes, 1 de septiembre de 2025

La devoción a Sant Llop en la provincia de Girona

En diferentes enclaves del territorio catalán, encontramos algunas localidades, que siguen manteniendo en la actualidad, la veneración hacia un santo que como sabemos arraiga sus orígenes en tierras galas: Saint-Loup de Sens.

A primera vista, comprobamos como todavía hay entre algunas personas confusión, al relacionar la figura de Saint-Loup de Troyes, con Saint-Loup de Sens. Dos advocaciones iconográficamente casi idénticas, puesto que ambas fueron obispos. No obstante, y a pesar de la coincidencia en su nombre, veremos que uno no tendrá nada que ver con el otro.

Es importante matizar que Saint-Loup (Obispo de Troyes) nació en el año 383, falleciendo en el 479, y teniendo por fecha de su onomástica el 29 de julio. En cambio, Saint-Loup de Sens, nació en Orléans en el año 573, muriendo en el siglo siguiente. Su onomástica se celebra el día 1 de septiembre.

Por lo que respecta al presente artículo, queremos centrarnos en algunos enclaves de la provincia de Girona, donde se ha venerado a Saint-Loup de Sens, así como otros, en los que todavía persiste dicha advocación.

No cabe duda si analizamos la parte inicial de los gozos de todos los Sants Llops de esta zona que hemos investigado, que la figura religiosa a la que se refieren es la del Obispo de Sens, quien entre su nacimiento y la muerte del Obispo de Troyes, dista casi un siglo de diferencia.

Para no extendernos más en lo que concierne a esa confusión que muchas veces se ha producido entre los diferentes San Lupos que existen, nos remitimos a esta entrada de nuestro blog, en la que mencionamos algunos, y sobre los que desgranamos varios datos: https://davidgomezdemora.blogspot.com/2025/08/saint-loup-y-el-lobo.htm

Volviendo al caso de la provincia de Girona, apreciamos como todavía se conservan algunos espacios religiosos, que recuerdan la importancia que este santo jugó en la vida de muchas personas. Valga como ejemplo las localidades de Torrent, Viabrea, Sils, Sant Dalmai, Miànigues, Bàscara, Castelló d'Empúries o incluso la propia ciudad de Girona.


Sils

Sabemos que en Sils Sant Llop arrastró mucha devoción. Existiendo en el municipio una estrecha relación entre la figura del santo y el lobo. Y es que en el apartado sobre relatos vinculados con dicho cánido y que recoge Xavier Pérez (2000, 189), al tratar el caso de Sils, comenta que en este municipio, había extendida una creencia popular, que indicaba que cerca de la iglesia de Santa María, existió una piedra con la forma de la pisada de un lobo, y que a tenor de lo que hemos investigado en el territorio francés, creemos como hipótesis, que puede guardar alguna vinculación con alguna antigua historia, que conectaría la intervención milagrosa de este santo frente a un lobo6.

Sant Llop de Sils (foto del autor)

En Sils ya se tiene constancia de la existencia desde tiempo atrás de una capilla dedicada a Sant Llop dentro del templo parroquial, nada extraño, si partimos de que era el encargado de proteger a los pastores y sus ganados de los ataques de estos cánidos, además de abogado contra dolencias o la misma peste.

Iglesia de Sils (foto del autor)

Veremos que la iglesia de Santa María de Sils, ya aparece mencionada en documentos durante la segunda mitad del siglo XII, así como que Sant Llop ya será venerado en este templo desde mediados del siglo XV.

Gozos a Sant Llop en Sils. Fuente: https://algunsgoigs.blogspot.com/2021/07/goigs-sant-llop-sils-la-selva-girona.html


Torrent

La ermita que existe en la actualidad dedicada a Sant Llop en esta localidad, fue construida entre los años 1749 y 1757 sobre otra anterior1, y de la que ya hay noticias en 15392.

No se sabe con certeza cuando comenzaría el culto a esta advocación, aunque como podemos leer en un enlace que trata la historia de este santo, su vinculación ya viene arraigada desde el medievo, ya que de la misma forma que otras imágenes, esta pudo ser importada hasta estas tierras por los soldados francos, quienes ayudaban a los condes catalanes en la lucha contra los musulmanes3. No obstante, otra posibilidad plantea que, al comenzar a documentarse en algunas parroquias de la zona, tras la peste negra y los rebrotes que acompañaron la enfermedad en épocas posteriores, se ha creído que su aparición en la región podría datar de finales del medievo.

Ermita de Sant Llop de Torrent (foto del autor)

Sobre este asunto, por ahora no podemos ahondar en más detalles, no obstante, fuese antes o después, al menos concluimos que la veneración hacia Sant Llop en varios de los lugares de esta región catalana, arranca ya durante la Edad Media.

En los gozos de Torrent que se le dedican a Sant Llop desde antaño, se cantaba frente a su altar una de estas frases:

Cuant en Senona i Orleans

los bestiars se morian

de mal de llobas, venian

a Vos aquells Ciutadans:

Cessaba al punt la dolencia,

benehint las aiguas Vos, etc”

Para nosotros no cabe duda de que, con estas plegarias, además de reflejarse las molestias y otras problemáticas que afectaban a los vecinos de la zona, el temor hacia los lobos era una realidad que preocupaba a la gente de esta zona, especialmente a quienes habían de salir a trabajar o desplazarse por el campo, siendo el colectivo más afectado los encargados de gestionar cualquier tipo de ganado.

Sabemos que por ejemplo en esta área, estaba extendida la creencia de que entre los pastores si se invocaba a Sant Llop, este conseguía alejar a los lobos a una distancia de siete horas de ese lugar. Un número al mismo tiempo muy simbólico en la religión cristiana.


Viabrea

En Viabrea existe una pequeña ermita de origen románico, formada por una nave rectangular, ligeramente romboidal que podría datar de los siglos X-XI. Parece ser que durante el medievo, la población se hallaba alrededor de la parroquia de Sant Esteve de Sabruguera, siendo posteriormente cuando esta se conocerá como Sant Llop de Viabrea. La primera noticia documental que se tiene del lugar es del año 9414.

En el caso de Viabrea, apreciamos como todavía la veneración hacia el santo sigue estando presente, acudiendo sus vecinos anualmente. Como veremos, el templo seguiría sufriendo modificaciones, siendo parece ser su anterior titular Sant Esteve de Sabruguera, una figura en el santoral local muy querida, y que actualmente junto con Sant Sebastià, comparte la zona central del espacio ocupado antaño por el altar mayor. Veremos como a principios del siglo XVI, Sant Llop acabaría teniendo un espacio dentro del templo, manteniéndose con el transcurso de los siglos la devoción hacia su imagen.

Iglesia de Sant Llop de Viabrea (foto del autor)

Precisamente, en esta localidad las historias sobre lobos no faltarán, así pues, Xavier Pérez Gómez, comenta en su artículo sobre “la memòria històrica del llop a la Selva” (2000, 188), un relato popular, que contaba como un día los lobos perseguían a un hombre que estaba trabajando en un camino, y que al percatarse de la presencia lupina, decidió subirse a un árbol para ponerse a salvo. Se cuenta que este pasó toda la noche lanzando cerillas encendidas desde lo alto, a la espera de conseguir ahuyentar aquellas criaturas, las cuales no abandonaron el lugar hasta que esclareció la luz con la mañana siguiente. 

Otro relato que recoge el mismo autor es el de una leyenda que relata que un pastor llamado Martí, ante un encuentro con un lobo, perdió la voz, de la misma forma que una persona que pasaba por allí. Y es que no hemos de olvidar que la gente transmitía oralmente la creencia de que los lobos enmudecían a las personas si se encontraban con estas, para que así aquellas si eran atacadas, quedaran en una situación de mayor vulnerabilidad, al no poder pedir auxilio. Algo que según se decía, podía evitarse siempre que se encomendasen cotidianamente a Sant Llop, o como ocurrió en esta historia, gracias al toque de las campanas del templo, las cuales consiguieron deshacer esa maldición, y por tanto, salvar a los dos hombres como a su rebaño del ataque del lobo.

Izquierda: Antigua imagen de Sant Llop de Viabrea en el año 1922 (Arxiu Fotogràfic del Centre Excursionista de Catalunya por Manuel Genovart i Boixet). Derecha: Actual imagen de Sant Llop de Viabrea (foto del autor)

Obviamente historias como estas, vuelven a manifestar el temor que antaño tenían los habitantes de este territorio hacia los lobos, más allá del daño que una incursión pudiese generar en sus granjas o ganado.

De la misma forma, la solicitud de protección contra la esquinencia (y que es el nombre que se empleará para referirse a la inflamación de las amígdalas), debe buscarse probablemente, en las consecuencias de ese enmudecimiento súbito que contaba la tradición popular que generaban los encuentros con estos animales.

Igualmente, Xavier Pérez (2000, 188) en el artículo anteriormente referido, cita diferentes topónimos de esta área, directamente vinculados con el lobo, percibiendo por ello esa constante relación entre los pobladores de nuestras localidades y estos cánidos.

Conocemos incluso el aspecto de la talla anterior de Sant Llop que había en este lugar, y que podemos consultar en la cartelera que se alza actualmente junto al templo, procedente del Arxiu Fotogràfic del Centre Excursionista de Catalunya por Manuel Genovart i Boixet.

Por desgracia esta imagen desapareció con el estallido de la última guerra, tal y como se recoge en el expediente de la causa general, en el que se indica que se produjo en la localidad la quema de todas las imágenes de la iglesia el 25 de julio de 1936. Así mismo, la casa parroquial se hizo servir como checa o lugar de interrogatorio.

El 7 de octubre de 1941, entre los datos que se requerían a la alcaldía sobre la iglesia, se dice que “el valor material susceptible de estimación de los daños causados, en el edificio, altares, imágenes, y objetos de culto y ornato, asciende a unas 40.000 pesetas”5.


Sant Dalmai (Vilobí d'Onyar)

En un artículo que lleva por título “La telegrafía òptica a la Selva (1848-1862)” redactado por Joan Llinàs, Josep Maria Llorens y Jordi Merino (1996, 126), se indica que, en este lugar, en la zona alta del turó de Sant Llop, se hallan los restos de una pequeña capilla de una nave y ábside semicircular, dedicada antaño a este santo, y que perteneció al Castillo de Brunyola, ya estando documentada en el siglo XIII7.

Se sabe que los orígenes de la antigua construcción religiosa que había en este espacio, se remontaban a tiempos anteriores. Otra cuestión sería saber en qué momento se produce la venaración hacia Sant Llop. Por desgracia, la documentación comienza a ser más detallada con el paso del tiempo. Como ocurría en la mayoría de las localidades, a tenor especialmente de situaciones que se vivirían con los lobos, como de los relatos que se transmitían entre las personas de la región, comprobamos de nuevo ese temor hacia el cánido, y por tanto, la necesidad de la búsqueda de Sant Llop como santo protector, al margen de la vinculación como abogado contra las pestes o dolencias vinculadas de la garganta.

Antigua ermita de Sant Llop de Sant Dalmai (foto del autor)

Veremos que este espacio en el siglo XIX será reaprovechado para alzar una estación de la línea militar de telegrafía óptica. No olvidemos que la ermita se alza en la zona elevada de un volcán, conocido con el nombre de La Crosa.

Podemos leer en un cartel que encontramos en el mismo lugar donde se emplazan los restos de esta ermita, que la antigua imagen de Sant Llop, fue trasladada durante el siglo XIX hasta la iglesia de Sant Dalmai, con motivo de la invasión francesa, para así conseguir mantenerla a buen recaudo. No obstante, de nuevo veremos como por desgracia, tal y como le ocurrió a gran parte del patrimonio sacro de nuestro territorio, con el estallido de la guerra incivil, la talla también acabó desapareciendo.

La documentación de la causa general, indica que según el expediente, en Vilobí d'Onyar, los daños se produjeron el 20 de julio de 1936, una trágica jornada en la que se quemó la iglesia parroquial además de los templos de otras localidades. Esto se tradujo en la destrucción de altares, imágenes, objetos de culto y ornato religioso, de acorde a lo relatado por la alcaldía, después de las correspondientes averiguaciones efectuadas:

La Iglesia parroquial de Viloví de Oñar fue incendiada (...), quedando notablemente dañada en las paredes y bóveda y algunos tejados; reducidos a cenizas el precioso retablo del martirio de Santa Margarita, todos los altares con sus imágenes y ornamentos, los armarios y cómodas llenos de ornamentos y utensilios, confesionarios, bancos, armónium, etc. Más tarde se destruyó cuatro campanas, el púlpito de piedra con esculturas, pila bautismal, baranda del coro, escalera del coro, etc. Los daños causados en aquella fecha en junto seguramente se valorarían en unas 500.000 pesetas, que con el aumento que las cosas han sufrido la suma sería muy subida a lo señalado […] también fue incendiada la ermita de Santa Margarita, dañándola por valor de diez mil pesetas […] En la noche del día 21 de julio fueron violentadas las puertas y ventanas de la rectoría procediendo a un primer saqueo que se continuó por etapas sucesivas apoderándose de todo lo del párroco, casi todo lo de la sirvienta y del mismo inmueble”.

De la iglesia de Sant Dalmai, se indica que fue incendiada el día 23 de julio, quemando las paredes y la bóveda:

“… habiendo quedado únicamente en pie alguna pared lateral por haber sido quemado dentro los seis altares con sus imágenes que había, ornamentos, cómoda, bancos y todo cuanto había dentro la misma. Luego fueron destruidas tres campanas”. Con ello, los daños se estimaron en 250.000 pesetas8.

Iglesia de Sant Dalmai (foto del autor)

Miànigues (Porqueres)

Como veremos la devoción a Sant Llop también se extendió por otras localidades de la provincia de Girona. Esto lo apreciamos en el caso de Miànigues, cuando leemos que, en el año 1632, el religioso Damià Bolló, ya escribió los gozos de Sant Llop que todavía se conservan. Hoy en día la iglesia parroquial de Sant Romà de Miànigues (ya citada en el siglo X), sigue celebrando el primer domingo de septiembre la fiesta de este santo.

Imagen de Sant Llop de Miànigues. Foto: Facebook de la Festa de Sant Llop de Miànigues. En:algunsgoigs.blogspot.com

Laura Romero y Miquel Rustullet (2012, 108), comentan que este santo se representa vestido de Obispo con un lobo a su lado, así como un cáliz donde hay una piedra preciosa, puesto que la tradición popular relata que las piedras que este santo pisaba, acababan brillando cómo si fueran diamantes.

Otra imagen de Sant Llop de Miànigues que se emplea en la fiesta mayor del santo. Foto: Facebook de la Festa de Sant Llop de Miànigues. En:algunsgoigs.blogspot.com

Iglesia de Sant Romà de Miànigues (foto del autor)

La tradición cuenta que Sant Llop poseía el don de ahuyentar a los lobos, de ahí como ya hemos visto en los casos anteriores, los habitantes del lugar le tendrán un aprecio especial por su labor como protector para el ganado, además de su facultad para devolver la voz a quienes se quedaban afónicos cuando se topaban súbitamente con aquellos lobos.

Gozos a Sant Llop en Miànigues. Fuente: https://algunsgoigs.blogspot.com/2022/11/goigs-sant-llop-mianigues-al-municipi.html


Bàscara

La iglesia de este lugar ya aparece mencionada en documentos de la primera mitad del siglo XI, no obstante, como muchas de las que veremos en esta zona, corrió el mismo trágico destino con el estallido de la contienda de 1936. En su interior había un retablo datado en el siglo XVII.

Sobre Sant Llop en esta localidad, poco podemos aportar, no obstante, tenemos constancia de su presencia en el lugar, ya durante la segunda mitad del siglo XV, donde poseía un altar. Un dato que nos resulta curioso es que todavía se conservan los restos de la puerta medieval, en uno de los muros del actual templo dedicado a Sant Iscle y Santa Victòria.

Portada medieval de Bàscara (foto del autor). En ella se aprecia la representación de dos cánidos que podríamos relacionar con un par de lobos

En ese espacio en concreto del edificio, si nos fijamos en la decoración, apreciaremos que puede no ser un hecho casual que entre los elementos que engalanan este punto, veamos dos criaturas, precisamente vinculadas con ese animal al que tanto temían en estas tierras las personas, y por el que se encomendaban a Sant Llop.

"Dents de llop" en Bàscara. Esta decoración aplicada en los aleros, era empleada antaño como protector para los inquilinos de la vivienda, extenidéndose por muchos de los municipios de nuestro territorio (foto del autor)

Cierto es que las figuras a las que nos referimos, debido a su esquematismo, pueden figurar un lobo o incluso un perro, no obstante, pensamos que teniendo en cuenta el contexto que estamos comentando en el presente artículo, no sería descabellado plantear que fuesen lobos. Igualmente a su lado se representan unas armas heráldicas (y que merecen nuestra atención), separadas por un monte flordelisado9.

En principio la portada  medieval a tenor de su estilo y tipología podría enmarcarse dentro de la arquitectura románica, aunque como se ha indicado, la veneración a Sant Llop en este lugar como mínimo la tenemos asignada en estos espacios religiosos a través de referencias escritas, un poco más tarde. No obstante, entre medio queda la duda, de si esta advocación podía arrastrarse desde tiempo antes, o simplemente, en la escena se representa el lobo, como esa criatura que ya preocupaba desde tiempos inmemoriales a sus gentes, y que de acorde a lo que aquí venimos desarrollando, generaba problemas cotidianamente en una sociedad rural, dependiente y muy estrechamente vinculada con la economía ganadera.

Tumba medieval de la basílica de Santa María de Castelló d'Empúries (foto del autor). En ella apreciamos la coincidencia entre el escudo heráldico de la portada medieval de la iglesia de Bàscara (izquierda superior) con el de la tumba de la Basílica de Santa María de Castelló d'Empúries (derecha superior), haciendo por tanto alusión a una misma familia, conectada con estas tierras, ya en tiempos del medievo.


Otros lugares

A falta de un estudio más exhaustivo sobre la veneración a Sant Llop en otros lugares de la actual provincia de Girona, veremos que su devoción estaba extendida como mínimo a finales del medievo en otros puntos como Castelló d'Empúries, sin olvidarnos de lugares destacados, como ocurrirá en el Convent de la Mercè de la ciudad de Girona.


David Gómez de Mora


Bibliografía:

*Llinàs, Joan; Llorens, Josep M. i Merino, Jordi (1996). “La telegrafia òptica a la Selva (1848-1862)”. Quaderns de la Selva, 9. Centre d'Estudis Selvatans, pp. 115-137

*Pérez Gómez, Xavier (2000). “La memòria històrica del llop a la Selva”. Quaderns de la Selva, 12. Centre d'Estudis Selvatans, pp. 185-191

*Romero, Laura y Rustullet Noguer, Miquel (2012). “Recorregut guiat a dos escenaris de la Guerra del Francès al Pla de l'Estany”. La Guerra del Francès al Pla de l'Estany / Genís Barnosell Jordá (ed. Lit.), pp. 101-115


Otras fuentes:

*Archivo Histórico Nacional, Causa-General, 1438, Exp. 7 de Riells i Viabrea

*Archivo Histórico Nacional, Causa-General, 1438, Exp. 20 de Vilobí d'Onyar

*Arxiu Fotogràfic del Centre Excursionista de Catalunya (Manuel Genovart i Boixet)

*Inventari del Patrimoni Arquitectònic de Catalunya. Direcció General del Patrimoni Cultural de la Generalitat de Catalunya


Webgrafía:

https://algunsgoigs.blogspot.com

https://ca.wikipedia.org

https://revistabaixemporda.cat

https://totsonpuntsdevista.blogspot.com


Notas:

4 https://ca.wikipedia.org/wiki/Sant_Llop_de_Viabrea, en: «Ermita de Sant Llop i Sant Esteve». Inventari del Patrimoni Arquitectònic. Direcció General del Patrimoni Cultural de la Generalitat de Catalunya.

5 Toda esta información está extraída del Archivo Histórico Nacional, Causa General, 1438, exp. 7, de Riells i Viabrea.

6 El hecho de que la pisada estuviese en un espacio cercano a la iglesia nos recuerda a uno de los milagros efectuados por Saint-Loup de Troyes junto a un templo sagrado. Como se ha comentado al inicio, no debemos de confundir a Saint-Loup de Troyes, con el de Sens, no obstante, en el caso del primero existe un relato que narra como en la localidad de Saint-Loup Cammas (en el distrito de Tolouse), en una época lejana, el cura de dicho pueblo fue devorado por un lobo, aunque posteriormente acabaría siendo regurgitado vivo frente a la iglesia del pueblo, gracias a las plegarias que se realizaron a Saint-Loup de Troyes. Este suceso, como veremos, nos relatará la intervención de otro Saint-Loup, protector contra los lobos, que obrará un milagro, justo en las inmediaciones de un lugar sagrado. Creemos como hipótesis que posiblemente la historia de la pisada de Sils, podría derivar de alguna tradición que relataría los hechos de una obra milagrosa, cerca del templo, en la que Saint-Loup intervendría contra alguna de estas criaturas.

7 Sabemos por un documento de Berenguer de Gornau, datado en el año 1279, que la construcción pertenecía al castillo de Brunyola. En: «Sant Llop de Sant Dalmai». Inventari del Patrimoni Arquitectònic de Catalunya. Direcció General del Patrimoni Cultural de la Generalitat de Catalunya.

8 Toda esta información está extradida del Archivo Histórico Nacional, Causa General, 1438, exp. 20, de Vilobí d'Onyar.

9 Como curiosidad hemos apreciado que el escudo de armas (con una banda) que se representa en esa portada medieval de la iglesia de Bàscara, corresponde con el que hallamos en la inscripción de una de las tumbas con letra gótica que existen dentro de la Basílica de Santa María de Castelló d'Empúries.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Notas históricas sobre los Mora de Piqueras del Castillo

En alguna ocasión hemos dedicado varias líneas a esta familia piquereña, sobre la que cada vez van apareciendo más datos, que nos ayudan a esclarecer una pequeña parte de las historias de algunos de sus integrantes.

Uno de los que siempre nos ha despertado mayor interés, es la figura de Cayetano de Mora, quien como sabemos fue hijo de Victoriano de Mora y María Antonia Gómez. Cierto es que todavía nos queda por averiguar mucho sobre su vida, no obstante, durante las últimas semanas, hemos ido encontrándonos con diferentes referencias, que junto con lo que conocemos sobre algunos miembros de su familia, nos permiten realizar este pequeño artículo.

Cayetano nació alrededor de los años 1846-1847, teniendo con anterioridad varios hermanos, como María Simona, Valentina, o Victoria, esta última, madre de otro personaje conocido en la localidad, el Tío Simón. Cayetano creció en la localidad de Solera de Gabaldón, de donde era natural su progenitora. Esta era hija de Manuel-Domingo Gómez, quien ostentaba el cargo de Procurador Síndico, y estaba casado con una mujer perteneciente a la familia Carrelero.

Por aquel entonces el linaje de los Carrelero de Solera, era sin duda una de las casas más influyentes de la localidad. Solo tenemos que ver como además de ser propietarios de tierras, en los años treinta del siglo XIX la corporación local estaba representada en buena medida por estos. Nicolás Carrelero era escribano, cirujano y llegó a ejercer como alcalde. Felipe Carrelero también tuvo el bastón de mando, de modo que por aquellas fechas sus nombres aparecerán a menudo en la documentación municipal.

En el año 1836, en pleno conflicto de la primera guerra carlista, la milicia local de Solera estaba principalmente representada por Felipe Carrelero, quien figuraba como sargento segundo y Nicolás, quien lo hace en el puesto de cabo primero. Nadie discutía la importancia que jugarían los Carrelero, de la misma forma que los Gómez que habían entroncado con ellos, y cuyas raíces genealógicas nos conducirán hasta la localidad de Monteagudo de las Salinas.

La familia de los Mora, era sobradamente conocida en los pueblos de la zona, especialmente en la localidad de Chumillas, de donde procedía Victoriano (el padre del anteriormente referido Cayetano). Este señor tenía por aquellos tiempos a su padre como regidor en el ayuntamiento de Solera, y según parece ser, a diferencia de los Carrelero, mostró poco interés en el momento de tener que defender los intereses del gobierno, cuando fue llamado para las quintas del pueblo.

Entendemos que a Victoriano, como otros muchos mozos que no querían prestar servicio en la milicia, poco le interesaban las ideas que por aquellos tiempos se querían impregnar a una juventud, que especialmente en las zonas rurales, durante los tiempos de las guerras carlistas, muchas veces les llevaban a desaparecer del lugar, o incluso mostrar su apoyo por la causa rebelde.

Precisamente, escasos años antes, en esta misma localidad, sucedieron unos hechos que marcarían a fuego a muchos de los vecinos, y es que en una de las casas de Solera, se produjo la heroica resistencia del carlista Nicolás Segovia, en compañía del mítico Cirondo y su hijo. Estamos convencidos, qué situaciones como la vivida durante las Navidades de escasos años atrás, impactaron a muchas personas, que entendían como el rumbo del país, tomaba unos derroteros, que se iban alejando cada vez más del modelo de vida que había imperado durante muchas generaciones en las casas de sus antepasados.

Victoriano, para evadir las obligaciones que le correspondían cuando fue llamado para colaborar con los jóvenes del pueblo, argumentó que no podía dejar tirado a su padre, pues lo calificaba como un hombre sexagenario y pobre, que dependía económicamente del trabajo que este realizaba.

No obstante, entre los miembros de la corporación, y donde precisamente se encontraba gente que a Victoriano lo conocía muy bien, la argumentación rebatía lo contrario, indicando que lo que decía Victoriano era falso, añadiéndose que la familia tenía “labor suficiente propia para mantener mozo y cultivar”, indicando que su casa tenía “labor propia suya (...) y animales suficientes para cultivarlas, y no ser pobre”.

A partir de ahí, poco más podremos saber de este personaje. Y es que Victoriano viviría unos cuantos años más, teniendo varios hijos, entre los que a nosotros nos interesan Victoria y Cayetano. Su esposa María Antonia Gómez, hija del Procurador Síndico Manuel-Domingo Gómez, tras enviudar volvería a rehacer su vida con un molinero integrante de la familia Panadero, el cual ejercía su oficio en la aldea de Huércemes. 

Por aquel entonces Cayetano era un mozo soltero, menor de edad, que se fue a vivir con su madre hasta este pequeño enclave. Sabemos que Huércemes era una aldea compuesta por poco más que un puñado de casas, en las que residían escasas personas, entre las que se encontraba la de los molineros.

Huércemes a mediados del siglo XIX, es descrito por Madoz como un conjunto de siete viviendas, habitado por menos de 30 personas, agregado al ayuntamiento de Campillo de Altobuey, y situado en la falda de un cerro, con un clima frío, y una ermita dependiente de la iglesia de Paracuellos, a la cual iba el cura a oficiar misa únicamente los días de fiesta. Su terreno es escabroso y las tierras para el aprovechamiento agrícola eran poco productivas, estando casi todo el territorio poblado de pinos y arbustos, con una hermosa alameda entre su río y el pueblo. Los caminos que la comunicaban eran de herradura y bastante pésimos, criándose en medio de aquella zona alejada de la mano de Dios, mucha caza de ciervos, venados, tejones, conejos, liebres, perdices, además de animales que generaban daños en los corrales, es decir, lobos, zorros y gatos monteses1.

Finalmente, Cayetano emprendería una nueva vida hacia Piqueras del Castillo. Así pues, en 1868, se registrará un acta de consentimiento de matrimonio con la piquereña Juana de Lizcano y de Zamora. Esta era hija de una familia de labradores con recursos que había en la localidad, fruto de cuyo matrimonio nacerán diferentes líneas del apellido Mora. Por aquel entonces, Cayetano figurará como vecino de la aldea de Huércemes, por lo que al ser todavía un varón menor de veinte años, necesitó ese consentimiento, que le llevará a su madre María Antonia Gómez, declarar en la villa de Paracuellos el día 21 de octubre de ese mismo año, que daba su consentimiento para que casase con su futura esposa Juana.

Escaso tiempo después, la madre de Cayetano y su padrastro de Huércemes, marcharán hacia Piqueras, donde se encargarán de trabajar el molino que había en la localidad. Entendemos que los integrantes aprovecharían sus conocimientos en el oficio, para decidir encargarse de hacerlo ahora en Piqueras. La tercera guerra carlista estallaría, Cayetano ya había sido padre, y pasarán entremedio muchas cosas, hasta que de manera repentina, décadas después, tendremos datos sobre su defunción.

En el libro de defunciones del registro civil de Piqueras2, se recoge la partida de muerte de Cayetano, fechada a 8 de noviembre de 1904. Este figura como un hombre de 58 años, del que se dice “había aparecido sobre el carro que yo conducía en la puerta de su casa el cadáver de Cayetano Mora Gómez de cincuenta y ocho años de edad, casado, labrador vecino de este pueblo y natural de Solera, que según había resultado de la diligencia de autopsia su muerte había sido violenta, ocurriendo según las averiguaciones practicadas sobre las diecinueve del expresado día ocho en el sitio llamado Molino Caído”.

Cayetano dejaría descendientes, como también una de sus hermanas, y que había casado antes que él con otro vecino de Piqueras. Fruto del matrimonio entre esta y Francisco Alarcón, nacería el Tío Simón (sobrino de Cayetano). Simón Alarcón Mora casó con Emiliana Checa y Checa, hija también de labradores de la localidad.

Diseño de la iglesia parroquial de Piqueras del Castillo

Evelio Moreno (2013, 348)3 en su obra sobre el pasado de Piqueras, a Simón llega a dedicarle unas líneas en las que describía a este vecino con las siguientes palabras: “era de esa -rara avis- de piquereños que, teniendo sus tierras y labrándolas de alguna manera, se dedicaron a una profesión distinta de la de labrador, en su caso, la de carpintero. Fue además un poeta ocasional; su vena poética le llevaba a resumir su filosofía vital con aquella frase de: -prefiero ser colorín del pueblo que águila del campo-. Varios legajos fechados el 31 de diciembre de 1924 nos hablan de las relaciones económicas de tío Simón con la Iglesia, en su calidad de sacristán”.

El tío Simón custodió durante algún tiempo los documentos de la Iglesia, junto a un pequeño cuaderno escrito de su puño y letra, que originariamente pudo ser un libro de contabilidad de la carpintería, en el que anotaba los trabajos realizados en su taller, además de acontecimientos ocurridos en el pueblo que le impresionaban. Precisamente, entre la documentación de los legajos variados del Archivo Diocesano de Cuenca4, dimos con otra de esas libretas, que pertenecían a Simón. Esta concretamente recogía anotaciones desde los años 1917 a 1932.

En ella Simón va anotando los trabajos que realiza y repara en su carpintería, mencionando piezas como dentales, astiles para el azadón, arreglos de cunas, mesas, un cargador para la paja, cajas de harina, puertas, canalones para los tejados, pértigos o lanzas de carro, trabajos de corte de pinos, arreglos de cabezales, colocación de ladrillos en las chimeneas, reparaciones de yugos, timones... La lista continúa especificando otro tipo de reparaciones como la del rayo de un carro, una artesilla, una armadera y teleros para el rulo, incluso el mobiliario de la escuela, armarios, asientos, además de también afilar herramientas, y efectuar reparaciones en el molino. También fabricaba marcos para ventanas, y efectuaba reparaciones en los corrales, sin olvidarnos de la realización de los ataúdes para la gente que fallecía.

David Gómez de Mora

Cronista Oficial de Piqueras del Castillo


Referencias:

1 Madoz, 1847, pp. 292-293. Madoz, Pascual (1847). Huércemes. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar IX. Madrid.

2 Archivo Municipal de Piqueras del Castillo. Libro de defunciones del registro civil, año 1904, fol. 25

3 Moreno Chumillas, Evelio (2013). Crónica de Piqueras. Bubok Publishing S. L., 531 pp.

4 Archivo Diocesano de Cuenca, legajo de papeles varios de Piqueras del Castillo. P-2605

martes, 26 de agosto de 2025

El ciervo en el norte de la provincia de Castellón siglos atrás

El ciervo fue un animal muy vinculado con nuestro territorio siglos atrás, tal y como lo demuestra el registro toponímico de lo que hoy son algunos de los municipios de la comarca del Baix Maestrat.

Sabemos que en los restos de fauna hallados en la excavación del poblado íbero del Puig de la Misericòrdia de Vinaròs, se encontraron una gran cantidad de huesos de esta especie, lo que demuestra que este animal era cazado por los primeros pobladores que comenzamos a tener mejor estudiado en este territorio, es decir, los habitantes de nuestro entorno hace ya más de 2500 años.

Como curiosidad, comentar que en la misma ermita del Puig de la Misericòrdia, todavía se conserva una representación cerámica, que escenifica una escena de caza, donde apreciamos una pareja de estos animales.

Ciervos en el Aran Park

Sobre la población del ciervo en el norte de Castellón, decir que la especie acabó desapareciendo de nuestras tierras en el periodo transicional del siglo XIX al siglo XX, siendo los bosques de la Tinença de Benifassà el reducto natural en el que resistieron los últimos ejemplares.

El avance de la agricultura y consiguiente explotación del medio (al reducirse paulatinamente la masa forestal), sin olvidarnos de la caza a la que se expuso, llevaron a que la especie comenzara a desaparecer. A esto cabe sumar, que los agricultores, verán siempre en el ciervo una amenza que provocaba daños en sus tierras de cultivo, de ahí que la persecución fuese todavía más intensa.

En el caso de las tierras del norte de Castellón, apreciamos como el nombre de este animal aparece en diferentes lugares, siendo el caso del río Cervol y que desemboca en Vinarós, como en la rambla Cervera, y que finaliza su trayecto en la vecina localidad de Benicarló. Esta última toma su nombre del municipio por donde pasa, Cervera del Maestrat, cuya etimología deriva de la palabra “Cervaria”, es decir, tierra de ciervos o lugar donde abundan los ciervos, tal y como ya comentaría Joan Coromines en el Onomasticon Cataloniae (Volum: III Pàgina: 365 Columna: a Línea: 13).

El mismo autor llega a plantear que los nombres de ambos cauces (Cervol y Cervera), se deben seguramente al caso repetitivo de dos ríos casi gemelos, en el que uno da un nombre diminutivo o modificativo del otro, tal y como sucede con el Merdanç y el Merdançol, la Noguera y la Noguerola o Noguereta, el Tajo y el Tajuña, o el Garona y Garonetes (Volum: III Pàgina: 366 Columna: a Línea:1), algo lógico, si tenemos en cuenta que ambos van paralelos a escasa distancia y se enmarcan dentro de una misma tipología de cauces fluviales.

David Gómez de Mora

Referencia:

oncat.iec.cat

La cantera del Vallejo Hondo de Piqueras del Castillo

A una distancia de unos 2800 metros de Piqueras del Castillo, yendo por la carretera que se dirige hasta Barchín del Hoyo, y todavía dentro del término municipal piquereño, encontramos a un lado de esta vía de comunicación, los restos de una antigua cantera. Esta se ubica concretamente en la partida del Vallejo Hondo.

Cantera del Vallejo Hondo en 3D

El material de esta explotación, se caracteriza por su tonalidad clara, disponiéndose al lado de la misma carretera, lo cual favorecía su transporte, ya que de esta forma se cargaba rápidamente en carros, para así transportarlo hasta su destino.

Adjuntamos un mapa del Instituto Geológico y Minero de España, donde puede apreciarse la tipología del material que aflora en ese punto. El mapa corresponde al número 663 (24-26), Valera de Abajo, escala 1:50000.

David Gómez de Mora

Cronista Oficial de Piqueras del Castillo

El lince ibérico y el gato montés tiempo atrás en Vinaròs

Hace ya unos cuantos años (2007), comentábamos al abordar el estudio de la paleogeografía de Vinaròs, como estas dos especies de felinos antaño estaban representando parte de la fauna que era corriente encontrarse en nuestro término municipal. 

Si bien la población del lince ha mejorado su situación respecto tiempos pasados, este sigue sin estar presente entre la fauna de nuestro territorio, concentrándose en determinados puntos de la Península Ibérica como Doñana y Sierra Morena, algo contrario a lo que ocurrirá con el gato montés, puesto que esta especie, a pesar de hallarse en un estado de regresión hace unas décadas, consiguió permanecer en determinados puntos de nuestro territorio, lo que le permitirá todavía habitar en estas áreas costeras.

Lince ibérico (IA)

Tanto el lince como el gato montés han aparecido en los restos del yacimiento ibérico del Puig de la Misericòrdia. Una información que podemos consultar en el estudio de la fauna de este enclave, y que aparece en el informe de los restos óseos, elaborado por P. Castaños Ugarte. Al respecto, entre los restos del lince, se comenta que fue hallado un fragmento de pelvis (Oliver, 1994, 166), así una hemimandibula que conserva el último premolar y la carnicera de un gato montés (Oliver, 1994, 165).

Fuente: Ministerio de Medio Ambiente. Museo Nacional de Ciencias Naturales. Iberlince y Junta de Andalucía (Heber Longás. El País)

La regresión del lince no debe vincularse únicamente a la cuestión de su persecución, sino que también a la destrucción del espacio natural en el que se movía, debido al aprovechamiento agrícola de antaño, así como el padecimiento de diferentes enfermedades, sin olvidar la afección que puede suponer para este animal una reducción de la población de conejos, tal y como ya sucedió con la mixomatosis en los conejos y liebres de tiempos pasados. 

Jiménez (2012, 25), comenta que “para el lince existen pocas referencias antiguas en los montes valencianos. Para el siglo XIX es citado por Madoz (1845-1850) como “gatos cervales” en Castellfort y Millares”. Añadiendo que: “Para el siglo XX las referencias son muy escasas e imprecisas. Valverde (1963) sugiere su presencia en el norte de Castellón, donde dice que se han cobrado algún ejemplar “en los últimos 25 años”, indicando que desde los tiempos de Ángel Cabrera (principios del siglo XX) se habría extinguido en el este de la península “salvo, quizás en un punto cercano a Tortosa” (Jiménez, 2012, 25). 

Prensa antigua de Vinaròs

Respecto al gato montés, veremos que este conseguiría sobrevivir en espacios naturales alejados de la mano del hombre, como puede apreciarse a día de hoy en la Serra de Irta. No hay que olvidar que el cruce con gatos domésticos, como la afección que determinadas enfermedades han podido tener sobre la especie, fueron afectando a su población. Se sabe que el gato montés y el lince pueden dar lugar a situaciones de exclusión competitiva, una característica a tener en cuenta si se quiere entender como era siglos atrás la coincidencia entre ambos animales en un mismo espacio.

David Gómez de Mora


Bibliografía:

*Oliver Foix, Arturo (1994). El poblado ibérico del Puig de la Misericordia. Vinaroz. Associació Cultural Amics de Vinaròs, 241 pp.

*Jiménez Pérez, Juan (2012). “Extinción, recuperación e introducción de mamíferos en la Comunitat Valenciana. Cambios en la fauna y acción humana”, pp. 19-47. En: Jiménez, J., Monsalve, M.A., Raga, J.A. (Eds.) 2012. Mamíferos de la Comunitat Valenciana. Colección Biodiversidad, 19. Conselleria d’Infraestructures, Territori i Medi Ambient. Generalitat Valenciana. València

Las capillitas de pastor

Para muchos de nuestros antepasados, el portar consigo lo que se denomina como una capilla de viaje o capillita de pastor, tiempo atrás era algo más normal de lo que nos podemos llegar a imaginar.

Estas capillitas eran un objeto religioso, muy importante en la vida de los cristianos, que generalmente se componía de un pequeño estuche, que en su interior almacenaba una imagen religiosa, que solía ser más pequeña que la palma de una mano. Estas podían realizarse en madera o algún tipo de metal, aunque también apreciaremos ejemplares trabajados sobre marfil o con metales nobles. En su interior podían contener Vírgenes y Santos, o la imagen de un Cristo crucificado.

Su finalidad era la de permitir a su propietario que este pudiese efectuar oraciones y seguir con sus hábitos religiosos, independientemente de que se encontrase fuera de casa, ya que sus obligaciones laborales no le permitían acudir a la iglesia. Al mismo tiempo, este objeto acababa empleándose como un elemento protector, del que aquella persona nunca se solía desprender.

Precisamente, no es por ello un hecho casual que uno de los nombres por los que estas se conocerán popularmente, sea el de capillitas de pastor. Tengamos en cuenta que las personas dedicadas al mundo de la ganadería, pasaban muchos días fuera de su casa, sirviendo este objeto, como un elemento con el que podían continuar manteniendo sus hábitos católicos, empleándolas como se ha dicho a modo de protector, de la misma forma que un escapulario, una medalla o una cruz.

Las capillitas eran muy bien vistas en los pueblos donde había gente dedicada al cuidado de los animales, ya que como sabemos en algunas zonas del país hasta la primera mitad del siglo XX, todavía quedaban pastores que portaban consigo las denominadas como “piedras de rayo”.

Sobre estas últimas, y que poco tenían de arraigo cristiano, la tradición popular indicaba que otorgaban propiedades protectoras contra las adversidades climáticas a las personas que las llevaban consigo, además de a sus rebaños. Como sabemos, esas piedras, no eran más que hachas neolíticas, de las que la gente ignoraba su contexto arqueológico.

Es por ello que con el trascurso del tiempo, las capillitas de pastor fueron sustituyendo esas creencias ancestrales, fomentando su uso entre la gente del campo, al tiempo que acercaban así a aquellas personas a una correcta práctica de la fe cristiana.

Colección de capillitas de pastor. Museu de les Trementinaires (Tuixent)

En cuanto al aspecto de las capillitas, sus formas podían ser variadas, teniendo casi siempre un estuche o funda en el que se resguardaba la imagen venerada. Las habrá cuadradas, rectangulares o cilíndricas, poseyendo habitualmente un pequeño cierre si estaban en un estuche, que evitaba que se perdiera la imagen de su interior.

Colección de capillitas de pastor. Museu de les Trementinaires (Tuixent)

La vida nómada del pastor, las ingentes horas de trabajo que absorbía la vida rural, o la misma devoción personal hacia una advocación en concreto, eran motivos suficientes para que muchas personas las portasen siempre encima.

En el mundo de la ganadería, el miedo y la inseguridad a la aparición de un sinfín de problemas, motivará a que muchas personas siempre acompañarán sus oraciones o plegarias con esa característica capillita, donde también se podían almacenar breves oraciones escritas.

Muchos pastores y campesinos, las llevaban consigo por el hecho de que la tradición popular recordaba que estas evitaban ser afectado por los daños de una granizada, además de ahuyentar a animales rabiosos o proteger contra los efectos del tan temido “mal de ojo”.

Algunas se llevaban dentro de una bolsita de cuero o en el interior del zurrón, puesto que ocupaban muy poco espacio. Por norma general cuando estas se adquirían, eran bendecidas por un sacerdote.

David Gómez de Mora