El
origen de la veneración a la Verge de la Misericòrdia en Vinaròs
es una cuestión sobre la que existen muchos interrogantes por
responder. Como sabemos la tradición local relata que la imagen fue
traída hasta nuestra localidad en tiempos de la Reconqusita por
Jaume I. Precisamente, nuestro insigne historiador José Antonio Gómez
Sanjuán, trataría el tema de una forma monográfica, en un artículo
redactado en la sección del Partenón de Vinaròs News (más
concretamente en la edición 144 del año 2002, en un escrito que
llevaba por título “La virgen de la Misericordia”). En el mismo,
el autor esboza elementos de interés que nos ayudan a contextualizar
historiográficamente qué pudo haber de cierto sobre esta cuestión.
Borràs
Jarque comenta como durante el siglo XVI ya se menciona la devoción
hacia la Virgen, con presencia de vecinos procedentes de localidades
cercanas que llegaban hasta nuestro ermitorio. Antaño la
festividad se enmarcaba durante el día 25 de marzo, y no en junio
como sucede en la actualidad. Recordemos que durante esta centuria el
edificio sufre una reforma, que posiblemente se debe a la notoriedad
que ha llegado a alcanzar, lo que nos lleva a pensar como hipótesis
en una devoción anterior, y que se adelantaría a ese “boom
renacentista”, que como sabemos en Vinaròs se traducirá con el
surgimiento de una nueva burguesía local que comenzará a gozar de
una influencia destacada más allá del marco municipal.
Como
ya se ha indicado, la leyenda que sitúa durante el
siglo XIII la presencia de la Virgen en la localidad al ser traída
por el propio Jaume I, es recogida por el mismo Sarthou en su obra de
principios del siglo XX. Al respecto, Gómez Sanjuán incidirá en
otro artículo y que publicará en el siguiente número (edición
145) de la revista digital Vinaròs News bajo el título los
orígenes de la “Merced”, esa asociación entre el origen de esta
Virgen y la época que vincula la leyenda de Sarthou, indicando que
desde el siglo XIII el culto podía haber sido una
realidad.
Por
desgracia, la falta de documentación entre el momento de la
fundación cristiana y el siglo XVI, es un intervalo complejo para
quienes investigamos el pasado de Vinaròs, ya que la falta de
registros escritos que detallen o nos den un atisbo a la respuesta de
estos interrogantes, dificulta en buena medida precisar este tipo de cuestiones. Para nosotros, como ya
hemos planteado con anterioridad en diferentes artículos de prensa
local, no cabe duda que en el lugar que hoy se halla nuestro
ermitorio del Puig de la Misericòrdia, hubo desde el medievo y tras
el afianzamiento de los cristianos en estas tierras, un espacio de
culto, y que evidentemente iría presidido por una imagen que
acabaría teniendo con el trascurso del tiempo la que le otorgaría
esa relevancia. Y es que dudamos que ese trasiego de pelegrinos desde
diferentes lugares que llegan hasta aquí súbitamente durante el
siglo XVI, no beba de un sustrato anterior y que en ese momento ya se
consolida a nivel comarcal, precisamente por el nombre que ya se
venía arrastrando desde tiempo atrás.
Imagen de la Verge de la Misericòrdia (fuente: vinarosnews.net)
No
podemos olvidar tampoco un relato que la tradición local nos
recuerda, y que de ser cierto como mínimo nos remonta a las primeras
décadas del siglo XV, cuando se indica que hasta antes del estallido
de la guerra incivil en 1936, en la Ermita de la Misericòrdia se
conservaba una butaca que entre nuestros vecinos siempre se dijo que
pertenecía al Papa Luna, un personaje que como podemos suponer, sin
temor a plantear algo excesivamente aventurado, se dejaría ver por
nuestra localidad durante el tiempo en que se hallaba residiendo en
el Castillo de Peñíscola. De la misma forma, ese mismo año, desapareció la preciosa talla gótica de madera que había de la Imagen de la Misericòrdia.
Para nosotros no
cabe duda del peso ejercido por las poblaciones mozárabes y
consiguiente fidelidad del cristianismo bajo la dominación sarracena
en esta franja geográfica, lo que muchas veces se podía compensar
con el obsequio de imágenes religiosas en esos momentos iniciales.
Tampoco resulta necesario pensar que la llegada de esta Virgen
viniese de la mano del mismo rey, ya que su recepción puede
explicarse desde otras posibilidades, no obstante, y como hemos
recalcado, su presencia en el medievo la consideramos muy factible, entendiéndose como una hipótesis que puede explicar ese fervor y honores que ya
tenemos registrados en el siglo XVI para un lugar en donde sólo
había aparentemente una simple ermita, de la que curiosamente la
tradición invoca un culto incluso anterior bajo la advocación de
San Antonio.
Otra de las
características que no podemos pasar por alto de la Verge de la
Misericòrdia, es el de su asignación como imagen a la que el pueblo
se encomendaba en momentos de falta de lluvias, cuando las sequías
ponían en riesgo el futuro de las cosechas. Así pues, tenemos
diferentes rogativas pro-pluviae recogidas por el historiador Borràs
Jarque, siendo destacada la del año 1816, cuando se informa que a
propuesta del Ayuntamiento, debido a la necesidad de agua en los
campos, los vecinos bajarán desde la ermita hasta la localidad la
imagen. Casi un siglo antes, la documentación nos recuerda que en
1726, el pueblo ya se mostró agradecido por la intercesión de la
Virgen, tras haberse registrado precipitaciones de agua y nieve.
Tenemos
rogativas más antiguas, como la que menciona Borràs Jarque en el
año 1682, cuando indica que se solició “baixar
a la Mare de Deu de la Misericordia, primer de tot se li fen
rogatives en la Parroquia, cantant-se una Missa i les Lletanies
durant tres dies; acabades les rogatives se pujava a l’Ermita i
celebraven una Missa a intent de la Vila els Beneficiáis que havien
pujat, i se’n cantava un’altra aixis les Lletanies de la Mare de
Deu, demanant-li el benefici que es volia alcanzar. En eixa rogativa
de que fem menció, només en pujar a l’Ermita va ploure en
abundancia i no va caldre baixar la Santa Imatge a la Vila”
(Borràs, 118, 1929). Años después (1687, 1700, 1738, 1770, 1776,
1788...) las rogativas continuarían repitiéndose, teniendo como
principal finalidad la llegada de la tan necesitada agua que saciara
la sed de los campos, donde como sabemos, el modelo productivo
económico de la localidad fundamentado en la agricultura,
era clave para el mantenimiento y sustento de muchas de las familias
del lugar.
En
ocasiones, si la situación empeoraba con periodos de caristia, en
los que afloraban enfermedades o aparecían plagas, era necesario
combinar estas rogativas con la intercesión conjunta de otros
santos, como sucederá con la plaga de langostas que se vivió en el
año 1756, de manera que las rogativas a la Virgen se sumaron a las
de nuestro copatrón San Sebastián, a quien como sabemos se le acudía
como intercesor para la defensa del pueblo en el momento de la
aparición de enfermedades contagiosas.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
-BORRÀS JARQUE, Joan Manuel (1929, edición facsímil de 1979). Història de Vinaròs (I tomo)
-GÓMEZ
SANJUÁN, José Antonio (2002). La virgen de
la Misericordia. Ed. 144, Vinaròs
News
-GÓMEZ
SANJUÁN, José Antonio (2002). El orígenes de la “Merced”.
Ed. 145, Vinaròs News
-SARTHOU CARRERES, Sarthou (1913).Geografía General del Reino de Valencia dirigida por Francisco Carreras Candi