domingo, 12 de mayo de 2024

Reforma y liberalismo en las tierras de Cuenca

Los nuevos aires de la revolución francesa, y la posterior dominación napoleónica sobre nuestro territorio, generaron un caldo de cultivo, propenso para el aparecimiento de la defensa de un ideario reformista, que iba en contra del modelo de pensamiento tradicional que hasta la fecha había imperado en una zona conservadora como las tierras interiores de Cuenca.

Afrancesados como el arabista peralejero don José Antonio Conde, son solo la punta del iceberg, de un proceso de reestructuración ideológico palpable en toda la provincia, que comenzará a acrecentarse, a medida que irán trascurriendo los primeros años del siglo XIX.

Las nuevas corrientes de pensamiento del momento, chocaban de pleno con el modelo tradicional, cuyo eje director partía del dogma cristiano. La iglesia poco a poco comenzaba a verse acorralada, por una serie de conceptos importados desde el exterior, que muchas veces resultaban contradictorios en boca de aquellos que reclamaban derechos, cuando en su lugar de origen eran personas que si bien no estaban estrechamente vinculadas con el clero, hasta no hacía mucho lo habían hecho, además de promover alianzas matrimoniales, en las que el factor económico, y por consiguiente de índole clasista, era una de las características principales que los distinguían.

Con el liberalismo se atacaba una forma de vida, que veía en la tradición y el mantenimiento de las costumbres, un modo de salir adelante en el día a día, sin necesidad de buscar nuevos experimentos o formas que alteraran por completo, la estructura socioeconómica de lugares apartados de las grandes urbes, como ocurrirá en los municipios conquenses que comprenden nuestra área de estudio.

La Inquisición, los sacerdotes de las pequeñas localidades y los propietarios de tierras, que habían visto en este grupo de poder, una forma de complementar y crecer sus aspiraciones, entendían en buena medida, que mientras aquello siguiese existiendo, su situación no tenía necesidad de experimentar ningún tipo de riesgo.

La fe, la creencia en el Purgatorio y la importancia de la salvación espiritual, eran ahora puestas en tela de juicio en nombre de la razón y el avance reformista. Un choque de trenes, que tendrá un trágico desenlace con los acontecimientos acaecidos durante el desarrollo de la primera guerra carlista. 

Esa de la que tantas veces se habla en los libros de historia, pero que en el caso conquense, en la mayoría de ocasiones se pasa por encima, como si sus habitantes hubiesen sido totalmente ajenos a las tremendas consecuencias que acarreará en el devenir del país.

Es por ello necesario analizar, que elementos se dejarán sentir en el territorio, para así aproximar de la mejor de las maneras, las consecuencias reales que tuvieron acciones como la revolución francesa o las políticas liberales, especialmente en espacios rurales, apartados de los grandes puntos del poder.

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).