Hace unos cuantos años atrás, más concretamente en 2018, publicábamos una entrada en nuestro blog, que se acabaría convirtiendo en la base de los estudios genealógicos, sobre las diferentes familias que hemos ido analizando para entender la historia de los grupos del poder local en determinados municipios de nuestra zona de investigación.
Una de esas familias, y que como veremos tuvo una enorme movilidad a lo largo de nuestra área geográfica, fue la casa de los Núñez de Huete o también conocida como Núñez de Guadalajara. En otras ocasiones los podremos ver escritos como Núñez de Lasarte, Núñez Nieto o Núñez Carrillo.
Sus referencias en la localidad como mínimo arrancan desde el siglo XV. Estos Núñez, también debemos integrarlos en el grupo de los linajes conversos, que finalmente consiguieron que se les reconociera una nobleza que acabó incrementando su nombre desde el punto de vista social.
Para alcanzar aquel logro, los Núñez antes hubieron de enfrentarse a una dilatada lucha que consistió en intentar deshacerse de su origen converso, modificando para ello una parte de su historia, al querer argumentar que sus ancestros estaban vinculados con el mundo de la caballería y esa nobleza medieval, que tanto importaba en un ámbito, en el que la relación con el mundo judío o morisco, era una tacha permanente que afectaba a toda la descendencia de una familia, por muchas generaciones que trascurrieran.
En un documento procedente del Archivo Histórico Nacional, del fondo de Inquisición (351, nº19), que nos proporcionó Valentín Casco Fernández (Cronista Oficial de la villa de Valdetorres), se transcribe el libelo dedicado al progenitor de una línea conversa que marchará de Huete hacia tierras de Guadalajara, y cuyo nombre adoptado, fue el de Pedro Núñez:
“Milagro de los cielos,
prodigio de las nubes,
que Mosén de Huete,
es ya Pedro Núñez”
Entre los linajes que por estas tierras se dejaron bajo el apellido Núñez, y que estaban también asociados con la nobleza y la conversión, conocemos el caso de Catalina Núñez de Toledo, quien sin tener aparentemente relación con los afincados en Huete, era también descendiente de una familia conversa toledana, la cual entroncó con la casa de los Álvarez de Toledo (otro linaje judeoconverso insertado en la nobleza), y que arrastra mucha historia en estas tierras.
Si seguimos el armorial de Juan Francisco de Hita, en el primer volumen, entre las hojas 326-v y 327, podemos leer “demás de este el dicho Alonso Álvarez de Toledo, fue tan engrandecido y prosperado por el dicho Rey don Juan y don Enrique su hijo, que en saber de tener en su mano todos los negocios del Rey, mostró su mucho ingenio, prudencia y valor. Alcanzó grandísimo estado y gran señorío por las villas siguientes: Cervera, Villanueva del Palomar, La Cañada, El Manzano, Olivares y otras en tierra de Cuenca (...) casó dos veces, la primera en Cuenca con Aldonza Fernández de Valera, que tuvo cuatro hijos, Juan Álvarez de Toledo en que fundó el mayorazgo de Cervera, Villanueva, La Cañada, Olivera, El Manzano y otras muchas heredades (...) el tercero fue doña María de Toledo, casada con Alejo de Sandoval, señor de La Ventosa, el cuarto fue Mencía de Toledo, casó con Pedro de Alarcón, señor de Buenache de Alarcón. Casó segunda vez con doña Catalina Núñez de Toledo y algunos quisieron decir que descendía de la sangre real de Portugal y otros que tenía de la antigua y noble sangre de los Núñez, primeros de Castilla descendientes de ellos trajo y se ve en el día de hoy sus armas en el monasterio de Santa Clara que fundó la dicha Catalina Núñez, que son un castillo dicho con puentes y ventanas aceradas en campo de gules, que son las mismas que trajo el Conde don Gonzalo Núñez de Castilla, padre del famoso Fernán González, y que fueron las primeras armas según dice el nobiliario de España que compuso Maestre Polo en el capítulo siete”.
Sobre la cuestión heráldica, es oportuno realizar una serie de matizaciones. La primera es que las armas que portó el hijo del citado conde Gonzalo Fernández de Castilla, eran en campo de oro una banda de gules. Igualmente, la relación de Catalina Núñez con la familia de los Álvarez de Toledo, hizo que algunas ramas adoptasen en su escudo la jarra de azucenas de plata o el jarrón de oro. No obstante, Hita, como se ha visto, relaciona el blasón de estos Núñez conversos con un castillo de oro en campo de gules.
Recordemos que la segunda esposa de Alonso Álvarez de Toledo, era hija de Francisco Núñez de Toledo y Mencía Núñez de Toledo. Dicha Mencía era a su vez vastago de un judío, Isaac Simón de la Caballería (de los Leví). Por otro lado, la línea paterna, veremos que estaba vinculada con Cuenca.
Hemos de pensar que Alonso al margen de su movilidad, queda claro que estaba viviendo en Cuenca por tener su familia en esta tierra, lo mismo que se podía pensar de algunos integrantes de la casa de su segunda esposa.
Igualmente, otro dato que quisiéramos aportar, es que las armas de Catalina Núñez se conocen por haberse conservado el escudo de una tumba de alabastro relacionada con esta y su linaje. El mismo se puede consultar en un artículo publicado por Ángela Franco (2017). Dicho escudo se caracteriza por tener un león rampante con una bordura en la que se contabilizan un total de ocho cruces.
Armas de la familia de Catalina Núñez, descendiente de conversos y esposa del conquense Alonso Álvarez de Toledo, también de ascendencia conversa y estrechamente relacionado por su familia con el territorio conquense (Salazar y Castro, 9.292, fol. 48)
David Gómez de Mora
Bibliografía y fondo documental:
*Archivo Histórico Nacional. Información genealógica. Fondo Inquisición (351, nº19)
*Biblioteca Nacional de España. "Por parte del doctor Juan Núñez Carrillo y del doctor Agustín Núñez de Lasarte y don Alonso Núñez de Lasarte, su hermano, y de Juan Núñez Nieto y sus hermanos. En el pleito con el fiscal del rey nuestro señor y común y jurados de la ciudad de Huete. Sobre su hidalguía", 18 hojas. Signatura: PORCONES 602 (7)
*Franco Mata, María Ángela (2017). “Doña Catalina Núñez, segunda esposa de Alonso Álvarez de Toledo, fundadora del desaparecido Monasterio de Santa Clara, En Madrid: Avatares históricos y consideraciones”. Anales del Instituto de Estudios Madrileños vol. 57 (2017) pp. 327-375
*Salazar y Castro, Luis. “Epitafios y memorias que se hallan en los sepulcros y capillas…”, Ms. Hacia 1720. Madrid, R.A.H., 9.292, fol. 48, recogido en Leblic García, “Sepulcros góticos en el monasterio cisterciense de Montesión”, p. 70.