lunes, 29 de junio de 2015

Las criptas del convento de San Francisco

Los últimos trabajos de excavación han sacado a la luz los restos de un nuevo lugar de enterramiento dentro del convento de franciscanos de nuestra localidad. Hasta la fecha teníamos constancia de una cripta, que sobre una losa lleva inscrita el año de su creación (1662). Recordemos la importancia que representaba estar enterrado en una iglesia, o como en este caso, dentro de un convento, pues era fundamental para los miembros de las familias más destacadas de cada lugar, ya que además de estar dentro de un templo -tal y como hacían los reyes-, ello les permitía saber a sus descendientes el lugar exacto en el que se encontraban sus antepasados, ya que en el antiguo cementerio, los cuerpos no eran enterrados dentro de nichos como hoy estamos acostumbrados a ver, sino que en fosas o zanjas, en las que se llegaban a amontonar cuerpos con el transcurso de las diferentes épocas. Simplemente hemos de ver como en el modesto cuadrilátero de unos 900 metros cuadrados que tenía el fossar de la hoy calle de San Ramón, se enterraron durante varios siglos muchos de los difuntos de nuestra localidad.

Esto motivo que la gente con un mayor poder económico, y que representaban los niveles más altos de la pirámide social (nobleza, burguesía y clero), optaran por elegir lugares menos congestionados, y en los que a diferencia de los cementerios del pueblo, podían erigir una lápida en la que quedara constancia de su nombre y apellidos, año e incluso profesión, de manera que hubiera muestras de la importancia que aguardó aquel linaje, y así identificar el espacio concreto en el caso de que algún miembro de esa estirpe quisiera saberlo.

En muchos municipios de nuestro país las iglesias comenzarán a quedarse pequeñas. Conocemos casos, como sucede en Buenache de Alarcón, donde parece ser que todo el suelo del templo estaría destinado a guardar el cuerpo de los difuntos, a través de espacios rectangulares, en los que cada familia compraba una parcela.

Igualmente sucederá en nuestra localidad, donde familias de la pequeña nobleza dejarán constancia de su presencia, es el caso de los Gavaldà, Miralles (probablemente la rama de los Miralles d’en Jaume) o los destacados Febrer de la Torre.

Por otro lado esto representará una muestra de la riqueza que atesoran estos linajes, y en los que había una clara seña de exaltación o propaganda social, que todavía tiene sus reminiscencias en el período medieval.


David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).