No
me canso de decir que Piqueras del Castillo es un pequeño pueblo con
una gran historia, y desde luego cada vez que vamos analizando con
mayor detalle su pasado, vemos como este hecho se confirma y
consolida.
En
esta ocasión me gustaría dedicar unas líneas a una memorias
capitulares de la iglesia, que datan del año 1716, y que encontramos
en uno de los muchos libros eclesiásticos referentes al municipio,
presentes en el Archivo Diocesano de Cuenca. En el se efectúa una
relación de días festivos, algunos de los cuales todavía siguen
recordándose, muestra de que estamos ante tradiciones, que cuentan
con un largo recorrido.
En
sus hojas se detalla cada uno de estos actos por meses, tal y como
solía hacerse en la mayoría de los libros parroquiales, precisando
la fecha, onomástica, así como las personas que lo patrocinaban y
otra serie de informaciones de enorme interés.
Nada
más empezar el año, vemos como era un acontecimiento local el día
del nombre de Jesús, es decir, el 3 de enero. La documentación nos
dice que se celebraba una fiesta con una misa, que en su día dejó
Domingo Martínez, así como otra pagada por la señora María de
Reyllo, y cuyos descendientes herederos debían seguir realizando,
como poseedores de los bienes que ésta les dejó.
Comentar
que los Reyllo son una de las grandes familias de la pequeña nobleza
conquense, que consolidó una estrecha relación con las élites
rurales, en algunos casos titulada, tal y como serán los Ruiz de
Alarcón. Igualmente decir que este linaje ostentó el control de la
alcaldía de Piqueras desde finales del siglo XVI, así como se
posicionó entre una de las familias más potentes con las que contó
el municipio ya desde inicios del siglo XVII, tal y como lo corrobora
la documentación local. (Para
conocer con mayor detalle alguna de las líneas genealógicas de los
Reyllo, adjunto este articulo publicado hace escasas semanas en al
revista digital “el Fortí”, sobre los Reyllo de Buenache de Alarcón:
https://www.slideshare.net/ElForti/revista-septiembre-79363899).
La
siguiente festividad que seguía en importancia, era la del día de
San Sebastián (20 de enero), y que consistía en una procesión que
culminaba con una misa hasta la ermita del pueblo. Decir como
curiosidad que además de las dos agrupaciones religiosas con las que
desde antaño contó la población, y que se veían representadas por
su mayordomo, la ermita de San Sebastián tuvo también su propio
mayordomo.
Entrado
el mes de febrero, el día 2 se celebraba la fiesta de la
Purificación. Acto religioso que como era habitual iba acompañado
con una misa.
Llegados
a marzo otra de las grandes jornadas era la procesión y misa que se
efectuaba el día 25, en honor a la Encarnación de Nuestro Señor.
Dicha festividad era pagada por el mayordomo de la Cofradía de
Nuestra Señora del Rosario.
Durante
el mes de abril, vemos como ya goza de enorme simpatía el día de
San Marcos Evangelista (25 de abril), y en donde se realizaba una
procesión donde se bendecían los hitos municipales que marcaban los
lindes de Piqueras mientras se iba cantando las letanías.
Poco
después, y ya desde el inicio de mayo, el día 3, se realizaba la
fiesta de la Santa Cruz o también conocida con el nombre de “la
cruz de mayo”, en la que el mayordomo decía la misa por el Cabildo
así como al día siguiente pagaba un réquiem nocturno.
Iglesia de Piqueras del Castillo. Fuente: verpueblos.com
Dependiendo
del calendario litúrgico también podía caer en ese mes el día de
la Ascensión, lo cual iba seguido de las diferentes celebraciones
que marcaban el desarrollo de las fiestas pascuales, y que se
efectuaban 40 días después del Domingo de Resurrección, el cual
solía caer en el mes anterior, y donde se realizaba una procesión
solemne por la localidad.
Igual
de importante era la procesión del Corpus Christi, y que como
decimos, iba variando cada año.
Entrado
el mes de junio, no vemos que se destaque el desarrollo de grandes
fiestas, aunque si algunas misas, que recaían en los cargos
heredados de los descendientes de aquellas familias que habían
adquirido propiedades de sus ancestros.
Tras
la entrada de julio uno de los grandes días es la celebración de
Santiago Apóstol (25 de julio). Una festividad cargada de enorme
simbolismo, si tenemos en cuenta que Piqueras es una localidad en la
que abundaron gentes que durante la reconquista eran miembros
descendientes de cristianos viejos que se asentaron en el lugar, y
cuyo origen queda sellado a través de algunos de los apellidos que
todavía hoy existen ente sus habitantes. Durante esta jornada se
decía una misa por el pueblo, siendo pagada por los mayordomos de la
Iglesia.
En
el mes de agosto vemos que la hoja del documento presenta un estado
bastante deteriorado, lo cual nos imposibilita leer con claridad la
celebración de un acontecimiento, pero que intuimos que sería
destacado, por la cifra de misas que lo acompañan. Creemos que una
vez que podamos leer más documentación municipal, quedará
despejado este interrogante. Lo
que si sabemos con certeza es que el día de la Asunción (15 de
agosto), en el pueblo se realizaba una procesión, tal y como refleja
el documento.
Durante
septiembre otra de las grandes jornadas era la festividad de la
Natividad de Nuestra Señora, donde se efectuaba una procesión, así
como se celebraba una misa por las memorias de las tierras que habían
dejado los vecinos. Antes
de que acabara el mes, el día 29, el Licenciado Miguel Abad, dejó el pago de una misa cantada, que recaía anualmente sobre el
que era el capellán de la localidad.
Ya
en octubre, tenemos que el primer domingo de ese mes, cada año se
realizaba la fiesta del Cabildo de Nuestra Señora del Rosario,
respaldada por los cofrades de dicha agrupación. En ella se
efectuaba una procesión, con misa cantada, que al día siguiente
finalizaba con un réquiem, y que corría a costa del mayordomo.
Pensamos que esta era una de las fechas más remarcadas del
calendario litúrgico de Piqueras, debido a la devoción que ha
existido hacia la Virgen del Rosario, de acorde a la documentación
que he podido ir leyendo durante estos años.
Será
el mes de noviembre uno de los más tranquilos, donde pensamos que
además del Día de Todos los Santos, se desarrollaba cada primer
domingo de modo anual, la fiesta de la otra cofradía local (la de la
Vera Cruz).
Ya
para despedir el año, vemos como durante el mes de diciembre, la
agenda festiva volvía a coger fuerza, así el día 8 era obligada la
celebración del día de la Purísima, y que se acompañaba con una
misa por el pueblo, corriendo en este caso a cargo del mayordomo de
la cofradía de la Santa Vera Cruz.
Remarcar
que el día 18 de diciembre Alonso López dejó una fiesta, con misa
cantada y otra rezada. Y aunque no hemos leído nada referente al día
de Navidad, sería como norma habitual, la celebración de la Misa
del Gallo, en la medianoche (o poco antes) de Navidad.
Valgan
pues esta líneas, como un testimonio más que nos permite
reconstruir con mayor detalle, el desarrollo de las fiestas que
tradicionalmente se han ido celebrando en Piqueras del Castillo.
David
Gómez de Mora