Entre las casas de las familias de la nobleza aragonesa que
participarán activamente en el proceso de control y expansión de sus
dominios tras la reconquista cristiana en el Reino de Valencia, nos encontramos con
el caso de los Garcés de Jánovas.
Hemos de indicar que este linaje aparece documentado en Herbers (Castellón) desde la segunda mitad del siglo XIII. En este
sentido, si el primer miembro en recibir el control del lugar se referencia durante 1272 con el nombre de Juan Garcés, veremos que
poco después se cita el dominio del enclave bajo el poder del noble Pedro Garcés de
Janues (Pedro Garcés de Jánovas). Un representante de una notable familia de la
nobleza aragonesa, procedente de la localidad oscense que acabará integrando su
apellido.
Parece ser que los Garcés de Jánovas perderían la titularidad del señorío por línea masculina, al no haber un descendiente varón. Y es que se tiene constancia de como entre finales del siglo XIII y primeras décadas del siglo XIV, Elvira Garcés de Jánovas casa con Ramón Centelles, recayendo de este modo los dominios del señorío de Herbers bajo el poder de los Centelles, y borrándose así el nombre de los Garcés con este pequeño enclave castellonense.
Sobre la extensión y presencia del linaje por tierras aragonesas,
podemos leer en un trabajo de Andrés J. Nicolás-Minué Sánchez (2018, 328), que
“don Pedro Garcés de Januas fue obispo de Zaragoza y se halló en un concilio de
Tarragona del año 1277”, así como que “en las Cortes del año 1301 asistió un
caballero llamado Juan Garcés de Januas. El año 1338 Miguel Pérez de Januas, caballero
vecino de Fonz, hizo la salva [de infanzonía] por Martín Pérez Navarro que
probó ser hijodalgo. En las Cortes de 1374 asistió un hijodalgo dicho Pedro
Garcés de Januas”.
Como mucha gente sabe, Jánovas es un municipio que se despobló
para la supuesta construcción de un embalse que nunca llegó a ejecutarse. Es
por ello que décadas después sus vecinos emprenderían un increíble proceso de
repoblación, en el que con mucho sacrificio y trabajo, han comenzado a darse los primeros pasos para conseguir hacer revivir la presencia de gente en sus
casas. Ni que decir que Jánovas es un enclave que se remonta como mínimo a
los tiempos del medievo, caracterizándose por ser uno de los principales lugares que han
existido en el valle de Ara a lo largo de su historia.
Creemos que esta localidad, así como muchas
de las que veremos por la franja alta de las tierras aragonesas, son zonas en las que afloraron familias interesadas en el proceso reconquistador que Jaime I llevó a cabo en el nuevo reino cristiano valenciano. Esto se percibe en las cartas de
población que recibirán diferentes municipios del norte de
Castellón, tal y como lo evidencia la concesión de cartas de población incluso después de la toma de la
ciudad de Valencia, bajo los fueros de Zaragoza.
Al respecto, el gran medievalista aragonés Antonio Ubieto, comentaba que “se confirma que la nobleza aragonesa -y una mínima parte de los Hospitalarios que usó las costumbres de Lleida- consideraron la ocupación del reino de Abủ Zeyt, como una extensión de sus tierras patrimoniales hasta época muy avanzada del siglo XIII, pues se puede observar que prácticamente hasta mediados del siglo XIII siguieron otorgando cartas de población a fuero de Zaragoza, admitiendo la supremacía de esta ciudad en lo jurídico sobre toda la zona” (Ubieto, 1979, 213).
El caso de los Garcés de Jánovas no será como
veremos un hecho puntual, ya que si leemos la carta de población de Benicarló y
que data del año 1236, apreciamos que el procurador que establece los
límites de la localidad siguiendo el fuero de Zaragoza es el noble aragonés Fernando Pérez de Pina. Algo parecido ocurriría con la vecina localidad de
Vinaròs, esta vez con la figura de Gil de Atrocillo, alcaide de la fortaleza de
Peñíscola en el año 1241, encargado de entregar la
carta de población a los vinarossencs, y cuyo origen genealógico los tratados
históricos ascienden hasta el lugar de Castiello de Jaca.
Parece obvio entender que la aparición de variopintos linajes
aragoneses en las primeras fases de esos asentamiento de caballeros que
controlan la zona norte del territorio valenciano, se puede entender como una acción llevada a cabo por muchas casas de infanzones, que vieron en estas tierras recién
reconquistadas, una oportunidad con la que ampliar su patrimonio, así como de expandir unos dominios que realzaban su estatus social dentro de esa sociedad
tan jerarquizada como la que veremos durante el periodo de la baja edad media.
Es por ello que la presencia del linaje janoviense de los Garcés en un enclave
como el de Herbers, pudiese responderse desde este enfoque que estamos
planteando.
Igualmente hemos de entender que las familias de la nobleza
aragonesa sabrán aprovechar la continuidad geográfica que les ofrecerá la
franja turolense de la Matarraña con las tierras del interior castellonense,
algo obvio en lugares como el que nos ocupa, puesto
que la localidad de Herbers ya aparece documentada durante la segunda mitad del
siglo XII, bajo un topónimo claramente empleado por los mozárabes del lugar.
Fenómeno que nos indicaría la presencia de cristianos en esta zona, y que como
ya hemos planteado en diferentes ocasiones, estaban sobreviviendo con
anterioridad al proceso reconquistador de Jaume I.
Tengamos en cuenta como los aragoneses verán en esta zona geográfica, una oportunidad en la que afincar a sus gentes, por resultar el lugar una
zona que previamente ya estaría poblada por cristianos, además de controlada desde la segunda mitad del siglo XII por aragoneses. Y es que si los catalanes tenían como
principal obstáculo desde la toma de Tortosa en el año 1148, el paso hacia tierras abajo del
río Ebro, ralentizándose su avance hasta áreas más meridionales, no ocurriría
lo mismo con la franja aragonesa desde la que en el área de la Matarraña se disponía de
una mayor facilidad para penetrar en la zona valenciana, fenómeno que a
nuestro juicio explicará una mayor expansión y presencia de esos linajes
aragoneses, y que verían en las comunidades nativas de cristianos
que ya existían en la región, una posibilidad con la que afianzar su presencia en un
territorio que desde el momento inicial de la reconquista dispararía su interés. Una cuestión que se puede
interpretar del estudio de la frontera aragonesa con el territorio valenciano
desde el siglo XII, a través del artículo que expone en su trabajo J. F. Utrilla (2017).
Ni que decir que los Garcés de Jánovas fueron una familia de
notable influencia, cuyo peso se dejará sentir dentro del territorio aragonés,
como en el caso que nos ocupa del norte de Castellón. Así pues, ya en los
siglos XIV y XV estos controlan un patrimonio destacado más allá de la localidad
originaria de sus ancestros.
Hemos de entender a estos Garcés como un linaje de infanzones o miembros de
la baja nobleza caballeresca, que contaría con su respectiva casa solariega en la
localidad de la que procedían. Y desde la que fueron creciendo a medida que ascendieron socialmente.
Podemos consultar diferentes documentos que dan fe de su expansión, así como de su importancia en diferentes lugares de las tierras aragonesas, ya por los siglos XIV y XV.
Don Juan Garcés de Janovas, caballero, alcaide de Pina y procurador del
noble Artal de Alagón, reconoce haber recibido de doña Teresa [Ximénez] de
Urrea, Priora de Sigena, doscientos sueldos jaqueses por razón del treudo del
monte de Farlé . Año 1309. Archivo Histórico Provincial de Huesca -
S/000017/000007
Rodrigo de Aineto y Sancha Garcés de Jánovas ceden a
Miguel Sánchez de Aineto, su hijo, la posesión de la villa de Santa
María de Pedrola y otros bienes. Año 1342. Archivo Histórico Nacional,
CLERO-SECULAR_REGULAR,Car.597,N.12
Sentencia arbitral del año 1391 en el pleito entablado entre el concejo
de Griébal, de una parte, y Martín Garcés de Jánovas, su mujer
Dominga, hija de Marco de San Pedro y de su mujer Agnes. Archivo Histórico
Nacional, CLERO-SECULAR_REGULAR,Car.778, N.13
Benedicto Colobor, notario, y Tomás de Paño, vecinos de Sena, como
albaceas testamentarios de Miguel de Corza, venden a Pedro Garcés de Jánovas,
escudero, vecino de Sena, unas casas en dicho lugar por 40 florines de oro de
Aragón. Año 1433. Archivo Histórico Provincial de Huesca - S/000029/000014
Trascurrido el medievo, y durante centurias posteriores, tenemos
algunas referencias que nos vuelven a reflejar la presencia de familias con
peso dentro de la localidad de Jánovas, no obstante, apreciamos como la casa de los Garcés
no es mencionada. Así pues, Gerardo Molpereces (2011, 68-69), nos indica
que “según consta en el Fogaje de Aragón del año 1495,
Jánovas tenía en el siglo XV una veintena de fuegos o casas. De estas, al menos
han conservado el nombre dos de ellas: casa Puyuelo y casa Castillo, y ya
figura la casa de la abadía. En el padrón de Infanzones de Jánovas aparecen los
nombres de Rufas y Serrate hacia 1788, que corresponden con dos de las casas de
mayor tamaño existentes en la localidad. Antonio Ubieto asigna a Jánovas 247
vecinos de media”.
Esto
quiere decir que Jánovas a comienzos del siglo XVI tenía alrededor de un
centenar de habitantes, de entre los que posteriormente se referenciarán
algunos miembros de la nobleza local residiendo, tal y como se indica en el caso de
finales del siglo XVIII, donde se mencionan a los linajes de los Rufas y
Serrate, apellidos que destacarán entre un vecindario que respecto finales del
medievo había conseguido duplicar su población, fenómeno que tendría que
dejarse sentir en su modesta trama urbana, y que nos acercará a parte de ese
viario que hoy todavía sigue en proceso de reconstrucción. Otros como los
Cambra y los Capablo serán varias de las familias que tendrán reconocida su
nobleza en la misma localidad.
Entre otros vecinos de Jánovas registrados como infanzones, veremos que se documentan entre
finales del medievo y centurias posteriores las familias Allué y Fuertes (CASAS E
INFANZONES DE SOBRARBE: 2021 (gensobrarbe.blogspot.com).
Por
lo que respecta a nuestro interés, los Garcés no son citados en
este censo de nobles. Ello puede
deberse a distintos motivos, sin necesidad de que su apellido hubiese
desaparecido en la localidad de Jánovas, pues creemos que estos seguirían estando presentes tanto en este enclave como en otros lugares de la zona.
Como
bien saben muchos investigadores y genealogistas, el origen de múltiples apellidos
(que arrancan de épocas tan remotas como la que nos ocupa), poseen diferentes
líneas o ramas, que en algunos casos acaban despuntando, haciendo que sus integrantes crezcan en importancia y medren socialmente, así como otros acaben perdiendo fuelle, siendo relegados
al conjunto mayoritario de esa sociedad
proletaria en la que no hay un distintivo social que muchas veces no será
reclamado o exaltado por sus descendientes, de ahí que en multitud de ocasiones
los historiadores apreciemos que casas con un mismo tronco genealógico en un lugar exijan los derechos que les pertenecían como hidalgos, mientras
que en otros enclaves no puedan hacerlo.
Por
otra parte, el apellido Garcés, es un patronímico que significa “hijo de
García”, además de resultar muy abundante en tierras aragonesas. Esto también podría
explicar que por un lado en Jánovas estuviesen los Garcés reconocidos como infanzones, al mismo tiempo que existiesen otros Garcés con un origen diferente.
Veremos la aparición de apellidos que se remontan a
localidades emplazadas en las zonas septentrionales de esta región, que empezaremos a percibir desperdigados por diferentes municipios del área valenciana con el
trascurso de los siglos. Precisamente, no muy lejos de Jánovas, a una distancia
de poco más de cincuenta kilómetros, nos encontramos con la pequeña localidad
de Víu, un enclave que se halla en las estribaciones de Cotiella, en un entorno
montañoso, que dará apellido a determinados linajes que en origen pudieron
proceder o relacionarse con este pueblo, siendo el caso de la misma familia
del Barón de Herbers, quien como sabemos porta en su apellido compuesto la forma Ram de Víu.
Tengamos en cuenta que la presencia de apellidos que se
remontan hasta altas latitudes y que aparecerán documentados durante el medievo
por la zona del norte de Castellón, los veremos por ejemplo en el caso de
Peñíscola en la forma Ayza, la cual pensamos que probablemente estaría vinculada con la localidad aragonesa de Aísa.
Aísa es un municipio perteneciente a la comarca de
La Jacetania, distando de Castiello de Jaca (de donde procedían los
Atrocillo) solo a unos veinte kilómetros, y cuyo nombre según nuestra hipótesis
podría haber derivado en la forma que hoy portan muchos de
los habitantes peñiscolanos.
Hasta
la fecha con los escasos datos que hemos investigado, podemos aseverar una
serie de conclusiones, que señalan la influencia aragonesa en las tierras castellonenses. Así pues, tenemos por ejemplo el caso de los Garcés de Jánovas, quienes ya en el siglo XIII poseen el
señorío de Herbers; del mismo modo, es desde ese periodo hasta
poco después de finalizar el medievo, cuando este linaje alcanzará un
crecimiento social, que le permitirá obtener territorios y propiedades mucho
más allá de su área originaria, tal y como apreciamos en otras muchas familias de raíz aragonesa. Y es que como se ha indicado líneas arriba, no podemos
pasar por alto, el papel ejercido por los linajes de la pequeña nobleza
aragonesa en el momento de la repoblación valenciana tras la
reconquista, así como también incluso en una fase previa, cuando ya tendríamos constancia de la pervivencia de una cultura mozárabe, que consiguió sobrevivir al trascurso del dominio islámico.
David Gómez de Mora
Referencias bibliográficas:
*CASAS E INFANZONES DE SOBRARBE: 2021 (gensobrarbre.blogspot.com). “Apellido y linaje: Los Allué (IV), 19/12/2018 y Los Fuertes (LIV)”, 8/12/2021
*MOLPERECES, G. (2011). “Jánovas, Lavelilla y Lacort, de la expropiación a la rehabilitación”. Año 86, nº. 370 mayo, 201, pp. 67-72. En: Aragón 370
*NICOLÁS-MINUÉ
SÁNCHEZ, A. J. (2018). Familias Nobles de Aragón Linajes de Nobles e
Infanzones del Reyno de Aragón y sus descendencias escritos por Juan Mathías
Estevan. Fuentes Histórica Aragonesas, 84. Institución Fernando el
Católico. Excma. Diputación de Zaragoza, 634 pp.
*UBIETO ARTETA, A.; (1979). Orígenes del Reino de València. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (II tomo). Ediciones Anubar, 298 pp., Zaragoza.
*UTRILLA
UTRILLA, J. F. (2017). “De la "extremadura" aragonesa al reino de
Valencia. Las tierras de frontera entre
el mundo cristiano feudal y el Sharq al-Andalus (1170-1240)”. Bajar al reino: relaciones sociales, económicas y comerciales entre
Aragón y Valencia: siglos XIII-XV, pp. 31-61