jueves, 27 de febrero de 2025

Los lobos en Castillo de Villamalefa (hace más de 125 años atrás)

La historia del lobo está plagada de anécdotas y relatos. El caso de la provincia de Castellón es uno más, que como en cualquier lugar donde nos encontramos con este cánido, arrastra un pasado repleto de elementos interesantes.

Si analizamos las crónicas que hasta el siglo XIX nos detallan sucesos vinculados con la presencia del lobo en las inmediaciones de zonas pobladas, no dejan de llamarnos la atención algunas de las referencias que nos han llegado, sobre esta área castellonense en concreto.

Sobre esta cuestión, partimos de testimonios orales que nos verifican como hasta principios del siglo XX, los lobos todavía se dejaban ver en lugares específicos del término municipal de enclaves como Castillo de Villamalefa. Conocemos por ejemplo el caso de una de sus pedanías, Cedramán, ya que durante la segunda mitad del siglo XIX, todavía se llegaban a presenciar lobos alrededor de las casas de esta tranquila zona poblada.

Por aquel entonces, una de las principales preocupaciones, es que estos animales se introdujeran en alguno de los corrales donde los vecinos guardaban su ganado o descansaban los animales con los que efectuaban sus quehaceres agrícolas.

Un testimonio oral nos confirma como hasta principios del siglo XX, en las zonas apartadas y las masías, era todavía posible ver la presencia de algún lobo, fuese bien tanto en el área de Castillo de Villamalefa, como en los adyacentes términos municipales de Zucaina y Lucena del Cid. Otro testimonio nos indica como alrededor de 1880-1900, en el Mas Quemado (Castillo de Villamalefa), los lobos tenían atemorizada a la caballería de los labradores que estaban sembrando o trabajando en esa zona.

Cedramán (Castillo de Villamalefa)

Es por ello que cuando los machos percibían la presencia de este cánido, se alteraban y podían llegar a escaparse, lo que obligaba a que los labradores tuviesen que tenerlos bien atados y controlados, ya que a la mínima intentaban huir del lugar por el miedo a sufrir un ataque.

Madoz (1846-1850) en su Diccionario, comenta sobre Castillo de Villamalefa que “hay caza de perdices, conejos, liebres y palomas con otros animales dañinos, como son lobos y zorras”. En la misma línea estará Bernardo Mundina (1873), a través de su estudio sobre la historia y geografía de los municipios de Castellón, cuando indica de Castillo de Villamalefa que “hay entre sus breñas mucha caza, y algunos lobos y animales dañinos” (1988, 235). Un dato que encaja con el testimonio que relata la presencia del lobo en el Mas Quemado a finales del siglo XIX. Y es que en la zona donde se halla esta masía, todavía se conserva el topónimo de “La Lobera”.

Mas Quemado (Castillo de Villamalefa)

Hemos de pensar que en este lugar había diferentes familias residiendo, por lo que era habitual la tenencia de animales, además de la caballería con la que se trabajaba, atrayendo por esta razón hasta ese punto a los lobos que iban en busca de comida.

Igualmente, dentro del mismo término municipal de Castillo de Villamalefa, existe una zona designada como “La Rabosera, debido a la abundante presencia de zorros, que como sabemos se extendían por todo el entorno.

Sobre Zucaina, Madoz en su Diccionario, indica que “hay caza de conejos, liebres, perdices, palomas, lobos y zorras”, así como Mundina que “tiene algunos montes poblados de bosque, y entre sus escarpadas rocas se crían algunos lobos y zorras” (1988, 681).

David Gómez de Mora


Bibliografía:

*Madoz Ibáñez, Pascual (1845-1850). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid

*Mundina Milallave, Bernardo (1988). Historia. Obra de historia, estadística y geografía de la provincia de Castellón, facsímil de Imprenta y librería Rovira hermanos, 1873. Castellón, por Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Castellón, 693 pp.

jueves, 20 de febrero de 2025

La caça al segle XIX a la Tinença de Benifassà i en els seus voltants

La pràctica cinegètica ha estat essencial al llarg de la història, especialment en un espai com el nostre. És per això, que encara ben entrat el segle XX, serà sabut per la generació dels nostres avis, com d'important era la realització d'aquesta activitat, per a d'aquesta manera disposar d'una font d'aliment a les llars.

Si volem analitzar el desenvolupament de la caça al llarg del passat, veurem que podem parlar de diferents tipus de pràctiques. En el nostre cas, cal destacar bàsicament dues tipologies que han estat les que tradicionalment s'han dut a terme: la de subsistència (per a complementar la dieta proteica) i la del control d'espècies (per a així mantenir vigilades les explotacions agrícoles i ramaderes, ja que antany eren la principal font econòmica per a les famílies en les zones rurals).

Muntanyes de la zona de Bel a la carretera CV-104 (Baix Maestrat). Fins a principis del segle XX en aquest territori hi havia presència de llops

Si analitzem les obres tant de Madoz com Mundina, apreciem com en el segle XIX, en les terres de l'interior de la nostra comarca (Baix Maestrat), i els seus voltants, vorem la pràctica constant entre molta de la seua població de la caça menor com major.

En aquells temps era normal que la gent guardés la carn en conserves, així com aprofités al màxim els escassos recursos dels quals disposava, motiu pel que moltes persones es fabricaven ells mateixos els cartutxos, fonent el plom per a disposar de perdigons, així com recuperant les beines, que els hi permetien comptar amb munició per a així caçar aquell anhelat aliment que tantes alegries reportava a la família quan era servit a taula.

Respecte a la caça menor, veurem com la perdiu, el conill i les llebres, són sense cap mena de dubte les espècies més abundants durant el segle XIX en aquesta àrea. Quant a la caça major, com a forma de subsistència i control, les cabres munteses, com els cabirols, seran els exemplars més esmentats en les cròniques de l'època.

Fredes

Respecte aquelles actuacions dutes a terme amb la finalitat estrictament de regular determinades espècies que podien generar problemes (especialment en les cabanyes ramaderes o corrals), tindrem el cas de la guineu, juntament amb el llop, i que per la seva abundància i danys, eren conjuntament les que més preocupaven als camperols.

El cas de Bel (Rosell) és sense cap mena de dubte el més evident, ja que l'orografia abrupta del terreny i l'escassa densitat demogràfica que històricament ha tingut aquest espai, ha propiciat que entre els seus barrancs i muntanyes, proliferessin fins als primers anys del segle XX exemplars de llops, que en èpoques passades eren temuts pels seus habitants, com especialment per eixos masovers que residien enmig del vast territori natural que presenta la zona.

Adjuntem per aquest motiu un quadre de referències donades durant el segle XIX per autors com Madoz (al seu diccionari) i Mundina (en la obra dels pobles de la província de Castelló), per a què el lector es faci una idea del que en el present article estem comentant.


Municipi

Madoz (1846-1850)

Mundina (1873)

El Ballestar

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Bel

“Caza de perdices, conejos y muchos lobos”

“Barrancos y despeñadores, en los cuales se crían lobos y zorras” (pg. 106)

Boixar

“Hay abundante caza de liebres, conejos y perdices”

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Castell de Cabres

“Hay alguna caza de conejos y perdices”

“Entre sus montes incultos se crían algunos venados” (pg. 173)

Coratxà

“Caza de perdices, conejos y liebres”

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Fredes

“Caza de perdices, conejos, liebres y alguna de cabras monteses y corzos”

“Venados y otra caza mayor que se alberga entre agrietados peñascos” (pg. 305)

Herbers

“Hay caza de conejos, liebres y perdices”

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Herberset

“Caza de conejos y liebres”

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La Pobla de Benifassà

“Hay caza de conejos, perdices y liebres”

“Es abundante en caza mayor, y se ven con frecuencia trepar por sus breñas ligeros corzos y venados” (pg. 468)

Elaboración pròpia

David Gómez de Mora

Apuntes sobre el jabalí

Uno de los animales que arrastra una historia increíble en el mundo occidental, es sin lugar a duda el jabalí. Un mamífero presente en bastantes zonas de nuestro planeta, característico por su rapidez, fuerza y afilados colmillos.

El simbolismo de esta especie a lo largo de las diferentes culturas, ya queda plasmado en muchas de las pinturas rupestres que existen en múltiples cavernas, donde esta criatura ha sido inmortalizada. Se conoce una representación de este animal, fechada en 45.000 años en la Isla de Célebes (Indonesia), siendo considerada por muchos expertos como una de las obras de arte figurativo más antiguas del mundo1.

Esta importancia seguirá viéndose presente a lo largo de la Prehistoria, como ocurre por ejemplo en la Cueva de Altamira, así como en cantidad de relatos e historias, que nos retrotraen a la Grecia Clásica, a través del famoso mito del jabalí de Erimanto, una criatura que vivía en un monte de la Arcadia, que se alimentaba de personas y que gracias a sus poderosos colmillos, era capaz de lanzar por los aires árboles de raíz. Finalmente, Heracles, en uno de sus doce trabajos encargados por Euristeo, consiguió cazarlo.

Escultura de un jabalí del artista zamorano Baltasar Lobo

Apreciamos cómo el jabalí es una de esas criaturas que irá calando en las diferentes culturas que se fueron asentando en nuestro territorio. Simbolizando esa ferocidad y valentía con la que en determinados momentos puede embestir contra una persona.

Durante el medievo, y tras la ocupación musulmana de nuestro territorio, sabido es que el consumo de la carne de jabalí o su comercialización, estará prohibido de acuerdo con el Islam por considerarse impura2. Hecho que a los historiadores siempre nos debería hacer reflexionar cómo veremos en el caso del cerdo (Sus Domesticus), en el momento en que aparecen restos de este o del jabalí en yacimientos arqueológicos fechados durante los siglos VIII-XIII (al menos en nuestra franja territorial). Y es que si estos muestran marcas de consumo humano, lo más probable es que nos encontremos ante pobladores mozárabes (es decir, cristianos que vivieron bajo el dominio del Islam).

Así pues, para nosotros no cabe ninguna duda, como ya algunos expertos han señalado, que la presencia de restos arqueofaunísticos con evidencias de consumo alimenticio en ese periodo, son señales inequívocas de poblaciones cristianas presentes en ese lugar. Igualmente, sabemos de la misma forma por el libro de Levítico y las leyes judías, que el consumo de este animal también estaba prohibido entre estas comunidades religiosas por considerarse impuro, de ahí que por mucho que se intenten forzar planteamientos extravagantes con tal de suprimir la presencia de mozárabes durante el periodo señalado en esta zona, queda claro por ese contexto cultural y religioso, que podemos replantear muchas de las interpretaciones arqueológicas que hasta el presente siguen efectuándose, sobre la inexistencia de cristianos residiendo en el territorio valenciano durante ese intervalo de tiempo.

Esto no impedirá y especialmente en siglos posteriores, que el jabalí siguiese siendo representado en obras artísticas, que van más allá de cuadros de escenas cinegéticas o azulejos cerámicos, estando presente incluso en trabajos de piedra, a través de emblemas heráldicos, o en la decoración de templos religiosos por el simbolismo que aguarda, como en otros muchos espacios, que no hacen más que demostrar la importancia que este ha tenido a lo largo de la historia.

En el cristianismo, sabemos que con el trascurso de los siglos, el jabalí irá cargándose de una connotación negativa, asociándose con pecados capitales como la lujuria, la envidia y la gula. Todo ello sin olvidarnos de que este aparece en las Sagradas Escrituras, más concretamente en el libro de Salmos (80:13), cuando se indica que la especie generaba destrozos en los viñedos.

Por otro lado, en el mundo de la caballería, el jabalí no será visto con malos ojos, tal y como se desprende por armoriales y tratados heráldicos, siendo por ello un signo identificativo de muchas familias de la nobleza española, vinculándose de este modo como una especie atrevida, que embiste sin temor a su enemigo con toda la fuerza que puede.

Respecto a la parte biogeográfica, sabemos que en las tierras del norte de Castellón, el jabalí ha estado presente en esta área desde antes del asentamiento de los diferentes pobladores que integrarán  nuestra historia.

Como es de imaginar, en muchos momentos del pasado, dependiendo de la gestión cinegética y del estado en el que la agricultura se encontraba, su población iría variando. Y es que, aunque hoy a muchos les cueste de imaginar, por ejemplo, hace menos de un siglo, el número de jabalíes en nuestra zona, se hallaba en cifras mínimas.

Conocemos testimonios de cazadores, que en zonas como la Sierra de Leyre (una cadena montañosa navarra, denominada por muchas personas como “el reino del jabalí”), cincuenta años atrás, la cantidad de cerdos salvajes abatidos era escasa si la comparamos con las elevadas cifras que hoy conocemos. No es por ello un hecho casual, que la Dirección General de Tráfico ha comenzado a establecer a lo largo del país, multitud de señales donde se representa este animal, debido a la sobrepoblación que existe de la especie, puesto que es sin lugar a duda, uno de los representantes de fauna salvaje que mayores problemas genera a los conductores, hasta el punto de que es el animal que más siniestros provocó el año pasado con un 36% de la siniestralidad, seguido del corzo (26%)”3.

lineadirectaaseguradora.com/sala-de-prensa/-/animales-en-la-carretera

A esto cabe añadir que los siniestros de tráfico provocados por los animales crecieron un 40% en 2021, respecto a 2019, último ejercicio sin impacto de las restricciones de movilidad por la pandemia, y un 60% respecto al ejercicio anterior. Así lo puso el pasado mes de abril de manifiesto el V Informe del Centro de Estudios y Opinión Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial sobre colisiones de vehículos contra animales”4.

No hemos de olvidar que las especies silvestres causaron la muerte de 12 personas y dejaron heridas a mil, en los 600 accidentes que tuvieron lugar en las carreteras españolas en el año 2022. Estadísticas oficiales revelan que los atropellos de este tipo se han duplicado desde 2015, llegando a un promedio de 80 al día, una cifra estremecedora”5. Todo esto sin olvidarnos del daño que de por sí causan en zonas rurales, donde la agricultura en muchos casos es el único sustento económico que mantiene a la población de ese lugar, además de los riesgos sanitarios que estos pueden acarrear, como la transmisión de enfermedades a animales domésticos e incluso a personas (con la famosa triquinosis), junto una mayor cantidad de parásitos como las garrapatas. Una problemática que ya no solo afecta a las zonas rurales, extendiéndose a mayor escala, puesto que los jabalís frecuentan sin ningún problema áreas urbanas, llegando a presentarse en la misma línea de costa, como pudimos comprobar en verano de 2024 en la playa de Peñíscola6.

David Gómez de Mora


Referencias:

1elpais.com/ciencia/2021-01-13/la-pintura-de-un-jabali-de-hace-45500-anos-es-la-obra-de-arte-figurativo-mas-antigua-del-mundo.html (Juan Miguel Hernández Bonilla)

2lavanguardia.com/vida/20180131/44425362156/matanza-de-jabalies-en-el-mundo-musulman.html (Mohamed Siali)

3revistajaraysedal.es/senal-trafico-nueva-jabali/ (Javier Fernández-Caballero)

4Idem

5club-caza.com/article/art/28679 (Bea Rosete)

6 elperiodicomediterraneo.com/comarcas/2024/09/02/manada-jabalis-turistas-paseo-maritimo-peniscola-castellon-dv-107681231.html (Francis Aznar)

jueves, 6 de febrero de 2025

La previa al carlismo. La Guerra dels Malcontents

El levantamiento ultraabsolutista del año 1827, será sin lugar a duda un punto de arranque del ideario carlista que escasos años más tarde se manifestará en nuestro territorio, a través de las diferentes contiendas que tuvieron dividido a nuestro país.

Como sabemos, muchos de los integrantes de aquel movimiento contra las políticas liberales, eran integrantes de las filas Realistas que combatieron con anterioridad contra el gobierno reformador del Trienio Liberal.

Si queremos profundizar sobre los diferentes factores sociales, económicos y políticos que nos permiten entender con mayor detalle, las causas y consecuencias de las guerras carlistas en nuestro marco local, creemos que la Guerra dels Malcontents es esencial, para así partir de un escenario inicial.

Aunque nos encontremos ante un fenómeno que abarca un periodo breve de tiempo, y que tuvo una mayor resonancia en el territorio catalán, el hecho de su cercanía geográfica, ya que precisamente en las tierras del Obispado de Tortosa fue donde este germinó (lo que por tanto también inmiscuye a la franja litoral de Vinarós-Peñíscola), explican la necesidad de tenerlo presente.

El desengaño de las políticas liberales, y la dificultad con la que podían calar las ideas reformistas, en una sociedad claramente arraigada a la fe católica y la tradición, explicarán la aceptación de una forma de pensamiento que proclamaba abiertamente vivas a Carlos V, a la religión y a la Santa Inquisición.

Por aquellas fechas, la masonería había comenzado a invadir muchos de los grupos de poder que influían en la política del país, hecho que obviamente preocupaba a una población que veía como las directrices de los altos mandos, ponían en el punto de mira a una sociedad ruralizada y cristiana como la nuestra. Obviamente, la desconfianza no se hizo esperar, especialmente entre aquellos que aceptaban con agrado la figura de Fernando VII. Llegando por esta razón, incluso a pensarse que este se encontraba “secuestrado” por el gobierno, cosa que como se verá, era una falsa idea, que obedecía más bien a su incompetencia como gobernante, que a la percepción tenida por los ultraabsolutistas.

Cuadro de David Wilkie. Representa la reunión en una posada del mando de un grupo guerrillero (¿de los «agraviados»?) entre los que se encuentra un fraile. Fuente: Wikipedia.org

No faltaban desde luego motivos para preocupar a una sociedad, que veía cada vez de una forma más clara, como el daño infringido desde las medidas políticas y sociales, generaba consecuencias nocivas en esas zonas apartadas de las urbes.

La agitación general a la que se vio sometido el territorio catalán, fue tal, que en nuestra área limítrofe de las tierras castellonenses, esta se presenció de forma clara, aunque matizando, que de un modo más leve si se pretende comparar con los casos ocurridos en el septentrión vecino.

Aquella rebelión promovida por los sectores más conservadores, se dio por acabada en el mes de octubre de 1827, cuando sabemos que muchos de los ultraabsolutistas fueron represaliados, llegando incluso alguno de los principales cabecillas a ser fusilados.

En esta lucha de intereses, apreciaremos diferentes agentes, como ocurrirá con el clero más conservador, el cual se alineó con el movimiento de revuelta antiliberal, habiendo por ello en nuestra franja geográfica, diferentes personalidades que no dudaron en apoyar al pueblo, y por tanto sumirse en la causa. A todo esto, cabe añadir, una masa social donde el campesinado humilde (jornaleros) y familias de militares que habían ido a menos, veían en aquel estallido, una forma de canalizar su malestar con el gobierno español, que cada vez apoyaba más la desfragmentación del modelo tradicional, favoreciendo un ideario afrancesado, que poco tenía que ver con los valores impregnados por sus abuelos.

Creemos por ello que no será para nada un fenómeno casual, que el movimiento carlista vivido durante la primera contienda, cogiera mucha fuerza en esta zona meridional tarraconense, como también en las tierras del norte castellonense, donde emergerán personajes como el célebre don Ramón Cabrera años después. Para nosotros todo esto será un claro ejemplo de la marcada idiosincrasia, forjada gracias a la tradición y el amor por la religión, que desde muchos siglos atrás siempre se tuvo en esta región. Esto obviamente conectará con esa resistencia incluso finalizada la primera carlistada en 1839, ya que tanto en las tierras dels Ports de Morella como en el Baix Maestrat, algunos guerrilleros se mantendrán en pie, hasta casi coincidir en el tiempo con la llegada de la segunda guerra carlista.

Durante la Guerra dels Malcontents, pudo comprobarse la situación de descontento en la que se encontraba sometida la sociedad catalana, como resultado de las políticas reformistas y la herencia desastrosa del Trienio Liberal.

Cierto es que las autoridades alineadas con el gobierno, y por tanto, contrarias a estos alzamientos, abortaron intentos de sublevación en nuestra región. Siendo constantemente una preocupación, que los ultraabsolutistas consiguieran tomar un enclave estratégico como Peñíscola, el cual siempre se protegía con mucho recelo, de la misma forma que ocurriría posteriormente con las guerras carlistas, ya que en caso de dominarse, podía sin lugar a duda cambiar el curso de cualquier conflicto bélico en nuestro territorio.

David Gómez de Mora