jueves, 5 de mayo de 2022

“La Era del Castillo” de La Peraleja

Son muchos los interrogantes que nos quedan por despejar sobre los orígenes de esta localidad conquense, y de la que como mínimo podemos asegurar a ciencia cierta que durante la baja edad media hay constancia de un poblamiento que se mantendrá de forma permanente hasta nuestros días. Un enclave que posee su casco antiguo sobre un entorno que de forma natural se realza en medio de la meseta alcarriense, lo que le da cierto interés desde la perspectiva geoestatégica, pues con ello queda claro que la trama que discurrirá con el paso de los siglos hacia los pies del barranco que frenó la expansión del lugar, fue dirigiendo la planificación urbana del lugar, obligando a que el municipio creciera por los laterales y dejando como resultado algunas de las calles empinadas que hoy persisten en el parcelario peralejero. Sabemos que la zona alta del pueblo se halla en una cota cercana a los 880 m.s.n.m., permitiendo de este modo entrar en contacto con la visual de otros asentamientos distribuidos a lo largo del llano, y con los que desde un inicio mantendría una estrecha conexión.

"Era del Castillo" de La Peraleja

No obstante, el punto de interés que desearíamos tratar en este artículo se encuentra a escasos 200 metros en dirección noroeste de la parte antigua del pueblo. Se trata de una antigua era, hoy aprovechada como helipuerto de emergencias, y que hasta hace unos años perteneció a una de las líneas de la familia peralejera de los Jarabo, tal y como nos indicaba en una visita que realizamos al lugar don Antonio Muñoz, vecino del municipio, quien muy amablemente nos comentó diferentes cuestiones de interés histórico vinculadas con la localidad y que hasta la fecha desconocíamos.

Visual de la zona en la que se halla la antigua Era del Castillo

Respecto al entorno denominado como de la “Era del Castillo”, cabe preguntarse qué hay de cierto en la posibilidad de que en este punto antaño existiese algún tipo de edificio que revelase la presencia de una construcción con fines defensivos. Un paseo por los alrededores de este enclave no resulta suficiente como para llegar a profundizar en si el topónimo que designa esa vieja era, es o no una referencia vinculada con los restos de un castillo o torre hoy ya desaparecida de los tiempos de la dominación musulmana.

Placa que recuerda la donación del lugar efectuada por la familia Jarabo

Por una parte veremos como a priori en el lugar no hay presencia de vestigios que den pie a creer en esta idea, no obstante, también es cierto que el lugar al ser acondicionado para su actual uso, ha modificado por completo su fisionomía. Quedándonos por ello una modesta loma aplanada y ubicada a 893 m.s.n.m., pero que sigue siendo el espacio más elevado en relación a las inmediaciones del casco urbano.

Restos de la casona que la familia Jarabo poseía en la zona del casco antiguo de La Peraleja. Como se ha indicado en anteriores artículos, el linaje está documentado en el lugar desde el siglo XV, estableciéndose durante la segunda mitad del siglo XVI una rama que parte del terrateniente Bonifacio Jarabo, progenitor de la línea peralejera y que se caracterizará por la tenencia destacada de bienes, consolidándose como una de las familias más poderosa de su tiempo, tal y como lo demuestra la documentación de la época

Cabe decir que por norma general los asentamientos que no se emplazan en una hondonada, y si en altura (como sucede en el caso de La Peraleja), suelen partir en origen de algún espacio fortificado, el cual aprovechando la geomorfología del terreno, divisan un perímetro que les sirve para mantener bajo control el área de explotación económica en la que se mueven sus habitantes. Y es que a pesar de la falta de un relieve escabroso en esta zona de la Alcarria, la existencia de lomas o pequeños cerros que rompen la homogeneidad de sus planicies, se acaban transformando en entornos que por norma general se aprovechan para el emplazamiento de algún tipo de estructura defensiva.

Era del Castillo en una imagen del vuelo americano (serie b, durante los años 1956-1957). En: fototeca.cnig.es

Creemos que la distancia existente entre la era y el vacío de la trama urbana es considerable como para pensar que la localidad de La Peraleja se planificó sobre la base de ese hipotético espacio en el caso de haber existido. No obstante, en muchas ocasiones estos topónimos como sabemos no caen del cielo, pudiendo referirse a algún tipo de construcción, y que solían posicionarse en los alrededores de las poblaciones para reforzar la visual, como torres o zonas de vigilancia, algo lógico y que encaja con la idea de que si el casco medieval del municipio se resguardaba en el entorno de lo que hoy es la actual iglesia, la zona meridional quedaba bien divisada, pudiendo por ello reforzarse la parte trasera con una especie de atalaya. Precisamente y solo por poner un ejemplo, sabemos que en la cercana Gascueña, existen elementos defensivos de tales características, puesto que se insertan en la línea de las fortificaciones medievales que se desplegaron en la zona durante la época de instalación islámica, quedando por ello abierta la puerta a la hipótesis de que ese “castillo”, del que al menos en la fotografía área del vuelo americano de los años cincuenta del siglo pasado no se aprecia nada relevante, pudo ser algún tipo de torre que servía para conectar con el resto de enclaves fortificados de sus alrededores, y de los que como es lógico pensar, la Sierra de La Peraleja era otro de sus puntos de apoyo.

Un dato que nos parece interesante, es que si apreciamos la imagen referida del vuelo americano, queda claro como el montículo sobre el que se encontraba la era, ofrecía un relieve escalonado en dos niveles, no disponiéndose por esta razón como una mera lomilla que deslizaba uniformemente su pendiente, sino que ofrecía un acceso escalonado, aprovechando la presencia de una base rocosa, que de forma natural separaba la parte baja de la zona superior.

Afloramiento de niveles calizos naturales en la ladera de la lomilla

Ese nivel de roca calizo, a pesar de las remociones de tierra y el cambio de uso del lugar, todavía puede presenciarse en esta parte del montículo, no siendo por ello descabellado pensar en que esa disposición geomorgológica del terreno, fuese un elemento a tener en cuenta, en el momento de querer imaginar que siglos atrás existiese algún tipo de construcción que se bautizaría de forma precisa con esta designación.

David Gómez de Mora

Cronista Oficial de La Peraleja

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).