Normalmente, cuando escuchamos la palabra Reconquista siempre nos viene a la mente la figura de Jaime I y de su entrada en Valencia en otoño de 1238, o la de Blasco de Alagón, y que como sabemos fue crucial en los inicios de la toma y control del norte del territorio castellonense durante los inicios de esta empresa.
Es por ello que cabe preguntarse qué suponía realmente la Reconquista para muchos de aquellos hombres que arriesgaron su vida en pro de diversos motivos sobre los que aquí tampoco vamos a extendernos.
Entendemos que esta no fue sólo el ataque y posterior subyugación del “infiel”, sino el inicio de un nuevo modelo de control y ordenamiento del territorio. Castillos, torres y caminos pasaban ahora a las manos de todos aquellos que se habían ganado el favor regio acudiendo a la batalla: básicamente los nobles de la Corona y las órdenes militares.
Como pago por los servicios militares prestados al monarca, el noble adquiría un castillo −que muchas veces era de origen musulmán−, en donde se establecía y ejercía su poder sobre un radio de control. Poco a poco, este noble tendía a aumentar su prestigio realizando casamientos ventajosos entre sus hijos, esperando poder ampliar su patrimonio y por tanto su área de influencia. Pero esto tenía sus inconvenientes, pues originaba conflictos entre diferentes familias nobles, que temían ver mermadas sus posesiones, desembocando muchas veces en conflictos o choques de intereses.
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En este sentido, el papel que juega la nobleza a la hora de administrar el espacio geográfico, es una labor crucial. Los señoríos serán lugares desde los que se ejercerá una enorme presión.
Historiadores como José Antonio Gómez Sanjuán hablaban de un antiguo señorío en esta tierra con la llegada de Raymundo de Alós, así como incluso posteriormente con Perot Sancho, no obstante el problema de origen radica en la fuente en la que son citados ambos personajes, ya que para muchos historiadores las trovas de Mossèn Jaume Febrer son apócrifas. Aunque, rompiendo una lanza a favor de Gómez Sanjuán, también es igual de cierto que en documentación anterior a la primera toma de Peníscola, los Alós ya aparecen como colaboradores en el proceso reconquistador.
Creemos que es muy posible que algunos de los linajes que aparecen censados ya en los primeros años del siglo XIII, sean algunos de aquellos personajes que pondrían sus ojos en el interés por controlar este territorio.
David Gómez de Mora