domingo, 6 de octubre de 2024

El castillo de Ares del Maestrat

Otro de los grandes puntos fortificados, con un peso estratégico durante la ocupación musulmana, fue el castillo de Ares. Un enclave que estaba conectado con otros puestos defensivos, y que albergaba a su alrededor un espacio poblacional, que harían de este lugar un punto sumamente valorado, y que ya apreciamos en el momento de la reconquista cristiana, cuando “al oír D. Jaime I el mensaje del caudillo aragonés (Blasco de Alagón), mudó su intención de ir a Ares, porque uno de sus validos le dijo, -dejad Ares, que Morella es gran cosa-” (Beltran, 2014, 7).

Salta a la vista con esta frase, que el lugar fortificado de Ares estaba entre las prioridades de Jaume I. Nada extraño, teniendo en cuenta el puesto sobre el que se dispone la fortificación, ya que se emplaza entre dos hitos estratégicos como los castillos de Morella y Culla, en los que Blasco de Alagón obviamente albergaba interés. Igualmente, la posición elevada de Ares, y su conexión tierras hacia abajo, convertirán esta zona en un punto destacado.

Castillo de Ares del Maestrat

El noble Ladrón de Vidaura recibirá el lugar por su compromiso en la reconquista en los años treinta del siglo XIII. Un momento clave en la articulación del nuevo reino cristiano de Valencia, y donde como veremos en siglos venideros, Ares jugará un rol esencial.

Sabemos que el nombre de Ares ya aparece documentado incluso en el siglo XII, más concretamente en la carta de población de Alcañiz del año 1157, cuando entre los lindes se especifican los lugares de “Ad serram de Alcorbam et quomodo vadit ad molam d'aras”, es decir, la sierra de Alcorbam (y que nosotros identificamos como el espacio donde se emplazaría la fortaleza del Corbó -en el término municipal de Benassal-, así como la famosa Mola d'Ares). Dos enclaves sumamente importantes, hasta el punto de que la documentación aragonesa de mediados del siglo XII, ya nos está señalando que servirán como hitos fronterizos.


Carta de población de Alcañiz. https://dara.aragon.es/opac/app/item/doma?vm=nv&ob=df:1&p=0&st=.2.7.102.109&i=371002

Respecto al castillo, nos encontramos ante los vestigios ruinosos, de lo que sería una torre, así como resquicios de la muralla que protegían la zona. Bajo este punto apreciamos el área donde estarían residiendo los antiguos pobladores, y que también se hallarían resguardados.

La posición de la fortificación (a una altura de 1229 m.s.n.m.), aprovechaba las paredes acantiladas, que harán que el castillo no fuese nada fácil de tomar, pues contaba únicamente con una zona favorable para acceder, estando por ello casi como un punto colgado, que como sabemos ofrecía muchas prestaciones al señor que lo poseyera.

Su planta sería irregular, donde cabría añadir diferentes restos que todavía veremos en la zona de la “mola”, complicando imaginar su aspecto, por superponerse fábricas de diferentes momentos históricos. Un ejemplo es el caso de la Guerra de Sucesión, o en tiempos de Cabrera, cuando el castillo volvería a cobrar el esplendor de tiempos pasados.

Obviamente, veremos como en la zona elevada de lo que pudo ser esa fortaleza que se encontraría don Ladrón de Vidaura, no hay prácticamente nada que nos sirva para suponer su forma o aspecto durante el momento o época de dominación almohade. Al menos podemos confirmar que en ese punto se contaba con un área para el almacenamiento de agua.

El municipio como el castillo, sabemos que ya está oficialmente controlado por los cristianos en los años treinta del siglo XIII, existiendo antes como se ha comentado en otros trabajos, la presencia de bolsas de población cristiana (mozárabes), que se mantuvieron resistiendo en este entorno montañoso durante el periodo de ocupación islámica.

Es interesante conocer a fondo la toponimia de esta área geográfica, para que uno comience a ser consciente de la cantidad de nombres preislámicos, además de una evidente raíz latina mantenida con el uso del romance valenciano, en muchas de esas formas escritas que seguirán empleándose con el final de la reconquista, llegando con el tiempo hasta nuestros días.

David Gómez de Mora

Referencias:

*Beltran, J. (2014). "La visió històrica com una eina per al projecte arquitectònic: el territori com a patrimoni al Maestrat i el llenguatge de patrons a Morella". En: Jornadas Científicas COAC-ETSAB Barcelona. "Actas congreso internacional Arquitectura, Educación y Sociedad Barcelona, junio de 2014". Barcelona, pp. 1-12 

*www.dara.aragon.es

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).