Averiguar el origen de los diferentes elementos heráldicos que integran los escudos de esta población, es una tarea que nos encargamos de empezar a realizar hace unos años atrás. Dentro de esta línea, uno que queríamos sacar a colación, es el que representa a la localidad, y que siguiendo la descripción que podemos consultar en el D.O.C.M., nº87, a fecha del dos de mayo de 2005, se describe de la siguiente manera:
“1.º, de gules, tres castillos de oro [mal ordenados]; 2.º, de plata, dos leones de gules [colocados en palo]; 3.º, de oro, dos calderas de sable [colocadas en palo]; 4.º, de gules, siete barras de oro (en realidad, verguetado de catorce); 5.º, de azur, una piedra triangular (roquete) de oro; 6.º, de gules, doce cuádrigos de oro; 7.º, de oro, un castillo (en realidad, torre) de púrpura, sumado de un guerrero de plata, moviente de las almenas, que empuña una espada en su mano diestra y un escudo en la siniestra; 8.º, de plata, la cruz de la Inquisición, de sable; 9.º, de azur, un castillo (en realidad, torre) de oro, cercado en su mitad por ocho estrellas [de ocho puntas] de oro. Bordura de azur con una cadena de oro. Al timbre, corona real española.
Suponemos que esta referencia, se apoyará en la descripción que más de dos siglos atrás se recoge en la obra del geógrafo Tomás López, quien por otro lado, lo menciona así:
“La antigüedad de esta villa no se puede acreditar, si solo se sabe fue en los principios de un mismo señorío que la de Alarcón y Valverde, distinguidas hoy aquella con el Marquesado de Villena, y la otra Condes de ¿? las armas con que se distingue, y tiene esta villa son, diez cuarteles, tres castillos, dos leones, dos calderas, siete barras doradas, una piedra triangular, doce cuadrigos dorados, una estatua sobre un castillo, la cruz de la Inquisición, ocho estrellas que cercan la mitad del castillo, y alrededor una cadena que circunda todas las armas, el motivo de distingurise con dichas armas no se ha podido apurar a causa de la perdición de documentos en el año del enemigo en primeros de este siglo” (Tomás López, fols. 182 y 182-v).
Si profundizamos en este escudo, podemos intuir que el autor se apoyaría en una referencia heráldica que parece ser no llegaría a conservarse (al menos en piedra), y por tanto sobre la que carecemos de detalles que nos ayuden en estos momentos a ahondar en sus cuarteles, siendo buen ejemplo esa docena de cuadrigos o la piedra triangular, y que no sabemos por ahora con qué relacionar.
Un análisis somero, nos lleva a plantear como hipótesis, que este se apoyaría en una composición de variados cuarteles, en muchos casos con un origen asociado a distintos linajes, además de una vinculación con el Santo Oficio, ya que en el octavo cuartel, distinguimos las armas de la inquisición.
Ahora bien, al tratar temáticas de índole heráldica, ante la ausencia de mucha documentación, nos surgen múltiples dudas, que difícilmente podemos despejar con seguridad. Una y que no podemos evitar, es la de aclarar el origen de algunos de estos blasones, como ocurre con el que se remata en la verja de la capilla del Cristo de la Viga, la cual estaba asociada con una casa de labradores del pueblo: los Ximénez- Moreno.
Como sabemos, toda familia noble que dispusiera de un escudo de armas, solía hacer alarde del mismo, especialmente cuando se quería delimitar un lugar considerado como propio, siendo este el caso de una capilla familiar dentro de la iglesia parroquial. Esto y que lo apreciaremos con los señores de Buenache (la familia Ruiz de Alarcón), así como en los Reyllo, refleja esa necesidad de demostrar la propiedad y estatus que un linaje poseía. Ahora bien, si los Ximénez-Moreno aparentemente no tenían reconocida una hidalguía, ¿de dónde procedía el emblema que coronaba la verja de la capilla que los relacionaba como uno de los fundadores?
Ya advertimos años atrás, que esta misma representación heráldica, coincide con una pieza esculpida, adosada a la fuente de la plaza del pueblo. Podríamos plantear como hipótesis que los Ximénez-Moreno al no disponer de armas propias, utilizarían algunas relacionadas con el lugar, no siendo descabellado, que estas fuesen las que antiguamente existían en el municipio. Una cuestión que no deja de ser una hipótesis, y que por ahora queda en el aire.
En este sentido, hemos de decir que resultaría necesario indagar más a fondo un estudio de esta representación heráldica que hay en la capilla, ya que lo que podría ser la letra que aparecere rematando la zona superior derecha del escudo, aparentemente se lee como una “H”, aunque esto a priori no se observa con la misma claridad en el escudo de la plaza, de ahí que tengamos la duda de si esa forma, es otra letra que no podemos distinguir, como sería el caso de una “A”. Evidentemente, aclarar si esto obedece a una serie de símbolos, o unas iniciales como una B.H. o una B.A., puede ser importante en el intento de despejar dudas
Hemos de pensar que el escudo que había en tiempos de Tomás López, y que este relaciona con las armas de la villa, pudo haberse descrito del que había en la fachada del ayuntamiento u otro edificio, y que como sabemos, no se correspondería con las dependencias actuales de la casa de la villa, ya que anteriormente se ubicaba enfrente de la actual, es decir, en el otro extremo de la plaza. Más concretamente en lo que actualmente es el bar de pensionistas y jubilados "La Cañada". Además, la forma rectangular de esta plaza, salta a la vista que se ha ido alterando, debido a los avances que por uno de sus laterales irían realizando las viviendas edificadas más tarde.
Al margen de la cuestión del color que presenta el escudo de la verja de la capilla del Cristo de la Viga, cabe decir que este perfectamente se pudo haber retocado posteriormente, alterándose seguramente los esmaltes originales de los elementos que lo componen. Este se caracteriza por una cruz con bordura de aspas, y dos ollas en el lateral, por lo que intuimos que estaríamos ante las armas de los Ruiz de Alarcón (y que del mismo modo observamos en la capilla del mismo templo), junto con las dos calderas de los Pacheco, ambos probablemente en alusión a los señores del lugar, don Pedro Ruiz de Alarcón y su esposa doña Catalina Pacheco, y que podrían haber representado a su hijo, el siguiente señor del lugar.
En cuanto a la familia de los Ximénez-Moreno, no debemos pasar por alto la figura histórica del Licenciado Francisco Ximénez Moreno, quien llegó a ser Comisario del Santo Oficio, presbítero racionero de la Catedral de Cuenca y Mayordomo de la Mesa Capitular Catedralicia. Esto obviamente tuvo que ser un catalizador para la obtención del privilegio de poder alzar una capilla privada por parte de su sobrina. No olvidemos que el Cristo de la Viga era muy querido en Buenache por decirse de él que en diversas ocasiones había cumplido con numerosas súplicas y beneficios que sus devotos le habían pedido.
Sobre la sobrina, doña Ana Ximénez-Moreno, esta se había comprometido y casado con un noble de la ciudad de Cuenca, don Juan de Solana. Los padres de Ana pertenecían a una casa de labradores desahogados. No obstante, una pregunta que podemos hacernos, es si el escudo de la capilla, pudo tener alguna relación con el primitivo escudo que existió en la villa, puesto que bien podría haber hecho alusión a los señores del lugar, es decir a los Ruiz de Alarcón y Pacheco.
Aunque no hallamos estudiado a fondo la figura de doña Ana Ximénez-Moreno, evidentemente cuando esta casó con el hidalgo conquense don Juan de Solana, imaginamos que la familia y el círculo social que rodeaba a sus padres (Alonso Moreno y Juliana García-Renterño) se le tenía en muy buena consideración.
Sabemos que Alonso era hermano del licenciado Francisco Ximénez-Moreno, ambos hijos de Alonso Moreno e Isabel Hortelano de Segovia (estos velados en 1613), y vástagos de Francisco Ximénez y María Ramón. Uno de los tíos paternos del licenciado Francisco Ximénez-Moreno era el Licenciado Francisco Ximénez, padre a la vez de otro licenciado llamado Francisco Ximénez-Patrón. Siguiendo nuestros apuntes genealógicos, veremos que una sobrina del licenciado Francisco Ximénez-Moreno estaba casada con don Marcos López de Gonzalo, un integrante de la nobleza local.
Igualmente, el licenciado y Comisario del Santo Oficio, además de presbítero y racionero de la Catedral de Cuenca, en su partida de defunción, indica que desea ser enterrado en la misma Catedral, donde yace el racionero Simón López Salonarde, pagando además una manda total de 4000 misas.
No olvidemos que los Salonarde también procedían de Buenache de Alarcón. El licenciado tenía varios criados, así como algunas piezas pictóricas, entre las que destacarán tres cuadros grandes que dará a la Iglesia de Buenache. Uno de ellos será una Asunción de la Virgen, otro una representación de San Pedro, y el tercero dedicado a San Pablo. Igualmente, sabemos que este tenía varias viviendas, como las que había en la plazuela del obispo de Cuenca, y que era donde vivía el racionero don Juan de Cañas, la cual se compró a don Francisco Muñoz Carrillo (este caballero de la Orden de Calatrava y Regidor Perpetuo de Cuenca).
Otra de las obras pictóricas que el licenciado donó, fue un cuadro de Santa Teresa al racionero Juan Domínguez Jaramillo. Entre sus propiedades, veremos más de medio centenar de fincas.
Quedaba pues claro (que ese patrimonio, el poder que la familia ya venía acumulando en la segunda mitad del siglo XVII, así como su influencia dentro del círculo del poder bonachero), que la casa de los Ximénez-Moreno, contaba con credenciales, como para ser gente conocida más allá de su área de origen. Igualmente hemos de recordar que su prima hermana Elvira de Segovia, había casado con don Pedro de Rojas y Ausa, otra familia hidalga con notable poder e influencias más allá del marco municipal, y es que el hermano de este (don Juan de Rojas y Ausa), fue obispo de Nicaragua.
David Gómez deMora
Cronista Oficial de Piqueras del Castillo
Referencias:
*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro I de matrimonios de Buenache de Alarcón (1571-1606), Sig. 24/27, P. 575
*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro II de matrimonios de Buenache de Alarcón (1606-1651), Sig. 24/28, P. 576
*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro III de defunciones de Buenache de Alarcón (1629-1693), Sig. 24/39, P. 587
*Biblioteca Nacional de España. Diccionario geográfico de España de Tomás López
*D.O.C.M., nº87 (2-5-2005)