domingo, 21 de noviembre de 2021

Los Payá en la provincia de Cuenca. Apuntes históricos y genealógicos

Entre los varios linajes que se desplazarán hacia tierras castellanas desde lo que fue el antiguo Reino de Murcia y zona interior del territorio alicantino, llama nuestra atención el caso de los Payá. Una familia con raíces ahondadas en una franja muy concreta de lo que hoy es la provincia de Alicante, entre las tierras de la Marina y el Vinalopó, y según creemos, afincada por sus diversas ramas como mínimo desde la baja edad media.

Ciertamente el caso de la presencia de algunos de sus integrantes en Cuenca no ha sido tema de estudio, en parte debido a que su instalación ha resultado bastante puntual o residual. No obstante conocemos casos de interés, que deben al menor comentarse, ya que por diversas circunstancias, su apellido y sangre se ha mezclado entre mucha de la gente que desciende de la región de la Manchuela Conquense.

Conocemos de primera mano el caso de Buenache de Alarcón, en el que se nos cita como Úrsula Perelló Payá, entablará relaciones matrimoniales con un integrante de la casa de los Cerrillo. Desconocemos a día de hoy cuando y qué motivó un desplazamiento de esta índole. Cabe decir que Sax es un territorio que históricamente ha sido zona de paso por su excelente comunicación hacia tierras alicantinas, funcionando como un punto de cierto valor estratégico, tal y como ya evidencia su castillo medieval, además de la influencia ejercida en tiempos del Marqués de Villena.

Ahora bien, es importante entender el papel social que han ejercido algunos de los representantes de este linaje, para esclarecer parte de su evolución y proyección social allá donde se ha desplazado el apellido, y que ya de por sí llama su atención al no vincularse con ninguna localidad, lo que nos hace pensar que en origen buena parte de los miembros que lo portan, podrían proceder de un mismo progenitor. Esto unido a la concentración geográfica que históricamente nos muestran las referencias escritas de los archivos, apoyan en parte esta hipótesis genealógica.

El caso anteriormente comentado de Cuenca se produce a principios del siglo XVIII, cuando una integrante de la casa de los Payá, a priori de la localidad de Sax, y por tanto de adscripción murciana en esas fechas, entabla relación matrimonial con un Cerrillo de Buenache. Llaman la atención dos cuestiones de este caso. La primera es que el enlace será doble entre hermanos, es decir, dos varones de la casa Cerrillo con dos mujeres de los Payá (pero que en primer lugar portarán el apellido Perelló). Una de estas se quedó dejando su descendencia en la misma localidad de Buenache, eso sí (bajo la forma Cerrillo), así como la otra permanecería en Sax, permitiendo una rica prole de la misma casa.

No sabemos si la línea de los Perelló-Payá que casó con los Cerrillo era consciente de la alianza que acababan de firmar. Suponemos obviamente que sí, pues la familia conquense no estaba nada mal posicionada. Por aquel entonces ya habían tenido familiares ocupando la alcaldía municipal, además de haber creado una fundación religiosa, que a través de una capellanía permitía la realización de estudios religiosos, sin olvidar que uno de los integrantes había sido correspondido con una capitanía militar, lo que les permitió en más de una ocasión portar el distintivo del don, acercándoles prácticamente al tratamiento de lo que denominaríamos como miembros de una modesta nobleza local.

Desde luego pensamos que ese enlace no sería algo casual, ya que los Payá eran una de esas familias sobradamente conocidas en la zona por el poder que tenían. A pesar de haber gestado parte de su patrimonio a través de la tenencia de tierras, pues como decimos, no tenemos constancia de una pasado caballeresco que remarque casas solariegas allá por donde se instalaron. Varias líneas de Payá gozaron de buena posición en esos espacios en los que se irán instalando, tanto es así que por ejemplo, tras la expulsión de los moriscos que se produce en lugares como Petrer, los Payá son de las escasas familias que pueden invocar un pasado de cristianos viejos en el lugar.

Escudo de los Payá en el palacio señorial del que fuera el Cardenal Payá -Onil- (imagen del autor)

Al respecto, Enrique Mira-Perceval y María del Carmen Rico, nos informan en un artículo titulado “Casas blasonadas de Petrer: La casa del Mayorazgo o de los Mestre” que en el año 1632, “en la antigua iglesia de San Bartolomé, sólo seis familias ostentaban el patronato de cinco capillas con las siguientes advocaciones: San Cristóbal (Maestre), San José (Rico), San Juan Bautista (Brotons), Nuestra Señora de Monserrate (Payá), y la del Cristo (Montesinos y Agulló)” (2013, 28).

Añaden a continuación que La familia de los Payá, que en la antigua iglesia tenía capilla con sepultura en el crucero con la invocación de San Francisco Javier y, antes bajo la advocación de Nuestra Señora de Monserrate, había tenido que quitar el santo y que anduviese de pariente en pariente, por lo que pidieron permiso para colocar a su santo patrono, construyendo a sus expensas nueva capilla y con la condición por parte de la iglesia de -ser excluidos del derecho de patronato el que no contribuyera-. Finalmente la capilla de los Payá en el nuevo templo se dedicó a San José y fue bendecida el 19 de marzo de 1804” (Mira-Perceval y Rico, 2013, 29).

Tampoco podemos pasar por alto una de las grandes figuras del linaje que portará este apellido en primer lugar, hablamos del famoso Obispo conquense Payá, más concretamente, don Miguel Antonio Payá y Rico, quien llegaría a ser Cardenal e hijo de Miguel Payá i Barceló (natural de Beneixama) y Rosa Rico i Juan (ella de Onil). No olvidemos que la familia de ambos eran casas de labradores desahogados con bastantes recursos, y que invocaban su ascendencia con la de aquellas familias más importantes de la zona de Beneixama, Biar, Castalla y Onil.

Interior del Museu de la Nina, donde todavía se ha conservado parte del mobiliario de la familia Payá (imagen del autor)

Pero si hubo una línea que dará nombre y marca a este apellido, esa será sin ninguna duda la de los jugueteros Payá. Esta rama asentada en Ibi, consiguió acumular muchas ganancias, a través de la venta de juguetes, una industria que acabaría siendo en la región, todo un referente que traspasaría el marco nacional, y que reflejará una situación de prosperidad económica, con la que comenzarán a crecer muchas familias englobadas dentro de una modesta burguesía artesanal, que a pesar de vivir en zonas rurales como la que nos ocupa, pudieron proyectarse de manera satisfactoria. A día de hoy, en lo que es la casa del Museu Valencià del Joguet (en Ibi), perteneciente a la antigua fábrica de los Payá, se recuerda parte de esa importancia adquirida, así como en la cercana Onil, también puede contemplarse un escudo labrado en piedra adscrito a la familia en el Museu de la Nina, y que corresponde con el palacete residencial del que fuera el Cardenal Payá. Muestra de ese poder que ya pasaba a ser exhibido, y que claramente revindicaba su pertenencia a lo que entenderíamos como una casa más de la nobleza local, y que como ya se ha visto, en el caso de Petrer, también será enaltecida con su respectiva capilla familiar.

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).