viernes, 13 de agosto de 2021

Metafísica (el Ser y el Ente)

La metafísica es una rama de la filosofía que con el trascurso de los años ha ido planteando cuestiones necesarias para comprender la plenitud del conocimiento humano. Actualmente vemos como sigue desempeñando su papel en el estudio de la realidad que es inaccesible a la investigación empírica. Como ya advirtió en su día Immanuel Kant, la metafísica es una disciplina que analiza y presenta juicios que van más allá de cualquier experiencia sensible. Ciertamente sus raíces ahondan en Aristóteles, quien podríamos decir que sería su precursor, al definirla como la primera filosofía.

Dentro de esta materia nos hallaríamos con una parte concreta, que denominamos como ontología, y que viene a ser la parte de la metafísica encargada de investigar que entidades existen más allá de lo que uno puede llegar a ver.

La metafísica es tan necesaria como la física, las matemáticas o cualquier ciencia empírica, puesto que da respuesta a cuestiones que las personas debemos de seguir preguntándonos. Precisamente, uno de los conceptos que emergen de la misma son los del Ser y el Ente. Recordemos que el Ente tiene un significado concreto, es decir, las cosas que existen en el mundo o la cosa que es designada por un Ser.

Vamos a analizar el concepto de Ser y Ente para comprender mucho mejor que significan en el campo de la metafísica.

El Ser es un acto o una propiedad de las cosas, es decir, una perfección. Todas las cosas forman parte de un Ser, y en este sentido las llamamos Entes, aunque al mismo tiempo albergan una esencia gracias a las que reciben distintos nombres. Tengamos en cuenta que el Ser y esa esencia son dos elementos inseparables que veremos en cualquier realidad del Universo.

Si analizamos a fondo lo dicho, apreciamos que el ser es el acto más radical de aquello por lo que son las cosas, de ahí que la referida esencia, se convierta al final en la parte discriminatoria que hará que cada cosa sea de uno u otro modo.

Es decir, el Ser constituiría el primer acto del Ente, del mismo modo que se explica como el alma da vida al cuerpo. Ciertamente el Ser puede ser uno de los términos más genéricos que conozcamos, pudiendo atribuirse a todo. En cambio las propiedades del Ente pueden ser físicas o metafísicas (la primera percibida con parámetros tangibles mientras que la segunda desde la razón)

 

Concepción postaristotélica

Para Santo Tomás de Aquino el acto de Ser era lo más perfecto que existía, dándose este en diferentes grados, hasta alcanzar con Dios su máxima intensidad, así por ejemplo en las criaturas, a medida que estas eran menos perfectas, su Ser tenía un grado de pureza inferior.

Recordemos que para Aristóteles había un primer motor inmóvil, una primera causa de todo el movimiento que habrá en el Universo y que no era accionado por nada. Idea que extraerá del Logos de Heráclito. Ese acto puro, encargado del inicio de todo, era una especie de ser eterno, que nunca paraba, y que era esencial para la creación de las cosas. Este Dios aristotélico acaba convirtiéndose en la causa de todo cambio en el Universo.

Posteriormente será Santo Tomás quien a la hora de explicar los atributos de Dios, profundizará mucho más en los rasgos que definían su forma de Ser.

-Afirmación: ya que Dios es la causa de todas las cosas que resultan perfectamente puras.

-Negación: rechazándose que Dios posea atributos que resultaran imperfectos.

-Analogía: pues la capacidad de conocimiento en Dios es perfecta y en los humanos imperfecta.

-Eminencia: Dios la posee de forma infinita.

Entre los atributos entitativos que provienen de estas características y que lo definen como un Ser absolutamente diferente respecto del resto  del Universo, veremos cómo Santo Tomás enumera las características de simplicidad (al carecer de composición o forma), perfección, infinitud (no tiene límites), inmutabilidad y unidad (por ser único).

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).