El apellido Francés aparece en diversas limpiezas de sangre que diferentes familias de la nobleza andaluza intentarán demostrar en los expedientes llevados a cabo por la inqusición sevillana. Conocemos algunas reseñas de cierto interés, tal y como sucederá en el interrogatorio que se realiza a muchos cañeteros que conocían al señor Orozco Francés, entre los que se afirmaba cómo su familia había tenido “los primeros oficios de la nobleza en esta República por ser tenidos por nobles por todas sus cuatro líneas”.
Además, en estos informes se recopilaban testimonios que tenían como propósito ensalzar y demostrar el pasado hidalgo de aquellos que portaban ese apellido. Esto se debía a los consiguientes privilegios que acarreaba, pues iban más allá de la distinción social entre el resto de vecinos, ya que el hidalgo por norma general no pechaba, es decir, estaba exento del pago de determinados impuestos. Además, este hecho les permitía aspirar a ocupar ciertos cargos u oficios que no estaban al alcance de la plebe.
En este mismo expediente encontramos un testimonio bastante curioso, en el que se relata cómo durante las fiestas del pueblo, a mediados del siglo XVII, un tal Francisco Francés fue visto jugando a las cañas con varios caballeros entre los que estaba don Alonso de Corona, otro hidalgo cañetero de buena reputación.
Armas heráldicas del apellido Francés
Por aquellos tiempos era muy importante ser visto con determinadas personas, así como realizando diferentes actividades que otorgaban cierta importancia a quienes las practicaban, de ahí que en el interrogatorio en el que se pretende demostrar la nobleza del pretendiente, entre otras casas cañeteras aparecería la de los Francés.
Hemos de destacar que la mención de esta práctica no era casual, pues el juego de cañas durante varios siglos se celebró en muchas de las plazas mayores del país. Su desarrollo consistía en la escenificación de un combate, en el que hombres montados a caballo iban tirándose cañas como si de lanzas se tratase, habiendo de protegerse con un escudo, simulando una lucha propia de las libradas en el medievo. Se competía por equipos, y por norma general, la actividad estaba reservada para miembros de la nobleza. De ahí deriva la importancia de que un representante de los Francés participara en esta actividad , ya que esto suponía una muestra que reafirmaba esa pertenencia a la élite local.
David Gómez de Mora
Bibliografía:
* Archivo de la Catedral de Sevilla. Expediente de limpieza de sangre de don Juan de Orozco Francés. Referencia J-94, legajo 31. Año 1691