domingo, 12 de junio de 2022

Residencias destacadas en Villarejo de la Peñuela

Las viviendas son y serán un reflejo de la condición y aspiración social de las personas que las habitan en su interior. Un patrón que prácticamente no ha cambiado con el paso de los siglos, así como una razón adicional para quienes nos interesa analizar las características que distinguen los grupos de poder en tiempos pasados, y que complementamos con los testamentos o los libros de defunciones donde aparecen sus propietarios. 

Habitualmente aquellos vecinos que no disponían de recursos y tampoco vivían muy desahogadamente, habitaban casas en las que había una carencia de elementos artísticos, y que las convertían en lugares simples, lo más pragmáticos o normales para residir, que por norma general consolidaban su fachada con piedras grandes apoyadas sobre la clásica mezcla de mortero, y que posteriormente se rebozaba con cal, protegiendo así térmicamente el hogar además de darle una función antiséptica, que a la vez ocultaba el material con el que esta se había edificado. La otra cara de la moneda estaba en aquella gente con una aceptable disponibilidad de bienes, y que podía encargar a uno o varios canteros que esculpieran los sillares que cubrían toda la parte externa de su residencia, hecho que evidentemente conllevaba unos costes superiores, y que dependiendo del grado de poder, podía mejorarse con decoración en diferentes puntos de la parte externa del hogar. De la misma forma, aquellos que deseaban imitar las viviendas de familias con recursos, pero que no podían permitirse una fachada lucida enteramente por fuera, seleccionaban una parte concreta en la que destinaban esa inversión de los sillares, todo con tal de mejorar su aspecto, dedicándose por costumbre en las zonas de las entradas y ventanales, donde el contraste era más vistoso respecto al resto de la casa, consiguiendo así engalanarla mucho mejor.

En el caso de Villarejo observamos dentro de su casco urbano algunos ejemplos de viviendas que podríamos atribuir a familias que antaño tuvieron inquilinos que pudieron permitirse algunas de las actuaciones que arriba hemos comentado. Se trata de las típicas residencias de familias labriegas desahogadas, que rompen con la línea de la casa tradicional del campesino acomodado con dos plantas y una cámara superior, que cuenta además con una disposición bastante aceptable del espacio, pero en la que la cal a lo largo de la vivienda y la ausencia de cualquier elemento que denote cantería, son sus principales señas de identidad.  Cabe decir que en el caso de este territorio, el trabajo en forja en las ventanas es otra de esas formas con las que inteligentemente se pretende sacar mayor partido al aspecto de la fachada.

Vivienda en la calle prado de Villarejo de la Peñuela. Su decoración puede adscribirse al estilo barroco de estas zonas ruralizadas

Villarejo de la Peñuela se dispone en una zona llana, sin excesivos accidentes geográficos, lo que le posibilita la presencia de casas de cierto tamaño, un elemento a tener en cuenta siempre que deseemos estudiar la distribución y tipología de los hogares en cualquier lugar, pues el medio en el que se encuentran muchas veces es el factor que determina las directrices del urbanismo de esa zona.

Por una parte en la calle calvario, conocida es la residencia por el emblema heráldico que remata la entrada del hogar. Una vivienda que en su momento apostó por la posición intermedia de concentrar el sillar de calidad en la zona baja y alrededor de su entrada. Precisamente en uno de estos apreciamos los restos de una marca de cantería, así como en otro superior lo que parece ser un reloj solar circular, además de la clásica cruz protectora que se esculpía en la caras de las entradas de los hogares, conservándose todavía en un taco de madera una argolla encastada y que da en su conjunto con el referido escudo de armas a la fachada un aire de elegancia dentro de esa arquitectura rural a la que nos estamos refiriendo.

 

Casa de la calle calvario de Villarejo de la Peñuela. La puerta se remata con un escudo atribuido a la familia Castro, y que como sabemos residió en el municipio desde el siglo XVI hasta el XVIII

Igualmente apreciamos los vestigios de otras residencias al mando de gente que pudo permitirse la construcción de una fachada destacada, siendo el caso de una trabajada enteramente con sillares, y que se deja ver a pesar de las reformas a las que se habrá visto sometida con el paso de los siglos. Esta concretamente se halla en la calle zacatín, donde puede incluso intuirse una de las partes abiertas que la comunicaban con el exterior. Salta a la vista que esta se dividió, presentando antiguamente un tamaño más grande, no distando de la zona en la que se encontraba el palacio de los señores del lugar, y que como sabemos era la residencia más espectacular del municipio.

Casa trabajada con sillería en la calle zacatín de Villarejo de la Peñuela

Para finalizar, otra vivienda que desearíamos destacar en el presente artículo, es una casa característica de ricos labradores, y que cuenta con elementos ornamentales que podrían haberse introducido durante el periodo barroco. Esta se encuentra en la calle prado, siendo un claro ejemplo de aquellos hogares de zonas rurales habitados por familias con propiedades, pero que no llegarían a insertarse dentro de la nobleza local, de lo contrario hubiesen lucido esa decoración con algún emblema heráldico que diera mayor singularidad y personalidad al edificio.

David Gómez de Mora

Cronista Oficial de Villarejo de la Peñuela

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).