En el caso de Villarejo observamos dentro de su casco urbano algunos ejemplos de viviendas que podríamos atribuir a familias que antaño tuvieron inquilinos que pudieron permitirse algunas de las actuaciones que arriba hemos comentado. Se trata de las típicas residencias de familias labriegas desahogadas, que rompen con la línea de la casa tradicional del campesino acomodado con dos plantas y una cámara superior, que cuenta además con una disposición bastante aceptable del espacio, pero en la que la cal a lo largo de la vivienda y la ausencia de cualquier elemento que denote cantería, son sus principales señas de identidad. Cabe decir que en el caso de este territorio, el trabajo en forja en las ventanas es otra de esas formas con las que inteligentemente se pretende sacar mayor partido al aspecto de la fachada.
Villarejo de la Peñuela se
dispone en una zona llana, sin excesivos accidentes geográficos, lo que le posibilita
la presencia de casas de cierto tamaño, un elemento a tener en cuenta siempre
que deseemos estudiar la distribución y tipología de los hogares en cualquier
lugar, pues el medio en el que se encuentran muchas veces es el factor que
determina las directrices del urbanismo de esa zona.
Por una parte en la calle
calvario, conocida es la residencia por el emblema heráldico que remata la entrada del hogar. Una vivienda que en
su momento apostó por la posición intermedia de concentrar el sillar de calidad
en la zona baja y alrededor de su entrada. Precisamente en uno de estos apreciamos
los restos de una marca de cantería, así como en otro superior lo que parece ser
un reloj solar circular, además de la clásica cruz protectora que se esculpía
en la caras de las entradas de los hogares, conservándose todavía en un taco de
madera una argolla encastada y que da en su conjunto con el referido escudo de
armas a la fachada un aire de elegancia dentro de esa arquitectura rural a la
que nos estamos refiriendo.
Igualmente apreciamos los vestigios de otras residencias al mando de gente que pudo permitirse la construcción de una fachada destacada, siendo el caso de una trabajada enteramente con sillares, y que se deja ver a pesar de las reformas a las que se habrá visto sometida con el paso de los siglos. Esta concretamente se halla en la calle zacatín, donde puede incluso intuirse una de las partes abiertas que la comunicaban con el exterior. Salta a la vista que esta se dividió, presentando antiguamente un tamaño más grande, no distando de la zona en la que se encontraba el palacio de los señores del lugar, y que como sabemos era la residencia más espectacular del municipio.
Para finalizar, otra vivienda que desearíamos destacar en el presente artículo, es una casa característica de ricos labradores, y que cuenta con elementos ornamentales que podrían haberse introducido durante el periodo barroco. Esta se encuentra en la calle prado, siendo un claro ejemplo de aquellos hogares de zonas rurales habitados por familias con propiedades, pero que no llegarían a insertarse dentro de la nobleza local, de lo contrario hubiesen lucido esa decoración con algún emblema heráldico que diera mayor singularidad y personalidad al edificio.
David Gómez de Mora
Cronista Oficial de Villarejo de la Peñuela