viernes, 3 de diciembre de 2021

Juan Pérez de Beteta, un verdelpinero con mucha historia

Leer de manera pormenorizada que albergaban las habitaciones y rincones de la casa de un hombre de esos tiempos, en cierto modo refleja una parte de esa idiosincrasia desarrollada centurias atrás en un olvidado mundo rural, del que tantas cosas nos siguen quedando por aprender.

Juan Pérez de Beteta era un labrador bien aposentado, de esos que vivían con lo necesario, y que consideraba que en su testamento debían de figurar todas y cada una de las cosas que con el esfuerzo del trabajo diario junto con el legado transmitido generacionalmente, habían de aprovecharse y salvaguardarse como un tesoro familiar.

Esto lo comprobaremos en la multitud de sábanas, sayas, mantas, almohadas, cubrecamas, camisas y capas almacenadas, que junto con el calor de la chimenea de su hogar, protegían a él y a los suyos de esos fríos otoños e inviernos por los que se caracteriza la climatología de la alcarria conquense.

Allí, en Verdelpino de Huete, por encima de cotas que superan los 1000 metros, es donde se forjaron algunos linajes de rudos y fuertes labradores, que hoy los investigadores analizamos desde el escritorio de nuestra casa, sin padecer ni una décima parte de como lo hacían ellos cuando desempeñaban su quehaceres diarios.

No cabe duda que para Juan era necesario contar con multitud de herramientas, gracias a las que muchos de sus trabajadores podían ayudarle, además de otros tantos objetos, y que reflejan la necesidad de guardar todo aquello que podría servir en algún momento, pues no se sabía en que instante llegaría a resultar necesario.

Leemos la presencia de multitud de cacharros, entre los que llaman nuestra atención cuatro llantas de hierro de repuesto para un carro, además de lana, aceite y otros tantos productos que hoy se denominan ecológicos, y que por aquel entonces invadían la totalidad de aquellas viviendas campestres.

Verdelpino de Huete

Procedente de una casta de labradores afincados como mínimo según la documentación desde el siglo XV, Juan seguramente sabría leer, a pesar de las elevadas tasas de analfabetismo que por aquel entonces existían. Y es que además de ejercer como alcalde en diferentes ocasiones, en su testamento se mencionan un par de libros. Así ocurre con un tomo de Fray Luis de Granada sobre las virtudes morales (tasado en su momento en tres ducados) o una obra menos conocida, atribuida a un tal Jiménez, también de temática religiosa, pues como solía suceder, la mayoría de las bibliotecas caseras que se podían confeccionar los más afortunados, solían nutrirse con piezas versadas en temáticas del derecho y la filosofía, además de esos abundantes tratados teológicos, que siempre eran mejor entendidos cuando en el núcleo familiar había la presencia de algún cura que los explicaba.

Desde luego nadie dudaría de la devoción cristiana de este personaje cuando apreciamos el dinero que invertirá en el pago de misas para la salvación de su alma, nada de extrañar teniendo en cuenta la disponibilidad de bienes con los que contaba, pues llegó a poseer cerca de un total de 400 fincas en las que explotaba diferentes gramíneas, olivos, vides y otros cultivos complementarios, junto con la tenencia de animales para su cría y venta.

Entre sus caprichos podemos leer la presencia de cerámica de importación, es el caso de una vajilla con varias piezas de porcelana valenciana, además de una cadena de plata sobredorada que pesaba 6 onzas y media (valorada en 143 reales), o una pequeña colección de objetos de plata, como sucedía con dos tazas, además de ocho onzas del mismo metal y varios corales, junto algunos pendientes y anillos que conformaban el ajuar de sus ancestros.

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).