La familia Seco, Seca o de la Seca (pues la veremos escrita de diferentes formas), es un linaje afincado en Huete como mínimo desde principios del siglo XVI, e incluso probablemente con raíces que arrancan desde mucho antes, tal y como parecen señalar los libros parroquiales de la localidad.
Entendemos que el origen de este apellido podría derivar del adjetivo “seco”, el cual procede de la forma latín siccus, y que entre sus acepciones está la de referirse a una persona muy delgada.
A falta de un estudio más detallado sobre su distribución, y cuya presencia se detecta por diversas parroquias del municipio, veremos como el barrio de Santa María de Atienza será uno de los lugares en el que los Seco entablarán un conjunto de alianzas matrimoniales que reforzarán sus nexos con lo que sería la élite local de esta barriada optense.
Salta a la vista que no es un hecho casual que apreciemos una repetición de enlaces matrimoniales entre gente de la familia Seco con miembros de los Bonilla, Zafra y Gila. Unas alianzas constantes, que deben sus razones a un interés por el reforzamiento de nexos sanguíneos entre parientes, lo que ayudará a que estos empiecen a crecer socialmente.
Los Seco como toda casa que deseaba medrar, verá en el clero una fórmula con la que paulatinamente ir impulsándose. Y es que como labradores con cierta cantidad de patrimonio agrícola que retenían, estos sabrán que aquellos hijos que podían insertarse dentro del clero local o ámbito de los estudios, sumarán un punto a favor que les permitirá acrecentar su nombre. Así pues durante la primera mitad del siglo XVII ya veremos algunos individuos, tal y como sucederá con el Bachiller Martín Seco y el licenciado Gil Seco.
David Gómez de Mora