Como solía ser habitual, Juan tenía varias fincas, dejando por descendientes y herederos dos hijos (cada uno con mujeres distintas, pues la primera falleció), solicitando antes enterrarse en la Iglesia de San Gil, lugar en el que descansaba el cuerpo de Ana de Dosbarrios (su primera esposa).
Como mandaba la tradición el patrimonio de su progenitor Pedro Seco, se tuvo que repartir a partes iguales entre los varios hermanos que tuvo, uno de ellos llamado igual que su padre, y que casó con Jerónima de Ayllón.
Entre los bienes que aparecen en el inventario de las posesiones de Juan, veremos además de las casas de morada que tenía en el Barrio de San Gil de la ciudad de Huete, tres fincas junto distintos utensilios propios de un hogar de labradores como del que venía. Y es que además de un par de pollinas, leeremos la tenencia de calderos, jarros, ollas, sartenes, candiles, un par de cucharas, así como un listado de textiles y piezas entre las que aparecen camisas, sayas, mantellinas, sábanas, cubrecamas y colchas.
David Gómez de Mora
Fuente: Archivo Municipal de Huete. Libro de protocolos notariales, nº137. Año 1646