viernes, 4 de marzo de 2022

Los Pacheco. Estatus y distinción

Los dominios de los Pacheco durante el siglo XV se extendieron desde la franja conquense de Belmonte hasta las tierras de lo que hoy es el área interior alicantina, teniendo para ello una compleja red de torres y castillos que abarcaba una marca geográfica, que en su parte oriental tendría por avanzadilla los enclaves de Sax y Villena. Este espacio comprenderá una mancha que desde sus extremos cubría una distancia aproximada de ni más ni menos que unos 200 kilómetros.

Por si las muestras de poder del linaje no eran suficientes, apreciaremos que los Pacheco no escatimaron en recursos a la hora de hacer prevalecer su valía como auténticos reyezuelos de aquella inmensa superficie de control. Y es que cualquiera que haya visitado alguna de las fortalezas que estuvieron bajo su poder, será consciente de lo que estamos comentando.

En el caso de las dos que nos atañen en este artículo, se puede apreciar como en la que viene a ser la más oriental: el castillo roquero de Sax, salta a la vista que estamos ante una obra defensiva de enorme calidad, donde se advierte a los enemigos que les depara una toma costosa y sangrienta si desean acercarse hasta sus muros, ya que sus paredes se encaraman hacia lo alto de una loma, con potentes paredes acantiladas, que presagian una pesadilla insalvable para cualquier tipo de soldados que partiendo de los medios de la época pretendieran asediar un lugar de aquel potencial geoestratégico.

Torre del homenaje del castillo de Villena (foto del autor)

Evidentemente el castillo de Villena no podía ser menos, y eso a pesar de que su terreno no gozaba de las mismas prestaciones geomorfológicas que en el caso anterior. Poco queda por añadir sobre una obra que ya ha sido estudiada por multitud de investigadores e historiadores. Un tesoro arquitectónico de carácter militar, conformado por un doble sistema amurallado, dentro del cual se encuentra su torre del homenaje, y que consta de cuatro plantas y una terraza.

A pesar de que esta iría readaptándose y creciendo a lo largo de diferentes épocas, en su interior todavía se conservan vestigios de diferentes grabados, algunos de los cuales y que como sucede con los más significativos se han atribuido a las manos de presos, y que según se cuenta los trazaron durante las largas estancias en que estuvieron encerrados entre sus paredes. Cabe decir al respecto que nos resulta como poco curiosa la explicación empleada para entender la aparición de este conjunto de representaciones, especialmente por guardar similares características con otras donde también se presume de la firma de prisioneros con dotes artísticas.  No obstante, tampoco vamos a detenernos en dicha cuestión, pues esto poco tiene que ver con el tema que estamos tratando.

Torre del castillo de Villena con incrustaciones férricas (foto del autor)

Como decíamos al inicio, la familia Pacheco quería dejar constancia de su estatus como brazo derecho del monarca, por ello sus integrantes no se conformaron solo con mejorar las prestaciones de sus dominios castrenses, sino que también de exhibir su fuerza, tal y como da todavía testimonio una de las torres interiores del castillo de Villena, donde a partir de la visual externa se comprueba la existencia de unas incrustaciones circulares de hierro adjuntas al mortero de cal que cubre la sillería, y que tenían como propósito irradiar un fuerte brillo durante los días soleados, impresionando de esta forma más si cabe a quienes ponían sus ojos sobre este gigante de piedra.

El castillo de Villena tendría su base primigenia en una fortaleza alzada durante la época de dominación islámica, aunque esta poco se parecerá a la planta que los Manuel y luego los Pacheco alzaron, siendo por ello durante los últimos siglos de la Baja Edad Media cuando esta última familia transformará drásticamente todo el entramado. Posteriormente, tras la pérdida y caída del linaje, el enclave seguirá readaptándose a las necesidades de su momento, aunque ya bajo dominio real, sin volver a salir de sus posesiones.

Decir que esta escenografía del poder también se aprecia en las incrustaciones férricas que existen en el citado castillo de Sax, más concretamente en su parte superior, donde se alza la majestuosa Torre Maestra, una edificación de planta rectangular, y en la que se perseguiría la misma finalidad que en la vecina plaza de Villena.

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).