La Iglesia Parroquial de Piqueras del Castillo, es un edificio que ha sufrido readaptaciones y afecciones en su estructura, especialmente durante la primera mitad del siglo XX, que paulatinamente fueron modificando algunos elementos con los que contaría la planta de la vieja iglesia de la que ya comenzaremos a leer referencias a partir de la segunda mitad del siglo XVI, puesto que es en ese momento cuando los libros de su parroquia comienzan a recoger los nombres y apellidos de aquellos piquereños que eran honrados con el sacramento iniciático, desde su histórica pila bautismal, y que a tenor de las características que posee, es uno de los elementos más antiguos que encontramos dentro del templo.
Cierto es que del artesonado que componía su interior, como del antiguo retablo del taller de los Gómez (y del que todavía se conservan dos tablas en el fondo del Museo Diocesano de Cuenca), son pocos los vestigios de un tiempo pasado que nos han llegado, en el que todo hace intuir que diferentes vecinos, o a veces todos los feligreses del municipio, fueron contribuyendo con su esfuerzo para enaltecer la imagen de un edificio sagrado, cuya advocación portará finalmente la imagen de Santiago Patrón de España, aunque como sabemos el patrón del municipio sea San Juan Evangelista, santo con mucho raigambre en multitud de municipios de la tierra conquense, y que compartirá su nicho devocional con otras festividades como la de San Isidro, debido al estrecho vínculo de sus gentes con la vida labriega.
Sabemos que en diferentes ocasiones, bien vecinos, un conjunto de personas, o un feligrés de manera individual, mandaba alzar alguna ermita, cuyo mantenimiento por norma general solía estar asociado a algún miembro de su linaje o cofradía. Ejemplo de esta expansión de edificaciones menores del ámbito religioso por la zona será el caso de Buenache de Alarcón.
Entre las ermitas que veremos referenciadas en este municipio, tendremos los casos de las dedicadas a San Sebastián, San Cristóbal o una a la Virgen de los Remedios. Como veremos, algunas no llegarán a conservarse, o acabarán cayendo en estado de ruina.
Ya se ha indicado en diferentes ocasiones que San Sebastián es una imagen a la que se veneraba con especial intensidad en el momento de pedir la eliminación de epidemias o pestes, así como la Virgen de los Remedios seguirá siendo querida en bastantes localidades, debido a que los feligreses se le encomiendan para el cumplimiento de deseos y peticiones. Seguramente tradiciones de este tipo, son las que explicarán la presencia de ermitas dedicadas a estos santos en concreto.
David Gómez de Mora
Cronista Oficial de Piqueras del Castillo