Nadie pone en tela de juicio el arraigo católico y tradicionalismo vivido por los vecinos de esta localidad durante siglos pasados. Un enclave con una notoria cantidad de religiosos tanto dentro del Santo Oficio como en el monasterio de Uclés y hogar de la Orden de Santiago, que le valió el distintivo cariñoso de “la pequeña Roma” (y que también se decía de Saceda del Río), en este caso debido a los diferentes curas con cierto estatus que salieron de esta pequeña localidad, especialmente a través de una de las familias mejor asentadas que habido en el lugar: los Alcázar.
El principal edificio religioso de esta localidad es la Iglesia Parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, y cuyo patronato recuerda la celebración de cuando el cuerpo y alma de la madre de Dios fue llevado al cielo. Gracias a la documentación del municipio, sabemos de la existencia de una ermita dedicada a San Juan, así como también otras advocaciones, siendo el caso de la ermita de Santa Ana, cuya onomástica se celebra el día 26 de julio, desarrollándose con intensidad su culto a partir de la Baja Edad Media, y extendiéndose por otros pueblos de la zona. Tampoco podemos pasar por alto una ermita dedicada a San Cristóbal, y que ya veremos referenciada entre las reseñas más antiguas que tenemos del municipio en el siglo XVI.
David Gómez de Mora