Este corral se encuentra en mal estado de conservación, no obstante en su interior todavía puede distinguirse la casa del pastor con un techo a una sola agua, además del área cubierta para resguardar a los animales. Su planta era cuadrada con una superficie de unos 530 metros cuadrados, destacando sus dos patios, los cuales acabarían siendo separados al sellarse un acceso que podía haber en la parte central, aunque a través de las zonas cubiertas igualmente quedaba comunicado.
Uno de los elementos que más hay que destacar de esta zona es el acceso al corral, para el que se han usado bloques de formas semiregulares, que precisamente en la zona superior mediante una piedra central, y trabajada para encastarse con cada uno de sus laterales dan mayor entidad a la entrada. Esta se encuentra reforzada con argamasa para que así pueda tener una mejor sujección. Cerca del corral surca el relieve el barranc de Sant Antoni, un torrente seco pero que en momentos de fuertes precipitaciones puede acarrear agua de forma violenta.
David Gómez de Mora