martes, 30 de mayo de 2023

La religiosidad en la sociedad peñiscolana

La pasión que despertó el catolicismo entre nuestros antepasados peñiscolanos fue una realidad que todavía queda plasmada en la tradición y devoción que arrastran las festividades de su localidad, y que a través de diferentes advocaciones o jornadas marcadas dentro del calendario municipal, movilizan a un grueso considerable de sus habitantes.

Resultaría imposible obviar el día de San Antonio, una efemérides que en una sociedad que a pesar de ser marinera, estaba estrechamente arraigada con el sector agrícola y ganadero, y cuya mejor manifestación son los extensos espacios de su término municipal dedicados a las tierras de cultivo de secano, como de corrales que nos hablan de un uso hoy casi extinto. San Antonio contará con su propia ermita, ubicándose a varios kilómetros de la población, en una loma empinada, donde las vistas son envidiables. La edificación tiene su origen en el siglo XVII. Como sabemos, San Antonio era una figura del cristianismo muy venerada, por ser el patrón de los animales, esos mismos que servían como medio de transporte y trabajo para aquellas personas que vivían en zonas rurales como la que en este caso nos ocupa.

Igualmente no podemos pasar por alto la devoción a la Mare de Déu d'Ermitana, la cual se venera desde tiempos ancestrales. Aunque la tradición popular remonta su veneración hasta el periodo del Apóstol Santiago (indicando que tras la invasión musulmana su antigua imagen fue oculta en una cueva, para luego ser expuesta de forma permanente tras la toma de la población en 1233), lo que si podemos aportar desde una perspectiva historiográfica, es que ya en la Baja Edad Media esta imagen aparece documentada, por lo que entendemos que será durante ese periodo cuando esta comenzó a estar presente entre sus vecinos.

 
Imagen: Natàlia Sanz

Uno de los relatos que estipula la documentación del Archivo de la Catedral de Tortosa, es que tras el primer intento fallido de toma de la localidad en el año 1225 por el rey Jaume I, se dice que este posteriormente, al celebrar la festividad de la Natividad de la Virgen, dio al clero local una imagen de la Mare de Déu. El cronista de la localidad, Juan Bautista Simó, ya nos informa en un artículo redactado en la revista Peñíscola, y que lleva por título “Apostillas en torno a la primitiva imagen de la Mare de Déu d'Ermitana”, que en el año 1395, esta aparece referenciada en un legado testamentario que se encuentra en el Archivo Eclesiástico de Morella. Su festividad se celebra cada 8 de septiembre, con un conjunto de danzas enfrente de la ermita a la que está dedicada su advocación, y que se emplaza en la zona alta de la roca, estando adosada al mismo castillo. Esta construcción religiosa se llevó a cabo gracias al gobernador militar de Peñíscola, don Sancho de Echevarria, quien la mandó edificar como agradecimiento al pueblo de Peñíscola por su fidelidad y resistencia titánica a favor de la causa borbónica durante el desarrollo de la Guerra de Sucesión.

Tampoco puede pasarse por alto la devoción que antaño existía hacia la Mare de Déu de Gràcia, y cuya imagen desapareció en la guerra incivil de 1936, al ser pasto de las llamas que arrasaron no solo el archivo parroquial de la localidad, sino que otros muchos elementos de interés artístico que componían el tesoro eclesiástico del municipio. Se trataba de una escultura gótica-renacentista, que a tenor del análisis de las imágenes que se han conservado de la misma, se cree que podría pertenecer al siglo XV. Cabe recordar que en muchos lugares donde se sigue celebrando su festividad como Maó, Vila-real o Barcelona, esta jornada se enmarca durante el mismo periodo que en Peñíscola se celebran sus fiestas patronales a la Virgen de la Ermitana.

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).