Entre los apellidos afincados en Peñíscola durante las últimas centurias y que a continuación de manera muy breve quisiéramos tratar, tenemos el caso de los Sangüesa. Un linaje que sin lugar a duda durante el siglo XIX deberíamos integrar dentro de aquella élite peñiscolana, y que a pesar de proceder de fuera, gracias a su capacidad económica y control de un patrimonio a tener en cuenta, supo granjearse una posición social entre las casas más destacadas del lugar, insertándose dentro del sector liberal, que como veremos dirigirá las riendas del municipio durante esa centuria.
La familia Sangüesa entroncará con las familias principales, tal y como veremos en el caso de doña Manuela Sangüesa y Ayza, quien era hija por línea materna de una rama de labradores con posibles del municipio, y no por designios del azar acabaría sellando sus esponsales con don Juan Bautista y Sanz y Bayarri, médico de la localidad, y fruto de cuyo matrimonio nacerá el abogado don Hilarión Sanz y Sangüesa, quien con sus 72 años no tuvo ningún inconveniente en casarse con doña Herminia Alandiz y Albiol, esta por línea materna descendiente de una de las familias mejor aposentadas de Peñíscola, y cuya madre era la nativa doña Manuela Albiol y Castell.
La adquisición de propiedades en diferentes zonas del término municipal, bien por herencia de sus entronques o por compra directa, llevarán a que el linaje poseyera variadas propiedades, llegando hasta el día de hoy una zona que queda alejada del área poblacional, y que se conoce como del Corral de Sangüesa. Un topónimo que nos recuerda la permanencia de este apellido, en este caso descendiente de esa casa que tanta importancia jugó en la historia del municipio durante el siglo XIX y primeras décadas del XX.
David Gómez de Mora