Entre los diferentes topónimos que podemos encontrar dentro del término municipal de Peñíscola, merece nuestra atención el que vemos escrito como favuquello o fabuquello, y que el mismo Joan Coromines en su Onomasticon Cataloniae recoge en el volumen IV, página 203, al referirse a una partida rústica que ubica en el término de Alcalá de Xivert, pero que como sabemos también se extenderá hasta los confines del de Peñíscola, en uno de sus flancos limítrofes y puntos más altos de lo que es la Serra d'Irta, ya que se posiciona a una cota por encima de los 550 metros sobre el nivel del mar.
Coromines no dudará en catalogar este nombre como un mozarabismo de “intrigante aspecto”, y que le recordaba al mote asturiano de fabuco, sin tampoco descartar que fuese una metátesis de la palabra facuvello, lo cual llega incluso a ser igual o más interesante, puesto que de ser así esta derivaría de un “foco vello” o lugar antiguo.
No obstante, cabe decir que el espacio de la loma alta en la que encontramos esta designación, es una zona escabrosa, en la que difícilmente se podría haber posicionado algún tipo de asentamiento, debido a la crudeza de la exposición a la que este quedaría, y donde aparentemente no hay cerca ningún tipo de manantial o reservorio de agua. Igualmente, cabe recordar que no muy lejos de este punto, hallamos el topónimo de la torre de les campanilles, otro espacio escarpado y con buena visibilidad, pero donde de nuevo carecemos hasta el momento de elementos antrópicos que nos retrotraigan a tiempos del medievo. Cierto es que siguiendo la distribución de enclaves fortificados para el avistamiento del perímetro, como ya sucede con Torre Badum o Torre Ebri, no es tampoco descabellado el pensar que en esta zona mencionada, hubiese otra especie de construcción, con unas raíces precedentes, pero de la que por ahora nada sabemos. Por ahora esto no deja de ser una mera hipótesis, pero que resulta importante el poder plantear.
Ya hemos indicado que este entorno se encuentra en una zona de envidiables vistas, y por tanto, una buena posición geoestratégica, ya que al ser uno de los puntos más elevados de la Serra d'Irta, permite un control muy extenso tanto de la línea de mar y la franja de Peñíscola, como del área del corredor prelitoral de Alcalá de Xivert y sus alrededores.
El hecho de que este punto tan concreto se posicione sobre una zona escabrosa, carente de cualquier vestigio de uso agrícola, y por tanto encastada entre un área natural donde afloran abundantes matorrales, pinos y vegetación que cubre el entorno, nos lleva a pensar que siglos atrás sería sin lugar a duda uno de los grandes refugios en los que muchos animales hoy ya extintos de la zona, como fueron el caso de la cabra montesa, el ciervo, el lobo y el lince, se moverían con relativa comodidad.
En nuestra opinión, el área dominada por esta designación, sigue siendo uno de esos puntos de interés, que tanto filólogos, historiadores como geógrafos debemos seguir analizando, pues no son pocos los interrogantes que nos quedan por despejar de este territorio montañoso del marco peñiscolano.
David Gómez de Mora