sábado, 11 de febrero de 2023

Notas sobre el carlismo en Cinctorres

A estas alturas nadie discute el papel jugado por el tradicionalismo dentro de la comarca dels Ports a lo largo de las guerras carlistas. Tanto es así que no resulta necesario argumentar el rol geoestratégico como político que aglutinó el municipio de Morella y su extrarradio, especialmente durante la primera contienda. Un espacio del que tan ingeniosamente algunos estudiosos como amantes de este periodo histórico, no han dudado en calificar como de la efímera génesis de un microestado gobernado por el Tigre del Maestrazgo.

Las políticas liberales marginaban a muchos pequeños labradores, que durante la centuria anterior ya habían asistido a un proceso de desposesión patrimonial. Las nuevas formas de entender el estado y la sociedad auguraban fuertes cambios en áreas rurales donde la rutina y las costumbres regían el día a día de sus gentes.

Aquellos enclaves formados por pequeños y medianos propietarios, veían con mucho temor las reformas que podían tirar al traste la única forma de entender la vida que esos hombres del campo tenían. “La legislación aprobada por los liberales incidía y aceleraba este proceso (…) se iniciaba de esta forma el proceso revolucionario burgués español, donde la consolidación de la propiedad privada se convertía en paso indispensable en la consolidación de las relaciones de producción capitalista de mano de la burguesía” (Sanz, 1999, 65).

Bandera de combate del General don Ramón Cabrera “A muerte en el campo de batalla”. Fuente: elpeliciego.com/la-historia/

Cinctorres además de ubicarse en uno de los puntos calientes del carlismo peninsular, partía de unos precedentes antes del estallido de la primera contienda, que ya hacían presagiar movimientos convulsos. En 1833 la rebelión carlista supo canalizar esta situación con el apoyo de numerosos hijos del pueblo que se enrolaron en las filas sublevadas.

La presión y el apoyo al carlismo desde Cinctorres como todo su territorio adyacente fue siempre una cuestión innegable. Javier Urcelay, en su obra sobre el Maestrazgo carlista, indica que durante la tercera guerra hubo actividad entre sus calles, viviéndose episodios como entre los años 1869 y 1875. Sabemos por ejemplo que “el 14 de agosto de 1869 se apoderaron de Cinctorres doscientos carlistas armados contra la Revolución Gloriosa” (Urcelay, 2002, 157). Antonio Caridad nos informa que durante la tercera guerra facciosos entraron en el municipios sin encontrar ninguna resistencia, hecho que como sabemos también se repetiría durante la primera contienda.

Sobre la devoción católica de los vecinos del lugar, nadie ponía en tela de juicio su arraigo a la fe cristiana, y es que cabe recordar que la Iglesia de San Pedro Apóstol, y que fue finalizada durante el siglo XVIII, se financió únicamente a través de los 130 hogares con los que contaba por aquel entonces la villa. El peso de la devoción era tal que a pesar de haber una cifra de habitantes no muy alta, en el término municipal había hasta cuatro ermitas.

La presencia de masías habitadas por aquellas fechas era también otra de las cuestiones que aquí habríamos de destacar. Si seguimos el padrón publicado por Mn. Josep Alanyà (el cual se convierte en una fuente indispensable para efectuar una radiografía social del Cinctorres inmediato al desarrollo de la primera guerra), veremos que este cita la existencia de un total de 17 masías habitadas (Alanyà, 2004, 96-100):

- Mas de Costa (familia Prats-Monfort)

- Mas de Clarà (familia Segura-Jordà)

- Mas de Sant Pere Màrtir (familia Borràs-Deusdat)

- Mas de Sorribes (familia Sorribes-Beltran)

- Mas de Gasulla (familia Gasulla-Escorihuela)

- Mas del molí de Borràs (familia Grau-Conesa)

- Mas del hostal nou (familia Milián-Querol)

- Mas de Mossèn Batiste (familia Guardiola-Quadroy)

- Mas Roig (familia Casanova-Polo)

- Mas del Coll (familia Climent-Montserrat)

- Mas de Guardiola (familia Guardiola-Casanova)

- Mas de Moles (familia Moles-Ripollés)

- Mas de Frai Ximeno (familia Altava-Tena)

- Mas de Frai Ximeno (II) (familia Borràs-Climent)

- Mas de la Llonguera (familia Cortés-Ripollés)

- Mas de Carceller (familia Carceller-Carbó)

- Mas del Molí de Costa (familia Sabater-Querol)

Las masos eran puntos logísticos muy destacados, ya que proveían de pertrechos y cobijo a aquellos guerrilleros que estaban en constante tensión, a la búsqueda de espacios que les guareciesen y otorgaran cierta tranquilidad respecto los núcleos poblados, al ser en estas casas de campo mucho más difícil ser interceptado. El 16 de noviembre de 1874 fue capturado en el Mas de Clarà don Ignacio Polo i Guardiola, personaje conocido en el pueblo con el mote del “Confiter de Cinctorres”.

Don Ignacio fue comandante del Batallón Maestrazgo nº8, además de ser arrestado junto con otros 24 carlistas (M. Salvador -Vivencias de la última guerra-, pp. 236; en Urcelay, 2002, 158). Los descendientes de la familia Segura, como los miembros de otras de las masías que había en la zona, se implicaron muchas veces permitiendo esconder entre sus paredes a muchos de los cabecillas sublevados. Así pues, este mismo mas “sirvió de refugio a la partida de Vallés y de Joaquín Mestre en la insurrección de agosto de 1869” (Urcelay, 2002, 158). Antonio Caridad ya nos informa de la importancia de estos lugares como puntos claves para los rebeldes, especialmente para los jefes “cuando se movían acompañados de un pequeño número de personas” (Caridad, 2013, 274).

No obstante, si tuviésemos que destacar dos linajes locales volcados con la causa rebelde a lo largo de los diferentes enfrentamientos que se desarrollaron en esta tierra durante las diferentes varias en las que duró este conflicto, sería imposible no citar algunos miembros de familias locales como los Ripollés y los Polo.


La familia Ripollés

A diferencia de los Polo, el linaje de los Ripollés tenía un importante número de integrantes en esta localidad, destacando entre ellos la figura de don José Joaquín Mezquita i Ripollés, un personaje que dará al carlismo cinctorrá un nombre en los anales de su historia durante la primera guerra. Este personaje fue estudiado por Antonio Caridad en su trabajo “Cabrera y compañía. Los jefes del carlismo en el frente del Maestrazgo” (2014, 430-432). Don José nació en Cinctorres el 4 de julio de 1804, siendo hijo de Joaquín Mezquita (alpargatero, nacido en 1771) e Ignacia Ripollés (un año más joven que su marido).

Su familia vivía en la casa número 4 de la plaza de la Iglesia, uno de los lugares más céntricos del municipio. En aquel hogar también residía su hermana María Manuela Mezquita i Ripollés, esposa de Manuel Artola. José Joaquín vivía en compañía de otros tres hermanos (Manuel, Cosme y Juan de Dios) (Alanyà, 2004, 54). En cuanto sus padres pudieron enviaron a don José a una escuela de primeras letras, lo que motivó “que en 1814 estudiara latín para seguir la carrera eclesiástica. Concluida la gramática, Mezquita marchó a Tortosa para continuar sus estudios en el seminario conciliar, donde realizó tres cursos de filosofía. Pero su carrera se vio truncada cuando en 1820 abandonó las aulas y regresó a su casa, ante el cambio de gobierno que se había producido. Dos años después se unió a la partida realista de Rambla, siendo nombrado sargento primero y secretario de Chambó, debido a que sabía leer y escribir. Posteriormente, cuando su jefe se hizo con el mando de la partida, Mezquita ascendió a alférez, combatiendo más tarde en la acción de Almenara, en el sitio de Valencia y en la toma de Morella (1823)” Caridad (2014, 430).

El destino de José Joaquín cambió bruscamente durante el año 1832 cuando este fue expulsado del ejército tras una depuración de oficiales absolutistas, pasando al año siguiente a instalarse de nuevo en “su pueblo y esconderse en casa de un amigo, hasta que se unió a los rebeldes de Morella. Se agregó entonces al batallón de aragoneses, dirigido por Carnicer, a quien siguió hasta la acción de Calanda, y que fue un completo desastre para los partidarios de don Carlos” (Caridad, 2014, 431). Sobre nuestro personaje, de nuevo Caridad (2014, 431) añade que “permaneció allí hasta enero de 1834, cuando fue convocado por Carnicer, a cuya llamada acudió inmediatamente. Participó entonces en una reunión, en la que se le pidió que marchara al norte para pedir órdenes e instrucciones a Zumalacárregui”. Uno de los aspectos más importantes del hijo de Ignacia Ripollés, fue que al haber estado como oficial del ejército, acabó convirtiéndose “en profesor de táctica militar de Cabrera, aprovechando para las clases los momentos de descanso o en los que no había peligro” (Córdoba, B., Vida militar…, v. 1, pp. 52 y 53; Caridad, 2014, 431). Su involucración con la causa durante el desarrollo de la primera contienda fue una realidad que debemos entender también desde las relaciones parentales que la familia tendrá con otras familias del lugar, pues como hemos sabido hubo nexos ideológicos entre muchos de los parientes que orbitaban a su alrededor. Por desgracia nuestro personaje acabaría siendo capturado, por lo que incluso a pesar de su arrepentimiento, fue condenando a muerte, siendo ejecutado al garrote vil (Caridad, 2014, 432).

José Joaquín, como otros muchos vecinos de su municipio, tenían clara la importancia de lo que suponía la defensa del carlismo, es por ello que si analizamos su genealogía familiar, veremos evidentes relaciones con aquellas familias que también guardaban parentesco con la casa de los Polo. Y es que a pesar de que nos separen varias décadas entre los hechos de la primera y la tercera guerra, en muchos hogares poco cambiaron las ideas con las que padres, hijos y abuelos, a lo largo de diferentes generaciones, se vieron convencidos en la necesidad de defender una forma de vida que arraigaba en los cimientos de una idiosincrasia tradicionalista, que poco o nada había variado con el trascurso del tiempo.


Genealogía de la familia de don José Joaquín Mezquita Ripollés (Elaboración propia. Apuntes genealógicos del autor)

La casa de los Ripollés entabló relaciones con familias del lugar como es el caso de los Climent y Guardiola, quienes tal y como comprobaremos en el siguiente apartado también lo habían hecho con los Polo. Las asociaciones entre linajes con vínculos que procedían de masías, además de nexos de apoyo al carlismo, y con quienes existían lazos muy estrechos, propició un conjunto de políticas matrimoniales muy cerradas, y que entraban dentro de las que por normalidad se habían extendido desde siglos atrás en estas tierras. Los tíos de don José Joaquín (el maestro militar de Cabrera), eran Carlos Ripolles y su esposa Josefa Borràs (esta hija de los propietarios del mas de Sant Pere mártir).


La familia Polo

Los Polo eran portadores de un apellido que como veremos en diferentes lugares llegó a tener un reconocimiento de hidalguía, fenómeno que los podía convertir en representantes de una pequeña nobleza rural, y que por aquellas fechas muchas veces se posicionó del lado del bando sublevado. Como ocurría en el caso de la familia del personaje que a continuación nos ocupa, sus antepasados y parientes no vivían del todo mal, pues precisamente veremos como a principios del siglo XIX uno de los grandes propietarios que había en la localidad era un miembro de los Polo (Sanz, 1999, 64). Aquellas familias de la burguesía rural, la pequeña nobleza, junto con el clero local, y con el que muchas veces guardaban una relación muy estrecha por tener algún miembro de la familia ordenado dentro del brazo eclesiástico, mostraban una enorme preocupación por las reformas políticas que podían comportar un ataque a los cimientos tradicionales de esa sociedad que había permanecido estática en lo que respecta a muchos de los grandes cambios que empezaban a extenderse por todo el territorio.

Es ahí, dentro del seno de una familia que reunía muchas de las características que hemos descrito, donde nacerá don Ignacio Polo i Guardiola, hijo de los labradores Antonio Polo y María Antonia Guardiola. Nuestro personaje se crió en la casa nº112 de la calle de la plaza. Entre sus hermanos estaba María Antonia Polo i Guardiola, además de un criado a su servicio que se llamaba Andrés Peñarroya.

Don Ignacio es sin lugar a duda una de las figuras más ilustre del carlismo cinctorrá durante la tercera contienda. Así pues, conocido en el lugar con el mote del “Confiter de Cinctorres” (en alusión a su profesión), participó en algunas acciones destacadas. Sabemos que acabaría formando su partida en la localidad de Ares del Maestrat en verano del año 1869. Pero es un poco más tarde, en 1872, cuando don Ignacio saldrá al paso con su propia partida, incorporándose al mando de Joaquín Ferrer. Entre sus acciones cabe destacar una intervención que sorprendió a la guarnición liberal de Cantavieja el 10 de diciembre de 1872, y en la que iba acompañado por un grupo de 150 hombres. Este hecho será notable, pues tras aquel ataque consiguió desarmar a más de una veintena de guardias civiles.

En esta ocasión, como sucedió en la mayoría de los enclaves, todavía seguía viva la herida y el recuerdo del daño que ocasionaron las tropas liberales en muchos de los pueblos de esta zona hacía unas cuatro décadas atrás, de ahí que sin dudarse un instante, y a pesar de no arrastrarse el apoyo de una figura como la del histórico Cabrera de la primera guerra, muchos de los hijos de este territorio no dudaron en lanzarse al monte a defender lo que consideraban un ataque contra los intereses de sus familias.

El 16 de noviembre de 1874, “en la masía de Clarà, situada entre el Portell y Castellfort, dentro del término de Cinctorres, es hecho prisionero el teniente coronel del ejército carlista Ignacio Polo Guardiola, el 'confiter de Cinctorres'. Un chivatazo permitió el hecho. A las dos de la madrugada, cincuenta soldados isabelinos bajo el mando del capitán Antolí rodearon la masía, llamaron a la puerta y los carlistas que esperaban la llegada de un compañero, confiados, abrieron la puerta permitiendo el paso de su enemigo. Creyendo que el enemigo era más numeroso se rindieron sin condiciones y fueron llevados a Morella al frente de su teniente coronel Ignacio Polo, antiguo capitán de Cabrera y organizador y jefe del 8º batallón del Maestrazgo” (Segarra Capsir, 2011)

La familia Polo no era excesivamente nombrosa en el municipio en relación con otras como la de los Ripollés, y prueba de ello lo vemos en la lista electoral del año 1895, en la que se recogen algunos de los integrantes de este linaje, mayores de 40 años, y que reunían las condiciones exigidas para poder ejercer su derecho a voto, siendo estos:

- José Aguilar i Polo, 60 años, sangrador, plaça (nº 2)

- Joaquín Guardiola i Polo, 76 años, jornalero, carrer de Sant Roc (nº 6)

- Joaquín Polo i Dolz, 44 años, traficante, carrer de Sant Lluis (nº 131)

- Francisco Polo i Moles, 53 años, pastor, carrer de Sant Vicent (nº 52)

- Juan Polo i Moles, 51 años, labrador, carrer de Sant Vicent (nº 12)


Genealogía de la familia de Ignacio Polo Guardiola (Elaboración propia. Apuntes genealógicos del autor)

Tal y como ocurre con el caso de la familia de José Joaquín Mezquita, los Polo como los Guardiola guardaron relaciones muy estrechas con la casa de los Ripollés y los Climent, los cuales como sabemos estaban asociados con algunas líneas de masoveros del municipio. Precisamente la rama de los Climent-Ripollés era la que a principios del siglo XIX estava vinculada con el mas d'en Coll, por ser sus propietarios Isidro Climent y Francisca Altava.

La fuerte endogamia que se practicaba en la localidad, unida a los vínculos ideológicos que solían haber entre muchas de las casas, fomentaban una política de alianzas matrimoniales muy herméticas, heredadas de tiempo atrás, y que como se verá hasta el siglo XX fueron una práctica muy habitual.

David Gómez de Mora


Bibliografía:

* Alanyà i Roig, Mn. Josep (2004). El padró de Cinctorres. Any 1817 (Ports de Morella). Ajuntament de Cinctorres, 128 pp.

* Arxiu Parroquial de Cinctorres. Volum I de baptismes (comença l'any 1800).

* Boletín Oficial (Suplemento), Año 1895. Cinctorres. Electores correspondientes a dicho Ayuntamiento por el primer y segundo distrito.

* Bordás Marcoval, José (1997). La Guerra del Groc. Memoria de un voluntario carlista forcallano [Tomás Peñarroya Peñarroya]. A. 1833-1874. Ayuntamiento de Forcall. Jordi Dassoy, Impresor, Sant Carles de la Ràpita.]

* Caridad Salvador, Antonio (2013). El ejército y las partidas carlistas en Valencia y Aragón (1833-1840). Universitat de València, 364 pp.

* Caridad Salvador, Antonio (2014). Cabrera y compañía Los jefes del carlismo en el frente del Maestrazgo (1833-1840). Colección Estudios Historia. Institución «Fernando el Católico» (C.S.I.C.) Excma. Diputación de Zaragoza Zaragoza, 623 pp.

* Cuerpo del Estado Mayor del Ejército. Tomo XII, pag. 82

* Segarra Capsir, Francisco (2011). Los horrores en el Maestrazgo carlista (el desastroso siglo XIX español). Ed. Antinea. Vinaròs

* Urcelay Alonso, Javier (2002). El Maestrazgo carlista. Una visita a los escenarios de las Guerras Carlistas del siglo XIX. III Edición. Editorial Antinea. 383 pp.

* Sanz Rozalén, Vicente (1999). “Revolució i contrarrevolució a la batllia de Morella”. Cinctorres. Els nous temps, Tortosa, vol. II, pp. 59-74

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).