Tal y como
relatábamos hace un par de años atrás, pasó el “40 de mayo”,
y con ello el descenso térmico que conocemos con el nombre de “frío
de la oveja”. En esta ocasión, de nuevo volvimos a ver como los
termómetros acentuaban sus mínimas, algo que desde el 2011 no
recordábamos en nuestra localidad.
Lo cierto
es que son muchos los paralelismos que guardan los primeros días de
junio de 2013 y 2011, y que de forma breve nos gustaría comparar.
Las continuas hipótesis que aventuran la ocurrencia de un verano más caluroso o incluso más "fresco" de lo habitual, hacen plantearnos hasta que punto la estación veraniega diferirá respecto a las vividas desde comienzos del siglo XXI.
Si
empezamos analizando los últimos días de mayo, veremos que en 2011
las mínimas oscilaron entre los 17-18 grados, mientras que durante
esta temporada se encontraban levemente un poco más por debajo de
esos registros, igualmente, será en los días posteriores cuando
las mínimas descienden tímidamente (unos 2 grados respecto a las
temperaturas de finales del mes anterior), un dato bastante
interesante, ya que en 2011, esta caída durante dicho intervalo
llegó a ser de hasta 4 ó 5 grados de diferencia. Ello nos indica
que el contraste térmico fue más notorio un par de primaveras atrás
respecto a día de hoy.
Evolución
de la bajada de temperaturas en Vinaròs a lo largo del presente
junio.
En cuanto a
la trayectoria que estas mantuvieron hasta la llegada del día 9,
vemos como la mínima de 2011 se mantuvo alrededor de los 12º
durante el 5 de junio, contra los 14º del día 8 de 2013. Otro
elemento que vuelve a señalar como el anterior frío de la oveja fue
más “intenso”.
Respecto a
las precipitaciones, sabemos que en los primeros nueve días del mes,
sólo llovió en tres (captándose un total de 4'5 mm.) contra los
2'5 mm. que se produjeron únicamente durante el día 8 de este año.
Dicho ello
y teniendo en cuenta que las primeras jornadas de junio de 2011
fueron más frescas e incluso se registró una cantidad de lluvia
superior, cualquiera podría pensar que el verano que está a punto
de iniciarse no tendrá nada de especial. No obstante, cabe remarcar
que el período de desarrollo de los inviernillos y veranillos
anteriores, no se ha producido con la misma precisión que un par de
primaveras atrás, así como del mismo modo la cantidad de agua
precipitada durante los seis primeros meses del año dista
bastante... de ahí que queden muchos interrogantes que validan
cualquiera de los pronósticos que por un lado indican un verano más
cálido, igual, así como incluso menos caluroso de lo habitual...
Veremos que sucede.
David Gómez de Mora