Los protocolos notariales son una fuente de información que nos permite entrar en el hogar de muchos de nuestros antepasados hace más de cuatrocientos años, para así imaginar qué pertenencias tenían, además de conseguir que nos hagamos una mínima idea de cómo era la vida en un momento y lugar concreto, del que tantas cosas ignoramos.
En el caso de Verdelpino de Huete veremos el ejemplo de dos vecinos, dedicados al campo, pero con diferencias reseñables en lo que se refiere a la tenencia de diversos objetos, que al final acaban siendo decisivos, en el momento de querer averiguar en qué condiciones vivieron cada uno de ellos.
Conocemos el caso del inventario de Roque Sainz, vecino de Verdelpino de Huete, del que en 1623 se recogen sus propiedades, destacando entre ellas una casa en la que tenía capazos, sábanas de cáñamo, sayas, corpiños, un tocado vizcaíno, camisas de cáñamo, una cama de pino con cordeles, un cubrepajas, mantas, arcas, arquillas, sartenes, además de algunas herramientas que le servían en su día a día, junto otros productos de escaso valor, pero indispensables en los quehaceres rutinarios de aquella gente.
Hojas más adelante, leemos por ejemplo el inventario de Juana de la Peña, viuda de Francisco Pintado, realizado en 1624. Esta familia de labradores, que no llegaríamos a catalogar entre las más acomodadas del pueblo, pero que si gozaba de una cierta cantidad de bienes que no veremos en el caso anterior, nos refleja la diferencia que podía existir entre vecinos, a pesar de que estos se dedicasen a un mismo oficio. Así pues, en este caso leeremos la presencia de algunos elementos coincidentes, como las sayas, corpiños, mantos, cubrepajas, sábanas, martillos, tenazas, aunque destacando algunos que daban cierta singularidad, como sucederá con un ballesta con sus gafas (para cazar), varias cucharas, “una cama de cordeles buena”, productos de importación como platos valencianos, así como una casa, una era y un total de 14 fincas.
Ciertamente no existían grandes diferencias entre el menaje de unas viviendas y otras, aunque como veremos, la tenencia de determinados bienes (especialmente traídos de fuera), y que en algunas ocasiones irán en relación con una mayor cantidad en el número de arcas o arcaj (cofre grande), así como con una mayor variedad de textiles, se complementará con la posesión de muebles, como es el caso de mesas, sillas, bargueños o escritorios, e incluso cubiertos o cierta cantidades de platos, los cuales por ejemplo sí que veremos en la segunda familia, marcando muchas veces esa diferencia que a simple vista, desde un estudio genealógico, no llegamos a presenciar hasta que damos de pleno con la posesión detallada de cada uno de los objetos que tenía el individuo en su hogar, y que a medida que irán subiendo la cantidad de hojas recogidas por el escribano, se acaban convirtiendo en una muestra más de esas diferencias entre clases sociales.
Estas referencias documentales se encuentran en los fondos del Archivo Municipal de Huete. Sección de protocolos notariales de Verdelpino de Huete, caja nº4 (años 1623-1626).
David Gómez de Mora