La carta de emancipación es un documento mediante el cual de manera legal se libera a un menor de edad del cuidado de sus padres. Recordemos que la minoría de edad ha ido cambiando con el trascurso del tiempo, pues dependiendo de cada lugar y época, esta irá incrementándose o reduciendo de acorde a la legislación aplicada en cada territorio. Los menores como sigue sucediendo en la actualidad, debían regirse al conjunto de derechos y deberes de los padres, de ahí que a estos habían de garantizarles una protección, educación, alimentación y representación. No obstante, como veremos, en una sociedad donde la tradición y la moralidad eran cuestiones intachables, el hecho de no aceptar una vida marital, debía de justificarse de modo legal, ya que el rechazar las gratificaciones que proporcionaba el sacramento del matrimonio, suponía la aceptación de un estado de celibato. Hecho que le sucedería a la peralejera Ana Martínez de Villanueva, hija de una familia con recursos, y que por aquellas fechas estaba entre una de las destacadas que había en la localidad.
Sabemos que Ana no fue
la primera de su familia en tomar esta decisión, pues veremos que su
tía, de mismo nombre y apellido, ya lo hizo mucho antes, siendo
llamada en el pueblo como Ana Martínez “la beata”.
Entre
los Martínez de Villanueva hubo clérigos y miembros con vínculos
muy estrechos con el brazo eclesiástico, tal y como veremos en la
figura de don Asensio Martínez de Villanueva. El padre de Ana
Martínez era Juan Martínez de Villanueva, quien en ese momento ya
estaba viudo de su esposa Ana del Olmo. No obstante, llama nuestra
atención que a continuación de Ana, este indicara que sus otras dos
hijas, Juliana y Juana Martínez de Villanueva, también quedaban
emancipadas. No obstante la diferencia era notoria, pues la primera
recibía la herencia de su tía (la beata), quien ya habría
estipulado alguna cláusula y requisitos, mientras que las otras dos
simplemente dejaban de depender de su padre, pero sin seguir
seguramente el mismo camino que la primera.
Adjuntamos a
continuación un fragmento del texto de la carta de emancipación
redactada en 1612, en la que Juan da permiso a su hija Ana para que
siga los mismos pasos que su tía Ana la beata.
“Juan
Martínez de Villanueva, vecino de esta villa, en la vía y forma que
haya lugar comparezco ante ud. y digo que como padre y legítimo
administrador que soy de Ana Martínez, yo la tengo debajo de mi
poderío paternal, y porque la susodicha es ya mayor de los 25 años,
y tal por su aspecto parece, y ella no quiere tomar estado, sino
vivir recogida en estado de continencia y me ha pedido y suplicado
que yo la emancipe y libre de la patria potestad que sobre ella tengo
como su padre legítimo para que pueda estar apartada y sola en su
casa y regir y gobernar los bienes que Dios le diere y los que heredó
de Ana Martínez de Villanueva mi hermana, y los que le pertenecen de
legítima de su madre para que con ellos pueda mejor pasar su vida y
conservase dicho estado de continencia (…) por ello la emancipo y
aparto de mi poderío paternal y le doy y otorgo libre poder para
atestar y hacer cualquier contrato y otras cosas”.
Este
documento puede consultarse en la caja nº10 de los protocolos
notariales de La Peraleja.
David Gómez de Mora
Cronista Oficial de La Peraleja