La Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel de La Peraleja ofrece bastantes elementos de interés, a pesar de las posteriores obras como afecciones que durante el siglo XX alteraron el aspecto de la construcción, con especial intensidad tras el expolio de material artístico al que se vio sometido el edificio en verano de 1936, y del que pudieron salvarse algunas imágenes, como sucedió con una talla del niño Jesús fechable en el siglo XVII, junto un Cristo de bronce de la centuria posterior, además de algunas piezas de orfebrería, que en su conjunto con varios elementos arquitectónicos que apreciamos tanto dentro como fuera del templo, representarán el patrimonio artístico más destacado de la localidad.
Su ubicación sobre una zona elevada, con una buena visual, desde la que se puede otear parte de la geografía que circunda el territorio, nos recuerda que alrededor de sus inmediaciones, es donde los primeros pobladores dispondrían sus viviendas, algo que tanto la toponimia como la trama de sus calles nos demuestra.
Ahora bien, en lo que concibe al edificio en términos arquitectónicos, debemos de tener en cuenta que esta iglesia de salón de tipo escalonado, se adapta como puede a la orografía del terreno, disponiéndose en una zona con una evidente pendiente, tal y como seguimos percibiendo, a pesar de las obras de acondicionamiento que en su día se harían para alzar la edificación.
Cabe destacar el acceso lateral de su flanco sur, en cuyo muro consolidado por sillares gruesos, se dispone un contrafuerte que sobresale de la pared, sin olvidar que la entrada principal y orientada hacia el oeste mantiene su acceso.
Las limitaciones impuestas por el relieve, son probablemente una de las principales razones que explicarían porqué la iglesia anterior al siglo XVI, distaría bastante de la que nos ha llegado a nuestros días. La puerta del flanco sur todavía conserva una bonita decoración, gracias al claveteado de estrellas de ocho puntas que cubren la superficie de la madera, y que como elemento artístico merece la pena destacar.
David Gómez de Mora
Cronista Oficial de La Peraleja