Una de las obras más destacas de la localidad de Villarejo de la Peñuela, es sin lugar a duda su acceso al templo cristiano. Una portada de arco de medio punto, del que cabe destacar sus pilastras, con una línea de friso y frontón partido, en medio del que presenciamos una hornacina para introducir una imagen, y que por lógica habría de corresponder a la de San Bartolomé Apóstol, pues sabemos que este es el titular de la Iglesia Parroquial.
No olvidemos que San Bartolomé era uno de los doce apóstoles de Jesucristo, que acabó siendo mártir y conocido como el “hijo de Tôlmay" o "hijo de Ptolomeo", estando citado en los tres evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas), siempre en compañía de Felipe. Su festividad se celebra el 24 de agosto, además de que su veneración siempre ha estado muy difundida en el gremio de los peleteros, al ser su patrón, puesto que el cuchillo fue el instrumento usado para desollarlo en su martirio.
La calidad con la que se realizaría esta portada se manifiesta en los elementos florales y diferentes figuras de rombos y rectángulos que cubren la zona central de las pilastras laterales de la portada, otorgando en su conjunto un toque singular que engrandece el acceso hacia el interior del edificio.
La presencia de vecinos con este nombre a lo largo de la historia del pueblo, se explica evidentemente por la devoción que ha habido hacia la figura del Apóstol.
Así pues, ya por ejemplo en el siglo XVI veremos diferentes habitantes llamados Bartolomé, destacando uno de los testamentos más antiguos del primer volumen, en el que leemos una cita en la que se dice que se “donará un pedazo de la casa que pertenecía a la Bartola”.
No cabe duda que la Iglesia de San Bartolomé de Villarejo era el principal centro neurálgico de la población. Un tesoro arquitectónico de enorme valor por los entresijos que encierran algunas partes del edificio, empezando desde lo alto de su campanario, hasta llegar a los detalles más minuciosos que presenciamos en algunas zonas del templo, como sucede con sus paredes.
Como muchas de las iglesias del país, las sucesivas guerras en las que se ha visto involucrado nuestro territorio, estas han dañado con el paso de los siglos parte de la estructura y mobiliario que la componían, no obstante, en el caso de Villarejo, presenciamos que la perfecta conservación de su portada (exceptuando la figura que había en la hornacina externa), preserva todavía afortunadamente de forma íntegra esta parte tan destacada del edificio religioso y que le da esa esencia tan característica al municipio, y que rápidamente comprobará el visitante cuando llegue a la entrada del templo.
David Gómez de Mora
Cronista Oficial de Villarejo de la Peñuela
