Las referencias de Verdelpino durante el medievo son escuetas, no obstante, su proximidad a una ciudad tan importante como Huete, así como el tránsito de ganado por sus tierras, además de la labor agrícola desempeñada por muchos de sus labradores a lo largo de la historia, propiciaron que en el municipio siempre hubiese una cierta calidad de vida que permitió la instalación de varios linajes que perpetuarán el papel desempañado por sus gentes de forma ininterrumpida.
A principios del siglo XIV, más concretamente el día 11 de agosto de 1305 (Sánchez Doncele, 1982, 110), tenemos constancia de que el itinerario real del príncipe de Villena y autor del Conde de Lucanor, don Juan Manuel, nos señala la existencia de esta localidad bajo el nombre de Verdel Pinero, hecho que nos demuestra como su etimología deriva de un fitónimo que ya nos estaría señalando la presencia del pino, nada extraño si tenemos en cuenta que su espacio montañoso es un área idónea para la proliferación del mismo. No obstante, sería en la centuria siguiente, cuando vemos de nuevo como en este enclave había presencia de ciertos linajes que conformaban el grupo de los vecinos con más recursos en la población.
En una reseña de Fernández-Rabadán (2022), y que leemos en su blog personal, dentro del artículo titulado “Repartimiento de 1430 en la ciudad de Huete y su tierra”, se nos indica que en el año 1430 el rey Juan II de Castilla solicitó a la ciudad de Huete y su tierra un empréstito por una cantidad de 6.000 florines. Una acción que motivó que se detallara un largo listado en el que aparecerán los vecinos de cada lugar que participarían en el mismo, y que como era obvio, soliá estar formado por aquellos mejor posicionados económicamente.
El caso de Verdelpino de Huete guarda interés por el hecho de que vemos como durante la primera mitad del siglo XV aparecen una serie de apellidos, que no sabemos por su frecuencia si tienen algo que ver con las líneas que tenemos documentadas durante mediados del siglo XVI, pero que en el caso de ser así, demostrarían obviamente una continuidad de los linajes que seguirán teniendo una posición aceptable dentro del municipio, siendo este el caso de los Pérez y Fernández, y que como sabemos en centurias siguientes, seguirán cobrando un protagonismo destacado desde la perspectiva social.
Verdelpino de Huete al atardecer (foto del autor)
La casa de los Pérez siempre se mantuvo como una familia con bastantes recursos, hasta el punto de que cuando una línea emigró a la vecina Caracenilla, allí seguiría manteniendo esa preeminencia social, consiguiendo por el ello la proliferaciónde un linaje que en siglos posteriores se denominaría bajo el nombre de los Pérez de Albendea, y que desde las filas del clero siempre dio hijos notorios e influyentes al lugar.
Algo parecido también podríamos decir de la familia Fernández, quienes como veremos en la lista de pagadores de 1430 son otra de las principales casas que habrán afincadas en el municipio.
A día de hoy lo poco que podemos aportar respecto al sistema de relaciones sociales que parece desprenderse entre los habitantes de Verdelpino a lo largo de finales del medievo y especialmente durante la entrada del siglo siguiente, es que en el municipio prevalecerá el clásico modelo de alianzas cerradas entre gente del territorio, en las que siempre se buscará afianzar matrimonios con personas que socialmente se hallarán en una misma posición o en su defecto muy similar.
Siguiendo el patrón de proyección social existente en otras localidades como Saceda del Río, La Peraleja, Caracenilla y Villarejo de la Peñuela, apreciaremos que los protocolos notariales como las referencias testamentarias se convierten en herramientas indispensables que nos ayudan a conocer un poco mejor como funcionaban aquellos mecanismos de crecimiento y expansión social.
David Gómez de Mora
Referencias:
* Sánchez Doncel, Gregorio (1982). "Un gran señor medieval: don Juan Manuel", Anales de la Universidad de Alicante. Historia medieval, nº1, 87-116 pp.
