lunes, 14 de febrero de 2022

Verdelpino de Huete a finales del siglo XVIII

En la obra histórico-geográfica de Tomás López tenemos la suerte de poder recoger datos relativos a la localidad de Verdelpino de Huete, a través de las reseñas que proporcionará en un informe el párroco del municipio, don Vicente Caballero González, a fecha de 2 de mayo de 1787.

Como era sabido desde tiempo atrás, el 12 de abril de 1651 Verdelpino pasaría a ser una de las villas que estará en posesión de su señor don Diego de Silveira, un linaje de la nobleza foránea, con un conocido pasado converso, pero que no sería impedimento para que en esa época gozara de buena reputación.

En el informe redactado por el referido cura, se indica que el municipio contaba con una única parroquia, siendo la misma que conocemos, y cuya titularidad estará bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción. El patrón del municipio seguiría siendo San Blas.

El caserío de Pedro Pascual por aquellas fechas ya se hallaba despoblado, cosa que podemos confirmar desde tiempo atrás, puesto que en el catastro de Ensenada (es decir, treinta y pico años antes), se indica que Verdelpino no posee poblados o asentamientos ajenos al casco urbano.

Atardecer en Verdelpino de Huete (foto del autor)

Respecto a la riqueza hídrica de la localidad, queda confirmada la variedad de fuentes cuando se señalan que existen un total de 21 de agua dulce, así como “tres sierrezuelas algo eminentes”, siendo el caso del cerro del Olivar, la Cañadilla (a mediodía) y al norte el Viso del Pinar. El testimonio indica que por la primera se accede a Caracenilla, mientras que por la Cañadilla a La Langa, así como por la última hasta la hoy despoblada Carrascosilla.

Entre los folios 756 r.-757 r. del diccionario de Tomás López, se nos informa de datos como los antes comentados y otros tantos, como por ejemplo que en el término municipal había presencia abundante de álamos blancos y negros, además de chopos, sauces y almendros cultivados.

En cuanto a personalidades destacadas, veremos que se habla ni más ni menos de que el pueblo contaba con 12 eclesiásticos, de los cuales ocho tenían el hábito de Santiago y cuatro eran comisarios del Santo Oficio. Sorprende la ingente cantidad de personalidades con tanto peso e importancia en un lugar de escaso vecindario, ya que por aquel entonces Verdelpino contaría con poco más de medio millar de habitantes, es decir, unas 125 viviendas, de ahí que la ratio nos indicará que había 1 religioso por cada 10 casas, nada extraño teniendo en cuenta el poder de determinadas familias que desde tiempo atrás acrecentaron su estatus, sabiendo mantener viva la llama de la fe y la religión, hecho que heroicamente se demostrará con su devoción por la tradición décadas después tras el desarrollo de las guerras carlistas, pues no olvidemos que Verdelpino fue otro de los enclaves que acogió y aporto hijos a la causa.

Entre la producción cultivada se recogía trigo, cebada, centeno, avena, garbanzo, guijas, judías, azafrán, cáñamo, cañamones, miel y buen aceite. Había algunos telares para el lienzo común, llamando la atención una referencia del citado informe en la que se indica que “apenas hay escuela de primeras letras, cuyo cuidado está en los padres de los niños por no haber fondo para mantener”.

Volviendo a la riqueza hídrica del lugar, se nos indica que debido a esa abundancia en el término aparecían “muchas hierbas medicinales de las que se nutren los boticarios”, además de la presencia de víboras en las zonas yermas y pedregosas, a las cuales les daban fines curativos, y que eran motivo de búsqueda “para los que padecen de tierras bastantes remotas y distantes”.

David Gómez de Mora


Referencia:

* López, Tomás. Diccionario geográfico de España. Siglo XVIII. Manuscrito. Biblioteca Nacional de España

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).