A
estas alturas nadie discute el papel jugado por el tradicionalismo
dentro de la comarca dels Ports a lo largo de las guerras carlistas.
Tanto es así que no resulta necesario argumentar el rol
geoestratégico como político que aglutinó el municipio de Morella
y su extrarradio, especialmente durante la primera contienda. Un
espacio del que tan ingeniosamente algunos estudiosos como amantes de
este periodo histórico, no han dudado en calificar como de la
efímera génesis de un microestado gobernado por el Tigre del
Maestrazgo.
Las
políticas liberales marginaban a muchos pequeños labradores, que
durante la centuria anterior ya habían asistido a un proceso de
desposesión patrimonial. Las nuevas formas de entender el estado y
la sociedad auguraban fuertes cambios en áreas rurales donde la
rutina y las costumbres regían el día a día de sus gentes.
Aquellos
enclaves formados por pequeños y medianos propietarios, veían con
mucho temor las reformas que podían tirar al traste la única forma
de entender la vida que esos hombres del campo tenían. “La
legislación aprobada por los liberales incidía y aceleraba este
proceso (…) se iniciaba de esta forma el proceso revolucionario
burgués español, donde la consolidación de la propiedad privada se
convertía en paso indispensable en la consolidación de las
relaciones de producción capitalista de mano de la burguesía”
(Sanz, 1999, 65).
Bandera
de combate del General don Ramón Cabrera “A muerte en el campo de
batalla”. Fuente: elpeliciego.com/la-historia/
Cinctorres
además de ubicarse en uno de los puntos calientes del carlismo
peninsular, partía de unos precedentes antes del estallido de la
primera contienda, que ya hacían presagiar movimientos convulsos. En
1833 la rebelión carlista supo canalizar esta situación con el
apoyo de numerosos hijos del pueblo que se enrolaron en las filas
sublevadas.
La
presión y el apoyo al carlismo desde Cinctorres como todo su
territorio adyacente fue siempre una cuestión innegable. Javier
Urcelay, en su obra sobre el Maestrazgo carlista, indica que durante
la tercera guerra hubo actividad entre sus calles, viviéndose
episodios como entre los años 1869 y 1875. Sabemos por ejemplo que
“el 14 de agosto de 1869 se apoderaron de Cinctorres doscientos
carlistas armados contra la Revolución Gloriosa” (Urcelay,
2002, 157). Antonio Caridad nos informa que durante la tercera guerra
facciosos entraron en el municipios sin encontrar ninguna
resistencia, hecho que como sabemos también se repetiría durante la
primera contienda.
Sobre
la devoción católica de los vecinos del lugar, nadie ponía en tela
de juicio su arraigo a la fe cristiana, y es que cabe recordar que la
Iglesia de San Pedro Apóstol, y que fue finalizada durante el siglo
XVIII, se financió únicamente a través de los 130 hogares con los
que contaba por aquel entonces la villa. El peso de la devoción era
tal que a pesar de haber una cifra de habitantes no muy alta, en el
término municipal había hasta cuatro ermitas.
La
presencia de masías habitadas por aquellas fechas era también otra
de las cuestiones que aquí habríamos de destacar. Si seguimos el
padrón publicado por Mn. Josep Alanyà (el cual se convierte en una
fuente indispensable para efectuar una radiografía social del
Cinctorres inmediato al desarrollo de la primera guerra), veremos que
este cita la existencia de un total de 17 masías habitadas (Alanyà,
2004, 96-100):
-
Mas de Costa (familia Prats-Monfort)
-
Mas de Clarà (familia Segura-Jordà)
-
Mas de Sant Pere Màrtir (familia Borràs-Deusdat)
-
Mas de Sorribes (familia Sorribes-Beltran)
-
Mas de Gasulla (familia Gasulla-Escorihuela)
-
Mas del molí de Borràs (familia Grau-Conesa)
-
Mas del hostal nou (familia Milián-Querol)
-
Mas de Mossèn Batiste (familia Guardiola-Quadroy)
-
Mas Roig (familia Casanova-Polo)
-
Mas del Coll (familia Climent-Montserrat)
-
Mas de Guardiola (familia Guardiola-Casanova)
-
Mas de Moles (familia Moles-Ripollés)
-
Mas de Frai Ximeno (familia Altava-Tena)
-
Mas de Frai Ximeno (II) (familia Borràs-Climent)
-
Mas de la Llonguera (familia Cortés-Ripollés)
-
Mas de Carceller (familia Carceller-Carbó)
-
Mas del Molí de Costa (familia Sabater-Querol)
Las
masos eran puntos logísticos muy destacados, ya que proveían de
pertrechos y cobijo a aquellos guerrilleros que estaban en constante
tensión, a la búsqueda de espacios que les guareciesen y otorgaran
cierta tranquilidad respecto los núcleos poblados, al ser en estas
casas de campo mucho más difícil ser interceptado. El 16 de
noviembre de 1874 fue capturado en el Mas de Clarà don Ignacio Polo
i Guardiola, personaje conocido en el pueblo con el mote del
“Confiter de Cinctorres”.
Don
Ignacio fue comandante del Batallón Maestrazgo nº8, además de ser
arrestado junto con otros 24 carlistas (M. Salvador -Vivencias de la
última guerra-, pp. 236; en Urcelay, 2002, 158). Los descendientes
de la familia Segura, como los miembros de otras de las masías que
había en la zona, se implicaron muchas veces permitiendo esconder
entre sus paredes a muchos de los cabecillas sublevados. Así pues,
este mismo mas “sirvió
de refugio a la partida de Vallés y de Joaquín Mestre en la
insurrección de agosto de 1869”
(Urcelay, 2002, 158). Antonio Caridad ya nos informa de la
importancia de estos lugares como puntos claves para los rebeldes,
especialmente para los jefes “cuando
se movían acompañados de un pequeño número de personas”
(Caridad, 2013, 274).
No
obstante, si tuviésemos que destacar dos linajes locales volcados con
la causa rebelde a lo largo de los diferentes enfrentamientos que se
desarrollaron en esta tierra durante las diferentes varias en las que
duró este conflicto, sería imposible no citar algunos miembros de
familias locales como los Ripollés y los Polo.
La
familia Ripollés
A
diferencia de los Polo, el linaje de los Ripollés tenía un
importante número de integrantes en esta localidad, destacando entre ellos la figura de don
José Joaquín Mezquita i Ripollés, un personaje que dará al
carlismo cinctorrá un nombre en los anales de su historia durante
la primera guerra. Este personaje fue estudiado por Antonio Caridad
en su trabajo “Cabrera y compañía. Los jefes del carlismo en el
frente del Maestrazgo” (2014, 430-432). Don José nació en
Cinctorres el 4 de julio de 1804, siendo hijo de Joaquín Mezquita
(alpargatero, nacido en 1771) e Ignacia Ripollés (un año más joven
que su marido).
Su
familia vivía en la casa número 4 de la plaza de la Iglesia, uno de
los lugares más céntricos del municipio. En aquel hogar también
residía su hermana María Manuela Mezquita i Ripollés, esposa de
Manuel Artola. José Joaquín vivía en compañía de otros tres
hermanos (Manuel, Cosme y Juan de Dios) (Alanyà, 2004, 54). En
cuanto sus padres pudieron enviaron a don José a una escuela de
primeras letras, lo que motivó “que
en 1814 estudiara latín para seguir la carrera eclesiástica.
Concluida la gramática, Mezquita marchó a Tortosa para continuar
sus estudios en el seminario conciliar, donde realizó tres cursos de
filosofía. Pero su carrera se vio truncada cuando en 1820 abandonó
las aulas y regresó a su casa, ante el cambio de gobierno que se
había producido. Dos años después se unió a la partida realista
de Rambla, siendo nombrado sargento primero y secretario de Chambó,
debido a que sabía leer y escribir. Posteriormente, cuando su jefe
se hizo con el mando de la partida, Mezquita ascendió a alférez,
combatiendo más tarde en la acción de Almenara, en el sitio de
Valencia y en la toma de Morella (1823)”
Caridad (2014, 430).
El
destino de José Joaquín cambió bruscamente durante el año 1832
cuando este fue expulsado del ejército tras una depuración de
oficiales absolutistas, pasando al año siguiente a instalarse de
nuevo en
“su pueblo y esconderse en casa de un amigo, hasta que se unió a
los rebeldes de Morella. Se agregó entonces al batallón de
aragoneses, dirigido por Carnicer, a quien siguió hasta la acción
de Calanda, y que fue un completo desastre para los partidarios de
don Carlos” (Caridad,
2014, 431). Sobre nuestro personaje, de nuevo Caridad (2014, 431)
añade que “permaneció
allí hasta enero de 1834, cuando fue convocado por Carnicer, a cuya
llamada acudió inmediatamente. Participó entonces en una reunión,
en la que se le pidió que marchara al norte para pedir órdenes e
instrucciones a Zumalacárregui”. Uno
de los aspectos más importantes del hijo de Ignacia Ripollés, fue
que al haber estado como oficial del ejército, acabó convirtiéndose
“en profesor de táctica militar de Cabrera, aprovechando para las
clases los momentos de descanso o en los que no había peligro”
(Córdoba, B., Vida militar…, v. 1, pp. 52 y 53; Caridad, 2014,
431). Su involucración con la causa durante el desarrollo de la
primera contienda fue una realidad que debemos entender también
desde las relaciones parentales que la familia tendrá con otras
familias del lugar, pues como hemos sabido hubo nexos ideológicos entre muchos de los parientes que orbitaban a su alrededor. Por
desgracia nuestro personaje acabaría siendo capturado, por lo que
incluso a pesar de su arrepentimiento, fue condenando a muerte,
siendo ejecutado al garrote vil
(Caridad,
2014, 432).
José
Joaquín, como otros muchos vecinos de su municipio, tenían clara la
importancia de lo que suponía la defensa del carlismo, es por ello
que si analizamos su genealogía familiar, veremos evidentes
relaciones con aquellas familias que también guardaban parentesco
con la casa de los Polo. Y es que a pesar de que nos separen varias
décadas entre los hechos de la primera y la tercera guerra, en
muchos hogares poco cambiaron las ideas con las que padres, hijos y
abuelos, a lo largo de diferentes generaciones, se vieron convencidos
en la necesidad de defender una forma de vida que arraigaba en los
cimientos de una idiosincrasia tradicionalista, que poco o nada había
variado con el trascurso del tiempo.
Genealogía
de la familia de don José Joaquín Mezquita Ripollés (Elaboración
propia. Apuntes genealógicos del autor)
La casa de los Ripollés
entabló relaciones con familias del lugar como es el caso de los
Climent y Guardiola, quienes tal y como comprobaremos en el siguiente
apartado también lo habían hecho con los Polo. Las asociaciones
entre linajes con vínculos que procedían de masías, además de
nexos de apoyo al carlismo, y con quienes existían lazos muy
estrechos, propició un conjunto de políticas matrimoniales muy
cerradas, y que entraban dentro de las que por normalidad se habían
extendido desde siglos atrás en estas tierras. Los tíos de don José
Joaquín (el maestro militar de Cabrera), eran Carlos Ripolles y su
esposa Josefa Borràs (esta hija de los propietarios del mas de Sant
Pere mártir).
La
familia Polo
Los
Polo eran portadores de un apellido que como veremos en diferentes
lugares llegó a tener un reconocimiento de hidalguía, fenómeno que
los podía convertir en representantes de una pequeña nobleza rural,
y que por aquellas fechas muchas veces se posicionó del lado del
bando sublevado. Como ocurría en el caso de la familia del personaje
que a continuación nos ocupa, sus antepasados y parientes no vivían
del todo mal, pues precisamente veremos como a principios del siglo
XIX uno de los grandes propietarios que había en la localidad era
un miembro de los Polo (Sanz, 1999, 64). Aquellas familias de la
burguesía rural, la pequeña nobleza, junto con el clero local, y
con el que muchas veces guardaban una relación muy estrecha por
tener algún miembro de la familia ordenado dentro del brazo
eclesiástico, mostraban una enorme preocupación por las reformas
políticas que podían comportar un ataque a los cimientos
tradicionales de esa sociedad que había permanecido estática en lo
que respecta a muchos de los grandes cambios que empezaban a
extenderse por todo el territorio.
Es
ahí, dentro del seno de una familia que reunía muchas de las
características que hemos descrito, donde nacerá don Ignacio Polo
i Guardiola, hijo de los labradores Antonio Polo y María Antonia
Guardiola. Nuestro personaje se crió en la casa nº112 de la calle
de la plaza. Entre sus hermanos estaba María Antonia Polo i
Guardiola, además de un criado a su servicio que se llamaba Andrés
Peñarroya.
Don
Ignacio es sin lugar a duda una de las figuras más ilustre del
carlismo cinctorrá durante la tercera contienda. Así pues, conocido
en el lugar con el mote del “Confiter de Cinctorres” (en alusión
a su profesión), participó en algunas acciones destacadas. Sabemos
que acabaría formando su partida en la localidad de Ares del
Maestrat en verano del año 1869. Pero es un poco más tarde, en
1872, cuando don Ignacio saldrá al paso con su propia partida,
incorporándose al mando de Joaquín Ferrer. Entre sus acciones cabe
destacar una intervención que sorprendió a la guarnición liberal
de Cantavieja el 10 de diciembre de 1872, y en la que iba acompañado
por un grupo de 150 hombres. Este hecho será notable, pues tras
aquel ataque consiguió desarmar a más de una veintena de guardias civiles.
En
esta ocasión, como sucedió en la mayoría de los enclaves, todavía
seguía viva la herida y el recuerdo del daño que ocasionaron las
tropas liberales en muchos de los pueblos de esta zona hacía unas
cuatro décadas atrás, de ahí que sin dudarse un instante, y a
pesar de no arrastrarse el apoyo de una figura como la del histórico
Cabrera de la primera guerra, muchos de los hijos de este territorio
no dudaron en lanzarse al monte a defender lo que consideraban un
ataque contra los intereses de sus familias.
El
16 de noviembre de 1874, “en
la masía de Clarà, situada entre el Portell y
Castellfort, dentro del término de Cinctorres, es hecho prisionero
el teniente coronel del ejército carlista Ignacio Polo Guardiola, el
'confiter de Cinctorres'. Un chivatazo permitió el hecho. A las dos
de la madrugada, cincuenta soldados isabelinos bajo el mando del
capitán Antolí rodearon la masía, llamaron a la puerta y los
carlistas que esperaban la llegada de un compañero, confiados,
abrieron la puerta permitiendo el paso de su enemigo. Creyendo que el
enemigo era más numeroso se rindieron sin condiciones y fueron
llevados a Morella al frente de su teniente coronel Ignacio Polo,
antiguo capitán de Cabrera y organizador y jefe del 8º batallón
del Maestrazgo”
(Segarra Capsir, 2011)
La
familia Polo no era excesivamente nombrosa en el municipio en
relación con otras como la de los Ripollés, y prueba de ello lo
vemos en la lista electoral del año 1895, en la que se recogen
algunos de los integrantes de este linaje, mayores de 40 años, y que
reunían las condiciones exigidas para poder ejercer su derecho a
voto, siendo estos:
-
José Aguilar i Polo, 60 años, sangrador, plaça (nº 2)
-
Joaquín Guardiola i Polo, 76 años, jornalero, carrer de Sant Roc
(nº 6)
-
Joaquín Polo i Dolz, 44 años, traficante, carrer de Sant Lluis (nº
131)
-
Francisco Polo i Moles, 53 años, pastor, carrer de Sant Vicent (nº
52)
-
Juan Polo i Moles, 51 años, labrador, carrer de Sant Vicent (nº 12)
Genealogía
de la familia de Ignacio Polo Guardiola (Elaboración propia. Apuntes
genealógicos del autor)
Tal y como ocurre con el
caso de la familia de José Joaquín Mezquita, los Polo como los
Guardiola guardaron relaciones muy estrechas con la casa de los
Ripollés y los Climent, los cuales como sabemos estaban asociados
con algunas líneas de masoveros del municipio. Precisamente la rama
de los Climent-Ripollés era la que a principios del siglo XIX estava
vinculada con el mas d'en Coll, por ser sus propietarios Isidro
Climent y Francisca Altava.
La fuerte endogamia que se
practicaba en la localidad, unida a los vínculos ideológicos que
solían haber entre muchas de las casas, fomentaban una política de
alianzas matrimoniales muy herméticas, heredadas de tiempo atrás, y
que como se verá hasta el siglo XX fueron una práctica muy
habitual.
David
Gómez de Mora
Bibliografía:
*
Alanyà i Roig, Mn. Josep (2004). El padró de Cinctorres. Any
1817 (Ports de Morella). Ajuntament de Cinctorres, 128 pp.
* Arxiu Parroquial
de Cinctorres. Volum I de baptismes (comença l'any 1800).
*
Boletín Oficial (Suplemento), Año 1895. Cinctorres. Electores
correspondientes a dicho Ayuntamiento por el primer y segundo
distrito.
*
Bordás Marcoval, José (1997). La
Guerra del Groc. Memoria de un voluntario carlista forcallano [Tomás
Peñarroya Peñarroya]. A. 1833-1874. Ayuntamiento de Forcall.
Jordi Dassoy, Impresor, Sant Carles de la Ràpita.]
*
Caridad Salvador, Antonio (2013). El ejército y las partidas
carlistas en Valencia y Aragón (1833-1840). Universitat de
València, 364 pp.
*
Caridad Salvador, Antonio (2014). Cabrera y compañía Los jefes
del carlismo en el frente del Maestrazgo (1833-1840). Colección
Estudios Historia. Institución «Fernando el Católico» (C.S.I.C.)
Excma. Diputación de Zaragoza Zaragoza, 623 pp.
*
Cuerpo del Estado Mayor del Ejército. Tomo XII, pag. 82
*
Segarra Capsir,
Francisco (2011). Los
horrores en el Maestrazgo carlista (el desastroso siglo XIX español).
Ed.
Antinea. Vinaròs
*
Urcelay Alonso, Javier (2002). El Maestrazgo carlista. Una visita
a los escenarios de las Guerras Carlistas del siglo XIX. III
Edición. Editorial Antinea. 383 pp.
*
Sanz Rozalén, Vicente (1999). “Revolució i contrarrevolució a la
batllia de Morella”. Cinctorres. Els nous temps, Tortosa, vol. II,
pp. 59-74