viernes, 27 de diciembre de 2019

La capilla de la Inmaculada Concepción de los Reyllo en Buenache de Alarcón


Durante el siglo XVII vemos como en este municipio algunas familias comienzan a realizar un conjunto de obras en el interior de la Iglesia de San Pedro, que obviamente tienen como propósito realzar la importancia y distinción del linaje que las promovía.

Una de ellas será la de los Reyllo, integrantes de una casa vinculada a la pequeña nobleza local, que llegó a obtener un poder destacado más allá del área geográfica de lo que hoy denominamos como la Manchuela.

La historia de esta familia empieza con su progenitor, don Bernabé de Reyllo, hijo de un capitán de caballos, que llegará a la localidad durante la primera mitad del siglo XVI, casando con la apoderada doña Estefanía de Silva. Fruto de este matrimonio surgirán las diferentes líneas de Reyllo que se esparcirán por el municipio.

La rama que más prosperará socialmente será la de su hijo don Francisco de Reyllo, quien celebrará sus esponsales con la noble doña Andrea del Castillo (hija a su vez de don Antonio del Castillo y Catalina de Baldolinas). Será a partir de ambos cuando se forjará la creación del apellido “del Castillo-Reyllo”, y que el insigne historiador conquense don Trifón Muñoz (1867), al referirse a los antiguos linajes de Cuenca, añade: “Viniendo después los López Romero y Castillo Reyllo, los Bercedos y Clemente de Aróstegui, los Herreras y Anayas, los Fernandez Villar y Rodríguez Fonseca, los Álvarez de Toledo y Palafox y Croy, los Villoras y Morales, los Avellanedas y Ayalas con sus riquezas y generosidad fomentaron las artes y dieron impulso al aumento de la población”.

A través de Francisco y Andrea, veremos cómo nacerá don Diego de Reyllo del Castillo, quien casará con Juana Saiz. Hijo de ambos será el famoso Prior de la Colegiata de Belmonte don Diego de Reyllo, encargado de mandar construir la capilla familiar de Nuestra Señora de la Concepción en su localidad natal, además de fundar dos capellanías, y realizar una manda de 2.300 misas para el día de su defunción.

Capilla de la Inmaculada Concepción de Buenache de Alarcón. Imagen del libro de Domingo Terencio (2016)

A partir de esta línea la descendencia acumulará un poder sin precedentes, llegando a poseer un mayorazgo integrado dentro de un Señorío, así como ocupar cargos de influencia en la propia Inquisición conquense. Su entronque con los Mendoza y otros linajes de estatus similar, permitirá que se establezcan de manera eficaz en la capital, pasando a ocupar de modo permanente una regiduría por el estado noble.

Si analizamos por pasos el proceso de ascenso social de los Reyllo, sus orígenes arrancarían en un capitán de caballos, del que una vez reconocida su nobleza, sus descendientes generación tras generación irán progresando de manera satisfactoria.

El proceso de crecimiento podemos dividirlo en tres etapas, una primera que ocuparía los siglos XVI-XVII, cuando desde la familia se establecen una serie de políticas matrimoniales con casas de la pequeña nobleza local como los Castillo. Es al final de ese período cuando se crea un punto de inflexión, tras la entrada de don Diego de Reyllo como Prior de la Colegiata de Belmonte, un representante activo que desde la fuerza que le daba su mando dentro de la Iglesia de estas tierras, afianzará su nombre y el de los suyos con la fundación de una capilla dedicada a la Inmaculada Concepción. Esta obra significará que el linaje tenga un lugar de enterramiento propio en Buenache, además de dos nuevas capellanías que iban adjuntas con cargo de 100 misas.
 
Será pues durante esa generación cuando las sobrinas del referido Diego también expanden sus influencias más allá del marco local. Los matrimonios serán diversos y siempre con familias poderosas, así Juana del Castillo casará con el hidalgo don Pedro de Monteagudo, y que procedía de Villanueva de la Jara, su hermana Francisca lo hará con don Francisco de Alarcón, y cuyo padre ya era familiar del Santo Oficio en la ciudad de Cuenca. La tercera hermana, Ana Ximénez, a pesar de coger el apellido materno, casará con don Fernando Cabañero Reyllo, quien era familiar del Santo Oficio y natural de la Roda. De esta segunda fase se pasa inmediatamente a una tercera que entraría dentro del siglo XVIII, donde las líneas más fuertes socialmente del linaje entablan alianzas con linajes de la ciudad conquense.

Como decíamos, a grandes rasgos el personaje más importante de esta familia es sin lugar a dudas el referido Prior, conclusión a la que llegamos básicamente por dos ideas que consideramos clave para entender la situación tan prospera de la familia. La primera es su decisión de alzar una capilla, sabiendo la repercusión que aquello desde la perspectiva social iba a tener, pues era un medio de promoción directo y eficaz que ayudaba a que sus propietarios gozaran de una reputación e influencias, que incrementaban notablemente sus posibilidades de medrar. 

Genealogía de los Castillo-Reyllo de Buenache de Alarcón (elaboración propia)

La segunda acción, y también muy bien estudiada, fue su precaución y reservas en el momento de ocultar cualquier tipo de nexo que lo vinculara con los Silva de Buenache, remarcando de este modo el apellido Reyllo, así como tapando el de los Castillo hasta donde fuese necesario. Visto así, don Diego fue el principal ariete, encargado de despejar toda sospecha que acechara la línea de su familia, bien fuese por los sambenitos de los Castillos, así como de los Silva tras las duras acusaciones que a principios del siglo XVII señalaban al cura don Rodrigo de Silva.

No olvidemos al hermano de don Diego (don Pedro), quien era Secretario del Santo Oficio, figura que junto con la de su hijo y descendencia que ejerció como Secretario del Secreto, resultaría vital para diseñar los mecanismos de ingeniería social que permitieron una fase de ascenso dentro del seno inquisitorial conquense.

Bárbara Santiago Medina, explica en un artículo dedicado a los Secretarios del Secreto, que papel y funciones tenían sus integrantes. Adjuntamos una cita literal de su artículo por la claridad y precisión con la que define esta cargo: “(…) El -secreto-,  por  su  parte,  era  una  entidad  física  y  no  intangible,  un  lugar concreto. El archivo donde se custodiaban los documentos que sustentaban  el  poder  del  Santo  Oficio.  Allí  estaba  su  memoria  y  el  recuerdo  de  todos  aquellos  que  habían  caído  en  sus  redes,  los  textos  de  gobierno,  la gestión burocrática, las pruebas de limpieza, las visitas de los distritos, los  procesos...  Todo  el  conocimiento  inquisitorial  se  albergaba  entre  las  paredes  del  secreto.  Y  solo  unos  pocos  individuos  tenían  acceso  a  él,  además de los inquisidores y el fiscal del tribunal: los secretarios del secreto.  Estos  oficiales  se  convertían  en  los  -señores  del  secreto-   y  de  lo  que  en  él  se  encontraba.  En  sus  manos  ostentaban  un  gran  poder  y,  sin  embargo, pocos autores, dentro de la historiografía, han llegado a dilucidarlo, creyendo ver en ellos a unos simples y fríos escribanos, a la manera  de  autómatas  sin  juicio  ni  conciencia,  testigos  mudos  de  los  peores  horrores de la Inquisición. En efecto, la principal función de los secretarios del secreto era la de escriturar  y,  en  ocasiones,  suscribir,  buena  parte  de  las  tipologías  diplomáticas  que  eran  expedidas  en  un  tribunal  de  distrito.  Despachaban  con  los inquisidores en la audiencia principal y allí anotaban todo lo que sucedía, por ejemplo, relacionado con los procesos de fe” (Santiago, 2015, 363).

Por lo que concibe a la fundación de la capilla de la Inmaculada, sabemos que don Diego entre las mandas exige la elaboración de una imagen de bulto con retablo proporcionado para el futuro oratorio, acompañada por una reja y puerta, así como un arca y cajones con dos cálices. A ello hay que sumarle un cuadro de San José sobre marco dorado, además de dorar el retablo y la reja. Añade que se intervenga en la bóveda de la Ermita de Nuestra Señora de la Estrella, reiterando que se dore y estofe el retablo. Esta tarea recaerá sobre el maestro Bernardo de Soria (vecino de Honrubia), información que extraemos de las mandas de la defunción del referido Prior (ADC).

Terencio Silvestre (2015) define esta capilla como el espacio más destacado de la Iglesia por su equilibrio, belleza y armonía.  Añade que está construida en sillar de piedra, accediendo a la misma a través de una cancela de madera que presenta un blasón con las armas del linaje. Dicha cancela se halla flanqueada por dos pilastras rematadas con un friso en el que aparece un cordón de dentellones que da paso a una pequeña cornisa (Terencio Silvestre, 2015, 99). La capilla tiene el detalle de albergar dos tribunas para seguir de manera cómoda y privilegiada la liturgia. Todo ello en su conjunto, obviamente era un arma de doble filo que acrecentaba aun más la figura de los miembros de la familia que acudían a lo que era un espacio personal, dentro del edificio más importante del municipio, y al que iba casi todo el pueblo al menos una vez por semana.

La adquisición de aquel habitáculo de gran calado social, arrastraba un enorme simbolismo, pues generaba una asociación con la familia más importante del municipio, los Señores de Buenache, quienes como era normal, por su condición señoríal, también tenían su propia capilla a parte, y dejaban de este modo de ser los únicos.


David Gómez de Mora


Bibliografía:

* Archivo Diocesano de Cuenca, libro III de defunciones (1629-1693), Sig. 24/39, P. 587

* Gómez de Mora, David (2017). "Apuntes genealógicos de la nobleza de Buenache de Alarcón. Los Reyllo". El Fortí, serie Premium, nº XXII, septiembre 2017

* Gómez de Mora, David (2018). "El linaje de los Castillo en Buenache de Alarcón. Apuntes y notas genealógicas". En: davidgomezdemora.blogspot.com

* Gómez de Mora, David (2019). "El linaje de los Silva en Buenache de Alarcón". En: davidgomezdemora.blogspot.com

* Muñoz y Soliva, Trifón (1867). "Historia de la Muy N.L.É I. Ciudad de Cuenca, y del territorio de su provincia y Obispado". Libro III. 806 pp.

* Santiago Medina, Bárbara (2015). "Los señores del secretohistoria y documentación de los secretarios del Santo Oficio madrileño". Paseo documental por el Madrid de antaño/coord. por Nicolás Ávila Seoane; Juan Carlos Galende Díaz (dir.), Susana Cabezas Fontanilla (dir.), págs. 349-374

* Terencio Silvestre, Domingo (2016). "Buenache de Alarcón. Arte, Historia y Religiosidad Popular. V centenario del Archivo Parroquial, 1514-2014". Ed. Diputación de Cuenca

jueves, 26 de diciembre de 2019

La capilla del Santo Cristo de la Viga de los Ximénez-Moreno en Buenache de Alarcón


Desde el siglo XVI tenemos constancia de que una familia de labradores bonacheros comienza a medrar socialmente. Sus enlaces con linajes locales y la tenencia de patrimonio en bienes raíces, les permite expandir su influencia de manera contundente dentro del ámbito local en el que residían.

Su vinculación con la familia Moreno, y que del mismo modo guardaba muchos paralelismos por lo que concibe a sus señas socio-económicas, les permitió despuntar, y lograr celebrar enlaces con familias destacadas externas al municipio.

El linaje coge fuerza a través del Licenciado Francisco Ximénez Moreno, quien llegó a ser Comisario del Santo Oficio, presbítero racionero de la Catedral de Cuenca y Mayordomo de la Mesa Capitular Catedralicia. Éste mandó ser enterrado en la misma Catedral conquense, en la sepultura donde yacía el racionero Simón López Salonarde, también oriundo de Buenache, y de linaje sobradamente conocido.

El enlace de su sobrina con un noble de la ciudad de Cuenca llamado Juan de Solana, marcó un precedente que catapultó a la familia. No olvidemos que ya previamente los Ximénez se dejaron ver en la catedral de Cuenca, pues el Licenciado Francisco Ximénez se codearía con las altas esferas del clero provincial

Obviamente este tipo de amistades y alianzas se materializarán en determinadas acciones, una creemos que tuvo que ser la obtención del privilegio de poder alzar una capilla privada dentro de la casa de su sobrina y que luego se mandará trasladar a la Iglesia de San Pedro (la del Cristo de la Viga), con su propia sacristía.

 
Imagen del Santo Cristo de la Viga de Buenache de Alarcón. En: cristodelaviga.blogspot.com


El acto de confirmación del traslado quedó registrado, por ello sabemos que los Regidores Capitulares del Consejo, y que eran Diego de Rojas y Alonso de Valladolid, fueron nombrados como patrones, siendo sus mayordomos el Licenciado Marcos Pérez Ximénez y el médico don Miguel Burriel (ADC). La imagen se pudo portar gracias a la licencia que dio el Ilustrísimo Señor don Alonso Antonio de San Martín, Obispo de Cuenca hasta su fallecimiento en 1705, y que era hijo natural (no legítimo) del Rey Felipe IV y Mariana Pérez de Cuevas.

El Cristo de la Viga era muy querido en Buenache por decirse de él que en diversas ocasiones había cumplido con numerosas súplicas y beneficios que sus devotos le habían pedido. Sabemos que además de esta talla había otras piezas, que también se mandan trasladar cuando el último de los dos representantes del matrimonio falleciera. Una era una imagen de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. Finalmente, fue deseo expreso de los señores Solana-Ximénez, que el día de la donación de las piezas, esta se efectuara durante la festividad de la presentación de Nuestro Señor y Purificación de su Santa Madre, llevándose finalmente a cabo el dos de febrero de 1716.

Tenemos una descripción detallada de las piezas que tenían don Juan de Solana y su esposa Ana Ximénez en su oratorio privado, que luego serán junto con las tallas trasladadas hacia la capilla las que se albergarán dentro del templo. Pues como decíamos, además de una Virgen del Pilar de Zaragoza, había un largo conjunto de objetos, y que se corresponderían con los usados en el momento de la liturgia, entre los que entraba la respectiva caja donde iba la talla, acompañada por un bastidor, cortinas y una cenefa con encajes de plata negros de chamelote de agua azul, así como todas las alhajas para celebrar misa, a lo que se incluía dos frontales de altar, varias casullas, unos manteles con encaje, dos pares de corporales con su caja, dos amitos, un cáliz con patena, una cucharita de plata, tres purificadores, cinco tafetanes para cubrir el cáliz, una bolsa de corporales de damasco blanco (uno de ellos verdejo), un misal nuevo con cubierta, un atril de talla, un ara de jaspe encarnado de media vara en cuadra, otro de alabastro más pequeño, una sacra, un evangelio de San Juan, dos paños con altares, una campanilla, una caja en forma de libro para hostiario, otra caja dorada y jaspeada para introducir el cáliz, una cruz para el altar con una pintura del Cristo crucificado en la agonía, unas tijeras grandes para cercenar las hostias, un formón para hacer formas, un papel de oraciones del Amito, así como demás escrituras, entre las que había papeles del Ánima, matacandelas, una tarima para el altar y dos candeleros (ADC).

Obviamente, como sucede en este tipo de elementos arquitectónicos, con el paso de los años sobre el mismo se irán realizando añadidos y obras que servirían para mejorar el estado del oratorio, modificando y adaptando la decoración, siendo pues el siglo XVIII un momento clave en el que se irán efectuando intervenciones, donde el clero y sus descendientes mejoraron su aspecto.

Tenemos datos de interés respecto a esta capilla, que nos proporciona en su obra Domingo Terencio (2016, 102), cuando al describir el oratorio comenta que este presenta una planta de cruz latina, con una cúpula con linterna sobre pechinas en el crucero de líneas muy sencillas. Añade que los brazos de la cruz se cubren con bóveda de cañón, teniendo a su entrada en la parte izquierda uno de los brazos una sala cubierta de arista, que pudo haber sido utilizada como antigua sacristía.

Genealogía de los fundadores de la capilla privada del Cristo de la Viga. Linaje Ximénez-Moreno de Buenache de Alarcón (elaboración propia)


El período en el que los Ximénez gozan de un poder destacado, será especialmente a mediados del siglo XVII, momento en el que don Alonso Ximénez Moreno, casa en 1652 con doña Juliana García.

El referido Alonso era hijo de don Alonso Moreno e Isabel Hortelano, y empleaba el apellido Ximénez en alusión a su abuelo paterno Francisco Ximénez Martínez, casado en 1583 con María Ramón. Los abuelos eran a su vez hijos de Francisco Ximénez y Juana Martínez, así como de Antonio Moreno y María Lucas, respectivamente.

Como decimos esta línea de la familia es una de las mejor posicionadas, y en ella se evidencia la relación estrecha que los Ximénez guardaban con el linaje de los López-Moreno, a través de los que mantuvieron muchas más conexiones de parentesco, que fortalecieron mutuamente a ambas familias hasta entrado el siglo XVIII.

El alzamiento de una capilla privada y su posesión dentro de un espacio como la Iglesia del pueblo, son sin lugar a dudas elementos que favorecían y ayudaban a proyectar a la familia más allá del marco local. Tengamos en cuenta que el poder establecer alianzas con familias nobles e invertir sumas de dinero en este tipo de obras, eran un medio de promoción permanente que ayuda a que los integrantes del linaje gozaran de una reputación e influencias, que retroalimentaban ese mundo en el que el intento por mejorar y medrar socialmente era una preocupación cotidiana.


David Gómez de Mora


Bibliografía:

* Archivo Diocesano de Cuenca. Fundaciones de Buenache de Alarcón (1657-1697). Sig. 24/48. P-596

* Archivo personal. Apuntes genealógicos sobre la familia Gómez-de Mora.

* Gómez de Mora, David (2018). “Las élites de Buenache de Alarcón”. En: davidgomezdemora.blogspot.com

* Gómez de Mora, David (2019). “Datos sobre linajes y propietarios agrícolas en Buenache de Alarcón durante los siglos XVI-XVIII”. En: davidgomezdemora.blogspot.com

* Terencio Silvestre, Domingo (2016). “Buenache de Alarcón. Arte, Historia y Religiosidad Popular. V centenario del Archivo Parroquial, 1514-2014”. Ed. Diputación de Cuenca

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).