viernes, 23 de febrero de 2024

Apuntes históricos y genealógicos de los Núñez de Guadalajara

Hace unos cuantos años atrás, más concretamente en 2018, publicábamos una entrada en nuestro blog, que se acabaría convirtiendo en la base de los estudios genealógicos, sobre las diferentes familias que hemos ido analizando para entender la historia de los grupos de poder local, en determinados municipios de nuestra zona de investigación.

A propósito de ello, resulta imposible olvidar una de estas, y que como veremos tuvo una enorme movilidad en esta área geográfica. Nos estamos refiriendo a la casa de los Núñez de Huete o también conocida como Núñez de Guadalajara, Núñez de Lasarte o Núñez Carrillo.

Sus referencias en la localidad como mínimo veremos por documentación que ya se remontan al siglo XV. Entre las nuevas familias conversas al cristianismo que por aquellas fechas salieron de la judería optense, estaba la citada casa de los Núñez. Un linaje que consiguió sacar una nobleza que incrementaría más si cabe su nombre. Todo esto, no sin antes a través de una dilatada lucha por deshacerse de su origen converso, querer demostrar que sus ancestros estaban vinculados con el mundo de la caballería y esa nobleza medieval que tanto importaba en una sociedad donde la relación con el mundo judío o morisco, era una tacha que afectaba a toda la descendencia de la familia.

En un documento procedente del Archivo Histórico Nacional, del fondo de Inquisición (351, nº19), que nos proporcionó Valentín Casco Fernández (Cronista Oficial de la villa de Valdetorres), se transcribe el libelo dedicado al progenitor de una línea conversa que marchará de Huete hacia tierras de Guadalajara, y cuyo nombre adoptado, fue el de Pedro Núñez:

Milagro de los cielos,

prodigio de las nubes,

que Mosén de Huete,

es ya Pedro Núñez”

Por otro lado, tendríamos la ya referencia del linaje de los Núñez de Huete, apellidados también como Núñez de Guadalajara. Sobre estos en el memorial del pleito de hidalguía de Juan Núñez que existe en el fondo de los porcones de la Biblioteca Nacional de España, en el fol. 488-v, la familia invoca sus orígenes nobiliarios en un privilegio de la villa de Nájera del rey don Pedro, fechado según estos en septiembre de 1403, en el que se dice que Pedro González de Mendoza, pidió al rey que a este se le armase caballero.

Siguiendo el relato, a mediados de siglo, los hermanos Juan y Pedro Núñez de Guadalajara (nietos del antes referido Núñez que se decía había ennoblecido a principios de esta centuria), veremos que eran naturales de Huete.

Obviamente, la parte contraria tenía claro que este discurso carecía de veracidad, por ser sabido que la familia arrastraba un origen converso, y que de la misma forma que el Pedro Núñez (Mosen de Huete) convertido y cuya familia marchará a Guadalajara en idéntico siglo, intentaban esconder su pasado religioso de la mejor manera que podían.

Recordemos como no será un hecho casual que los integrantes de la casa de los Mendoza tuvo a su servicio multitud de conversos. En este sentido, no hay que olvidar que el Gran Cardenal (Pedro González de Mendoza) era hijo de Íñigo López de Mendoza, este Marqués de Santillana, y padre de Íñigo López de Mendoza, quien nació alrededor de 1418-1419, y acabaría recibiendo en 1465 el título del Condado de Tendilla. Una fecha y nombre que resulta interesante tener en presente, ya que en el antes referido pleito de Huete de los Núñez de Guadalajara veremos como se cita que Pedro González de Mendoza es quien protege a esos Núñez de Huete, de la misma forma que los Núñez del documento del fondo de inquisición, indicaban estar relacionados con el círculo del Conde de Tendilla, es decir, el hermano del Gran Cardenal.

Estas casualidades parecen no serlo cuando leemos en el pleito de Huete (fol. 491-v) que los Núñez de esta localidad descienden de un pechero llamado Gonzalo, y cuyo hijo tuvo dos vástagos, que vivieron a mediados del siglo XV, de la misma forma que los que aparecen en la información genealógica de los Núñez del documento de tierras guadalajareñas.

En Huete quedaba claro que (BNE, fol. 493-v) “los dichos litigantes redargulleron de falso la executoria que invocaban de 1450, y dijeron era papel simple y trasladado, y que en ella no se conocía ninguna de sus ascendientes, ni eran de su naturaleza, sino de Guadalajara, y no de Huete, donde eran los dichos litigantes”. Estos Núñez de Huete que se movieron entre la localidad optense y Guadalajara recogidos en el documento de los porcones, coinciden en varios aspectos con los que precisamente veremos en el documento del AHN, y cuyo origen por línea recta nos llevará hasta un Núñez converso de esa ciudad conquense.

Siguiendo la información genealógica del AHN, en el fol. 134, se indica que el Pedro Núñez converso del siglo XV “es descendiente el dicho pretendiente por línea recta de varón de Mosén de Huete, judío anatinistate, el cual se bautizó en la villa de Tendilla, de edad adulta, cuyo padrino fue Pedro Núñez, criado muy allegado de los señores Condes de Tendilla, y el dicho bautizado mudó en el bautismo el nombre mosaico en el de Pedo Núñez con el dicho padrino”. Es decir, que este converso de raiz optense, se dice que adoptó el nombre y apellido de su padrino, Pedro Núñez, sobre el que no conocemos más datos.

Pedro el converso, tuvo por hijos en esa época a Juan y Pedro Núñez, los mismos nombres que el Alfonso Núñez de Guadalajara del siglo XV que aparece en el pleito de Juan Núñez Carrillo. Este cúmulo de coincidencias entre el siglo XV, de unos Núñez de Huete que se apellidan de Guadalajara por estar relacionados con esta tierra, con un Núñez cuya conversión es conocida con detalle, y que procedía de la misma ciudad de Huete, así como dos hermanos llamados Juan y Pedro Núñez y que también vivieron durante la segunda mitad del siglo XV, se suman a esa relación de Pedro González de Mendoza por un lado, y en el otro del Conde de Tendilla, Íñigo López de Mendoza, y por tanto ambos también pertenecientes a la casa de los Mendoza. Demasiadas coincidencias, que nos llevan a formular la hipótesis de si entre ambas líneas hubo una conexión genealógica.

Desconocemos por el momento la heráldica que pudieron haber portado los Núñez de Huete que acabaron enoblenciendo. En nuestro caso, por ahora únicamente sabemos que en la tierra de Cuenca, sí hubo miembros que llevaron este apellido dentro del sector de los caballeros y asociados a la conversión.

Se trataría de Catalina Núñez de Toledo, quien sin tener aparentemente relación con ellos, también era descendiente de una familia conversa toledana, que entroncó con la casa de los Álvarez de Toledo (también con presencia de judeoconversos en su genealogía), y de los que al menos un tratado nos habla de las armas que emplearon.

Así pues, si seguimos el armorial de Juan Francisco de Hita, en el primer volumen, entre las hojas 326-v y 327, podemos leer “demás de este el dicho Alonso Álvarez de Toledo, fue tan engrandecido y prosperado por el dicho Rey don Juan y don Enrique su hijo, que en saber de tener en su mano todos los negocios del Rey, mostró su mucho ingenio, prudencia y valor. Alcanzó grandísimo estado y gran señorío por las villas siguientes: Cervera, Villanueva del Palomar, La Cañada, El Manzano, Olivares y otras en tierra de Cuenca (...) casó dos veces, la primera en Cuenca con Aldonza Fernández de Valera, que tuvo cuatro hijos, Juan Álvarez de Toledo en que fundó el mayorazgo de Cervera, Villanueva, La Cañada, Olivera, El Manzano y otras muchas heredades (...) el tercero fue doña María de Toledo, casada con Alejo de Sandoval, señor de La Ventosa, el cuarto fue Mencía de Toledo, casó con Pedro de Alarcón, señor de Buenache de Alarcón. Casó segunda vez con doña Catalina Núñez de Toledo y algunos quisieron decir que descendía de la sangre real de Portugal y otros que tenía de la antigua y noble sangre de los Núñez, primeros de Castilla descendientes de ellos trajo y se ve en el día de hoy sus armas en el monasterio de Santa Clara que fundó la dicha Catalina Núñez, que son un castillo dicho con puentes y ventanas aceradas en campo de gules, que son las mismas que trajo el Conde don Gonzalo Núñez de Castilla, padre del famoso Fernán González, y que fueron las primeras armas según dice el nobiliario de España que compuso Maestre Polo en el capítulo siete”.

Sobre la cuestión heráldica, es oportuno realizar una serie de matizaciones. La primera es que las armas que portó el hijo del citado conde Gonzalo Fernández de Castilla, eran en campo de oro una banda de gules. Igualmente, la relación de Catalina Núñez con la familia de los Álvarez de Toledo, hizo que algunas líneas adoptasen en su escudo la jarra de azucenas de plata o el jarrón de oro. No obstante, Hita, como se ha visto, relaciona las armas de estos Núñez conversos con un castillo de oro en campo de gules.

Recordemos que la segunda esposa de Alonso Álvarez de Toledo, era hija de Francisco Núñez de Toledo y Mencía Núñez de Toledo. Dicha Mencía era a su vez vastago de un judío, Isaac Simón de la Caballería (de los Leví). Por otro lado, la línea paterna, veremos que estaba vinculada con Cuenca, además de ser conversa.

Hemos de pensar que Alonso al margen de su movilidad, queda claro que estaba viviendo en Cuenca por tener su familia en esta tierra, lo mismo que se podía pensar de algunos integrantes de la casa de su segunda esposa.

Igualmente, otro dato que quisiéramos aportar, es que las armas de Catalina Núñez se conocen por haberse conservado el escudo de una tumba de alabastro relacionada con ella y su linaje. Este se puede consultar en un artículo publicado por Ángela Franco (2017), caracterizándose por tener un león rampante con una bordura en la que se contabilizan un total de ocho cruces.

Armas de la familia de Catalina Núñez, descendiente de conversos y esposa del conquense Alonso Álvarez de Toledo, también de ascendencia conversa y estrechamente relacionado por su familia con el territorio conquense (Salazar y Castro, 9.292, fol. 48)


David Gómez de Mora


Bibliografía y fondo documental:

*Archivo Histórico Nacional. Información genealógica. Fondo Inquisición (351, nº19)

*Biblioteca Nacional de España. "Por parte del doctor Juan Núñez Carrillo y del doctor Agustín Núñez de Lasarte y don Alonso Núñez de Lasarte, su hermano, y de Juan Núñez Nieto y sus hermanos. En el pleito con el fiscal del rey nuestro señor y común y jurados de la ciudad de Huete. Sobre su hidalguía", 18 hojas. Signatura: PORCONES 602 (7)

*Franco Mata, María Ángela (2017). “Doña Catalina Núñez, segunda esposa de Alonso Álvarez de Toledo, fundadora del desaparecido Monasterio de Santa Clara, En Madrid: Avatares históricos y consideraciones”. Anales del Instituto de Estudios Madrileños vol. 57 (2017) pp. 327-375

*Salazar y Castro, Luis. “Epitafios y memorias que se hallan en los sepulcros y capillas…”, Ms. Hacia 1720. Madrid, R.A.H., 9.292, fol. 48, recogido en Leblic García, “Sepulcros góticos en el monasterio cisterciense de Montesión”, p. 70.

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).