viernes, 14 de noviembre de 2025

San Blas y el lobo en el territorio conquense

La vinculación de San Blas con el mundo lupino es más estrecha de lo que nos podemos imaginar. Como sabemos, este santo fue un obispo que optó por llevar la vida propia de un ermitaño, al cual hasta la cueva en la que se hallaba, acudían animales salvajes a los que había conseguido amansar.

Se dice que, debido a su formación en medicina, este mismo los curaba. Aquello derivaría en que incluso según la tradición, se le acercasen criaturas como osos y lobos, y que acabarán relacionando a San Blas como un gran domesticador de fieras, al mismo tiempo que como un protector contra los ataques de cualquier especie salvaje.

Como ya se ha comentado en más de una ocasión, en estas tierras San Blas ha sido un santo al que muchos de nuestros antepasados se encomendaron, especialmente cuando padecían molestias o enfermedades de la garganta, algo que precisamente, también apreciaremos en la advocación de San Lupo o Sant Llop, y que de la misma forma que ocurrirá con San Blas, también estará relacionado con las demandas de protección de los temidos ataques de lobos, y que se producían tanto en cabañas ganaderas como hacia las personas.

Joan Font i Rius (1969), aprecia una evidente similitud entre ambas advocaciones, al indicar que Sant Llop “viene a ser como San Blas en la Catalunya Nueva”. Es por ello que las cualidades protectoras que históricamente la población le ha asignado a Sant Llop en el territorio catalán, serían las equivalentes a San Blas en la zona castellana.

Precisamente, relacionado con esto, estará la creencia que antaño advertía que aquella gente que se encontrara con un lobo, podía no recuperar el habla, corriendo el riesgo de enmudecer, y así no poder solicitar auxilio, de ahí la necesidad de disponer de voz y así demandar socorro en el caso de que se produjese un ataque. Es por ello que puede no ser casualidad que tanto San Blas como Sant Llop, sean santos protectores contra problemas de la garganta, como en este caso ocurrirá con la afonía.

Grabado de San Blas con varias fieras. Archivo Histórico de Barcelona (https://interbenavente.es/archive/20186/refranes-de-san-blas)

Cabe tener en cuenta que además de la acción que relata como San Blas sanó a un niño atragantado por una espina, está aquella que rememora como este obligó a un lobo a regurgitar vivo un cerdo que había devorado a una anciana sin recursos.

En diferentes localidades de la provincia de Cuenca, apreciaremos que San Blas ha sido una de las principales advocaciones, sirviendo como ejemplo los municipios de Albalate de las Nogueras, Almonacid del Marquesado, Enguídanos, Pozoamargo, Santacruz de Moya, Torrejoncillo del Rey o Torrubia del Campo.

Sobre el lobo en nuestra área de estudio, ya hemos comentado que alrededor de las tierras de Huete, este se movía de forma frecuente hasta principios del siglo XX. Veremos que en el caso de Caracenilla existe todavía un paraje llamado “La Hoya del lobo”.

En La Peraleja, sabemos que se creará una cofradía dedicada a San Blas, y cuyo primer libro arranca del año 1742. Por otro lado, conocida es la fuente del lobo entre Huete y Verdelpino de Huete, así como alguna historia que nos remonta a finales del siglo XIX, cuando todavía se producía la entrada nocturna de estos cánidos dentro del área urbana de esta actual pedanía optense, y en la que los perros de las casas ladraban de forma desenfrenada, advirtiendo a los vecinos de esa presencia en el exterior.

Recordemos que precisamente en Verdelpino de Huete, la festividad de San Blas en tiempos pasados gozó de bastante notoriedad. No siendo por este motivo un hecho casual que el nombre de Blas aparezca entre algunos de los vecinos documentados en las primeras referencias del archivo de protocolos notariales de Verdelpino de Huete. Por otro lado, a mediados del siglo XVII veremos que San Blas aparece como patrón en este lugar, poseyendo además una ermita bajo su advocación.

En Saceda del Río, la devoción a San Blas se refleja en uno de sus vecinos, Diego de Mochales, quien dona a principios del siglo XVIII un cuadro de este santo a la parroquia del municipio. De la misma forma, en Villarejo de la Peñuela veremos que eran sobradamente conocidas las incursiones de este cánido.

David Gómez de Mora


Bibliografía:

*Font i Rius, Joan (1969). “Sant Llop, compatró de Centelles”. Col.lecció de Goigs “Santa Eulalia”, nº54. Barcelona

sábado, 8 de noviembre de 2025

El lobo en la zona fronteriza de Cuenca y el área de Requena-Utiel. Apuntes de toponimia

La historia de buena parte de lo que hoy denominados como la comarca de la Plana de Utiel-Requena, es imposible desligarla del territorio conquense. De ahí que si pretendemos estudiar la presencia del lobo en estas tierras siglos atrás, es necesario hacerlo desde un marco territorial que englobe todo en su conjunto, y donde la presencia de este animal fue una realidad incluso hasta entrado el siglo XX.

Para ahondar en la cuestión, es imposible no tener presente el estudio publicado por Ignacio Latorre (2018), donde el autor analiza la historia de la evolución de este animal a lo largo de la Meseta de Requena-Utiel.

El término municipal de Requena abarca un amplio entorno y por ende de diferentes topónimos relacionados con este animal, como ocurre con el caso del Azagador del Lobo, el Barranco de Lobero y la Casa del Lobero. Al respecto, Madoz dice de este lugar que se ven “algunas cabras monteses, corzos, zorras y lobos”. Algo similar sucede con Utiel donde veremos algunos nombres como el de la partida de La Lobera y el Matorral de la Loberuela.

Ignacio Latorre (2018, 420) comenta sobre las medidas llevadas a cabo para reducir la presencia de este animal, que “a partir del primer tercio del siglo XVII, el pago de la captura de lobos se realizaba no con el dinero de propios del Ayuntamiento, sino con el reparto de gastos entre los ganaderos locales y foráneos, que pagaban acorde con la magnitud de su rebaño. Así lo indica la provisión real de Felipe IV de 8 de febrero de 1634, dirigida al corregidor de Requena, a partir de una petición de Diego García de Menaca, en nombre del Concejo de Requena, que había manifestado que en el término de Requena iban muchos ganados a pastar y que debido a las características montuosas y quebradas del territorio habían muchos lobos, zorras y otros animales dañinos”.

La localidad de Camporrobles también posee algunas designaciones alusivas al cánido, como ocurre en el caso de la pedanía de La Loberuela, además de la Hoya de dicho nombre. En Sinarcas conocida es la historia del “lobo de la ras” y que sirve para situar la presencia de esta especie en pleno siglo XX, tal y como relata en su obra Eliseo Palomares (1981), además del antiguo caserío de Lobos-Lobos, debido a que antaño estos cánidos abundaban en la zona. 

Sabemos que al lado de este caserío existirá una fuente, que permitirá un flujo de agua permanente, que obviamente atraerá más si cabe a estos animales hacia la zona. Cabe sumar que además del barranco de mismo nombre, alrededor existía un área boscosa, que ayudaba a que antaño el lobo se mantuviera por estos entornos.

Caserío de Lobos-Lobos (imagen del autor)

Sobre Lobos-Lobos, Eliseo Palomares (1981, 305), comenta que debe su nombre a la abundante presencia de lobos en las inmediaciones del lugar. El autor indica que todavía es frecuente oír hablar a los ancianos de las andanzas del famoso lobo de la Ras, que se presentaba a la hora de comer donde estaban comiendo las gentes campesinas y no se marchaba hasta que le echaban algo de comida”.

Pensamos que tampoco es un hecho casual que en Sinarcas exista una ermita dedicada a San Marcos Evangelista, el cual como recuerda la tradición cristiana, es una advocación a la que se le invocará para la protección del ganado contra los ataques de alimañas. 

Pinar en la entrada al caserío de Lobos-Lobos (imagen del autor)

Madoz dice que en Venta del Moro: “se cría ganado lanar y cabrio, y alguno de cerda, caza de liebres, conejos, perdices, cabras monteses, corzos y lobos”. De la misma forma, nos llama mucho la atención, la trama urbana originaria de la localidad de Fuenterrobles y que Ignacio Latorre (2018 441) recoge en su artículo, la cual estaba diseñada para guarecerse de las inclemencias y especialmente ataques de animales como este, y que nos recuerda a las acciones preventivas que como ya hemos comentado más de una vez, se llevaron a cabo en los municipios castellonenses de Fredes y Bel.

Ignacio Latorre, a través de los datos que recopila del cronista Fernando Moya Muñoz, relata como algunos puntos del urbanismo de Fuenterrobles, obedecen a unas pautas de protección contra este tipo de animales, con residencias que se sitúan alrededor de un corralón con varias entradas, para así tener este bien seguro y aislado de la entrada desde el exterior de alimañas. Indica que: “las ventanas al exterior eran muy pequeñas para que ni siquiera por los ventanucos pudieran entrar los lobos. La memoria oral se retrotrae al siglo XIX y recuerda como en los nevascos, cuando el pueblo estaba aislado, se acercaban los lobos y otros animales al pueblo rascando las puertas y casas buscando comida, por lo que se dejaban los mínimos vanos al exterior” (Latorre, 2018, 441). Este fenómeno también se puede advertir en el barrio de Turquía (San Antonio) y en Venta del Moro (Latorre, 2018, 442), en el caso de este último municipio, “con veinte callejones sin salida y encerrados en sí mismos, se puede explicar en parte como medio de protección contra animales dañinos. De hecho, muchos de ellos se cerraban por las noches y conservan la estructura de las puertas”.


La Loberuela (imagen del autor)

De nuevo Ignacio Latorre, comenta precisamente sobre Venta del Moro, debido a la continua problemática que tenían con los lobos, que incluso una niña llegó a morir a finales del siglo XIX, posiblemente por el ataque de uno de esos animales: “Una de las últimas noticias sobre el lobo en la comarca nos la aportó el diario requenense “El Eco de la Región” en su número del 24 de junio de 1894: “En el término municipal de Venta del Moro un pastor encontró días pasados un hueso y una alpargata, que al parecer pertenecen a la niña Ángela Valiente, de dos y medio años de edad, y natural del mismo pueblo, extraviada hará unos dos meses. Se supone fue devorada por algún lobo u otro animal de esta especie”.

No podemos pasar por alto el nombre de una pequeña aldea denominada como “La Loberuela”, denominación a nuestro juicio, bastante indicativa de la relación de este animal con dicho lugar. La mención de topónimos en algunos municipios del área conquense es bastante alusiva, como veremos en La Pesquera con el Rincón del Lobo, el Vallejo del Lobo en Enguídanos, en Mira el Charco de los Lobos, en Talayuelas la partida de La Lobera o la Hoya del Lobo en La Puebla del Salvador.

Respecto este área conquense, también contamos con los datos que nos aporta Madoz, donde leemos de Enguídanos como este comenta que “hay muchas liebres y conejos, algunos ciervos y corzos y no pocos lobos y zorras”. Sobre Minglanilla indica que “se cría ganado lanar y cabrio; caza de liebres, perdices, conejos, algunas cabras monteses, lobos y zorras”, mientras que de Aliaguilla añade que “abundan los pastos y la caza de perdices y liebres, sin que falten algunos conejos, lobos, corzos y venados”.


Zorro (Vulpes vulpes) visto en las afueras de La Loberuela (imagen del autor)

Estas referencias de mediados del siglo XIX junto con las anteriores, dibujan claramente un escenario que confirma como a mediados de esa centuria, esta área geográfica, junto con lo que hoy viene a ser la zona valenciana de Requena-Utiel, era un espacio en el que este animal no era todavía extraño de ver, a pesar de que su población se habría reducido respecto épocas pasadas.

Sobre la presencia del animal en Mira, Latorre (2018, 416), apoyándose en una referencia del Archivo Municipal de Requena, comenta como ya en el siglo XVI “son varios los lobos cazados en Mira por loberos mireños. Además, existía un acuerdo por el cual los lobos cazados en Mira también los pagaba Requena y viceversa (Pago de 200 maravedíes a Juan de Buega, vecino de Mira”.

Como ya hemos indicado en alguna ocasión, el siglo XVIII marcará un punto de inflexión en la evolución de la población de la especie, y es que además de que las políticas de deforestación y que mermaban el espacio ocupado por el animal, cabe incluir un mayor uso de las armas de fuego, que incrementarán la letalidad en las batidas que se realizaban contra estos animales.


Callejones de Venta del Moro (imagen del autor). Todavía pueden apreciarse los diferentes espacios cerrados que han quedado dentro de la trama urbana del municipio, y que antaño podían sellarse del exterior

Calle Huertas de Fuenterrobles (imagen del autor). Esta manzana de casas es un claro ejemplo de la finalidad protectora que antaño tenían este tipo de espacios urbanos

Añade Latorre que “En Hortunas, Fermín Pardo, cronista oficial de Requena, recuerda como en 1952-1953, los mozos de la aldea exhibieron y pasearon incluso un lince capturado vivo que a su temprana edad le pareció de gran fiereza. Era habitual exhibir y pasear zorros, zorras y tasones (tejones) y que los vecinos le dieran la voluntad en forma de dinero a los alimañeros. Las pieles de los zorros servían para confeccionar prendas de abrigo” (Latorre, 2018, 431).  


Barrio de Turquía, en San Antonio de Requena (imagen del autor). De la misma forma que en los casos anteriores, en esta zona de la población, las viviendas y paredes altas se hallaban agrupadas alrededor de una manzana, pudiendo cobijar así corrales interiores

El punto y final a la presencia del lobo en esta zona, Ignacio Latorre (2018-b) comenta que se produjo alrededor de 1952 entre Henarejos y Garaballa, cuando fue abatido el último ejemplar. Este tenía un gran tamaño, siendo visto por muchos vecinos del momento, ya que fue exhibido. Creemos que sería muy pausible pensar que la treintena de cabras que el autor comenta que murieron atacadas un par de años antes en esta misma zona, se debiesen a esta criatura.

David Gómez de Mora

Referencias:

*Latorre Zacarés, Ignacio (2018). “La Meseta de Requena-Utiel: Tierra histórica de lobos”. Oleana: Cuadernos de Cultura Comarcal, Nº. 33, 2018 (Ejemplar dedicado a: I Congreso de Naturaleza, Meseta de Requena-Utiel), pp. 403-460

*Latorre Zacarés, Ignacio (2018-b). Requena (08/05/18). La historia en Píldoras: https://iv.revistalocal.es/columnas/ultimo-lobo/

*Madoz Ibáñez, Pascual (1845-1850). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid

*Palomares Pérez, Eliseo (1981). Sinarcas (Geo-historia, folklore, lenguaje y toponimia). Valencia, 337 pp.

domingo, 2 de noviembre de 2025

Breves apuntes sobre los Alcázar

La historia de la familia Alcázar ya fue tratada en nuestro trabajo sobre los linajes de Verdelpino de Huete (2022), recordando además que Manuel de Parada (2003, 179), indicaba en su artículo sobre el Colegio de San Lucas Evangelista, el testimonio del licenciado don Juan de Torres y Vargas, al mencionar que: los Alcázar son de muy buena familia y que el convento de Uclés prometió el hábito a todos cuando mercó “Buenamesón”, una gran heredad que está en la orilla del Tajo y que fue de estos Alcázar.

La relación de este linaje con Uclés, no cabe duda de que con el paso del tiempo fue muy estrecha. Algo que por ejemplo se revela en el expediente (AHN, nº10747) de don Diego Pérez de Alcázar Torrecilla, quien para ingresar como religioso en la Orden de Santiago, irá recordando los vínculos que su familia previamente había tenido con los integrantes de dicha Orden, siendo el caso de su pariente Domingo de Solera, y con quien tenía en común el apellido Alcázar, ya que las madres de estos eran familiares.

Al mismo tiempo, menciona una larga lista de parientes que habían conseguido servir al Santo Oficio, muestra de la limpieza de sangre que este decía portar, y que, por lo tanto, le servía como credencial para reivindicar su derecho a conseguir el ingreso que tanto ansiaba.

Convento-Palacio de Buenamesón

Otro Alcázar que quería mostrar los vínculos de su familia con la Orden de Santiago fue don Juan José de Alcázar de la Vega y Medina, quien como el anterior, aportará en un expediente (AHN, nº10504), diferentes pruebas que irán en la misma línea que en el caso de don Diego.

Por ejemplo, este argumentará muchos actos positivos, recordando que su familiar, el Ilustrísimo señor Fray Diego Pérez de Alcázar, fue Prior del Convento de Uclés, así como que también era pariente del Ilustrísimo señor Bernabé Cano, este también perteneciente a dicha orden y Prior en ese momento en aquel lugar.

Río Tajo a su paso por las cercanías de Buenamesón

De la misma manera que mencionará al antes referido don Domingo de Solera y Alcázar-Montoya, aquel aportará más nombres de personas destacadas, entre quienes estará el de don Diego Cano Aguilar, quien también obtuvo el hábito de Santiago, así como don Pedro de la Fuente de Alcázar.

Ahora bien, ¿qué era ese lugar de Buenamesón?

Como ya nos recuerda María Pilar Moya en su tesis doctoral “Arquitecturas de conquista”, Buenamesón o Buena-mesón sobre el río Tajo, nunca fue una aldea, sino una heredad, que ya aparece documentada en 1320 (Moya, 2017, 149), estando con el paso de los siglos ligada a Uclés a través de la Orden de Santiago.

La autora nos comenta que: “En la visita de 1537-1538 (Jiménez, Retuerce y Segura 2009, 2:141-206) la heredad fue nombrada como propiedad del priorato y en ese momento los visitadores encontraron tres paradas de molino además de casas, un corral, una fragua y un horno y una casa para las personas que venían del convento” (Moya, 2017, 149).

Parece ser que en el lugar por aquellas fechas no había vecinos, simplemente los colonos a los que estaban arrendadas las explotaciones, habiendo como únicas construcciones “unas casas principales de aposento y recreación del dicho convento; dos casas de paradas de molinos, una con nueve ruedas y otras con dos, un batán, dos casas de servicio para los molinos y el batán y dos casas que se daban al barquero y hortelano de la heredad. No había ninguna iglesia, únicamente una capilla en la casa principal” (Moya, 2017, 149).

Reconstrucción de la casa principal de Buenamesón. Elaboración de María Pilar Moya (Moya, 2017, 300)

Parece ser que algunos relatos sobre los orígenes genealógicos de la familia Alcázar, ahondaban sus raíces, en linajes que poco tendrían que ver con la historia originaria de esta casa. Veremos que la genealogía de esta familia aposentada en la tierra de Huete, en muchos casos nos lleva por varias de sus ramas hasta Rodrigo de Alcázar, un hidalgo de Alcocer, y que a través de su testamento (AHN, Clero Secular), menciona el nombre de algunos hijos e integrantes de su linaje, entre los que aparecerá el de un Ruy Gómez de Alcázar.

Como bien sabemos, muchas veces este tipo de familias que ennoblecían con el transcurso del tiempo, al no ser reconocidas como hidalgas desde tiempos inmemoriales, buscaban todo tipo de estrategias, que les permitiesen demostrar su pertenencia a ese estamento privilegiado, y que siempre era un punto de partida, para alcanzar las pretensiones sociales que sus integrantes ansiaban.

Una de las formas, era la de reflejar la coincidencia de nombres y apellidos entre sus familiares, con los de otras personalidades que en el pasado habían sido reconocidas como pertenecientes al estado noble, validando y reivindicando de esta forma su solera, al tiempo que poder esquivar cualquier tipo de acusación que recayese sobre estos, pues siempre existía el peligro de que alguien sospechase o recordase el verdadero origen genealógico del apellido que portaban. Tengamos en cuenta que por aquellos tiempos, el arrastrar un vínculo de sangre con una familia cuyos antepasados habían sido conversos, era siempre un problema que incluso afectaba a la descendencia de la casa, a pesar de que hubiesen trascurridos muchas generaciones.

No debemos de olvidar el nombre de un caballero que portaba entre sus apellidos el de “Alcázar”. Concretamente se tratará del noble don Ruy Gómez de Alcázar (yerno de Antón Díez de Ríos), tras casar con doña Constanza. Estos eran vecinos de Cifuentes, y la documentación recuerda que en el siglo XV vendieron el lugar de Cívica a los monjes de San Blas de Villaviciosa.

Cívica

Obviamente, la coincidencia de nombres de personajes con un mismo apellido a lo largo de una familia en diferentes generaciones (al margen de posibles coincidencias), fue como hemos visto una estrategia que permitirá a descendientes de linajes como el de los Alcázar de Huete, el poder invocar un lazo familiar, que por ejemplo en este caso, le valía a más de uno el dar a entender, que estos guardaban nexos de sangre con los antiguos poseedores de aquel lugar, y que en el caso que nos ocupa se halla en las tierras de Guadalajara (estando hoy adscrito como pedanía de Brihuega).

Cívica

Consideramos necesario comentar que, en algunas de las partidas sacramentales de municipios como Huete, Caracenilla y Verdelpino de Huete, hemos comprobado que por las líneas genealógicas de este apellido, se invoca un origen con el citado Rodrigo de Alcázar, que automáticamente a muchos de estos les sirvió para ser reconocidos como miembros del estado noble.

Cívica

Ahora bien, es importante matizar que hemos apreciado como será a partir de los siglos XVII y XVIII, cuando algunas de esas ramas mejor aposentadas, comenzarán a invocar una nobleza, que antes nunca se les había sido reconocida en los documentos de la época, por no haber sido anteriormente hidalgos. Algo que apreciaremos en el caso de los Alcázar-Montoya, quienes antes de incorporar el apellido Montoya, salta a la vista por la documentación que hemos trabajado, que pechaban como la mayoría de la gente.

Este tipo de estrategias de crecimiento social, serán habituales entre las élites del territorio conquense, tal y como hemos podido comprobar en variopintos linajes pertenecientes a diversos enclaves, tanto de la tierra de Alarcón como de Huete.

David Gómez de Mora

Cronista Oficial de Verdelpino de Huete


Bibliografía y fuentes documentales:

*Gómez de Mora, David (2022). Historia y linajes de Verdelpino de Huete, 198 pp.

*Moya Olmedo, María Pilar (2017). Arquitecturas de conquista. La arquitectura de la Orden de Santiago, la reconquista de la Encomienda de Uclés; y la arquitectura de conquista de Nueva España. Tesis doctoral. Madrid: Universidad Politécnica de Madrid, 2017. Disponible en: https://doi.org/10.20868/UPM.thesis.48002.

*Parada (de) y Luca de Tena, Manuel (2013). “El Colegio de San Lucas Evangelista”. Anales de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, vol. VI (2000-2001), pp. 155-189

*Archivo Histórico Nacional. Clero secular, 1969. Testamento de Rodrigo de Alcázar, año 1594

*Archivo Histórico Nacional. Expediente de pruebas de Juan José de Alcázar de la Vega y Medina, para el ingreso como religioso de la Orden de Santiago. Nº10504

*Archivo Histórico Nacional. Expediente de pruebas de Diego Pérez de Alcázar de Torrecilla y Pérez, para el ingreso como religioso de la Orden de Santiago. Nº10747

miércoles, 29 de octubre de 2025

El lobo siglos atrás en la zona de La Serranía de Valencia

La presencia del lobo en muchos puntos del interior de las tierras de la provincia de Valencia fue una realidad hasta principios del siglo XX, y que todavía se aprecia en la toponimia de bastantes localidades.

A falta de un mayor conocimiento de la toponimia local que nos permita aportar más nombres relacionados con este cánido, la lista que poseemos hasta el momento no es escasa. Cabe recordar que esta se puede consultar en la obra del Corpus Toponímic Valencià, donde se recoge de forma detallada los diferentes topónimos que se han conservado hasta la fecha en cada uno de los enclaves del territorio valenciano.

La elevada cifra de nombres relacionados con el lobo se debe a la abundancia de la especie en una de las comarcas interiores de la provincia, que por sus características geomorfológicas, fomentaría más si cabe su resistencia, a pesar de la persecución a la que fue expuesto.

Las zonas montañosas con terrenos de difícil acceso, la presencia de abundantes barrancos cercanos a puntos de agua, y el mantenimiento de zonas boscosas que este aprovechaba como refugio, le permitieron alargar su existencia, a diferencia de otros lugares donde antes ya acabó desapareciendo.

Hoy hablar del lobo en estos lugares, es hacerlo de una criatura que nadie ha llegado a conocer, a diferencia de cuatro o más generaciones atrás, donde la gente que vivía en el campo, entendía a la perfección la importancia de la agricultura y especialmente la ganadería, por ser estas las principales fuentes de alimento que sustentaban a la población, siendo por ello este animal una amenaza de cara a los intereses de esos habitantes que dependían de aquel sustento.

Las políticas de caza, con batidas que paulatinamente fueron reduciendo la cifra de lobos, incluirían también otras especies que fueron consideradas como nocivas para el mantenimiento de explotaciones animales, siendo este el caso del zorro o el gato montés.

Esa visión negativa, que afectará especialmente a la supervivencia del lobo, se deberá a los daños que ocasionaba en corrales, caseríos o pequeños núcleos poblacionales en medio del campo, donde las incursiones hasta esos puntos o zonas de pasto, solían ser frecuentes.

Vistas desde Alpuente (un enclave montañoso donde los lobos fueron vistos hasta las primeras décadas del siglo XX). Imagen del autor

Como era costumbre en las localidades de antaño, los lobos cazados eran muchas veces expuestos de pueblo en pueblo, especialmente cuando se trataba de piezas de gran tamaño, así como también si previamente se sabía de la existencia de daños ocasionados por estos en esos lugares.

Si nos ceñimos a la toponimia de la zona, veremos la variedad de parajes que nos recuerdan tantos puntos en los que estos aparecían, así como lugares donde se colocaban trampas para dar con ellos.

Los aullidos nocturnos, su presencia recurrente en un espacio concreto, o simplemente una aparición fortuita, acompañada de un relato o una leyenda, eran muchas veces motivos suficientes para designar un enclave con el nombre de ese animal.

En Gestalgar es conocido el Alto de la Lobera, además de la Ceja de la Lobera o la partida de La Lobera. Igualmente en Chulilla, veremos otro punto designado como el Alto de la Lobera y la partida de Cantalobos. En Andilla también existe un paraje denominado como La Lobera, así como en Domeño el Barranco del Lobo y el área de Cantalobos.

Evidentemente, las localidades de Chelva y Tuéjar tampoco se quedaban cortas en cuanto a la presencia de este tipo de designaciones, siendo en el caso de la primera la zona del Barranco del Lobo y La Lobera, mientras que en Tuéjar tendremos de nuevo la zona de Cantalobos, el Barranco del Cavo de los Lobos y el Corral de Lobera.

Si nos adentramos tierras adentro, veremos que incluso el propio Madoz en su diccionario geográfico de mediados del siglo XIX, de Alpuente llega a indicar que “también abunda en los montes la caza de liebres, conejos y perdices, y algunos lobos y zorras con otros animales dañinos”.

El poblamiento diseminado en aldeas y caseríos era un elemento a favor para aquellos lobos que merodeaban la zona, especialmente en épocas de nevadas o escasez de comida, puesto que aquellos animales se acercaban hasta estos puntos. Un ejemplo será la hoy despoblada aldea de Cañada Seca (en la zona de Alpuente). Esta zona era un lugar habitado por pastores, donde mayoritariamente se guardaba en sus corrales cabras y ovejas.

Cañada Seca (imagen del autor)

Este tipo de corrales eran zonas que los cuidadores de los animales vigilaban con mucho recelo, pues eran habituales las incursiones de lobos hasta ese lugar. Por esta razón veremos corrales bien sellados, además de sistemas seguros que garantizaran el cierre de las casas, con paredes prácticamente sin orificios, para que así ninguna alimaña pudiese penetrar en su interior.

Respecto a la actividad cinegética de La Yesa, Madoz indica que hay: “caza de perdices, conejos, liebres, lobos y zorros”. Obviamente, la toponimia dará fe de estos datos, como se presencia en el Collado de La Lobera de Alpuente, así como en el Collado de los Lobos de La Yesa.

Cañada Seca (imagen del autor)

Además de los lobos, en esta zona existían otras muchas criaturas que ocasionaban problemas para la población, motivo por el que eran consideradas como alimañas. Así pues, el zorro por ejemplo era un animal que solía entrar en los corrales, provocando daños en las aves e incluso crías de los animales más grandes que allí se guarecían. Al mismo tiempo, este afectaba a los cazadores, por ser una especie que resultaba un claro competidor para sus intereses. Un fenómeno que también ocurría con el gato montés, un animal que buscaba especialmente conejos y aves.

Tampoco podemos pasar por alto a las ginetas, las cuales cazan aves y pequeños mamíferos, así como la comadreja, y que además de gallinas, también cazará conejos. Respecto a los daños que se podían generar en los campos de cultivo, el jabalí, así como el ratón de campo, eran algunas de las criaturas que llevarán a que muchos agricultores colocasen trampas en sus explotaciones agrícolas.

Aleros con decoración de dientes de lobo en la localidad de La Yesa. Durante la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, muchas casas todavía seguirán pintando sus aleros con este motivo, y al cual atribuían una funcionalidad protectora, entre las que estará la creencia que indica que con esto se evitaba la llegada de los lobos hasta ese punto (imagen del autor)

En el caso de La Yesa, un testigo nos comentó que incluso durante la primera mitad del siglo XX, algún lobo llegó a entrar dentro de la población, existiendo por ello el temor entre las gentes de antaño, que pudiesen acceder al interior de las casas. De ahí la creencia que indicaba que era importante que las ventanas fuesen de reducido tamaño y a una altura razonable. Algo que nos recuerda en cierto modo al dato que nos aporta Latorre (2018, 441) al tratar el caso de las viviendas de Fuenterrobles.

Foto de una vivienda de antaño en La Yesa (imagen del autor)

Igualmente, en la cercana localidad de Aras de los Olmos, no podían faltar nombres alusivos a esta especie, siendo el caso del Barranco de la Lobera, la partida de La Lobera, además del Puntal de Valdelobos, un nombre bastante sintomático, por referirse a un accidente geográfico, en el que la tradición local, advertía de la abundante presencia de este animal.

Recordemos que en esta localidad en enero del año 2024 se encendieron las alarmas, cuando se produjo un ataque que causó la muerte de diez ovejas, sobre las que en un primer momento se pensó como causante al lobo, aunque posteriormente se concluiría que estas podrían haber sido atacadas por perros asilvestrados.

Imagen que identificamos como de San Judas Tadeo en la Iglesia Parroquial de Aras de los Olmos (foto del autor)

En el interior de la Iglesia Parroquial de Aras de los Olmos todavía se pueden ver las tallas de San Judas Tadeo (abogado de las causas difíciles y desesperadas), así como también de San Benito de Nursia (advocación que en las zonas rurales era muchas veces considerado como un protector contra los lobos).

Se nos comentó que los lobos en esta franja todavía fueron vistos durante la primera mitad del siglo XX, lo cual encaja con las noticias que se han comentado de La Yesa, y que señalan como el avistamiento, aunque fuese de forma esporádica de algunos ejemplares durante las primeras décadas de aquella centuria, obviamente no era algo inusual.

Recordemos que San Benito de Nursia fue conocido como un santo capaz de amansar a las criaturas salvajes (como se recuerda con algunos animales en los relatos de su vida), sin olvidarnos de las medallas del santo, que se empleaban como un elemento protector hacia alimañas o criaturas como los lobos.

Imagen que identificamos como de San Benito de Nursia en la Iglesia Parroquial de Aras de los Olmos (foto del autor)

Conocemos incluso el nombre de algunos loberos procedentes de ese entorno geográfico (y que eran las personas encargadas de cazar estos animales). Esta gente era remunerada de acorde a las piezas que abatían, mencionando por ejemplo en un artículo Ignacio Latorre (2018, 428), el nombre de un morisco de Gestalgar llamado Juan de Ubeit.

David Gómez de Mora


Referencias:

*Corpus Toponímic Valencià (2009). Vol. I, Academia Valenciana de la Llengua.

*Latorre Zacarés, Ignacio (2018). “La Meseta de Requena-Utiel tierra histórica de lobos”. Oleana: Cuadernos de Cultura Comarcal, N.º 33, 2018 (Ejemplar dedicado a: I Congreso de Naturaleza, Meseta de Requena-Utiel), pp. 403-460

martes, 14 de octubre de 2025

“Alice” en el Baix Maestrat (octubre de 2025)

Els efectes d'Alice a la nostra comarca, no han estat tan greus com en altres zones del territori valencià o inclús en les terres veïnes del Montsià. Així doncs, en algunes localitats situades al sud de la geografia valenciana, al llarg d'aquest dies, se van registrar quantitats superiors a 200 mm. en només una jornada.

Per una altra banda, les notícies que ens arribaven el diumenge per la vesprada, informaven que immediatament cap al nord del nostre territori, se van superar en alguns punts quantitats per sobre dels 300 mm., tal i com va ocórrer a La Ràpita. Respecte al Baix Maestrat, les xifres no van arribar a superar en cap localitat el llindar dels 100 mm. en menys de 24 hores.

Si analitzem l'evolució d'Alice, veurem com entre el 9 i 10 d'octubre, escasses pluges començaven a manifestar l'arribada d'aigua, a l'espera de la jornada del dia 11, la qual com es preveia podia ser la més important a la nostra comarca per la quantitat acumulada en intervals d'escasses hores.

L'avís taronja d'aquests dies, ja advertia del risc de fortes pluges amb quantitats de fins a 50 mm. en 60 minuts. Així doncs, durant eixe matí es va començar a veure l'activitat que no s'havia registrat en les dos jornades anteriors, ja que uns nuclis de pluja vinguts des de la mar, produirien en Santa Magdalena de Polpis, que entre les 11:00 i 12:00, es registressin més de 20 mm. acumulats.

A partir del migdia, les pluges van tenir influència, de manera que en Benicarló (i que va ser on es van aconseguir les xifres més elevades del Baix Maestrat), des de les 12:00 a les 13:00 se van concentrar més de 30 mm., fet que faria que a les 14:30, ja se portaren arreplegats més de 50 mm.

Mentrestant, la pluja deixà sentir-se en les localitats de l'interior, com va ocórrer en Xert i La Jana, on a les 15:00 ja s'havien acumulat 40 mm. Aquesta situació va alimentar alguns dels barrancs que començaren a concentrar aigua quilòmetres més avall.

Després d'una treva de algunes hores, a partir de les 19:00, les pluges tornaven a vindre en força, generant precipitacions en l'àrea prelitoral del Baix Maestrat, encara que no va ser fins a les deu de la nit, quan diferents nuclis de pluges, van començar a descarregar amb intensitat en la costa, especialment a les poblacions de Vinaròs i Benicarló, on es van concentrar en el cas de l'última, vora 40 mm. en només 40 minuts. En aquells moments, els principals rius i barrancs del terme, transportaven aigua, havent estat tallats molts camins.

En finalitzar la jornada, Benicarló mantindrà la quantitat més alta de la comarca: 87 mm., seguit de Càlig amb 76 mm.

(11-10-2025, 22:15 h) Rain Alarm Live Weather Radar

Durant la nit del dia 11 al 12, la pluja faria presència de forma lleu, tenint una escassa intensitat, que donaria com a resultat que no se superessin els 10 mm. fins a les primeres hores del matí.

Serà a partir de les 9 hores del dia 12, quan la situació tornaria a agafar rellevància, amb l'entrada de nuclis de pluja des de la mar. En la desembocadura del riu de les Coves a les 9:30 ja portaven acumulats 30 mm.

Va ser entre les 10 i les 11 hores quan se van generar precipitacions intenses, en aquest cas a la franja litoral de Vinaròs-Benicarló, produint-se en un interval de 40 minuts, registres de fins a 30 mm.

(12-10-2025, 8:25 h.) Rain Alarm Live Weather Radar

No obstant això, durant la vesprada, l'entrada quilòmetres a dalt de diferents nuclis de tempestes que quedaran ancorats, donaran peu a les imatges més impactants en la nostra zona del que ha sigut Alice. Concretament, en l'àrea del Montsià, se van registrar pics de fins a 40 mm. en mitja hora, arribant a arreplegar concentracions per sobre dels 200 mm. en unes quantes hores a diferents llocs de la contornada.

Només durant aquesta jornada en La Ràpita se van acumular 300 mm. En el cas dels Freginals, es calcula que la quantitat va poder depassar els 400 mm., arribant en només una hora a concentrar-se la increïble xifra de 213 mm.

Això va produir que els barrancs i rierols de la zona descarreguessin violentament, desbordant-se aquests, i vivint-se moments de pànic en algunes poblacions, en les quals molts cotxes van ser arrossegats per la força de l'aigua. Se van realitzar molts rescats, així com l'AP-7 va quedar tallada entre Freginals i Ulldecona.

Mentrestant, el Baix Maestrat no registraria pluges. Dos escenaris clarament distints, malgrat l'escassa distància d'un punt respecte a l'altre, i que ens reflecteixen el perill que poden generar aquest tipus de fenòmens.

Durant el dia 13 la jornada era menys intensa que l'anterior, donant-se les primeres precipitacions al llarg de la vesprada, com en el cas de Vinaròs, on en un interval de 35 minuts a partir de les 18:00, va tornar a presenciar-se aigua baixant pels seus paleobarrancs, doncs en poc més de mig hora, se van concentrar fins a 20 mm.

David Gómez de Mora

domingo, 28 de septiembre de 2025

San Miguel Arcángel. Historia y tradición en Caracenilla, La Peraleja y Villarejo de la Peñuela

Una de las advocaciones más extendidas de la zona conquense que hemos investigado, es sin duda la del Arcángel San Miguel. Una figura clave del cristianismo, mencionada en la Biblia, con especial protagonismo durante el Juicio Final, puesto que representa el momento de la psicostasis (el pesaje de las ánimas).

Su imagen siempre se asocia con el papel que ejercerá como abogado y defensor del bien, además de estar muy vinculada su festividad con la previa a la llegada de la tradicional festividad de Todos los Santos.

San Miguel se representa con una armadura de general romano, empuñando una espada con la que vence al demonio, a la vez que en la otra mano sostiene una balanza, ya que es con esta mediante la que pesará a las almas.

Como su onomástica se celebra el 29 de septiembre, esta fecha servirá como punto de arranque en el calendario de muchas localidades, para recordar a los cristianos que quedará prácticamente un mes para las jornadas de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, y en las que las cofradías como la de las ánimas (y que gozaba de una enorme importancia en muchos lugares de esta tierra), tenía gran protagonismo. Sin ir más lejos, sabemos que por ejemplo en Saceda del Río, el mayordomo de la misma, el día de San Miguel era cuando actualizaba las cuentas anuales.

Imagen del Arcángel San Miguel generada por IA

En Caracenilla, San Miguel ya desde tiempo atrás tuvo un altar propio. Esto motivará que algunos vecinos buscasen su zona de enterramiento cerca de ese espacio. Sabemos por ejemplo que los integrantes del linaje Ballesteros, su sepultura se hallaba enfrente del altar de la capilla de San José, ubicándose en el coro, concretamente en la primera bancada al lado de la epístola, junto a la tarima donde se hallaba el altar de San Miguel.

La búsqueda de estos espacios de enterramiento, se deberán a esa vinculación que se asociará entre la limpieza del alma del pecador durante su tránsito por el Purgatorio y el momento en que San Miguel comenzará a efectuar el pesaje de las ánimas durante el Juicio Final. Esto sin duda motivará que a su alrededor acudiese el vecindario para dirigir muchas oraciones, en busca de acelerar el proceso de purgación en el que se encontraban las almas de sus seres queridos.

No hemos de olvidar que durante el tiempo que se trascurría en ese estado antes de entrar en el Reino de Dios, preocupaba mucho que este se alargase, y es que multitud de tratados teológicos describían ese tránsito como un periodo de sufrimiento, que prácticamente no difería en casi nada respecto lo que se vivía en el Infierno, con la gran diferencia de que del Purgatorio al menos se podía salir.

En La Peraleja su iglesia parroquial como sabemos está dedicada a San Miguel Arcángel. Esto explicará que cada 29 de septiembre fuese un día especial, celebrándose su respectiva misa. La figura de San Miguel como Príncipe de la Milicia Celestial y principal oponente de Satanás, que además se encargará de salvar las almas de los fieles cristianos, llevó a muchos peralejeros a que en el pasado se acercaran hasta el altar principal del templo, para la realización de oraciones por las almas de familiares que ya habían fallecido.

En Villarejo de la Peñuela, veremos que San Miguel ya aparece mencionado en el retablo mayor que había en 1767. Precisamente, uno de los religiosos más importantes con los que contó esta localidad fue don Miguel de la Peña, cura de Villarejo de la Peñuela, siendo uno de los personajes más influyentes y poderosos con los que contó esta localidad durante el siglo XVII. Precisamente, en su partida de defunción y que se recoge en el libro III de difuntos de la localidad (ADC, lib. III, fols. 101-101v.), entre sus mandas, este indica que la Cofradía del Santísimo Sacramento, realizara cada año perpetuamente una fiesta doble el día de San Miguel por su alma, con vísperas y misa cantada en su día.

David Gómez de Mora

Cronista Oficial de Caracenilla, La Peraleja y Villarejo de la Peñuela


Referencia:

*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro III de defunciones de Villarejo de la Peñuela (1623-1764), Signatura 113/15. P-2126

sábado, 27 de septiembre de 2025

El lobo en Arañuel

El lobo ha sido un animal que ha marcado la historia de muchas localidades. El caso de este enclave castellonense, como veremos solo es un ejemplo más.

La presencia de este cánido en Arañuel, fue una realidad hasta finales del siglo XIX. Y es que aunque en la actualidad, casi nadie recuerde sus andanzas por estas tierras, su presencia queda atestiguada en la conocida obra de Bernarndo Mundina (1873, 73), quien al dedicar unas hojas a la población, dice de lo siguiente: “sus caminos son de herradura y en mal estado, y entre sus escabrosidades se crían lobos y zorras”.

Un elemento que refleja esta cuestión, la apreciamos en el nombre de uno de los torrentes que surca el término municipal: el barranco del lobo.

Otra muestra de esa preocupación por los cánidos, se constata en la devoción a Santa Quiteria. Una advocación que veremos en el retablo del altar mayor de su iglesia, y que encaja con lo planteado en estas líneas, puesto que como sabemos tradicionalmente se la ha considerado protectora contra la rabia y aquellos animales que pueden generarla.

Imagen de Santa Quiteria (Arañuel)

Sobre la religiosidad que se vivía antaño en este lugar, Mundina (1873, 73) comenta que “entre sus fiestas religiosas, se celebra el día 22 de mayo una solemne función a Santa Quiteria, en la cual presentan los vecinos unos días antes una gran porción de trigo al señor cura, el que invertido en rollos bendecidos, se reparte después de la misa mayor entre todos los concurrentes por crecido que sea su número”.

No hay que olvidar que la oración con la que se invoca en este pueblo a la santa es la de “Bendita Santa Quiteria, patrona de Arañuel, intercede por nosotros, contra la rabia del demonio, langosta, rabia y peste”.

Obviamente, la significación que aguarda Santa Quiteria con los problemas que antaño podían generar los cánidos rabiosos, ya se aprecia en esta plegaria, al incidirse en la protección contra la rabia, que como veremos, en tiempos pasados era un motivo de preocupación más que fundado en zonas rurales como la que nos ocupa.

Recordemos que Arañuel fue uno de los últimos pueblos de la provincia de Castellón, en los que entrada la segunda mitad del siglo XIX, todavía se hablaba de la existencia de lobos.

Creemos que la presencia de este animal en su área montañosa, influiría desde tiempos lejanos en la devoción a esta advocación. Algo todavía más comprensible si tenemos en cuenta las masías esparcidas que se localizarán por este territorio, y donde los lobos siempre que tenían dificultades para encontrar comida, sabían que allí podían hallar alguna res.

La búsqueda de la acción salvaguardadora de Santa Quiteria, se complementaba en su festividad, con la bendición de un rollo (y que es el citado por Mundina en 1873), el cual incluso a día de hoy sigue depositándose en el morro del cánido que porta la imagen de la santa.

Área montañosa de Arañuel

Y es que de nuevo tampoco es algo casual, que en Arañuel Santa Quiteria sea representada a su lado junto a un cánido (puesto que no siempre se dará el caso si estudiamos su iconografía). Ese pan que como decimos, se deposita en la boca del animal que acompaña a la santa, probablemente beberá de la tradición en la que se buscaba con esta acción la protección contra la rabia.

Es importante tener presente que el temor al lobo o incluso perros que padecían esta enfermedad, fue por desgracia una constante en esas sociedades campesinas y ganaderas, que contaban con sus respectivos corrales a lo largo de la montaña, sin olvidarnos de las masías y casas de campo, donde la gente residía de forma permanente.

Al respecto, una de las historias que se relata de la vida de Santa Quiteria, es la que recuerda como esta llegó a curar a un niño que fue mordido por un animal con la rabia.

David Gómez de Mora


Bibliografía:

*Mundina Milallave, Bernardo (1873). Historia. Obra de historia, estadística y geografía de la provincia de Castellón. Imprenta y librería Rovira hermanos. Facsímil de 1988. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Castellón, 693 pp.