domingo, 12 de junio de 2022

La Ermita de la Inmaculada Concepción de Caracenilla

Entre los edificios más representativos de esta pedanía optense, merece la pena destacar su ermita dedicada a la Inmaculada Concepción. Un edificio que mandó edificar el caracenillense don José Joaquín de León y Gascueña, religioso y mecenas que durante el siglo XVIII estuvo al frente de diferentes actuaciones vinculadas con su localidad natal, tal y como se apreciará en algunas partes de la Iglesia Parroquial, siendo buen ejemplo la portada neoclásica dedicada a San José o la ermita a la que nos estamos refiriendo. 

Ermita de la Inmaculada Concepción de Caracenilla 

Los León de Caracenilla eran una familia de la nobleza local, con raíces en la localidad de Valdemoro del Rey, insertada en el clero, y con notables influencias más allá de su lugar de origen, tal y como presenciaremos en Saceda del Río y otros municipios de la zona, una cuestión que hemos ido desentrañando a través de diversas investigaciones genealógicas, en las que se ha intentado no solo comprender el trasfondo histórico de estas casas de hidalgos, sino también de las familias del ámbito rural integradas dentro de su órbita social. 

La Ermita de la Inmaculada Concepción se alza sobre una planta de cruz latina con crucero abierto, aunque al presentar unos brazos escasamente marcados, esta desde fuera ofrece un diseño cúbico. Si paseamos junto a sus laterales externos, apreciaremos elementos de cantería, como ocurre con alguna marca de trabajo o cruces protectoras. 

Cruces protectoras en la zona exterior del edificio 

Su zona de acceso, y que está encarada hacia la población, tiene un porche de tres arcos, ubicándose en la parte externa superior del arco central, una inscripción en piedra, que a pesar de su mal estado, parece indicarnos un texto con una fecha que dataría de principios del siglo XIX. 

Sabemos que este edificio se alzó sobre otro anterior, es decir una ermita más antigua, tal y como evidencian los vestigios de sillería que apreciamos en los alrededores del edifico. Y es que por la tipología de la piedra con la que están trabajados, queda claro que estos nada tienen que ver con el material empleado para levantar el edificio actual. Incluso nos atreveríamos a formular la hipótesis de que anteriormente a esa vieja ermita podría haber existido otra construcción anterior. Nada extraño si tenemos en cuenta que en sus inmediaciones hallamos un puente con raíces romanas, además de un miliario reciclado, sin olvidar que por ese espacio discurre el Camino Real, y que como sabemos, ahonda su historia en épocas antiguas. 


Vestigios de cantería pertenecientes a la edificación religiosa anterior 

Creemos que siempre y cuando entendamos que las raíces de Caracenilla son mucho más antiguas que las de su fundación cristiana, es aceptable pensar en la idea de que ese perímetro geográfico con diferentes elementos de épocas muy antiguas, fuese un lugar aprovechado por culturas precedentes, y que como seguimos apreciando en la actualidad, ofrece una perfecta visual del lugar desde la que otear la zona del valle sobre la que se encuentra su loma. 

En cuanto al tema artístico-religioso, por lo que respecta a la advocación de la ermita, veremos como la devoción a la Inmaculada Concepción deriva de la creencia que fundamenta como la mujer elegida por Dios para ser la Madre de su hijo debía ser una criatura excepcional y limpia de pecado. Desde la tardía Edad Media, artistas como Giotto que pintaba escenas de textos apócrifos, como el beso de San Joaquín y Santa Ana, donde se dice que concibieron sin pecado a la Virgen, surgen las representaciones de la Tota Pulchra, donde la Virgen se representa de pie, con el cabello suelto y las manos unidas en actitud de rezar y rodeada de los símbolos de las prefiguraciones del Antiguo Testamento; los símbolos de pureza del Cantar de los Cantares: el Sol, la Luna, el cedro, la rosa sin espinas, la fuente, la estrella del mar, el lirio, la rama de olivo, la torre de David y el espejo sin mancha. Los artistas conocían estos símbolos e iconografías por las letanías que circulaban en Europa desde el siglo XV (gracias a la imprenta). No obstante, de este modelo surgiría otro más difundido, el de María Mulier Amicta sole que estaba inspirado en el fragmento del Apocalipsis (12,1). 

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).