Piqueras del Castillo es una localidad
conquense de la que pocos elementos sobre su pasado se han estudiado hasta la
fecha, de ahí que cualquier aporte o nota referente a la misma, sirva para
conocer muchas de las facetas que ignoramos de su historia. Sabemos por ejemplo
que Piqueras no contaba con una gran cantidad de habitantes, a diferencia de
municipios cercanos en donde había cifras muy superiores.
El menor peso demográfico y económico de Piqueras, le obligó a que el sustento principal de sus habitantes radicara en los campos y ganadería.
La disposición de tierras para llevar a
cabo estas actividades (puesto que sus 45 kilómetros cuadrados se distribuían
entre pocas familias), permitieron la pervivencia de importantes
terratenientes. Sobre el siglo XVIII tenemos datos de interés, que proceden de
la realización del Catastro de Ensenada, en el que se nos indica que el cura de
la parroquia es el Señor don Matías de Barambio -a su vez miembro del mismo
linaje que radicaba en Buenache de Alarcón-. Los alcaldes ordinarios eran
Marcos de Cuenca y Juan de Alarcón.
Parece ser que el nivel de riqueza de Piqueras fue inferior en relación a otros núcleos de sus alrededores, no obstante, esto no acabaría siendo un problema, pues disponía de amplias zonas de pasto y cultivo, que, al quedar retenidas en muchas menos manos, generaron la existencia de un colectivo de terratenientes, que consiguieron vivir en buenas condiciones. Buen ejemplo de la riqueza que se alcanzó en esta localidad, la vemos reflejada en algunas de las piezas que adquirió la iglesia, en parte por muchos de los vecinos que hicieron donaciones o que ayudaron a conseguirlas. En el aspecto artístico, tenemos constancia de que en el templo hubo diversos ejemplares de orfebrería de plata, además de un retablo elaborado por la familia Gómez (una destacada saga de artistas del periodo renacentista en Cuenca), y del cual todavía se conservan en el Museo Diocesano dos lienzos que formaban parte del mismo.
El menor peso demográfico y económico de Piqueras, le obligó a que el sustento principal de sus habitantes radicara en los campos y ganadería.
Parece ser que el nivel de riqueza de Piqueras fue inferior en relación a otros núcleos de sus alrededores, no obstante, esto no acabaría siendo un problema, pues disponía de amplias zonas de pasto y cultivo, que, al quedar retenidas en muchas menos manos, generaron la existencia de un colectivo de terratenientes, que consiguieron vivir en buenas condiciones. Buen ejemplo de la riqueza que se alcanzó en esta localidad, la vemos reflejada en algunas de las piezas que adquirió la iglesia, en parte por muchos de los vecinos que hicieron donaciones o que ayudaron a conseguirlas. En el aspecto artístico, tenemos constancia de que en el templo hubo diversos ejemplares de orfebrería de plata, además de un retablo elaborado por la familia Gómez (una destacada saga de artistas del periodo renacentista en Cuenca), y del cual todavía se conservan en el Museo Diocesano dos lienzos que formaban parte del mismo.
Linaje del Barco
Los
miembros del apellido Barco fueron destacados en la historia de Piqueras, y
aunque su descendencia no fue notoria, fueron populares más allá del municipio,
tal y como comprobamos en otras áreas. Ejemplo de ello son Chumillas y Olmeda del
Rey.
Su
relación se estrecha especialmente con la familia de la Orden y los Reyllo (los
últimos también caballeros hijosdalgos).
Cabe
destacar el vínculo fundado por Juan del Barco, quién casó con la señora Ana
López, y cuya descendencia se repartiría en diversos apellidos como los Cano,
Reyllo, Lozano, López y otros más.
La
estrategia de los Barco fue efectiva desde un primer momento, ya que gozaban de
buena reputación en las localidades donde estaban asentados, pues todo apunta a
que eran miembros del estado noble, fenómeno que para nada complicó su
asentamiento y consolidación en Piqueras.
Genealogía
de los Barco. Tronco originario en Piqueras (elaboración propia)
Linaje Cano
Los
Cano son una familia muy extendida por diversos enclaves de la Manchuela, en
donde en algunas ocasiones han destacado como uno de los linajes más
representativos del lugar, buen ejemplo lo tenemos en Santa María del Campo
Rus, y su área circundante.
En el
caso de Piqueras, la línea principal nos conduce hasta el siglo XVI, cuando
fruto del matrimonio entre Juan Cano y María Gil, nacerá su hijo Juan Cano y
que en 1603 casará con María López (hija de Juan López, el alguacil). Poco
después nacerá su hija Ana, que llevará por apellido el de su línea paterna (y
es que hemos de recordar que era frecuente que una mujer invirtiera el
apellido, y adquiriese el de la familia materna por cuestiones de herencia, y
con más sentido al tratarse de un linaje destacado como era el de los padres de
María López), así Ana portará el Cano y celebrará sus nupcias con Juan López y
López, procedente de otra de las líneas más importantes de la familia López
(los Labrador y los Rodrigo). De esta forma en 1642 se consolidó la unión, y a
raíz de ahí veremos como el apellido se extiende de forma reiterada entre
muchos vecinos de la localidad.
Línea principal de los Cano (primera mitad
del siglo XVII). Apuntes de la genealogía familiar (elaboración propia)
La
familia Cano, como todas aquellas que se encontraban bien posicionadas, poseía
un vínculo propiedad de Quiteria Cano Gil.
Sabemos
que los Gil fueron otra familia con peso en Piqueras por aquellas fechas, de
ahí que no fuese casual que los hijos y nietos de ambos mantuvieran enlaces con
otras casas similares. No descartamos como hipótesis que el vínculo de María
Gil, acabará integrándose en el de los Cano, fenómeno que explicaría porque la
familia adquirió un mayor patrimonio.
Linaje Checa
Los
Checa son uno de los linajes que mejor tenemos documentadas, ya que su llegada
a la localidad se produce en un período en el que comienza a aflorar la
documentación eclesiástica.
Éstos
mantuvieron de manera repetida muchos enlaces con miembros de los López. Esta
serie de estrategias matrimoniales ayudaron a su asentamiento y posterior
consolidación dentro de la localidad.
Será
en el siglo XVIII cuando algunos de sus integrantes alcanzará un papel más
importante, es el caso del matrimonio entre Juan de Checa y María Crespo
(velados en 1712), y cuyo hijo Alonso estableció nupcias con María Antonia Ruiz
Serrano-Gil (quien era hija de Margarita Serrano de la Blanca y nieta materna
de Juan Serrano Gil y María Saiz de la Blanca), una de las familias de gran
renombre que hubo a inicios de aquel siglo por nuestras tierras, y que llegó a
ser noticia en la Gaceta de Madrid del 14 de junio de 1707, a raíz de su involucración
en la guerra, cuando el mencionado Juan Serrano siendo Regidor de la villa de
Valera de Abajo, fue colgado en la horca, y su esposa María tuvo que acabar
refugiándose en la corte de Madrid con una paga de cinco reales diarios.
Origen del linaje Checa en Piqueras. Apuntes de la genealogía familiar (elaboración propia)
Linaje Crespo
Los
Crespo son un linaje de la pequeña burguesía local de Piqueras, que supo
asociarse con otras familias de un rango similar, y que ocupó cargos reseñables
dentro del municipio.
Durante
el siglo XVIII algunos de sus descendientes comenzaron a cobrar un protagonismo
destacado, que les permitirá englobarse dentro del grupo de labradores hacendados.
Probablemente
la línea que mejor representa esta parte de la familia era la descendencia de
Juan de Crespo, puesto que sus hijas celebraron bodas con familias que ya
poseían una historia dilatada en Piqueras.
Árbol genealógico de los Crespo. Sus
integrantes repiten sus enlaces con las familias de la que han dejado
descendencia, así lo vemos en Juliana, a través de los López, como en Ana,
mediante los Checa. Este tipo de relaciones cerradas, ayudaban a que la familia
concentrase su patrimonio y así no acabara dispersándose. (Genealogía familiar)
Linaje Gil
El
apellido de los Gil ha sido uno de los probablemente menos apreciados por los
estudios genealógicos de la zona, pero con un pasado más que interesante a
tenor de diferentes cuestiones que desearíamos exponer.
Ya en
su día W. F. King comentó que era muy probable que la supuesta mujer del que
fuera descendiente de los Señores de Piqueras del Castillo, Garci Ruiz de
Alarcón, dejara su descendencia de la línea de los Alarcón a través de una
mujer de este mismo linaje. No obstante, ese planteamiento no deja de ser hasta
la fecha una hipótesis genealógica, pero que ciertamente aguarda su interés, si
tenemos en cuenta que los miembros de esta familia han gozado siempre de cierto
estatus.
No
olvidemos el vínculo fundado por María Gil, y que nosotros creemos que pudo
integrarse bajo los bienes de los Cano, o al menos, parte de lo que tenía su
familia. A esto habríamos de sumar el papel que ejercerán a nivel municipal
alguno de sus integrantes.
Hasta
la fecha tenemos constancia de dos líneas con este apellido, y que no sabemos
si en algún momento de su ascendencia guardan un parentesco en común. Pues la
repetición del nombre Martín, en muchos de los miembros de la familia Gil, nos
hace pensar que nos encontremos ante una misma familia en origen, pero que como
mínimo debería tener su progenitor alrededor de mediados del siglo XVI, de ahí
la dificultad de poder solapar sendas líneas.
Entrado
el siglo XVI nos encontramos con los descendientes de Melchor Gil, marido de
María de la Orden, y cuyos hijos y nietos efectuaran enlaces con miembros
destacados. Será concretamente una nieta de este Melchor quien más nos
interesa, puesto que casará en 1639 con un representante de la casa Martín-Gil.
Los Martín-Gil son otra familia destacada de Piqueras, y que emparentará con la
descendencia de Melchor Gil. Ambas aglutinarán el patrimonio que les reportará
el vínculo de Martín Gil de Segovia.
Relación genealógica entre las familias Gil
de Piqueras. Apuntes de la genealogía familiar (elaboración propia)
Linaje Herráiz
En el
caso de Piqueras tenemos dos líneas con este apellido, que son destacadas,
aunque no hemos conseguido averiguar hasta el momento si existe relación entre
ambas.
Por un
lado, existe la procedente de Solera de Gabaldón, y que se inicia con Simón
Herráiz y su esposa María Herráiz. Ambos tienen por hijo a Simón Herráiz, quien
en 1606 casa con María de Zamora. Simón y María tendrán por hijo a Esteban de
Zamora, quien efectuará nupcias con Quiteria Cano, y harán que su futuro hijo
Simón, recupere el apellido de Herráiz. Dentro de estas generaciones veremos
personalidades destacadas entre sus componentes, como sucedió con más de una
alcaldía que acabaron representando durante varios años.
Luego
por otra parte tendríamos a los descendientes de Domingo Herráiz y Quiteria
Ruiz (personajes del Piqueras del siglo XVI), y cuyo hijo Domingo (nacido en
1587), además de llevar el apellido Herráiz, poseía un vínculo. El referido
Domingo -el mozo-, falleció en 1636 y dejó un buen testamento para sus
herederos. Su esposa era Quiteria Rubio. No hemos de olvidar que las líneas del
apellido Rubio tanto en Buenache como especialmente en Valera de Arriba gozaron
siempre de un gran nombre y prestigio.
Linaje Lizcano
Podemos señalar que en el caso de
Piqueras como Buenache, los Lizcano obtuvieron cargos destacados dentro de la
política municipal, así como en algunas ocasiones, oficios arraigados con el
ámbito artesanal. Ese será por ejemplo el caso de Antón de Lezcano, carpintero
y propietario de un taller. Varias veces veremos cómo sus descendientes,
adoptan el apellido Lizcano, siendo el mismo en realidad, y desde el que hemos
podido probar una descendencia genealógica que nos conduce hasta los últimos
Lizcano de Piqueras.
No obstante, si por algo se
caracterizaron sus miembros, fue precisamente por la acumulación de patrimonio
agrícola, que les servirá para controlar las superficies de cultivo del
entorno, llegando de este modo a ser terratenientes destacados entre los siglos
XVII-XIX. No consideramos por ello casual que algunos de los enlaces
matrimoniales que realizarán con otras familias de labradores, giren en torno a
miembros de la burguesía rural de la zona. Este modelo de economía local les
sirvió para mantener su estatus de modo efectivo durante diversas generaciones
en algunas de las líneas de Lizcano antiguas que había en Piqueras. En realidad
los Lizcano pertenecían al estado noble, hecho que demostraron en una ejecutoria
de hidalguía donde se decía que provenían de las tierras vascas.
Otros factores como por ejemplo el pago
de misas destacadas, los cargos locales ocupados o detalles como la posesión de
un lugar de enterramiento en un espacio concreto de la iglesia, muestran ese
poder del linaje en el marco local.
Los Lizcano tenían varias sepulturas
dentro de la iglesia parroquial a lo largo del siglo XVIII, es el caso de
Gabriel de Lizcano, quien ocupaba la sepultura que había en la segunda fila,
primera a la izquierda por el lado de la epístola, así como Antón de Lizcano,
quien tenía su tumba en la tercera fila, justo en el sexto lugar a la izquierda
del lado de la epístola. Otra tercera propiedad de la familia se hallaba en la
cuarta fila, segunda sepultura por la derecha, en el lado del evangelio.
Sabemos que la tumba perteneciente a la
segunda fila, como la referida de la cuarta eran propiedad de Gabriel de
Lizcano, padre e hijo. Será precisamente uno de ellos, el que fallece el 22 de
septiembre de 1732, quien deja un pago total de 140 misas. Cifra remarcable,
que de nuevo vuelve a subrayar el poder de la familia. Decir que precisamente
las tres primeras filas eran las más codiciadas, y que obviamente no todos los
vecinos tenían “la suerte” de poder enterrarse dentro del edificio sagrado, de
ahí que para sus habitantes ocupar un lugar dentro del mismo, no resultase una
cuestión baladí. Otros miembros que vemos con pagos elevados de misas en los
libros de defunciones son Juan de Lizcano, quien paga 90 misas en 1671; Gabriel
de Lizcano, con 81 misas en 1675 y Antón de Lizcano, con 84 misas en 1684.
Linaje López
La
familia López es muy numerosa, debido a las diversas líneas que existen y la
frecuencia de este apellido. Varias de éstas entroncaron con linajes
destacados, como sucede con los de la Fuente, que si bien pierden rápidamente
su apellido, y su patrimonio acaba formando parte de los López, tuvieron un
vínculo que a finales del siglo XVI había en la localidad, y que pertenecía a
Pedro de la Fuente. Sabemos que Pedro era hijo de Sebastián de la Fuente y de
Isabel de Moya y de Buedo (será precisamente a través de Isabel de donde
heredará un patronazgo, que luego Pedro recogerá en su vínculo).
Los
López estuvieron emparentados con muchas familias, como los Checa, Ruiz de
Alarcón y entre ellos mismo, de ahí la necesidad de distinguir dos líneas que
están cruzadas en varias ocasiones (los López-Labrador y los López-Rodrigo).
Dispensa matrimonial y relación genealógica
de Luis de Alarcón López y Juliana López Cambronera (1710)
A
grandes rasgos podemos hablar de tres líneas de la familia López, y que
apreciamos como convergen en varias ocasiones, una de ellas es la originada a
raíz del matrimonio entre Juan López y Ana Cano López durante el año 1642.
Por un
lado, vemos la casa de los López-Labrador, la cual gozó de protagonismo, debido
al patrimonio acumulado por algunos de sus representantes. Fenómeno similar
ocurre con los López-Rodrigo, y cuyo origen se forma tras el matrimonio del
siglo XVI entre Julián López y María Rodrigo o Rodríguez. Otra línea y que no
sabemos si guarda alguna conexión con cualquiera de las dos anteriores es la de
Juan López, marido de Catalina Pérez, quien fuera alguacil del ayuntamiento, y
personaje destacado del municipio.
Sabemos
por ejemplo que María Rodrigo fallece en 1596 y genera un vínculo que durante
generaciones mantendrá el apellido solapado al de López.
Tronco de las líneas de López principales de
Piqueras del Castillo de la primera mitad del siglo XVI (genealogía familiar)
Linaje Lucas
Aunque
no sea una familia excesivamente extendida entre la localidad. Del matrimonio
de Juan Bañales y su esposa María de Lucas, han surgido diferentes líneas, que
siempre se han caracterizado por su relación con algunas líneas genealógicas de
notable interés a nivel local.
Podríamos
decir que muchas de las familias más ricas de Piqueras del siglo XVIII, los han
tenido por ascendientes.
Tenemos
el caso de su nieta María de Lucas y de la Orden, que celebraría nupcias con
Sebastián Saiz (bien posicionado en la cercana localidad de Valera de Abajo), y
cuyos hijos casan con los que se podrían denominar como uno de los linajes más
poderosos del entorno (los Ruiz de la Alarcón y los Resa).
Sabemos
por ejemplo que Silvestre Rubio fue uno de los vecinos más ricos del siglo
XVIII en Piqueras, además de ocupar la alcaldía en diversas ocasiones.
Familias
de este tipo, fueron, al fin y al cabo, las que acabaron teniendo un papel
destacado, que fomentaba una economía local, donde la ganadería, junto a la
explotación de las tierras, les permitía vivir de una manera mínimamente
aceptable y cómoda. No olvidemos que los Lucas en Barchín del Hoyo
representaron en diferentes ocasiones la alcaldía y sus regidurías, además de
poseer un patrimonio, que giraba en torno a la tenencia de ganado.
Línea
descendiente de los Lucas (genealogía familiar)
Linaje Moya
Los
Moya gozaron de bastante popularidad más allá de Piqueras, sólo hemos de ver
las líneas existentes en Valera de Abajo, Buenache y otras áreas de la Manchuela.
En
esta localidad, tenemos constancia de la fundación de un patronazgo para el año
1596, por parte de Isabel de Moya y de Buedo (recordemos que su segundo
apellido es uno de los más ilustres de estas tierras), fue mujer de Sebastián
de Fuentes, quien dejó descendencia para que siguieran portando el apellido, y
así heredar el vínculo fundado, en el que se integraban diversas propiedades
que pertenecían a la familia.
Por
norma general los apellidos que veremos relacionados con la familia de los
Moya, gozaron de buena posición, en parte porque la línea no llegó a abrirse
excesivamente, y la fundación de Isabel, prácticamente indicaba que el portador
del apellido, invocaba a la pertenencia de aquel patrimonio, para así poder
poseerlo, tal y como se hacía por tradición familiar.
Linaje Nieves
La
familia Nieves, Nieve o Nieva, viene a ser una misma línea, que fue
extendiéndose por diferentes municipios de la zona que comprende nuestro
estudio. Sabemos por el documento de ingreso en la Orden de Carlos III de la
familia Sainz de Zafra de Buenache, que precisamente este linaje estaba
reconocido como miembro de la pequeña nobleza de la zona, de ahí que nos
encontremos ante una estirpe de hidalgos, de los que habrá poca descendencia
tanto en uno como en otro municipio.
En el
caso de Piqueras, tenemos constancia de que María de Nieves fue el personaje
más destacado de la línea de este lugar. Nació en el siglo XVI y casó con
Alonso Valero, ésta tuvo varios hijos, entre los que mencionamos a Alonso
(nacido en 1576), Isabel (nacida en 1578) y Bartolomé (apellidado como Martínez
y nacido en 1584). La referida María falleció en 1616, dejó un pago de 70
misas, así como un testamento destacado para lo que era aquella época.
Linaje de la Orden
La
familia de la Orden tuvo un peso enorme dentro de la localidad de Piqueras,
especialmente desde el momento de su expansión, a raíz del siglo XVII, así como
en la centuria siguiente.
Sus
integrantes ya gozaban de una buena posición en localidades cercanas, como
sucedía en el caso de Barchín del Hoyo, así como en la pequeña aldea de
Alcohol, en donde eran de los vecinos más ricos por el patrimonio que
aglutinaban.
Tenemos
noticias de diversos miembros que consiguieron proyectarse fuera de la zona,
así como varias líneas de descendientes que destacaron, como ocurrió en el
siglo XVIII con la familia de organistas de Barchín
Línea de la familia de la Orden de Piqueras
en el siglo XVII
(elaboración propia)
Integrantes
de las familias Reyllo, Barco y López conectarán su descendencia, así como los
mismos de la Orden, practicando estrategias de endogamia que permitirán el
mantenimiento de su patrimonio. Sólo como ejemplo tenemos las nupcias entre
Pedro de la Orden y Dorotea de la Orden, casados en 1652, y cuyo grado de
consanguinidad era de tercer y cuarto. Sabemos
que Dorotea pagó en el momento de su defunción más de 1000 misas.
Linaje Peralta
Nos
encontramos ante uno de los grandes linajes de la nobleza conquense, y con
arraigo en muchas localidades de la zona. Si bien es cierto hemos podido leer
en diferentes documentos que la familia posee un origen converso, esto no
resultó ningún impedimento en su proceso de proyección desde fechas tempranas,
consiguiendo así que se les tratara como un linaje más, con sus respectivos
privilegios, como miembros del estado noble que eran.
La
línea de Piqueras no llegará a expandirse excesivamente, de ahí que no existan
muchos representantes, destacando su influencia especialmente a partir del
siglo XVII, fase en la que los veremos en algunos documentos locales.
En
estos momentos nos encontramos investigando el origen y relación de la familia
en Piqueras, aunque todo parece apuntar a que su procedencia estaría vinculada
con la localidad de Monteagudo de las Salinas.
Tampoco
sabemos que conexión guardan con los Señores de Piqueras del Castillo, pero
podemos afirmar que el Licenciado Juan Fernández de Peralta, era cura por la
capellanía que fundó el hijo de los terceros Señores de Piqueras (don Garci
Ruiz de Alarcón). Parece ser que la hermana del mencionado clérigo era doña Ana
Fernández de Peralta.
Origen del linaje Peralta en Piqueras. Genealogía familiar
Linaje
Reyllo
Los Reyllo de Piqueras son una línea
paralela a la que existía ya por aquellas fechas en Buenache, y que muy
probablemente en origen fueron la misma.
Prácticamente podríamos decir con
seguridad que Juan de Reyllo (el marido de Catalina López), sería el progenitor
de esta saga, además de tener un papel destacado en el Piqueras del siglo XVII,
puesto que llegó en varias ocasiones a ocupar la alcaldía.
Los que sí sabemos con certeza es que
Catalina López (la mujer de Juan de Zaorejas), realizó una fundación para
concentrar su patrimonio en 1559. Más tarde, su hija Catalina, incorpora nuevas
propiedades en el año 1596. El matrimonio con Juan de Reyllo, supuso una
consolidación de ambas casas, y por lo tanto, una posición privilegiada para
los descendientes que obtendrán uno de los vínculos más conocidos del lugar.
Genealogía
del tronco de los Reyllo de Piqueras del Castillo (elaboración propia).
La esposa de su hijo (Juliana Saiz),
fallece el mismo año que su suegra y efectúa una ampliación patrimonial, mandando
además 150 misas y dejando entre sus bienes una taza de plata y una borrica.
En la generación siguiente apreciaremos
como sus miembros siguen gozando de una buena posición, como sucede en el caso
de Juan de Reyllo (marido de María Beltrán del Barco), o incluso su hermana
Catalina, quien creó otro vínculo fundado por su bisabuela, además de pagar un
total de 550 misas. Una cifra ciertamente elevada, si tenemos en cuenta que por
aquellos tiempos este tipo de pagos eran muy inferiores, además de no tan
habituales en el lugar de Piqueras.
Linaje Ruiz de Alarcón
La
familia Ruiz de Alarcón dejó descendencia en Piqueras, ya desde etapas bien
tempranas. En un trabajo que publicó en 1970 W.F. King, titulado la
“Ascendencia paterna de Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza”, el autor realiza un
estudio genealógico en el que podemos vislumbrar varias tesis en torno al
origen de este linaje en la localidad de Piqueras.
Ciertamente
su trabajo acaba reduciéndose a una hipótesis, en donde se relaciona a Garci
Ruiz de Alarcón, clérigo y descendiente de los Señores de Buenache de Alarcón,
como posible progenitor de la línea que le ocupa a este municipio.
Nosotros
arañando datos sueltos que hemos ido leyendo en los legajos que existen en el
Archivo Diocesano de Cuenca, conseguimos elaborar una genealogía en la que
vemos parte del origen genealógico de los miembros de esta familia.
De
acorde a la información recabada, los Ruiz de Alarcón controlaron la escribanía
municipal durante varias generaciones, un oficio bastante cómodo en un enclave
donde la mayoría del sector económico giraba alrededor de la agricultura y la
ganadería.
Árbol genealógico de los Ruiz de Alarcón de
Piqueras del Castillo (elaboración propia).
Linaje Zamora
Los
Zamora son otro de los linajes nobles de la localidad, que al menos desde el
siglo XV, ya están asentados en el municipio. Parece ser que sirvieron a los
Señores de Piqueras, fenómeno que los catapultó y proyectó incluso fuera de la
provincia.
Sabemos
que los Zamora ocuparon cargos destacados, como alcaldías, regidurías, y
ostentaron un patrimonio considerable. Su genealogía más remota ha sido
estudiada por Sebastián Hernández de Luján, quien nos ha proporcionado datos
referentes a la ascendencia de Esteban de Zamora, marido de Quiteria de la
Orden. El referido Esteban era hijo de Pedro de Zamora y Quiteria Mateo.
Éste Pedro
tuvo varios hermanos que repartieron el apellido en otros lugares, ese fue el
caso de Francisco de Zamora en San Clemente, otro en Socuéllamos y Diego de
Zamora en la localidad de Cañavate. Todos ellos eran a su vez hijos de Diego de
Zamora, quien tuvo dos nupcias, una con Catalina López de Ayala y Alarcón, así
como con María Martínez. Dicho Diego era hijo de Diego Sánchez de Zamora y
Leonor Sánchez Salvatierra y Guzmán, y éste hijo de Fernando de Zamora e Inés
de Padilla y Guzmán, de donde procede el progenitor que ha podido seguirse
gracias a documentación fehaciente.
Breves notas sobre los Señores de Piqueras
del Castillo
La historia de este Señorío se inicia
concretamente durante el año 1456, momento en el que se menciona al primer
Señor del lugar, don Alfonso Téllez-Girón de Valencia, el cual casó con doña
Blanca Pacheco (procedente de otro linaje destacado de la nobleza conquense).
Dicho Alfonso consiguió ser reconocido como Caballerizo mayor de Enrique IV de
Castilla, además de ser nombrado Gobernador de Cuenca en 1465. Éste era hijo de
Juan de Valencia (Mariscal de Castilla), y que se encontraba casado con doña
Beatriz de Acuña, noble descendiente de una de las grandes familias que
dominarían por aquellas épocas parte del territorio castellano, y cuyas raíces
se remontan a la nobleza portuguesa.
Por el costado materno Alfonso era
nieto de Martín Vázquez de Acuña, el cual fue VIII Señor de Tábua, además de
Alcalde Mayor de Lisboa. Su cuerpo descansa en el Monasterio de Santo Domingo
de València. Su esposa era Teresa Téllez-Girón, Señora de Frechoso.
Fruto del matrimonio entre don Alfonso
y Blanca, surgió el segundo Señor de Piqueras, Juan de Valencia, quien casó con
Beatriz de Villegas, una dama bien aposentada que era hija del Mosén don Diego
de Villegas, Comendador de la Orden de Santiago en Alhambra.
De Juan y Beatriz nacerá su hija
Guiomar, quien conservará el apellido paterno, y casará con el noble Garci Ruiz
de Alarcón, siendo ambos los terceros Señores de Piqueras. El referido Garci
era hijo de Alonso Ruiz de Alarcón (Señor de Albadalejo de Cuende) y de María
Carrillo (hija de los Señores de Cervera). Por el costado paterno era nieto de
Pedro de Alarcón (quien era a su vez hijo del Licenciado Fernán González del
Castillo), así como de Catalina de Barba y Alarcón, hija del destacado Lope de
Alarcón, quien fue Señor de Valverde, Talayuelas, Zafra, Veguilla, Hontecillas
y Albadalejo de Cuende.
Del matrimonio entre Garci y Guiomar
surgirá el que conocemos como el cuarto Señor de Piqueras, además de Señor de
Albadalejo, don Alfonso Girón de Alarcón y Valencia, casado con Juana Pacheco y
de Silva, Señora de Alconchel.
Para finalizar, hemos de recalcar que
los Ruiz de Alarcón podemos considerarlos como la familia más influyente de la
nobleza que había en este territorio, puesto que Piqueras, fue sólo uno de los
muchos lugares en los que destacaron.
David
Gómez de Mora