jueves, 27 de septiembre de 2018

Las élites locales de Piqueras del Castillo siglos atrás. Notas personales y apuntes genealógicos

Piqueras del Castillo es una localidad conquense de la que pocos elementos sobre su pasado se han estudiado hasta la fecha, de ahí que cualquier aporte o nota referente a la misma, sirva para conocer muchas de las facetas que ignoramos de su historia. Sabemos por ejemplo que Piqueras no contaba con una gran cantidad de habitantes, a diferencia de municipios cercanos en donde había cifras muy superiores.

El menor peso demográfico y económico de Piqueras, le obligó a que el sustento principal de sus habitantes radicara en los campos y ganadería.


La disposición de tierras para llevar a cabo estas actividades (puesto que sus 45 kilómetros cuadrados se distribuían entre pocas familias), permitieron la pervivencia de importantes terratenientes. Sobre el siglo XVIII tenemos datos de interés, que proceden de la realización del Catastro de Ensenada, en el que se nos indica que el cura de la parroquia es el Señor don Matías de Barambio -a su vez miembro del mismo linaje que radicaba en Buenache de Alarcón-. Los alcaldes ordinarios eran Marcos de Cuenca y Juan de Alarcón.

Parece ser que el nivel de riqueza de Piqueras fue inferior en relación a otros núcleos de sus alrededores, no obstante, esto no acabaría siendo un problema, pues disponía de amplias zonas de pasto y cultivo, que, al quedar retenidas en muchas menos manos, generaron la existencia de un colectivo de terratenientes, que consiguieron vivir en buenas condiciones. Buen ejemplo de la riqueza que se alcanzó en esta localidad, la vemos reflejada en algunas de las piezas que adquirió la iglesia, en parte por muchos de los vecinos que hicieron donaciones o que ayudaron a conseguirlas. En el aspecto artístico, tenemos constancia de que en el templo hubo diversos ejemplares de orfebrería de plata, además de un retablo elaborado por la familia Gómez (una destacada saga de artistas del periodo renacentista en Cuenca), y del cual todavía se conservan en el Museo Diocesano dos lienzos que formaban parte del mismo.

Linaje del Barco

Los miembros del apellido Barco fueron destacados en la historia de Piqueras, y aunque su descendencia no fue notoria, fueron populares más allá del municipio, tal y como comprobamos en otras áreas. Ejemplo de ello son Chumillas y Olmeda del Rey.

Su relación se estrecha especialmente con la familia de la Orden y los Reyllo (los últimos también caballeros hijosdalgos).

Cabe destacar el vínculo fundado por Juan del Barco, quién casó con la señora Ana López, y cuya descendencia se repartiría en diversos apellidos como los Cano, Reyllo, Lozano, López y otros más.

La estrategia de los Barco fue efectiva desde un primer momento, ya que gozaban de buena reputación en las localidades donde estaban asentados, pues todo apunta a que eran miembros del estado noble, fenómeno que para nada complicó su asentamiento y consolidación en Piqueras.

Genealogía de los Barco. Tronco originario en Piqueras (elaboración propia)

Linaje Cano

Los Cano son una familia muy extendida por diversos enclaves de la Manchuela, en donde en algunas ocasiones han destacado como uno de los linajes más representativos del lugar, buen ejemplo lo tenemos en Santa María del Campo Rus, y su área circundante.

En el caso de Piqueras, la línea principal nos conduce hasta el siglo XVI, cuando fruto del matrimonio entre Juan Cano y María Gil, nacerá su hijo Juan Cano y que en 1603 casará con María López (hija de Juan López, el alguacil). Poco después nacerá su hija Ana, que llevará por apellido el de su línea paterna (y es que hemos de recordar que era frecuente que una mujer invirtiera el apellido, y adquiriese el de la familia materna por cuestiones de herencia, y con más sentido al tratarse de un linaje destacado como era el de los padres de María López), así Ana portará el Cano y celebrará sus nupcias con Juan López y López, procedente de otra de las líneas más importantes de la familia López (los Labrador y los Rodrigo). De esta forma en 1642 se consolidó la unión, y a raíz de ahí veremos como el apellido se extiende de forma reiterada entre muchos vecinos de la localidad.

Línea principal de los Cano (primera mitad del siglo XVII). Apuntes de la genealogía familiar (elaboración propia)

La familia Cano, como todas aquellas que se encontraban bien posicionadas, poseía un vínculo propiedad de Quiteria Cano Gil.

Sabemos que los Gil fueron otra familia con peso en Piqueras por aquellas fechas, de ahí que no fuese casual que los hijos y nietos de ambos mantuvieran enlaces con otras casas similares. No descartamos como hipótesis que el vínculo de María Gil, acabará integrándose en el de los Cano, fenómeno que explicaría porque la familia adquirió un mayor patrimonio.


Linaje Checa

Los Checa son uno de los linajes que mejor tenemos documentadas, ya que su llegada a la localidad se produce en un período en el que comienza a aflorar la documentación eclesiástica.

Éstos mantuvieron de manera repetida muchos enlaces con miembros de los López. Esta serie de estrategias matrimoniales ayudaron a su asentamiento y posterior consolidación dentro de la localidad.

Será en el siglo XVIII cuando algunos de sus integrantes alcanzará un papel más importante, es el caso del matrimonio entre Juan de Checa y María Crespo (velados en 1712), y cuyo hijo Alonso estableció nupcias con María Antonia Ruiz Serrano-Gil (quien era hija de Margarita Serrano de la Blanca y nieta materna de Juan Serrano Gil y María Saiz de la Blanca), una de las familias de gran renombre que hubo a inicios de aquel siglo por nuestras tierras, y que llegó a ser noticia en la Gaceta de Madrid del 14 de junio de 1707, a raíz de su involucración en la guerra, cuando el mencionado Juan Serrano siendo Regidor de la villa de Valera de Abajo, fue colgado en la horca, y su esposa María tuvo que acabar refugiándose en la corte de Madrid con una paga de cinco reales diarios.

Origen del linaje Checa en Piqueras. Apuntes de la genealogía familiar (elaboración propia)


Linaje Crespo

Los Crespo son un linaje de la pequeña burguesía local de Piqueras, que supo asociarse con otras familias de un rango similar, y que ocupó cargos reseñables dentro del municipio.

Durante el siglo XVIII algunos de sus descendientes comenzaron a cobrar un protagonismo destacado, que les permitirá englobarse dentro del grupo de labradores hacendados.

Probablemente la línea que mejor representa esta parte de la familia era la descendencia de Juan de Crespo, puesto que sus hijas celebraron bodas con familias que ya poseían una historia dilatada en Piqueras.

Árbol genealógico de los Crespo. Sus integrantes repiten sus enlaces con las familias de la que han dejado descendencia, así lo vemos en Juliana, a través de los López, como en Ana, mediante los Checa. Este tipo de relaciones cerradas, ayudaban a que la familia concentrase su patrimonio y así no acabara dispersándose. (Genealogía familiar)


Linaje Gil 

El apellido de los Gil ha sido uno de los probablemente menos apreciados por los estudios genealógicos de la zona, pero con un pasado más que interesante a tenor de diferentes cuestiones que desearíamos exponer.

Ya en su día W. F. King comentó que era muy probable que la supuesta mujer del que fuera descendiente de los Señores de Piqueras del Castillo, Garci Ruiz de Alarcón, dejara su descendencia de la línea de los Alarcón a través de una mujer de este mismo linaje. No obstante, ese planteamiento no deja de ser hasta la fecha una hipótesis genealógica, pero que ciertamente aguarda su interés, si tenemos en cuenta que los miembros de esta familia han gozado siempre de cierto estatus.

No olvidemos el vínculo fundado por María Gil, y que nosotros creemos que pudo integrarse bajo los bienes de los Cano, o al menos, parte de lo que tenía su familia. A esto habríamos de sumar el papel que ejercerán a nivel municipal alguno de sus integrantes.

Hasta la fecha tenemos constancia de dos líneas con este apellido, y que no sabemos si en algún momento de su ascendencia guardan un parentesco en común. Pues la repetición del nombre Martín, en muchos de los miembros de la familia Gil, nos hace pensar que nos encontremos ante una misma familia en origen, pero que como mínimo debería tener su progenitor alrededor de mediados del siglo XVI, de ahí la dificultad de poder solapar sendas líneas.

Entrado el siglo XVI nos encontramos con los descendientes de Melchor Gil, marido de María de la Orden, y cuyos hijos y nietos efectuaran enlaces con miembros destacados. Será concretamente una nieta de este Melchor quien más nos interesa, puesto que casará en 1639 con un representante de la casa Martín-Gil. Los Martín-Gil son otra familia destacada de Piqueras, y que emparentará con la descendencia de Melchor Gil. Ambas aglutinarán el patrimonio que les reportará el vínculo de Martín Gil de Segovia.

Relación genealógica entre las familias Gil de Piqueras. Apuntes de la genealogía familiar (elaboración propia)


Linaje Herráiz

En el caso de Piqueras tenemos dos líneas con este apellido, que son destacadas, aunque no hemos conseguido averiguar hasta el momento si existe relación entre ambas.

Por un lado, existe la procedente de Solera de Gabaldón, y que se inicia con Simón Herráiz y su esposa María Herráiz. Ambos tienen por hijo a Simón Herráiz, quien en 1606 casa con María de Zamora. Simón y María tendrán por hijo a Esteban de Zamora, quien efectuará nupcias con Quiteria Cano, y harán que su futuro hijo Simón, recupere el apellido de Herráiz. Dentro de estas generaciones veremos personalidades destacadas entre sus componentes, como sucedió con más de una alcaldía que acabaron representando durante varios años.

Luego por otra parte tendríamos a los descendientes de Domingo Herráiz y Quiteria Ruiz (personajes del Piqueras del siglo XVI), y cuyo hijo Domingo (nacido en 1587), además de llevar el apellido Herráiz, poseía un vínculo. El referido Domingo -el mozo-, falleció en 1636 y dejó un buen testamento para sus herederos. Su esposa era Quiteria Rubio. No hemos de olvidar que las líneas del apellido Rubio tanto en Buenache como especialmente en Valera de Arriba gozaron siempre de un gran nombre y prestigio.


Linaje Lizcano

Podemos señalar que en el caso de Piqueras como Buenache, los Lizcano obtuvieron cargos destacados dentro de la política municipal, así como en algunas ocasiones, oficios arraigados con el ámbito artesanal. Ese será por ejemplo el caso de Antón de Lezcano, carpintero y propietario de un taller. Varias veces veremos cómo sus descendientes, adoptan el apellido Lizcano, siendo el mismo en realidad, y desde el que hemos podido probar una descendencia genealógica que nos conduce hasta los últimos Lizcano de Piqueras.

No obstante, si por algo se caracterizaron sus miembros, fue precisamente por la acumulación de patrimonio agrícola, que les servirá para controlar las superficies de cultivo del entorno, llegando de este modo a ser terratenientes destacados entre los siglos XVII-XIX. No consideramos por ello casual que algunos de los enlaces matrimoniales que realizarán con otras familias de labradores, giren en torno a miembros de la burguesía rural de la zona. Este modelo de economía local les sirvió para mantener su estatus de modo efectivo durante diversas generaciones en algunas de las líneas de Lizcano antiguas que había en Piqueras. En realidad los Lizcano pertenecían al estado noble, hecho que demostraron en una ejecutoria de hidalguía donde se decía que provenían de las tierras vascas.

Otros factores como por ejemplo el pago de misas destacadas, los cargos locales ocupados o detalles como la posesión de un lugar de enterramiento en un espacio concreto de la iglesia, muestran ese poder del linaje en el marco local.

Los Lizcano tenían varias sepulturas dentro de la iglesia parroquial a lo largo del siglo XVIII, es el caso de Gabriel de Lizcano, quien ocupaba la sepultura que había en la segunda fila, primera a la izquierda por el lado de la epístola, así como Antón de Lizcano, quien tenía su tumba en la tercera fila, justo en el sexto lugar a la izquierda del lado de la epístola. Otra tercera propiedad de la familia se hallaba en la cuarta fila, segunda sepultura por la derecha, en el lado del evangelio. 

Sabemos que la tumba perteneciente a la segunda fila, como la referida de la cuarta eran propiedad de Gabriel de Lizcano, padre e hijo. Será precisamente uno de ellos, el que fallece el 22 de septiembre de 1732, quien deja un pago total de 140 misas. Cifra remarcable, que de nuevo vuelve a subrayar el poder de la familia. Decir que precisamente las tres primeras filas eran las más codiciadas, y que obviamente no todos los vecinos tenían “la suerte” de poder enterrarse dentro del edificio sagrado, de ahí que para sus habitantes ocupar un lugar dentro del mismo, no resultase una cuestión baladí. Otros miembros que vemos con pagos elevados de misas en los libros de defunciones son Juan de Lizcano, quien paga 90 misas en 1671; Gabriel de Lizcano, con 81 misas en 1675 y Antón de Lizcano, con 84 misas en 1684.


Linaje López

La familia López es muy numerosa, debido a las diversas líneas que existen y la frecuencia de este apellido. Varias de éstas entroncaron con linajes destacados, como sucede con los de la Fuente, que si bien pierden rápidamente su apellido, y su patrimonio acaba formando parte de los López, tuvieron un vínculo que a finales del siglo XVI había en la localidad, y que pertenecía a Pedro de la Fuente. Sabemos que Pedro era hijo de Sebastián de la Fuente y de Isabel de Moya y de Buedo (será precisamente a través de Isabel de donde heredará un patronazgo, que luego Pedro recogerá en su vínculo).

Los López estuvieron emparentados con muchas familias, como los Checa, Ruiz de Alarcón y entre ellos mismo, de ahí la necesidad de distinguir dos líneas que están cruzadas en varias ocasiones (los López-Labrador y los López-Rodrigo).

Dispensa matrimonial y relación genealógica de Luis de Alarcón López y Juliana López Cambronera (1710)

A grandes rasgos podemos hablar de tres líneas de la familia López, y que apreciamos como convergen en varias ocasiones, una de ellas es la originada a raíz del matrimonio entre Juan López y Ana Cano López durante el año 1642.

Por un lado, vemos la casa de los López-Labrador, la cual gozó de protagonismo, debido al patrimonio acumulado por algunos de sus representantes. Fenómeno similar ocurre con los López-Rodrigo, y cuyo origen se forma tras el matrimonio del siglo XVI entre Julián López y María Rodrigo o Rodríguez. Otra línea y que no sabemos si guarda alguna conexión con cualquiera de las dos anteriores es la de Juan López, marido de Catalina Pérez, quien fuera alguacil del ayuntamiento, y personaje destacado del municipio.

Sabemos por ejemplo que María Rodrigo fallece en 1596 y genera un vínculo que durante generaciones mantendrá el apellido solapado al de López.

Tronco de las líneas de López principales de Piqueras del Castillo de la primera mitad del siglo XVI (genealogía familiar)


Linaje Lucas

Aunque no sea una familia excesivamente extendida entre la localidad. Del matrimonio de Juan Bañales y su esposa María de Lucas, han surgido diferentes líneas, que siempre se han caracterizado por su relación con algunas líneas genealógicas de notable interés a nivel local.

Podríamos decir que muchas de las familias más ricas de Piqueras del siglo XVIII, los han tenido por ascendientes.

Tenemos el caso de su nieta María de Lucas y de la Orden, que celebraría nupcias con Sebastián Saiz (bien posicionado en la cercana localidad de Valera de Abajo), y cuyos hijos casan con los que se podrían denominar como uno de los linajes más poderosos del entorno (los Ruiz de la Alarcón y los Resa).

Sabemos por ejemplo que Silvestre Rubio fue uno de los vecinos más ricos del siglo XVIII en Piqueras, además de ocupar la alcaldía en diversas ocasiones.

Familias de este tipo, fueron, al fin y al cabo, las que acabaron teniendo un papel destacado, que fomentaba una economía local, donde la ganadería, junto a la explotación de las tierras, les permitía vivir de una manera mínimamente aceptable y cómoda. No olvidemos que los Lucas en Barchín del Hoyo representaron en diferentes ocasiones la alcaldía y sus regidurías, además de poseer un patrimonio, que giraba en torno a la tenencia de ganado.

Línea descendiente de los Lucas (genealogía familiar)


Linaje Moya

Los Moya gozaron de bastante popularidad más allá de Piqueras, sólo hemos de ver las líneas existentes en Valera de Abajo, Buenache y otras áreas de la Manchuela.

En esta localidad, tenemos constancia de la fundación de un patronazgo para el año 1596, por parte de Isabel de Moya y de Buedo (recordemos que su segundo apellido es uno de los más ilustres de estas tierras), fue mujer de Sebastián de Fuentes, quien dejó descendencia para que siguieran portando el apellido, y así heredar el vínculo fundado, en el que se integraban diversas propiedades que pertenecían a la familia.

Por norma general los apellidos que veremos relacionados con la familia de los Moya, gozaron de buena posición, en parte porque la línea no llegó a abrirse excesivamente, y la fundación de Isabel, prácticamente indicaba que el portador del apellido, invocaba a la pertenencia de aquel patrimonio, para así poder poseerlo, tal y como se hacía por tradición familiar.


Linaje Nieves

La familia Nieves, Nieve o Nieva, viene a ser una misma línea, que fue extendiéndose por diferentes municipios de la zona que comprende nuestro estudio. Sabemos por el documento de ingreso en la Orden de Carlos III de la familia Sainz de Zafra de Buenache, que precisamente este linaje estaba reconocido como miembro de la pequeña nobleza de la zona, de ahí que nos encontremos ante una estirpe de hidalgos, de los que habrá poca descendencia tanto en uno como en otro municipio.

En el caso de Piqueras, tenemos constancia de que María de Nieves fue el personaje más destacado de la línea de este lugar. Nació en el siglo XVI y casó con Alonso Valero, ésta tuvo varios hijos, entre los que mencionamos a Alonso (nacido en 1576), Isabel (nacida en 1578) y Bartolomé (apellidado como Martínez y nacido en 1584). La referida María falleció en 1616, dejó un pago de 70 misas, así como un testamento destacado para lo que era aquella época.


Linaje de la Orden

La familia de la Orden tuvo un peso enorme dentro de la localidad de Piqueras, especialmente desde el momento de su expansión, a raíz del siglo XVII, así como en la centuria siguiente.

Sus integrantes ya gozaban de una buena posición en localidades cercanas, como sucedía en el caso de Barchín del Hoyo, así como en la pequeña aldea de Alcohol, en donde eran de los vecinos más ricos por el patrimonio que aglutinaban.

Tenemos noticias de diversos miembros que consiguieron proyectarse fuera de la zona, así como varias líneas de descendientes que destacaron, como ocurrió en el siglo XVIII con la familia de organistas de Barchín

Línea de la familia de la Orden de Piqueras en el siglo XVII 
(elaboración propia)

Integrantes de las familias Reyllo, Barco y López conectarán su descendencia, así como los mismos de la Orden, practicando estrategias de endogamia que permitirán el mantenimiento de su patrimonio. Sólo como ejemplo tenemos las nupcias entre Pedro de la Orden y Dorotea de la Orden, casados en 1652, y cuyo grado de consanguinidad era de tercer y cuarto.   Sabemos que Dorotea pagó en el momento de su defunción más de 1000 misas.


Linaje Peralta

Nos encontramos ante uno de los grandes linajes de la nobleza conquense, y con arraigo en muchas localidades de la zona. Si bien es cierto hemos podido leer en diferentes documentos que la familia posee un origen converso, esto no resultó ningún impedimento en su proceso de proyección desde fechas tempranas, consiguiendo así que se les tratara como un linaje más, con sus respectivos privilegios, como miembros del estado noble que eran.

La línea de Piqueras no llegará a expandirse excesivamente, de ahí que no existan muchos representantes, destacando su influencia especialmente a partir del siglo XVII, fase en la que los veremos en algunos documentos locales.

En estos momentos nos encontramos investigando el origen y relación de la familia en Piqueras, aunque todo parece apuntar a que su procedencia estaría vinculada con la localidad de Monteagudo de las Salinas.

Tampoco sabemos que conexión guardan con los Señores de Piqueras del Castillo, pero podemos afirmar que el Licenciado Juan Fernández de Peralta, era cura por la capellanía que fundó el hijo de los terceros Señores de Piqueras (don Garci Ruiz de Alarcón). Parece ser que la hermana del mencionado clérigo era doña Ana Fernández de Peralta.

Origen del linaje Peralta en Piqueras. Genealogía familiar


Linaje Reyllo

Los Reyllo de Piqueras son una línea paralela a la que existía ya por aquellas fechas en Buenache, y que muy probablemente en origen fueron la misma.

Prácticamente podríamos decir con seguridad que Juan de Reyllo (el marido de Catalina López), sería el progenitor de esta saga, además de tener un papel destacado en el Piqueras del siglo XVII, puesto que llegó en varias ocasiones a ocupar la alcaldía.

Los que sí sabemos con certeza es que Catalina López (la mujer de Juan de Zaorejas), realizó una fundación para concentrar su patrimonio en 1559. Más tarde, su hija Catalina, incorpora nuevas propiedades en el año 1596. El matrimonio con Juan de Reyllo, supuso una consolidación de ambas casas, y por lo tanto, una posición privilegiada para los descendientes que obtendrán uno de los vínculos más conocidos del lugar.

Genealogía del tronco de los Reyllo de Piqueras del Castillo (elaboración propia).

La esposa de su hijo (Juliana Saiz), fallece el mismo año que su suegra y efectúa una ampliación patrimonial, mandando además 150 misas y dejando entre sus bienes una taza de plata y una borrica.

En la generación siguiente apreciaremos como sus miembros siguen gozando de una buena posición, como sucede en el caso de Juan de Reyllo (marido de María Beltrán del Barco), o incluso su hermana Catalina, quien creó otro vínculo fundado por su bisabuela, además de pagar un total de 550 misas. Una cifra ciertamente elevada, si tenemos en cuenta que por aquellos tiempos este tipo de pagos eran muy inferiores, además de no tan habituales en el lugar de Piqueras.


Linaje Ruiz de Alarcón

La familia Ruiz de Alarcón dejó descendencia en Piqueras, ya desde etapas bien tempranas. En un trabajo que publicó en 1970 W.F. King, titulado la “Ascendencia paterna de Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza”, el autor realiza un estudio genealógico en el que podemos vislumbrar varias tesis en torno al origen de este linaje en la localidad de Piqueras.

Ciertamente su trabajo acaba reduciéndose a una hipótesis, en donde se relaciona a Garci Ruiz de Alarcón, clérigo y descendiente de los Señores de Buenache de Alarcón, como posible progenitor de la línea que le ocupa a este municipio.

Nosotros arañando datos sueltos que hemos ido leyendo en los legajos que existen en el Archivo Diocesano de Cuenca, conseguimos elaborar una genealogía en la que vemos parte del origen genealógico de los miembros de esta familia.

De acorde a la información recabada, los Ruiz de Alarcón controlaron la escribanía municipal durante varias generaciones, un oficio bastante cómodo en un enclave donde la mayoría del sector económico giraba alrededor de la agricultura y la ganadería.

Árbol genealógico de los Ruiz de Alarcón de Piqueras del Castillo (elaboración propia).


Linaje Zamora

Los Zamora son otro de los linajes nobles de la localidad, que al menos desde el siglo XV, ya están asentados en el municipio. Parece ser que sirvieron a los Señores de Piqueras, fenómeno que los catapultó y proyectó incluso fuera de la provincia.

Sabemos que los Zamora ocuparon cargos destacados, como alcaldías, regidurías, y ostentaron un patrimonio considerable. Su genealogía más remota ha sido estudiada por Sebastián Hernández de Luján, quien nos ha proporcionado datos referentes a la ascendencia de Esteban de Zamora, marido de Quiteria de la Orden. El referido Esteban era hijo de Pedro de Zamora y Quiteria Mateo. 

Éste Pedro tuvo varios hermanos que repartieron el apellido en otros lugares, ese fue el caso de Francisco de Zamora en San Clemente, otro en Socuéllamos y Diego de Zamora en la localidad de Cañavate. Todos ellos eran a su vez hijos de Diego de Zamora, quien tuvo dos nupcias, una con Catalina López de Ayala y Alarcón, así como con María Martínez. Dicho Diego era hijo de Diego Sánchez de Zamora y Leonor Sánchez Salvatierra y Guzmán, y éste hijo de Fernando de Zamora e Inés de Padilla y Guzmán, de donde procede el progenitor que ha podido seguirse gracias a documentación fehaciente.


Breves notas sobre los Señores de Piqueras del Castillo

La historia de este Señorío se inicia concretamente durante el año 1456, momento en el que se menciona al primer Señor del lugar, don Alfonso Téllez-Girón de Valencia, el cual casó con doña Blanca Pacheco (procedente de otro linaje destacado de la nobleza conquense). Dicho Alfonso consiguió ser reconocido como Caballerizo mayor de Enrique IV de Castilla, además de ser nombrado Gobernador de Cuenca en 1465. Éste era hijo de Juan de Valencia (Mariscal de Castilla), y que se encontraba casado con doña Beatriz de Acuña, noble descendiente de una de las grandes familias que dominarían por aquellas épocas parte del territorio castellano, y cuyas raíces se remontan a la nobleza portuguesa.

Por el costado materno Alfonso era nieto de Martín Vázquez de Acuña, el cual fue VIII Señor de Tábua, además de Alcalde Mayor de Lisboa. Su cuerpo descansa en el Monasterio de Santo Domingo de València. Su esposa era Teresa Téllez-Girón, Señora de Frechoso.

Fruto del matrimonio entre don Alfonso y Blanca, surgió el segundo Señor de Piqueras, Juan de Valencia, quien casó con Beatriz de Villegas, una dama bien aposentada que era hija del Mosén don Diego de Villegas, Comendador de la Orden de Santiago en Alhambra.

De Juan y Beatriz nacerá su hija Guiomar, quien conservará el apellido paterno, y casará con el noble Garci Ruiz de Alarcón, siendo ambos los terceros Señores de Piqueras. El referido Garci era hijo de Alonso Ruiz de Alarcón (Señor de Albadalejo de Cuende) y de María Carrillo (hija de los Señores de Cervera). Por el costado paterno era nieto de Pedro de Alarcón (quien era a su vez hijo del Licenciado Fernán González del Castillo), así como de Catalina de Barba y Alarcón, hija del destacado Lope de Alarcón, quien fue Señor de Valverde, Talayuelas, Zafra, Veguilla, Hontecillas y Albadalejo de Cuende.

Del matrimonio entre Garci y Guiomar surgirá el que conocemos como el cuarto Señor de Piqueras, además de Señor de Albadalejo, don Alfonso Girón de Alarcón y Valencia, casado con Juana Pacheco y de Silva, Señora de Alconchel.

Para finalizar, hemos de recalcar que los Ruiz de Alarcón podemos considerarlos como la familia más influyente de la nobleza que había en este territorio, puesto que Piqueras, fue sólo uno de los muchos lugares en los que destacaron.

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).