jueves, 13 de septiembre de 2018

Nuevas notas genealógicas sobre la familia Salonarde de Buenache de Alarcón

A medida que vamos indagando en aspectos concretos de la historia de algunas familias pertenecientes a la pequeña nobleza local, establecemos conexiones con otros linajes de rangos medianamente similares. Este hecho nos esboza un mapa de estrategias político-conyugales de las sociedades municipales que había en la provincia de Cuenca, durante el intervalo de los siglos XVI-XVIII, y que poco a poco intentaremos estudiar de modo conciso.
El hallazgo de una dispensa matrimonial en el Archivo Diocesano de Cuenca, fechada en 1694 entre los contrayentes Benito Salonarde y Catalina Salonarde-Cerrillo, es una prueba más de las que intentan justificar la endogamia entre personas procedentes de familias “bien asentadas”, que tenían como interés proyectarse sociológicamente.  
Los Salonarde, como muchas de las élites de la zona, cuando celebraban nupcias en las que se produjera un tercer o cuarto grado de consanguinidad, en sus declaraciones los testigos argumentaban de forma repetida la fórmula “no había varón de igual estado y calidad en la zona” con la que poder casar a esta persona…
Obviamente, esto era una norma más dentro de un juego, en el que las familias con recursos podían permitirse adaptar las reglas a su gusto, siempre y cuando se dispusiese de un nombre o dinero. En este caso, una boda con un tercer grado de consanguinidad, se trataba de unas nupcias entre primos segundos. Pero en esto los Salonarde eran auténticos expertos, y llegaban a forzar la situación a niveles extremos. Así sabemos que las dos hijas de Benito Salonarde y Catalina Salonarde-Cerrillo (Quiteria Antonia Josefa y Ana Josefa), casaron entre sí a sus dos hijos para consolidar más si cabe su posición, es decir, el parentesco entre Antonio Clemente de Aróstegui y Salonarde con Ana Josefa Juliana de Herrera y Salonarde, era el de primos hermanos.
Ya escribimos que doña Quiteria Salonarde compró la casa principal de quien fuese el Marqués de Palacios, situada actualmente en la calle Alfonso VIII de Cuenca, y hoy erróneamente llamada como Casa de los Clemente de Aróstegui, obviamente porque prevaleció el apellido de su marido, pues la solera que arrastraba su familia, así como el hecho de ser el varón, estuvo muy por encima de los méritos de su esposa o incluso la propia adquisición que ésta efectúo con sus fondos personales, ya que la vivienda estaba integrada en los bienes de su mayorazgo. Esta operación de compra se produce en 1727, tal y como comenta en su trabajo sobre la ganadería conquense María Luz Vicente Legazpi (2000), siendo una de las muchas actuaciones financieras que doña Quiteria efectúo. Parece ser que en 1701 Melchor Hernández se la compra al Marqués, y a éste la referida Quiteria, realizando una ampliación que incrementaría el área del edificio.
Escudos de la casa de los Clemente de Aróstegui-Salonarde en la calle Alfonso VIII de la ciudad de Cuenca (fuenterrebollo.com)
En la citada vivienda nos encontramos con dos blasones, alusivos a los antepasados de los propietarios. En la derecha tenemos el escudo partido de los Clemente de Arostegui, y que pertenecería a las armas del Caballero de la Orden de Carlos III, así como Regidor Perpetuo de Cuenca y Administrador General de las Rentas Provinciales, don Antonio Clemente de Arostegui y Salonarde (obviando el de los Salonarde, ya que esta familia reducía su nobleza sólo al ámbito municipal de Buenache, y no hemos hallado hasta la fecha ningún escudo, ya que su condición de hidalgos no iría más allá del reconocimiento que consiguieron adquirir en el marco local). 
Éste primer cuartel, perteneciente a los Clemente, es de gules con un chevrón de oro, acompañado en lo alto de dos estrellas del mismo metal, con una pera en la punta, también en oro. Por otro lado, el segundo cuartel hace alusión a los Arostegui, teniendo en campo de oro un pino de su color y dos perros mirando al tronco con dos ordas encima. En cuanto al segundo escudo de la vivienda, queremos realizar una serie de matices, que hasta la fecha no se han considerado, puesto que algunos investigadores han relacionado las armas con familias que no guardan una conexión genealógica con sus propietarios. Personalmente, planteamos que éste debería pertenecer a la familia que recaía por la esposa de don Antonio, la señora doña Ana Josefa Juliana de Herrera y Salonarde. Basamos nuestra idea en que el primer cuartel es alusivo a los Herrera, pues representa un escudo de gules y dos calderas de oro, con bordura del mismo color, cargada con doce calderas del mismo metal, que con este detalle lo convierten en prácticamente inconfundible. A continuación, el segundo cuartel y superior por la parte derecha pensamos que es de la familia de los Arias, teniendo el primer cuartel en campo de plata una cruz de Calatrava de gules, así como en el segundo, también en plata, un águila de sable y en el mantel, de gules, un castillo, otra vez de plata. Esto tendría sentido si partimos de que el padre de doña Ana Josefa, el Regidor Perpetuo y Alguacil Mayor del Santo Oficio de Cuenca don Fernando de Herrera de Cenizales, era hijo a su vez de don Carlos de Herrera y doña María Arias Cenizales. Por lo que respecta al último escudo, desconocemos por ahora su procedencia, aunque es muy factible que los dragantes que se representan guarden relación directa con esta línea ascendiente del árbol genealógico.
En cuanto al interrogante de dónde venía el poder de los Salonarde, pensamos que se irían alternando varios factores, entre los que además de la política endogámica, y que resultaría crucial para aglutinar y no disolver el patrimonio, se le sumaría la de los enlaces previos a ese período, de ahí que en la familia, configuraríamos dos etapas anteriores a su salto a la ciudad de Cuenca y consecuente entronque con las grandes familias de la nobleza de la ciudad. En un primer estadio estarían los planes matrimoniales con linajes destacados de la burguesía municipal, y que nos conducirían hasta Barchín del Hoyo, espacio con destacados propietarios de ganado, y que Ignacio de la Rosa ha destacado en alguno de sus numerosos artículos sobre la tierra de la Manchuela. En este punto convergían diversos linajes ganaderos, tal y como será el caso de los Piqueras y los Jábaga. De los primeros y con conexión en Buenache, esperamos poder dar mayor detalle sobre su patrimonio en un futuro, así como por lo que toca a los Jábaga o Xábaga, no nos cabe la menor duda de que poseyeron un peso importante en la economía trashumante. Este período que englobaría el siglo XVI, permitió que, en cuestión de pocas generaciones, los Salonarde y que ya venían controlando una considerable cantidad de cabezas de animales, fueran incorporando una cifra ingente de tierras y reses que quedaban resguardadas bajo la figura legal del Mayorazgo.
Como curiosidad, adjuntamos la partida de defunción de Catalina Isabel de Jábaga, esposa que en primeras nupcias casó con Simón Salonarde, presente en el I tomo de defunciones de los libros parroquiales de Barchín del Hoyo. Entre las mandas vemos como se solicitan diferentes peticiones, entrando ahí las misas de sus tres maridos así como las que enviará al monasterio de San Francisco de Valverde, además de otros deseos expresados por la fallecida.

Del matrimonio entre Simón Salonarde y Catalina Isabel nacerán varios hijos, uno de ellos fue Simón -el menor-, que casó con Ana Saiz, procedente de una familia de la pequeña burguesía rural de Buenache. Luego otros vástagos fueron Miguel Salonarde (que casó al menos dos veces, es el caso de María Rubio y Ana Ximénez, también de destacadas familias locales), así como Ana Rubio de Salonarde, que en 1588 celebró sus nupcias con Antón García Patrón, otra familia conocida en el lugar, sin olvidar a Benito Salonarde, que es el mismo que su madre menciona en el testamento y que casó con Juana de la Osa. Esta última línea será la que se quedará en Barchín del Hoyo, y de la que pensamos que no será casual que enlace con una representante del linaje de la Osa, puesto que ellos también tuvieron un papel importante en la ganadería local de Barchín. A raíz de ahí irán surgiendo diferentes líneas descendientes, entre las que cogerá enorme fuerza la procedente de Buenache, y que ya en una segunda etapa de política endogámica, reforzará el estatus de sus miembros, para dar luego el salto final más allá de la Manchuela.

            Árbol genealógico de los Salonarde (elaboración propia).
¿Qué sabemos sobre los primeros Salonarde?, está claro que su presencia queda atestiguada en Buenache ya desde la primera mitad del sigo XVI, pudiendo existir la posibilidad de una línea adicional, respecto a la de Benito Salonarde y Librada de Piqueras, aunque esta hipótesis no hemos podido comprobarla con absoluta seguridad. Lo que si es conocido, es la información de algunos de los hijos y esposas de la línea de Simón y Catalina Isabel. 
En el caso de Benito Salonarde (esposo de Elvira de la Casa), falleció en 1606, con un pago de 139 misas. Benito dejó una memoria perpetua de patronazgo que fue fundada por su mujer (no será casual el apalabramiento de este enlace, si tenemos en cuenta que los miembros del linaje de la Casa tendrán bastante fuerza durante la centuria del siglo XVI). Parece ser que se mencionan dos fundaciones. Una para su sobrino Benito (suponemos que el vecino de Barchín que casa con Juana de la Osa) y otra para su hermano Miguel (marido de Ana Ximénez).
La esposa del señor Simón de Salonarde, Ana Saiz, muere en 1622, con un pago total de 120 misas. Mientras que su hermano Miguel Salonarde, lo hace en 1651 con una manda de 275. Más tarde su nuera Quiteria Cano, fallecerá en 1712, testando un año antes, con un pago de 240 misas. En su testamento se especifica que su yerno es el Consejero de Hacienda don José de la Sancha.
Otro dato relevante, es que María López (esposa de Simón), fallece en 1621, siendo nieta de Juan Saiz de Cervera (familia con cierto renombre a nivel municipal). Por ejemplo, más adelante se cita la defunción de Ana Salonarde, mujer del escribano Cristóbal Cantero y vecino de Hontecillas, quien pagará un total de 340 misas. Pero sí hay que destacar un personaje con poder, éste fue el Licenciado Tomás de Sancho y Ayala, párroco de Buenache, que falleció en 1694, con una manda de 3000 misas. Recordemos que el referido Tomás estaba relacionado por parentesco con los Sancho de Ayala que conectan con los Clemente de Aróstegui-Salonarde.

David Gómez de Mora

Bibliografía:
-De la Rosa Ferrer, Ignacio (2018). Navodres en Barchín del Hoyo o las limitaciones de la roturación de nuevas tierras. En: historiadelcorregimientodesanclemente.blogspot.com
-Gómez de Mora, David (2017). Los Salonarde. Un linaje de la nobleza conquense vinculado con la trashumancia. En: davidgomezdemora.blogspot.com
-Gómez de Mora, David (2018). Las Salonarde, tres mujeres emprendedoras en Cuenca (siglos XVIII-XIX). En: davidgomezdemora.blogspot.com
-Vicente Legazpi, María Luz (2000). La ganadería en la provincia de Cuenca en el siglo XVIII.
-Archivo Diocesano de Cuenca. Dispensas matrimoniales de 1694.
-Archivo Diocesano de Cuenca. I volumen de defunciones de Barchín del Hoyo, 1593-1648. Libro de testamentos y mandas, P-2529.
-Archivo Diocesano de Cuenca. I (P-585), II (P-586), III (P-587) y IV (P-588) volumen de defunciones de Buenache de Alarcón.

Imágenes:
Escudo de la Casa de los Clemente de Arostegui-Salonarde: Fuenterrebollo.com

davidgomezdemora@hotmail.com

Mi foto
Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).