Existen
numerosas cuestiones acerca de la familia del párroco de Piqueras,
García Ruiz Girón de Alarcón, tal y como ya evidenciamos en un
primer artículo publicado en 2019, donde se esbozaban retazos de
tipo histórico como genealógico, que en el presente escrito
volvemos a retomar. Tanto en la línea paterna como materna de este
personaje y sus hermanos, se plantean múltiples interrogantes acerca
de su ascendencia, explicados como resultado del pasado converso de
un número considerable de sus ancestros.
El
contexto social y político del momento, responden a buena parte de
estas cuestiones. Sabemos que la Inquisición acechaba a las familias
judías, y en este sentido la de los Ruiz de Alarcón era una de
ellas, pues por línea recta de varón descendía de la casa de los
Castillo, una de las más conocidas por los sambenitos que arrastró
dentro de la nobleza conquense.
García
Ruiz Girón de Alarcón era hijo del Señor de Albaladejo, don García
Ruiz de Alarcón, así como de la Señora de Piqueras, doña Guiomar
Girón de Valencia. Ahora bien, las dudas que se nos plantean y que
queremos abordar en este artículo son fundamentalmente tres. La
primera es la ascendencia de los abuelos paternos del párroco de
Piqueras, así
como de
qué manera llega hasta las manos de sus padres el Señorío de
Albaladejo, y
finalmente
que familias fueron entroncando con este linaje.
I.
Las lagunas genealógicas
García
Ruiz de Alarcón casó con Guiomar Girón de Valencia a finales del
siglo XV, por lo que sus padres vivieron durante la segunda mitad de
dicha centuria. Las genealogías tradicionales lo hacen hijo de Pedro
Ruiz de Alarcón y María Carrillo. Un dato que cobra interés, si
seguimos el planteamiento que nos presenta Paloma Torrijos, quien
estudiando el Archivo de los Condes de Cervera, apreció como la
mujer de Diego del Castillo y Señor de Altarejos, no era
en realidad la María Carrillo que cita en su genealogía Rodríguez
Llopis (1999)1,
sino que se trataría de Mayora Álvarez de Toledo, por lo que María
Carrillo de Guzmán sería la esposa de la línea de los Señores de
Albaladejo, es decir, la abuela materna del cura de Piqueras y
hermana de esta Mayora.
Este
hecho se aprecia en el mismo testamento de don Juan Álvarez de
Toledo 2,
quien fue Señor de Cervera, y padre de dicha María Carrillo de
Guzmán. La esposa de Juan Álvarez de Toledo y madre de María fue
Leonor Coello Carrillo de Guzmán. No olvidemos que Leonor era hija
de Pedro Coello, segundo señor de Montalbo, El Hito y Villar de
Cañas hasta su muerte en 1449, y de su segunda mujer María Carrillo
de Guzmán (con la que casa hacia 1437). Maldonado nos informa que
María Carrillo de Guzmán es mencionada en el testamento de su padre
el Señor de Cervera, siendo identificada como la mujer Pedro Ruiz de
Alarcón, a quien se le concede el lugar de Cañada Negrita como dote
de su boda 3
.
La
ascendencia del abuelo paterno del párroco la conocemos gracias a
las referencias genealógicas aportadas por Rafael Girón Pascual 4.
Estos datos ofrecen un vacío que es completado por la documentación
de la Real Academia de Historia, motivo por el que nos surgen
diferentes dudas que pasamos a comentar:
Primeramente
apreciamos una generación que en nuestra hipótesis preliminar
desconocíamos, ya que la familia Ruiz de Alarcón, de acuerdo a los
datos de Maldonado aparece en dos ocasiones, por un lado tenemos al
licenciado Hernando Gutiérrez del Castillo (hijo del Doctor Pedro
González del Castillo), quien casa con Guiomar de Alarcón. Fruto de
este matrimonio nacerá Pedro Ruiz de Alarcón, conocido como “burro
de oro”, quien casa con otra miembro del linaje Alarcón, en este
caso Catalina de Alarcón (hija de Lope Ruiz de Alarcón, Señor de
Valverde).
De
dicho matrimonio nacerá Pedro Ruiz de Alarcón, que tras
celebrar su matrimonio
con María Carrillo de Guzmán dejaría como vástago a García, el
padre del párroco y Señor de Albaladejo que alrededor de 1497
celebrará sus esponsales con Guiomar Girón de Valencia.
Obviamente
estas últimas dos generaciones son las que tantas dudas han
planteado a diferentes investigadores, pues
Maldonado
menciona como hijo de Pedro Ruiz de Alarcón y Catalina de Alarcón a
un
“N. de Alarcón, dueño de la dehesa de Olivilla y de los molinos
entregados por su abuelo materno a su padre cuando se caso”.
En cambio, otros autores identifican a sendos Pedros (padre e hijo)
como una misma persona.
De
lo que no hay ninguna duda es que la línea bastarda de Hernando
Gutiérrez del Castillo es probablemente el detonante que obligará a
la descendencia a invertir el apellido, puesto que con el linaje de
los Ruiz de Alarcón se ocultaba el sambenito de los Castillo.
W.
King5,
ya advertía de los comprometido que podía resultar esta situación
para los integrantes de la casa. No obstante bien es cierto que la
herencia patrimonial y consiguiente prestigio lo obtenían por los
Ruiz,
de ahí que había una justificación más que suficiente para
desechar el apellido Castillo y así disuadir cualquier vinculación
con la familia del doctor, que como sabemos era de ascendencia
conversa.
II.
El Señorío de Albaladejo
En
cuanto a como llegó hasta las manos de García Ruiz de Alarcón el
Señorío de Albaladejo, King comenta que
Hernando del Castillo heredó de su padre algunas propiedades en
Castillo de Garcimuñoz. Al casar con su esposa, aglutinan por compra
en 1474 la villa de Albaladejo, y que recaerá sobre su hijo Pedro
Ruiz de Alarcón. “La
compra de Albaladejo (al comendador Alonso de Iniesta) y creación
del mayorazgo, están atestiguadas por el ms. M-71, fols. 13 v-16, y
por el ms. M-90, fols. 232-239, respectivamente. En la segunda mitad
del siglo XV la propiedad de Albaladejo había pasado por muchas
manos: Juan Pacheco, Marqués de Villena, se lo vendió en 1458 a
Lope de Alarcón, Señor de Valverde y doncel del Rey Juan II (ms.
D-14, fols. 123-124); Lope le cedió la villa a su segundo hijo,
Pedro de Alarcón, el cual se la vendió a Alonso de Iniesta en 1472
(ms. M-90, FOLS. 254 v-256v” (King, 1970, 63).
Probablemente
deba de verse aquí, junto con los motivos anteriormente expuestos,
las razones que expliquen esa confusión entre las generaciones de
Pedro Ruiz de Alarcón esposo de la hija del Señor de Valverde, con
el de la generación siguiente, en donde otro Pedro que casa con
María Carrillo es también Señor de Albaladejo. De acorde a la
información que aporta King, Pedro Ruiz de Alarcón (hijo de
Hernando Gutiérrez del Castillo), consigue el señorío por la
compra producida en 1474 a Alonso de Iniesta, personaje que
precisamente lo adquiere previamente a través de Pedro de Alarcón,
hijo de quien en otras genealogías se le adscribirá como suegro de
“burro de oro”.
¿Puede
explicar esta relación entre la repetición de nombres y obtención
del señorío, el motivo que confundiera a varios historiadores a
pensar que existan varios Pedros diferentes dentro de la línea de
los Señores de Albaladejo?, ¿es Hernando Gutiérrez del Castillo
bisabuelo o tatarabuelo paterno del párroco?, la respuesta varía
dependiendo de que genealogías consultemos.
Maldonado
como decíamos era de la opinión de quienes dan por hijo de Hernando
a Pedro Ruiz de Alarcón, esposo de Catalina de Alarcón (la hija del
Señor de Albaladejo), añadiendo que el señorío de Albaladejo no
lo había poseído por compra a Alonso de Iniesta, sino que le venía
heredado de su madre Guiomar de Alarcón, por ser propiedad de su
abuelo, García Ruiz de Alarcón.
Al
margen de como sucedieran los hechos, de todo este embrollo, lo que
sí parece tenerse claro, es que Hernando Gutiérrez del Castillo
casó con una Alarcón, así como que Pedro Ruiz de Alarcón (para
unos hijos y para otros nieto de ambos), fue esposo de una de las
hijas de Juan Álvarez de Toledo (Señor de Cervera).
III.
Los Ruiz de Alarcón
Desde
el siglo XIV el linaje de los Alarcón se documenta y relaciona en
diversas referencias históricas. Ciertamente en tiempos de Enrique
III es cuando la familia cobra el protagonismo que marcará un antes
y un después en el poder de sus descendientes, ya que a partir de
esa fase, los Alarcón controlarán señoríos guarnecidos por puntos
de defensa y fortalezas, que consolidaron su nombre en este área de
la Manchuela conquense.
La
casa de los Ruiz de Alarcón tuvo claro desde un primer
momento
que el área meridional de la provincia podía servirle como base
desde la que medrar y crecer como miembros de la nobleza territorial.
A los dominios de Ranera y Talayuelas, se le sumaron otros como el de
Veguilla de las Truchas, tras su enlace con los Castilblanque. No
obstante, las posesiones que habían hacia el oeste, ampliaban y
dispersaban su posición, así sucedió con Valverde y Zafra.
Enclaves
como Ranera (donde todavía quedan los restos de una torre) o
Torrefuerte de las Veguillas de las Truchas, y que los Ruiz de
Alarcón rehabilitaron con sus bienes, muestran parte de esa
notoriedad. Será a partir del siglo XV cuando el bastión de las
Veguillas se adaptará a otras necesidades arquitectónicas.
Castillo
de Torrefuerte (Salvacañete). Imagen de
reservabiosferavalledelcabriel.com
No
olvidemos los intereses ganaderos y lanares que reportaba esta franja
geográfica, y que se complementaban con los que otra línea de la
familia poseería después en Piqueras, Buenache y alrededores. Si
Piqueras contaba con su respectiva torre de defensa, desde la que se
divisaba el trasiego de las reses que circulaban por sus dominios,
dentro de una línea similar se encontraría la torre del mulatón,
ubicada en los dominios del Señorío de Buenache de Alarcón, y de
la que sólo quedan unos escasos vestigios que son el testimonio de
su existencia desde la Edad Media.
Tampoco
se nos puede pasar por alto el Señorío de Zafra, y que los Ruiz de
Alarcón consiguieron controlar en el siglo XV durante una serie de
años, fruto de los servicios y fidelidad de la familia al Marquesado
de Villena. Esa primera mitad de la centuria fue sin dudas crucial
para el linaje, ya que amplió su radio de influencia. Zafra tenía
desde la época musulmana una fortaleza que destacó por su
envidiable defensa, hecho que se manifiesta en el interés albergado
posteriormente por los Pacheco en recuperarla. Y es que no hemos de
olvidar que el enclave ni tan siquiera pudo ser tomado durante la
guerra contra los Reyes Católicos. No cabe duda de que ese espacio
ofrecía buenas prestaciones, ya que el propio Lope de Alarcón
residió en su interior.
Genealogía
de los Ruiz de Alarcón. Elaboración propia
IV.
Otros antepasados
La
ascendencia de la esposa de Pedro Ruiz de Alarcón nos conduce por
diferentes puntos de la provincia, en los que siguiendo la situación
geopolítica del siglo XV, se evidencia un claro interés por
un conjunto
de
alianzas matrimoniales, entre las casas de los hidalgos conversos
respecto con aquellas familias integrantes de la nobleza portuguesa.
Belmonte
será uno de los núcleos principales, desde donde apreciamos una
conexión con otros enclaves satélites, conectados a través de
familias de estas características.
A
mediados del siglo XV los Álvarez de Toledo consiguen el Señorío
de Cervera. Ya dentro de sus dominios existían algunas
construcciones levantadas con anterioridad, es el caso de la
designada como Torre del Calabozo (una estructura defensiva de
mampostería y planta cuadrada, que dispone de buenos sillarejos).
Dentro del mismo municipio existe otra obra,
designada con el nombre de la antigua torre-palacio, en la que vivían
los señores de este
municipio.
Ésta tiene planta rectangular y se elaboró a base de sillarejos
junto con argamasa de cal y arena.
Torre
del Calabozo (Cervera del Llano). Imagen de
turismocastillalamancha.es
Los
Álvarez de Toledo eran una familia conversa de raíces judías, que
gracias al poder concentrado por el Comendador, adquirió una
influencia destacada,
que inmediatamente quedará reflejada
en su descendencia.
Así sucederá con el Señor del lugar e hijo, Juan Álvarez de
Toledo. Este
linaje,
tras entroncar con los Carrillo, aportaban
a la prole
el prestigio de la familia Coello y los Pacheco, unas
de las más influyentes del panorama político por aquellos tiempos
en el territorio conquense.
Tampoco
se nos debe de olvidar Montalbo y su castillo, que una vez
desalineado del marquesado como de la corona, al igual que otros
tantos emplazamientos, Enrique III lo incluyó junto con varios
señoríos en
un mismo dominio que acabó
recayendo en el noble don Egas Coello. El portugués, marido de
Leonor Alfonso Pacheco, guardaba los mismos intereses que el linaje
de su suegro. Obviamente este emplazamiento será uno de sus
principales asentamientos, desde el que la familia afianzará su
posición.
Los
Pacheco desde Belmonte desplegaron un foco de poder señorial y
eclesiástico.
La colegiata será sin ninguna duda el edificio que la familia
empleará como panteón, en el que proyectará más si cabe su
estatus acumulado.
De
esta forma la
hija del Señor de Cervera, se
convirtió en una figura clave, que aportó
un conjunto de intereses a
los Ruiz de Alarcón, ayudando
a que
García pudiera establecer un matrimonio a la altura de sus
aspiraciones con la heredera
de Juan de Valencia.
Genealogía
de los Ruiz de Alarcón, antepasados de García Ruiz Girón de
Alarcón. Elaboración propia
David
Gómez de Mora
Referencias:
1
Rodríguez
Llopis, M. (1998). “Procesos de movilidad social en la nobleza
conquense: la Tierra de Alarcón en la Baja Edad Media”, en Tierra
y familia en la España Meridional, siglos XIII-XIX. Francisco
González García (Ed.), Universidad de Murcia, pp. 45-85
2
Testamento
de don Juan Álvarez de Toledo, y que conocemos por los datos que
nos ha proporcionado Paloma Torrijos, quien ha investigado el
Archivo de los Condes de Cervera.
3
Dato
aportado por Paloma Torrijos a través de la documentación
consultada en el Archivo de los Condes de Cervera.
4
Mediante
la documentación de la R.A.H., D-27 204 y 204-v, junto con el
artículo de Ramón José Maldonado y Cocat, que lleva por título
“Genealogías Manchegas II, familias de Barrionuevo, del Castillo,
Galiana, Hurtado, Loaisa, Marín, Muñoz y Sosa”, podemos hacer
una reconstrucción sobre la ascendencia de García Ruiz de Alarcón,
esposo de Guiomar Girón de Valencia (Señora
de Piqueras del Castillo).
5
King,
Willard. F. (1970). “La ascendencia paterna de Juan Ruiz de
Alarcón y Mendoza”. Nueva Revista de Filología Hispánica, Vol.
19, Nº1 (1970), 49-86 pp.