domingo, 8 de agosto de 2021

La filosofía moderna y contemporánea. Sus influencias en el ámbito de la religión

La filosofía durante el Renacimiento abarcaba numerosas ramas de estudio, entre las que estaría la que hoy conocemos como de la teología. Durante este momento de nuestra historia, el humanismo será un movimiento que partirá de la persona como eje de su idea de pensamiento. Una concepción que se enfrentará al modelo tradicional de la filosofía medieval.

El origen de este movimiento radica en la Italia del siglo XV. Sus raíces son todavía discutibles, aunque nadie puede obviar la emigración de grandes mentes privilegiadas procedentes de Bizancio, tras los asedios turcos que estaban sometiendo al Imperio. Obviamente su presencia fue un catalizador para la promoción de la cultura, que supo materializarse con la acción de grandes mecenas como sucederá con casas como la de Cosme de Médici.

La invención de la imprenta, unida a estos nuevos promotores con alto poder económico, sumada a la creación de universidades y academias de estudio, generará el caldo de cultivo de nuevas corrientes filosóficas, como ocurrirá con el racionalismo, en donde la razón pasará a ser su principal engranaje.

El ser humano comenzará a demandar una mayor de posibilidad de contacto con la realidad física para argumentar el conocimiento de las cosas. Seguidamente, siglos después entraríamos con la Ilustración, en donde la metodología y las matemáticas serán la carta de presentación de todo aquello que fundamente las bases del conocimiento.

Poco a poco fue surgiendo una idea de promoción hacia el liberalismo, que comenzó a perseguir la religión. La crítica sociopolítica como económica del sistema, alimentó la idea de que la razón era el único fundamento de la evidencia. Comenzando pues a surgir diferentes movimientos, impensables hasta la fecha, entre los que todavía veremos retazos que abogaban por las ideas tradicionales de pensamiento, tal y como sucederá con el fideísmo, el cual consideraba que la fe era todavía necesaria en aquella sociedad, puesto que las creencias y la fe seguían teniendo cabida en un mundo donde no todo era una razón que además de ser limitada no daba respuestas a los numerosos interrogantes que acechaban a ser humano.

En este sentido, veremos como la epistemología afirmaba que no todo lo podía probar la razón. Al fin y al cabo el capitalismo estaba respaldado por aquella nueva forma de pensamiento, en donde se premiaba la importancia de la libertad individual en detrimento de los sistemas de apoyo y que en las zonas rurales tuvieron tanto peso.

Finalmente la cosa se volverá más compleja con el surgimiento de las ideas positivistas, favorecidas por la revolución social que comenzaba a extenderse por Europa. A continuación le seguirá el marxismo, cuya premisa principal era la búsqueda de una lucha de clases que compensara las desigualdades, pero que como veremos acabaría derivando en diferentes derroteros que se alejaban bastante de los principios establecidos en su origen.


David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).