viernes, 11 de febrero de 2022

La Candelaria en Piqueras del Castillo

Gracias a la documentación parroquial que se conserva de Piqueras del Castillo, sabemos que siglos atrás uno de los momentos más importantes del calendario pastoral de invierno era el día dos de febrero. Una jornada que nuestro santoral dedica a los festejos de la Candelaria.

Ciertamente Piqueras no era un caso aislado, pues sabida es la importancia que en otros tantos enclaves de la provincia conquense sigue albergando esta jornada.

Lo poco que hasta la fecha hemos podido averiguar en relación a como se desarrollaba este día allá por los siglos XVII y XVIII, es que casi todo el pueblo acudía a la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, cuando tras una misa matinal, se empezaba a encender una gran hoguera, alrededor de la que comenzaban los preparativos que anunciaban una jornada festiva.

Como decíamos, la devoción a la Virgen en Piqueras durante centurias pasadas es un hecho confirmado por las diferentes reseñas que nos han llegado escritas en legajos y notas del fondo eclesiástico del pueblo. Así por ejemplo los antiguos señores, y miembros de la familia Ruiz de Alarcón, tenían predilección por la Inmaculada Concepción, motivo por el que su capilla de enterramiento estaba dedicada bajo su advocación. Tampoco podemos olvidar el caso de una integrante del linaje Crespo, quien tras fallecer regalaría a la Iglesia del lugar un cuadro de la Virgen de la Leche. Igualmente no podemos pasar por alto otras imágenes hacia las que había un fuerte sentimiento religioso, como sucederá con la Virgen del Rosario, y que como sabemos siempre tuvo muchos devotos en el municipio.

Iglesia de Piqueras del Castillo. Fuente: verpueblos.com

En el día de la Candelaria, además de los actos dirigidos a su Virgen, se recordaba también su Purificación después del parto, así como la Presentación de Jesús en el Templo. La sociedad piquereña como solía ser habitual en este tipo de enclaves rurales, vivía con mucha emoción esta serie de acontecimientos, por lo que durante la jornada estaba mal visto que alguien se ausentara o fuese a faenar al campo. De este modo se rompía así con la rutina marcada por los laboriosos quehaceres diarios, y en los que todavía había quedado fresca la celebración del día de San Sebastián, el cual como sabemos siglos atrás sus vecinos también celebraban en una romería donde marchaban hacia la ermita en la que figuraba como patrón.

Como solía ocurrir, durante la Candelaria los labradores comían juntos y muchos hacían sus cábalas, vaticinando como podían ser las semanas venideras, en las que era habitual ver caer alguna fuerte nevada.

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).