viernes, 6 de enero de 2023

Arrieros y carreteros en la Peñíscola del siglo XIX

Aunque muchas veces tratemos bajo una misma designación la profesión del arriero y la del carretero, cierto es que cada una se caracteriza por un conjunto de peculiaridades, que explicarán la necesidad de su distinción, además de su diferencia semántica, pues como veremos en ambos casos sus integrantes, al englobarse dentro del sector de la actividad económica del transporte de mercancías, acabarán reduciéndose a una misma cosa.

Cabe recordar que los arrieros eran los encargados de transportar diferentes productos a lomos de sus mulos y asnos, pudiendo también ofrecer un servicio temporal de carga de sus acémilas, especialmente cuando se daba el caso de tener que acceder hasta una zona difícilmente comunicada, algo que veremos en algunas partidas donde existía un relieve más accidentado, siendo el caso de las explotaciones agrícolas habidas en puntos de la Serra d’Irta, donde el abancalamiento y explotación de olivos o algarrobos, hacía que la única forma posible de sacar los frutos de la cosecha, fuese con el apoyo de un animal que pudiese traerlos hasta la casa del labrador.

Igualmente los arrieros aprovechaban sus traslados a otros lugares para hacerse con productos que escaseaban o eran inusuales en el pueblo donde vivían, trapicheando o revendiéndolos a sus vecinos tras volver a casa.

Dependiendo de su capacidad económica, estos podían contar con una recua o harria de bestias mayor o menor en términos numéricos, y que iba circulando en fila, buscando sobre todo las épocas de ferias o mercados de otras localidades por distantes que fueran.

Imagen: https://objetivocastillalamancha.es/

Respecto a los carreteros, como bien indica su nombre, estos eran aquellos transportistas que aprovechando la disponibilidad de un carro rodado y tirado por la fuerza de la tracción animal, podían trasladar mercancías muchos más pesadas, por lo que si la distancia recorrida era importante, se llegaba a necesitar de una mayor cantidad de gente implicada en el proceso, no obstante, también con el concepto de carretero, se podían definir aquellas personas que se encargaban de realizar la fabricación de carros.

Entre los arrieros documentados en un censo del año 1857 en la localidad de Peñíscola, únicamente encontramos al vecino Francisco Bayarri y Martorell, (marido de Josefa María Boix Salvador). En cuanto al número de carreteros, veremos que había muchos más, siendo el caso de Bautista Bayarri y Martorell (esposo de una Guzmán), así como otros entre los que estaban los nombres de Vicente Mundo Martínez (marido de María Rosa Martínez), Agustín Mundo y Albiol o Agustín Roig y Ayza.

Dejamos para un futuro artículo la conexión parental entre algunos de los representantes de estos oficios, pues como ya hemos indicado en más de una ocasión, en el caso de Peñíscola había una especialización por familias o linajes que solía trasmitirse generacionalmente, donde el control de un nicho económico, se consolidaba con la celebración de políticas matrimoniales, puesto que se deseaba que estas personas estuviera asociados por vínculos laborales.

David Gómez de Mora

Referencia:

-Censo de la población de Peñíscola (1857). Fondo Municipal de Peñíscola

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).