domingo, 29 de enero de 2023

San Blas

Una de las advocaciones religiosas más queridas en algunos de los municipios de la zona de la Alcarria Conquense, ha sido la figura del mártir San Blas, hecho que en parte se refleja en las tradiciones que de manera ininterrumpida se han festejado históricamente en municipios como la ciudad de Huete, La Peraleja o Villarejo de la Peñuela (entre otros muchos). Conocemos por ejemplo a través de la documentación histórica del lugar, que en Verdelpino de Huete existió siglos atrás un cabildo dedicado a esta misma advocación.

San Blas se celebra cada día 3 de febrero, es decir, la jornada después de la Candelaria, y que como sabemos antaño comprendían en su conjunto una serie de jornadas importantes dentro del calendario festivo de nuestros antepasados.

La celebración religiosa que rememoraba la vida de un médico que acabó siendo martirizado, y que cuenta la tradición llegó a salvar a un niño de morir ahogado por una espina de pescado con la que se atragantó, se enmarca en una serie de días especiales, que ya arrancaban desde la jornada de la Candelaria, y en la que se rememora la presentación del niño Jesús en el templo, en cuya festividad no podían faltar las candelas o velas bendecidas.

San Blas en La Peraleja (Cuenca). Imagen: verpueblos.com

Igualmente las velas volvían a hacer acto de presencia en la festividad de San Blas, siendo costumbre en muchos lugares del país que los habitantes bendijeran la garganta de las personas acatarradas o con problemas respiratorios a través de aceite o velas, intentando mejorar así el estado de salud de quien padecía anginas, tos o enfermedades respiratorias.

Con el trascurso del tiempo veremos que esta sanación se extenderá de forma más genérica, al asociarse el médico martirizado como uno de los grandes santos protectores, y por lo tanto más demandados dentro del santoral católico para la invocación de la cura de enfermedades de todo tipo.

Como bien sabemos, durante esta estación, y especialmente en las zonas más frías, era por desgracia habitual que se disparasen los temores a contraer catarros y gripes, de ahí que siempre estaba presente la posibilidad de que estos llegaran a complicarse, no siendo por ello pocas las muertes que durante la estación invernal se generaban por causas de esta índole, una cuestión que se refleja en las partidas de defunción o testamentos de la época, y que en parte también explica el arraigo y devoción hacia esta figura a la que el creyente siempre ha acudido en busca de su protección.

Tampoco podemos olvidar que el hecho de que San Blas acabase siendo martirizado con rastrillos de cardar la lana, acabará vinculando su imagen con el patronazgo de los cardadores. Sabemos que la lana durante el medievo llegará a tener un notable peso en el mundo laboral, de ahí que desde época musulmana, como en los siglos posteriores a la reconquista, este producto pasará a convertirse en uno de los grandes pilares de la economía conquense.

David Gómez de Mora

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).