sábado, 7 de junio de 2025

Una trágica historia en Capileira (verano de 1885)

Capileira es una localidad emplazada en lo alto de la zona noroeste de la Alpujarra. Un enclave de singular belleza, reconocido por el encanto de su trama urbana y el paisaje que lo rodea, ubicado a casi una altitud de unos 1500 metros.

El municipio se sitúa en plena zona montañosa, lo que ha propiciado que esta zona fuese históricamente un espacio con abundancia de lobos.

No obstante, la regresión a la que se verá sometido este animal (con especial intensidad a partir del siglo XIX), propiciará que paulatinamente fuese desapareciendo, hasta extinguirse por completo, durante las primeras décadas del siglo XX.

Capileira (foto del autor)

Aun así, la toponimia ha dejado vestigios de su presencia en zonas concretas, como sucede a poco más de diez kilómetros de esta localidad, donde se halla una elevación montañosa bautizada como el Collado del lobo (con un pico emplazado a 3119 metros de altura sobre el nivel del mar).

Sabido era que los lobos frecuentaban las tierras del término municipal de Capileira, por ser esta zona un punto directamente conectado con Sierra Nevada, en el que durante los duros inviernos, cuando la nieve complicaba la obtención de comida a estos animales, no era por ello extraño que se acercasen hasta las inmediaciones del lugar.

Vistas desde Capileira (foto del autor)

Esto sucedía en corrales o cortijos, donde siempre había reses de las que poder alimentarse. Cierto es que no era necesario esperar hasta los duros inviernos para que el animal frecuentase zonas donde había actividad. Por ello los pastores, siempre intentaban estar atentos, no fuese que en algún descuido el lobo se colara dentro de su cabaña ganadera.

La presencia del animal era bien conocida por los habitantes de la zona, hecho que se deduce por un trágico suceso ocurrido en verano de 1885, cuando en una nota de prensa del diario El Defensor de Granada, a fecha de 8 de julio, se informa de un ataque mortal sobre un niño de la población de Capileira:

Comido de lobos: Hace unos días salió de un cortijo de Capileira en busca de un hermano, que a poca distancia se hallaba regando centeno, un niño de unos cinco años de edad. A poco de salir del cortijo arrojose sobre la infeliz criatura un lobo que diese a correr con su presa para devorarla en paraje más oculto. Unos pastores que a gran distancia observaron los movimientos del lobo, corrieron tras él, logrando hacerle soltar al probe niño, ya sin vida, y con una pierna que fue devorada por la fiera”.

Parece ser que poco menos de un año antes, varios lobos se dejaron ver por esta localidad como en otros puntos, generando daños en algunas explotaciones animales. La historia del lobo en estas tierras, es conocida, y reflejo de ello es la presencia de algunos topónimos, que todavía permanecen en parajes o accidentes geográficos, como vemos en Pitres, a través de la hoya del lobo.

David Gómez de Mora