domingo, 24 de noviembre de 2019

Bienes fundacionales a mediados del siglo XVII en Buenache de Alarcón


En los libros parroquiales de Buenache de Alarcón podemos leer un listado de fundaciones que solían reflejarse en las visitas parroquiales, mediante las que comprobamos como un conjunto de familias con un destacado patrimonio en bienes raíces, legaban su tenencia a sus descendientes y parientes, para que estos pudieran seguir preservándolos, a cambio de un pago concreto de misas  anuales que los vinculaba con la Iglesia.

A mediados del siglo XVII en esta localidad tenemos el caso de los Ximénez de Cisneros, García de la Vela, García de Villora, Moreno, Ramón, Rentero, como principales fundadores de esta agrupación de propiedades. Una serie de linajes locales que en el caso concreto de los que veremos, bien mediante la creación de capellanías, obras pías, memorias o patronatos, seguían demostrando que influencia tenían en un mundo rural donde el clero y la riqueza que daban los campos, eran los principales baluartes que identificaban el poder dentro de aquellos escuetos y modestos ámbitos municipales.

Esta serie de familias en numerosas ocasiones guardaban un parentesco bastante estrecho, lo que fomentaba la propagación de relaciones endogámicas, entre las que la concentración de riquezas podía gestar una consolidación de líneas de labradores, con un patrimonio nade despreciable, que acercándose al Santo Oficio, y planificando un conjunto de políticas matrimoniales acertadas, podían servir como una herramienta útil con la que medrar socialmente, ampliando así su radio de influencia en esa área geográfica.

Sabemos por ejemplo que Juana Martínez, esposa de Bartolomé de la Parra, casó en 1573, y entre sus muchos hijos, fue precisamente su vástaga de mismo nombre y apellido la agraciada en recibir un grueso de las tierras que tenía. Ésta tras llegar a la edad adulta casó con Bartolomé Alcaraz, vecino bien posicionado, que falleció en 1606. Juana además de mandar la realización de un paño labrado de seda para la Iglesia del pueblo, llegó a crear dos memorias perpetuas, donde seguían integrándose esos bienes a los que antes nos referíamos. Sabemos que dicha fundación estaba a mediados del siglo XVII en manos de Mateo de la Parra. No olvidemos que los Parra o Martínez de la Parra, eran un linaje asociado al ámbito eclesiástico, pues muchos de sus representantes integraron las filas del Santo Oficio, además de llegar a tener una capellanía en la misma Catedral de Cuenca. No será por ello casual que Francisco Martínez de la Parra, será el segundo integrante de la familia, que volvería a crear otro patronato tras fallecer en 1626.

Francisco estaba casado con la burguesa María Pérez, familia sobre la que hemos dedicado muchas líneas y que no por designios del azar se movía también en el mismo circulo de poder que había en el municipio. La vinculación entre ambos fundadores (Juana Martínez y Francisco Martínez de la Parra) era muy estrecha, pues la primera era hermana del padre del segundo, es decir, tía del referido Francisco.

Otro caso fue el de los García de la Vela, un linaje que por un lado creó un patronato a través del Maestre Andrés García de la Vela, quien llegó a ser capellán de Su Majestad. El hermano de Andrés fue el Licenciado Felipe García, presbítero, artificie de otro patronato. Pensamos que tampoco resultó ser un hecho casual que Andrés y Felipe fuesen hijos de Pedro García y García, junto su esposa Quiteria Rentero, y es que este último apellido era sobradamente conocido por identificarse con la familia del Licenciado don Domingo Rentero de Campos, responsable también de dar pie a varias fundaciones. El citado Domingo fue todo un personaje con mucha historia, que mandó en su testamento celebrar 626 misas, además de realizar una casulla rojo-violeta para la iglesia, crear tres memorias perpetuas y dar limosna a los pobres el día de Nuestra Señora de la Concepción. No olvidemos que una de estas memorias era para socorrer a todas las descendientes de su familia que necesitaban ayuda económica. Llegó a enterrarse en la misma sepultura de doña María de Andrade (la que fuera ni más ni menos que Señora de Buenache de Alarcón). La relación de Domingo con la aristocracia local era más que evidente, hasta el punto de que veremos cómo su hermano estableció lazos muy destacados con familias de este grupo social más allá del territorio manchego.

Campos de Buenache de Alarcón (julio de 2016). Foto del autor

No menos importante fue el caso de los Ximénez y los Villora. Sabemos por ejemplo que Antón García de Villora y que estaba casado con María Gómez, dejó un patronato que acabó recibiendo el Licenciado Francisco Ximénez. No olvidemos que este personaje, hijo de Antón García y su esposa María Ramón Ximénez, era nieto paterno de Antón García-Patrón y Ana Rubio Salonarde, así como nieto materno de Francisco Ximénez y María Ramón Moreno. Precisamente Ana Ramón fundó una memoria tras fallecer en 1634, y que recayó en Miguel de Villora. El hermano de María era Bartolomé Saiz de Villora.

Todo este conjunto de asociaciones familiares comportaba una telaraña de alianzas entre miembros de varios linajes locales, pues el marido de Ana Ramón, el señor Pedro García Redondo, creó otro patronato tras fallecer en 1645 con pago de 400 misas. El patrón de aquella fundación fue el Licenciado Diego Rentero, pariente pues del famoso don Domingo de Campos Rentero. Los Ximénez, con ganas de proyectarse, supieron de la importancia de retener parte de aquellas propiedades que les otorgaban las fundaciones, por ello Benito de la Casa, cuando fundó una memoria a finales del siglo XVI, mandó que su patrón fuese Miguel Ximénez de Cisneros, línea de los Ximénez de Buenache, que como veremos pretendía revindicar un hipotético nexo genealógico con la figura del histórico Cardenal, de la que hemos averiguado como por la línea de los Muñoz dejó descendencia en el lugar durante el siglo XV.

Genealogía de los Gómez de Cañizares. Apuntes genealógicos (elaboración propia). En este árbol puede apreciarse como la hija de Alonso de Villora y María Gómez celebra segundas nupcias en 1640 con Juan de la Vela, miembro de la anteriormente referida familia de los García de la Vela.

La creación de intereses entre los Ximénez, los Ramón y los Villora era más que estrecha, pues la abuela del Licenciado Francisco Ximénez fue la señora Ana Rubio Salonarde, quien pertenecía a la misma familia que Pedro Rubio Salonarde, clérigo de epístola, fundador de otro patronato y cuya familia en generaciones posteriores alcanzará unas cotas de poder sin parangón en la misma ciudad de Cuenca.

No sabemos hasta que punto los Salonarde ciñeron lazos con los señores de Buenache, pero tenemos la certeza de que estos últimos fundaron tres capellanías: don Rodrigo de Pacheco, doña Catalina Pacheco y doña María de Mendoza. En el caso de doña María, durante 1663 su poseedor era el Licenciado Salonarde Rubio. Este conjunto de capellanías se crearían durante el siglo XVI, pues don Pedro Ruiz de Alarcón, Señor de Buenache y Alcalde de Ves, casó alrededor de 1518 con doña Catalina Pacheco, fruto de su matrimonio, nació don Diego Ruiz de Alarcón, que ostentará las mismas dignidades y cargos que su padre, el cual casó con doña María de Mendoza, Señora de la Frontera, Valdecabras y Behamud.

Nexos parentales de los Ximénez. Genealogía familiar (elaboración propia)

Para finalizar con el conjunto de fundaciones del siglo XVII tampoco se nos puede pasar por alto las de la familia Moreno, uno de los linajes más importantes con los que contó la localidad durante esa centuria y la siguiente. Asociados con los Ramón, sendas familias consiguieron aglutinar un conjunto de bienes que convirtió a los Moreno en ricos labradores, lo que les llevó a tener la vara de la alcaldía en numerosas ocasiones.

Miguel Moreno de la Fuente creó un patronato y una memoria, que acabaron recayendo en el Licenciado Alonso Saiz (su hermano). Alonso y Miguel tuvieron por hermano a Fernando Saiz Moreno, quien fue marido de María Díaz de Lizcano Gamboa (casada en 1632 e hija de Francisco López de Lizcano y María Díaz), miembro a su vez de una familia de la pequeña nobleza bonachera sobre la que hemos dedicado algún artículo. Como nota añadir que María Ramón de Santacruz fundó una cláusula de patronazgo de legos con una viña de 2050 cepas junto otras hazas. Su marido era Mateo Pérez, quien falleció en 1626 con pago de 336 misas. No es descabellado pensar que Mateo guardase alguna relación con el presbítero Licenciado Pedro Pérez de Arias, quien creó otro patronato.


David Gómez de Mora


Referencias:

* Archivo Diocesano de Cuenca. Volúmenes parroquiales de Buenache de Alarcón: libro I de matrimonios (1571-1606), Sig. 24/27, P. 575; libro II de matrimonios (1606-1651), Sig. 24/28, P. 576; libro III de matrimonios (1651-1678), Sig. 24/29, P.577; libro IV de matrimonios (1678-1706), Sig. 24/30, P. 578; libro I de defunciones (1571-1592), Sig. 24/37, P. 585; libro II de defunciones (1593-1629), Sig. 24/38, P. 586; libro III de defunciones (1629-1693), Sig. 24/39, P. 587; libro IV de defunciones (1694-1735), Sig. 24/40, P. 588 y libro V de defunciones (1735-1762), Sig. 24/41

* Gómez de Mora, David (2018). Las élites de Buenache de Alarcón siglos atrás. Notas personales y apuntes genealógicos. En: davidgomezdemora.blogspot.com

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 20 libros entre 2007-2023, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).