En
los libros parroquiales de Buenache de Alarcón podemos leer un listado de
fundaciones que solían reflejarse en las visitas parroquiales, mediante las que
comprobamos como un conjunto de familias con un destacado patrimonio en bienes
raíces, legaban su tenencia a sus descendientes y parientes, para que estos
pudieran seguir preservándolos, a cambio de un pago concreto de misas anuales que los vinculaba con la Iglesia.
A
mediados del siglo XVII en esta localidad tenemos el caso de los Ximénez de
Cisneros, García de la Vela, García de Villora, Moreno, Ramón, Rentero, como
principales fundadores de esta agrupación de propiedades. Una serie de linajes
locales que en el caso concreto de los que veremos, bien mediante la creación
de capellanías, obras pías, memorias o patronatos, seguían demostrando que
influencia tenían en un mundo rural donde el clero y la riqueza que daban los
campos, eran los principales baluartes que identificaban el poder dentro de
aquellos escuetos y modestos ámbitos municipales.
Esta
serie de familias en numerosas ocasiones guardaban un parentesco bastante
estrecho, lo que fomentaba la propagación de relaciones endogámicas, entre las
que la concentración de riquezas podía gestar una consolidación de líneas de
labradores, con un patrimonio nade despreciable, que acercándose al Santo
Oficio, y planificando un conjunto de políticas matrimoniales acertadas, podían
servir como una herramienta útil con la que medrar socialmente, ampliando así
su radio de influencia en esa área geográfica.
Sabemos
por ejemplo que Juana Martínez, esposa de Bartolomé de la Parra, casó en 1573,
y entre sus muchos hijos, fue precisamente su vástaga de mismo nombre y
apellido la agraciada en recibir un grueso de las tierras que tenía. Ésta tras
llegar a la edad adulta casó con Bartolomé Alcaraz, vecino bien posicionado,
que falleció en 1606. Juana además de mandar la realización de un paño labrado
de seda para la Iglesia del pueblo, llegó a crear dos memorias perpetuas, donde
seguían integrándose esos bienes a los que antes nos referíamos. Sabemos que
dicha fundación estaba a mediados del siglo XVII en manos de Mateo de la Parra.
No olvidemos que los Parra o Martínez de la Parra, eran un linaje asociado al
ámbito eclesiástico, pues muchos de sus representantes integraron las filas del
Santo Oficio, además de llegar a tener una capellanía en la misma Catedral de
Cuenca. No será por ello casual que Francisco Martínez de la Parra, será el
segundo integrante de la familia, que volvería a crear otro patronato tras fallecer
en 1626.
Francisco
estaba casado con la burguesa María Pérez, familia sobre la que hemos dedicado
muchas líneas y que no por designios del azar se movía también en el mismo
circulo de poder que había en el municipio. La vinculación entre ambos
fundadores (Juana Martínez y Francisco Martínez de la Parra) era muy estrecha,
pues la primera era hermana del padre del segundo, es decir, tía del referido
Francisco.
Otro
caso fue el de los García de la Vela, un linaje que por un lado creó un patronato
a través del Maestre Andrés García de la Vela, quien llegó a ser capellán de Su
Majestad. El hermano de Andrés fue el Licenciado Felipe García, presbítero,
artificie de otro patronato. Pensamos que tampoco resultó ser un hecho casual
que Andrés y Felipe fuesen hijos de Pedro García y García, junto su esposa
Quiteria Rentero, y es que este último apellido era sobradamente conocido por
identificarse con la familia del Licenciado don Domingo Rentero de Campos,
responsable también de dar pie a varias fundaciones. El citado Domingo fue todo
un personaje con mucha historia, que mandó en su testamento celebrar 626 misas,
además de realizar una casulla rojo-violeta para la iglesia, crear tres
memorias perpetuas y dar limosna a los pobres el día de Nuestra Señora de la
Concepción. No olvidemos que una de estas memorias era para socorrer a todas
las descendientes de su familia que necesitaban ayuda económica. Llegó a
enterrarse en la misma sepultura de doña María de Andrade (la que fuera ni más
ni menos que Señora de Buenache de Alarcón). La relación de Domingo con la
aristocracia local era más que evidente, hasta el punto de que veremos cómo su
hermano estableció lazos muy destacados con familias de este grupo social más
allá del territorio manchego.
No
menos importante fue el caso de los Ximénez y los Villora. Sabemos por ejemplo
que Antón García de Villora y que estaba casado con María Gómez, dejó un
patronato que acabó recibiendo el Licenciado Francisco Ximénez. No olvidemos
que este personaje, hijo de Antón García y su esposa María Ramón Ximénez, era
nieto paterno de Antón García-Patrón y Ana Rubio Salonarde, así como nieto
materno de Francisco Ximénez y María Ramón Moreno. Precisamente Ana Ramón fundó
una memoria tras fallecer en 1634, y que recayó en Miguel de Villora. El
hermano de María era Bartolomé Saiz de Villora.
Todo
este conjunto de asociaciones familiares comportaba una telaraña de alianzas
entre miembros de varios linajes locales, pues el marido de Ana Ramón, el señor
Pedro García Redondo, creó otro patronato tras fallecer en 1645 con pago de 400
misas. El patrón de aquella fundación fue el Licenciado Diego Rentero, pariente
pues del famoso don Domingo de Campos Rentero. Los Ximénez, con ganas de
proyectarse, supieron de la importancia de retener parte de aquellas
propiedades que les otorgaban las fundaciones, por ello Benito de la Casa,
cuando fundó una memoria a finales del siglo XVI, mandó que su patrón fuese
Miguel Ximénez de Cisneros, línea de los Ximénez de Buenache, que como veremos
pretendía revindicar un hipotético nexo genealógico con la figura del histórico
Cardenal, de la que hemos averiguado como por la línea de los Muñoz dejó
descendencia en el lugar durante el siglo XV.
Genealogía de los Gómez de
Cañizares. Apuntes genealógicos (elaboración propia). En este árbol puede
apreciarse como la hija de Alonso de Villora y María Gómez celebra segundas
nupcias en 1640 con Juan de la Vela, miembro de la anteriormente referida
familia de los García de la Vela.
La
creación de intereses entre los Ximénez, los Ramón y los Villora era más que
estrecha, pues la abuela del Licenciado Francisco Ximénez fue la señora Ana
Rubio Salonarde, quien pertenecía a la misma familia que Pedro Rubio Salonarde,
clérigo de epístola, fundador de otro patronato y cuya familia en generaciones
posteriores alcanzará unas cotas de poder sin parangón en la misma ciudad de
Cuenca.
No
sabemos hasta que punto los Salonarde ciñeron lazos con los señores de
Buenache, pero tenemos la certeza de que estos últimos fundaron tres
capellanías: don Rodrigo de Pacheco, doña Catalina Pacheco y doña María de
Mendoza. En el caso de doña María, durante 1663 su poseedor era el Licenciado
Salonarde Rubio. Este conjunto de capellanías se crearían durante el siglo XVI,
pues don Pedro Ruiz de Alarcón, Señor de Buenache y Alcalde de Ves, casó
alrededor de 1518 con doña Catalina Pacheco, fruto de su matrimonio, nació don
Diego Ruiz de Alarcón, que ostentará las mismas dignidades y cargos que su
padre, el cual casó con doña María de Mendoza, Señora de la Frontera,
Valdecabras y Behamud.
Para
finalizar con el conjunto de fundaciones del siglo XVII tampoco se nos puede
pasar por alto las de la familia Moreno, uno de los linajes más importantes con
los que contó la localidad durante esa centuria y la siguiente. Asociados con
los Ramón, sendas familias consiguieron aglutinar un conjunto de bienes que
convirtió a los Moreno en ricos labradores, lo que les llevó a tener la vara de
la alcaldía en numerosas ocasiones.
Miguel
Moreno de la Fuente creó un patronato y una memoria, que acabaron recayendo en
el Licenciado Alonso Saiz (su hermano). Alonso y Miguel tuvieron por hermano a
Fernando Saiz Moreno, quien fue marido de María Díaz de Lizcano Gamboa (casada
en 1632 e hija de Francisco López de Lizcano y María Díaz), miembro a su vez de
una familia de la pequeña nobleza bonachera sobre la que hemos dedicado algún
artículo. Como nota añadir que María Ramón de Santacruz fundó una cláusula de
patronazgo de legos con una viña de 2050 cepas junto otras hazas. Su marido era
Mateo Pérez, quien falleció en 1626 con pago de 336 misas. No es descabellado
pensar que Mateo guardase alguna relación con el presbítero Licenciado Pedro
Pérez de Arias, quien creó otro patronato.
David Gómez de Mora
Referencias:
*
Archivo Diocesano de Cuenca. Volúmenes parroquiales de Buenache de Alarcón:
libro I de matrimonios (1571-1606), Sig. 24/27, P. 575; libro II de matrimonios
(1606-1651), Sig. 24/28, P. 576; libro III de matrimonios (1651-1678), Sig.
24/29, P.577; libro IV de matrimonios (1678-1706), Sig. 24/30, P. 578; libro I
de defunciones (1571-1592), Sig. 24/37, P. 585; libro II de defunciones
(1593-1629), Sig. 24/38, P. 586; libro III de defunciones (1629-1693), Sig.
24/39, P. 587; libro IV de defunciones (1694-1735), Sig. 24/40, P. 588 y libro
V de defunciones (1735-1762), Sig. 24/41
*
Gómez de Mora, David (2018). Las élites de Buenache de Alarcón siglos atrás.
Notas personales y apuntes genealógicos. En: davidgomezdemora.blogspot.com