sábado, 11 de enero de 2020

El linaje de los Paños en Rubielos Altos

Rubielos Altos es una pequeña localidad que históricamente no ha sufrido sustanciales variaciones demográficas, y sobre la que siempre predominó un sistema de producción agrícola. Conocido es el apellido de los Paños por el papel que desempeñaron diversos de sus integrantes, pues hasta entrado el siglo XX la línea de los Fernández-Navarro de los Paños, fue sin ningún tipo de dudas una de las más importantes y destacadas del municipio.

Remontarse a la raíz de algunos de estos apellidos nos conduciría hasta la primera mitad del siglo XVII, cuando leemos las primeras referencias en sus libros parroquiales.  Durante el Catastro de Ensenada se nos informa que todo el término de Rubielos está formado por cultivos de secano, dedicados mayoritariamente a la explotación de trigo, cebada y centeno, además de viñas y olivos, entre otros productos.

El despunte de una pequeña burguesía local se veía limitado en ocasiones por la presión ejercida de los Marqueses de Villena, pues el enclave fue uno más de sus muchos Señoríos de esta demarcación geográfica. Otro elemento a destacar, es que en este lugar (al menos por aquellas fechas), no había una actividad ganadera en lo que se refiere a la de tipo cabaña, documentándose únicamente machos y mulas, que eran los empleados por los labradores para su quehacer diario, no por ello faltarían vecinos dedicados a la cría de cerdos como de ganado caprino y lanar, que complementaban con los campos una economía cerrada y homogénea.

Ya por aquellos tiempos en la localidad el médico venía desde el Picazo, mientras que el cirujano de Rubielos Bajos. Tengamos en cuenta que el enclave ni tan siquiera rebasaba la cifra de los ochenta vecinos, de modo que el sacristán hacía también las funciones de notario.

Los oficios gremiales eran también escasos, existiendo únicamente un herrero y tres tejedores de lienzos y paños, junto un molinero. Apellidos como el de Villena, López, Simarro, Saez, García, Behamud y de la Toya, pertenecerán a algunas de las casas con ciertos recursos, sin olvidar los Navarro o los Paños, a quienes dedicamos este artículo, y cuyos integrantes entroncarán desde fechas tempranas con linajes de la nobleza rural como sucederá con los Salcedo.

No podemos pasar por alto la curiosidad que nos despiertan algunas de las personalidades de la familia de los Paños, quienes al ser referidos muchas veces en la documentación eclesiástica, se les acompañaba su nombre con el distintivo de don, mención que destacaba su posición preeminente, y que consolidaron con la tenencia de un patrimonio agrícola reseñable, además de la proyección de diferentes miembros dentro del clero local como en el extrarradio municipal, y que sin lugar a dudas ensalzaron la imagen de la estirpe.

Merece mención el Licenciado Don Joseph Felipe Navarro de los Paños, perteneciente a una de las líneas a la que nos estamos refiriendo en este artículo, siendo de los propietarios más significativos que había en la localidad, y cuyo nombre aparece citado en el Catastro de Ensenada. Conocemos gracias a los datos publicados por Luís Robles que Don José Felipe casó con Isabel Bárbara de Cubas (natural de Iniesta). Fruto de su matrimonio nació en 1771 Fernando Antonio Navarro de los Paños, abogado, juez, alcalde de Sisante, de las Peñas de San Pedro, Tarancón y Socuéllamos. Obviamente la familia arrastraba un nombre que le venía de muy atrás, pues como veremos desde los inicios de los libros eclesiásticos la casa de los Paños aparece entroncando con las gentes principales del lugar y sus alrededores.

Un siglo después, y ya en plena regencia de Isabel II, Luís Robles (2004) nos informa de la proyección en el campo político de algunos miembros de la familia, además del abogado y diputado durante varios períodos y senador vitalicio por Cuenca, Don José Juan Navarro de los Paños.

Sabemos por las referencias de Francisco Luján (2002, 225) que el linaje fue fiel a la devoción de la patrona de Rubielos Altos, detallándonos la posesión “de una imagen de N. S. de Copacabana realizada en azulejos en el zaguán de la casa de doña Narcisa Fernández Navarro de los Paños” destruida desgraciadamente en el año 1936. Del mismo modo en los libros eclesiásticos veremos anotaciones sobre mandas o pagos de misas al altar de Nuestra Señora de Guadalupe y Copacabana. En el caso de la documentación del Archivo Parroquial se citan al respecto personajes como Doña Catalina de los Paños (viuda de Benito Cavero), Don Andrés de los Paños, Agustín de los Paños y Doña María de los Paños, esposa de Alonso Sánchez (Luján 2002, 222).

Tronco genealógico de la familia de los Paños de Rubielos Altos. Apuntes genealógicos (elaboración propia). Libro I de bautismos, confirmaciones, matrimonios y defunciones de Rubielos Altos, Archivo Diocesano de Cuenca.

Desconocemos por ahora el nombre y apellidos tanto del padre como de la madre de Alonso Martínez de los Paños, sólo podemos aportar que éste casó en 1614 en Monteagudo de las Salinas con la noble Doña Bárbara Salcedo y del Fortín, dato que descubrimos buscando información del párroco del lugar, el Licenciado Fernando de los Paños. Del mismo modo, gracias a la información genealógica aportada por Sebastián Hernández de Luján, quien a través del testamento del tío de Alonso (1595) nos informa como éste era sobrino de otro Don Fernando de los Paños, quien a finales del siglo XVI ejerció como párroco de Alarcón, además de ser uno de los encargados que estuvo al mando de la ejecución de la famosa custodia procesional de la localidad, obra de los hermanos Becerril, y que como sabemos les llevó varios años poder finalizar. La pieza se encuentra en New York, en la colección de la Hispanic Society, estando elaborada con plata dorada además de lapislázuli. Posee 94 centímetros de alto y es considera una de las mejores piezas que salieron de este legendario taller de artistas.

La línea de la familia de Alonso Martínez de los Paños descendía de la casa de los Palmero de los Paños, lo que nos conduciría al menos hasta la segunda mitad del siglo XVI. El linaje tenía un vínculo en la Iglesia de Santiago de Alarcón, de donde además surgieron diferentes curas. Por lo que concibe a la descendencia de Alonso Martínez de los Paños, además de los cinco hijos representados en el árbol que hemos adjuntado, tenemos constancia de la celebración de otros bautizos en la localidad de Rubielos Altos, pero que desconocemos si fallecieron al poco tiempo o llegaron a dejar descendencia (1627, Fernando; 1628, Alonso; 1631, Bárbara; 1633, Beatriz; 1634, Andrés; 1638, Joseph y 1639, María). Tengamos en cuenta que Alonso celebró sus nupcias en 1614, por lo que pudieron nacer otros muchos vástagos que aquí no hemos registrado. Del mismo modo vemos como aparecen por esas fechas casando en Rubielos Altos otros hijos de las señoras Doña María de los Paños Guijarro y Catalina Saiz de los Paños, por lo que el árbol genealógico sería más denso, pues muy probablemente estas mujeres guardarían un parentesco estrecho con el esposo de Doña Bárbara Salcedo.

Custodia procesional de Alarcón. Imagen de expansion.com

Los hijos de Alonso y su mujer comenzaron a establecer enlaces matrimoniales con familias de municipios cercanos a Rubielos, por ejemplo D0ña Melchora lo hizo con un residente de Rubielos Bajos, mientras que Benito Cavero (el esposo de Doña Catalina) era natural de Sisante, igualmente de raíces foráneas era María de Ruipérez, mujer de Don Andrés de los Paños, y sobre cuya familia Sebastián Hernández y Juliana Toledo (2019) relatan un trágico suceso ocurrido en la localidad. Este tipo de políticas matrimoniales eran necesarias en lugares de reducido tamaño, en los que había escasas familias con las que poder emparentar a los hijos, siempre que se buscaba establecer alianzas con gente de un poder económico similar. No olvidemos que los Paños un par de generaciones atrás ya tenían a varios representantes trabajando dentro del clero, además de moverse entre el perímetro de Alarcón y Villanueva de la Jara, pues no cabe ninguna duda de que fueron uno de los linajes más influyentes del lugar, empleando Rubielos Altos como su asiento y principal foco de proyección.


David Gómez de Mora

Bibliografía:

*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro I de defunciones de Monteagudo de las Salinas (1611-1662). Sig. 104/8

*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro de bautismos, confirmaciones, matrimonios y testamentos de la Parroquia de Rubielos Altos (1625-1672). Sig. 143/1

*Catastro de Ensenada. Rubielos Altos, año 1754. Archivo General de Simancas.

*Hernandéz de Luján, Sebastián y Toledo Algarra, Juliana (2019). “Asesinato en Rubielos Altos”. En: alariberadelvaldemembra.blogspot.com

*Luján López, Francisco B. (2002). “Nuestra Señora de Copacabana, una devoción andina patrona de Rubielos Altos (Cuenca). Su origen y difusión”, Revista Murciana de Antropología, 8, pp. 193-246.

*Robles Teigeiro, Luís (2014). “(1.889) José Fernández Navarro”. En: https://sites.google.com/site/roblesmacharaviaya/home/jose-fernandez-navarro

davidgomezdemora@hotmail.com

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Profesor de enseñanza secundaria, con la formación de licenciado en Geografía por la Universitat de València y título eclesiástico de Ciencias Religiosas por la Universidad San Dámaso. Investigador independiente. Cronista oficial de los municipios conquenses de Caracenilla, La Peraleja, Piqueras del Castillo, Saceda del Río, Verdelpino de Huete y Villarejo de la Peñuela. Publicaciones: 25 libros entre 2007-2024, así como centenares de artículos en revistas de divulgación local y blog personal. Temáticas: geografía física, geografía histórica, geografía social, genealogía, mozarabismo y carlismo local. Ganador del I Concurso de Investigación Ciutat de Vinaròs (2006), así como del V Concurso de Investigación Histórica J. M. Borrás Jarque (2013).