Rubielos Altos es una pequeña localidad
que históricamente no ha sufrido sustanciales variaciones demográficas, y sobre
la que siempre predominó un sistema de producción agrícola. Conocido es el apellido de los
Paños por el papel que desempeñaron diversos de sus integrantes, pues hasta
entrado el siglo XX la línea de los Fernández-Navarro de los Paños, fue sin ningún
tipo de dudas una de las más importantes y destacadas del municipio.
Remontarse a la raíz de algunos
de estos apellidos nos conduciría hasta la primera mitad del siglo XVII, cuando
leemos las primeras referencias en sus libros parroquiales. Durante el Catastro de Ensenada se nos informa
que todo el término de Rubielos está formado por cultivos de secano, dedicados mayoritariamente
a la explotación de trigo, cebada y centeno, además de viñas y olivos, entre
otros productos.
El despunte de una pequeña
burguesía local se veía limitado en ocasiones por la presión ejercida de los
Marqueses de Villena, pues el enclave fue uno más de sus muchos Señoríos de
esta demarcación geográfica. Otro elemento a destacar, es que en este lugar (al
menos por aquellas fechas), no había una actividad ganadera en lo que se refiere
a la de tipo cabaña, documentándose únicamente machos y mulas, que eran los empleados
por los labradores para su quehacer diario, no por ello faltarían vecinos
dedicados a la cría de cerdos como de ganado caprino y lanar, que
complementaban con los campos una economía cerrada y homogénea.
Ya por aquellos tiempos en la
localidad el médico venía desde el Picazo, mientras que el cirujano de Rubielos
Bajos. Tengamos en cuenta que el enclave ni tan siquiera rebasaba la cifra de
los ochenta vecinos, de modo que el sacristán hacía también las funciones de
notario.
Los oficios gremiales eran
también escasos, existiendo únicamente un herrero y tres tejedores de lienzos y
paños, junto un molinero. Apellidos como el de Villena, López, Simarro, Saez,
García, Behamud y de la Toya, pertenecerán a algunas de las casas con ciertos
recursos, sin olvidar los Navarro o los Paños, a quienes dedicamos este
artículo, y cuyos integrantes entroncarán desde fechas tempranas con linajes de
la nobleza rural como sucederá con los Salcedo.
No podemos pasar por alto la
curiosidad que nos despiertan algunas de las personalidades de la familia de
los Paños, quienes al ser referidos muchas veces en la documentación
eclesiástica, se les acompañaba su nombre con el distintivo de don, mención que
destacaba su posición preeminente, y que consolidaron con la tenencia de un
patrimonio agrícola reseñable, además de la proyección de diferentes miembros
dentro del clero local como en el extrarradio municipal, y que sin lugar a
dudas ensalzaron la imagen de la estirpe.
Merece mención el Licenciado
Don Joseph Felipe Navarro de los Paños, perteneciente a una de las líneas a la
que nos estamos refiriendo en este artículo, siendo de los propietarios más
significativos que había en la localidad, y cuyo nombre aparece citado en el
Catastro de Ensenada. Conocemos gracias a los datos publicados por Luís Robles
que Don José Felipe casó con Isabel Bárbara de Cubas (natural de Iniesta). Fruto
de su matrimonio nació en 1771 Fernando Antonio Navarro de los Paños, abogado,
juez, alcalde de Sisante, de las Peñas de San Pedro, Tarancón y Socuéllamos.
Obviamente la familia arrastraba un nombre que le venía de muy atrás, pues como
veremos desde los inicios de los libros eclesiásticos la casa de los Paños
aparece entroncando con las gentes principales del lugar y sus alrededores.
Un siglo después, y ya en plena
regencia de Isabel II, Luís Robles (2004) nos informa de la proyección en el
campo político de algunos miembros de la familia, además del abogado y diputado
durante varios períodos y senador vitalicio por Cuenca, Don José Juan Navarro
de los Paños.
Sabemos por las referencias de
Francisco Luján (2002, 225) que el linaje fue fiel a la devoción de la patrona
de Rubielos Altos, detallándonos la posesión “de una imagen de N. S. de Copacabana realizada en
azulejos en el zaguán de la casa de doña Narcisa Fernández Navarro de los Paños”
destruida desgraciadamente en el año 1936. Del mismo
modo en los libros eclesiásticos veremos anotaciones sobre mandas o pagos de misas
al altar de Nuestra Señora de Guadalupe y Copacabana. En el caso de la
documentación del Archivo Parroquial se citan al respecto personajes como Doña
Catalina de los Paños (viuda de Benito Cavero), Don Andrés de los Paños,
Agustín de los Paños y Doña María de los Paños, esposa de Alonso Sánchez (Luján
2002, 222).
Tronco genealógico de la familia de los Paños de
Rubielos Altos. Apuntes genealógicos (elaboración propia). Libro I de
bautismos, confirmaciones, matrimonios y defunciones de Rubielos Altos, Archivo
Diocesano de Cuenca.
Desconocemos
por ahora el nombre y apellidos tanto del padre como de la madre de Alonso
Martínez de los Paños, sólo podemos aportar que éste casó en 1614 en Monteagudo
de las Salinas con la noble Doña Bárbara Salcedo y del Fortín, dato que descubrimos
buscando información del párroco del lugar, el Licenciado Fernando de los Paños.
Del mismo modo, gracias a la información genealógica aportada por Sebastián
Hernández de Luján, quien a través del testamento del tío de Alonso (1595) nos
informa como éste era sobrino de otro Don Fernando de los Paños, quien a
finales del siglo XVI ejerció como párroco de Alarcón, además de ser uno de los
encargados que estuvo al mando de la ejecución de la famosa custodia procesional
de la localidad, obra de los hermanos Becerril, y que como sabemos les llevó
varios años poder finalizar. La pieza se encuentra en New York, en la colección
de la Hispanic Society, estando elaborada con plata dorada además de lapislázuli.
Posee 94 centímetros de alto y es considera una de las mejores piezas que
salieron de este legendario taller de artistas.
La
línea de la familia de Alonso Martínez de los Paños descendía de la casa de los
Palmero de los Paños, lo que nos conduciría al menos hasta la segunda mitad del
siglo XVI. El linaje tenía un vínculo en la Iglesia de Santiago de Alarcón, de
donde además surgieron diferentes curas. Por lo que concibe a la descendencia
de Alonso Martínez de los Paños, además de los cinco hijos representados en el
árbol que hemos adjuntado, tenemos constancia de la celebración de otros bautizos
en la localidad de Rubielos Altos, pero que desconocemos si fallecieron al poco
tiempo o llegaron a dejar descendencia (1627, Fernando; 1628, Alonso; 1631,
Bárbara; 1633, Beatriz; 1634, Andrés; 1638, Joseph y 1639, María). Tengamos en
cuenta que Alonso celebró sus nupcias en 1614, por lo que pudieron nacer otros
muchos vástagos que aquí no hemos registrado. Del mismo modo vemos como
aparecen por esas fechas casando en Rubielos Altos otros hijos de las señoras
Doña María de los Paños Guijarro y Catalina Saiz de los Paños, por lo que el
árbol genealógico sería más denso, pues muy probablemente estas mujeres guardarían
un parentesco estrecho con el esposo de Doña Bárbara Salcedo.
Custodia procesional de Alarcón. Imagen de expansion.com
Los hijos de Alonso y su mujer
comenzaron a establecer enlaces matrimoniales con familias de municipios
cercanos a Rubielos, por ejemplo D0ña Melchora lo hizo con un residente de
Rubielos Bajos, mientras que Benito Cavero (el esposo de Doña Catalina) era natural
de Sisante, igualmente de raíces foráneas era María de Ruipérez, mujer de Don
Andrés de los Paños, y sobre cuya familia Sebastián Hernández y Juliana Toledo
(2019) relatan un trágico suceso ocurrido en la localidad. Este tipo de
políticas matrimoniales eran necesarias en lugares de reducido tamaño, en los
que había escasas familias con las que poder emparentar a los hijos, siempre
que se buscaba establecer alianzas con gente de un poder económico similar. No
olvidemos que los Paños un par de generaciones atrás ya tenían a varios
representantes trabajando dentro del clero, además de moverse entre el
perímetro de Alarcón y Villanueva de la Jara, pues no cabe ninguna duda de que
fueron uno de los linajes más influyentes del lugar, empleando Rubielos Altos
como su asiento y principal foco de proyección.
David Gómez de Mora
Bibliografía:
*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro I de defunciones de Monteagudo de las
Salinas (1611-1662). Sig. 104/8
*Archivo Diocesano de Cuenca. Libro de bautismos, confirmaciones, matrimonios y
testamentos de la Parroquia de Rubielos Altos (1625-1672). Sig. 143/1
*Catastro de Ensenada. Rubielos Altos, año 1754. Archivo General de Simancas.
*Hernandéz de Luján, Sebastián y Toledo Algarra, Juliana (2019). “Asesinato en
Rubielos Altos”. En: alariberadelvaldemembra.blogspot.com
*Luján López, Francisco B. (2002). “Nuestra Señora de Copacabana, una devoción
andina patrona de Rubielos Altos (Cuenca). Su origen y difusión”, Revista
Murciana de Antropología, 8, pp. 193-246.
*Robles Teigeiro, Luís (2014). “(1.889) José Fernández Navarro”. En:
https://sites.google.com/site/roblesmacharaviaya/home/jose-fernandez-navarro